“Eres viejo” : la respuesta al ex ingeniero de Apple que buscó trabajo en una tienda de Apple.
"Me dijeron que estaríamos en contacto". Esta fue la respuesta que obtuvo JK Scheinberg, uno de los más míticos ingenieros de Apple, cuando fue a la empresa interesado en un puesto de trabajo.
Scheinberg finalizó su relación laboral con la empresa en 2008. Poco tiempo después, pensó que sería buena idea postular para un puesto en un Genius Bar, los locales de Apple indicados para que los usuarios lleven a reparar sus averías y todo lo que guarda relación con el servicio técnico. Como ha publicado ‘The New York Times’ en su columna ‘You’re How Old? We’ll Be in Touch’, la respuesta fue precisamente esa: estaremos en contacto.
Durante su trayectoria en el gigante estadounidense, donde estuvo 21 años trabajando, realizó, entre otras cosas uno de los grandes logros de la compañía: consiguió que el sistema operativo de Mac, OS X, fuera compatible con los procesadores Intel, lo que posibilitó un mayor rendimiento por vatio y un impulso en el desarrollo de sus tecnologías.
La empresa que se había servido de sus servicios para hacer mejoras sustanciales en sus productos, decidía ahora que Scheinberg no cumplía con el perfil para dar soporte y servicio técnico a los usuarios de Apple.
¿Por qué? Porque tenía 54 años. Doblaba la edad del resto de la plantilla, pero ¿tenía acaso menos conocimientos sobre un sistema que él mismo desarrolló sin más herramientas que un ordenador Sony en un garaje? Quizá los encargados de recursos humanos, al ver su edad, ni siquiera se pararon a leer el currículum de una de las personas que más sabe sobre Mac del mundo.
Buscan menos exigencias
¿Significa tener una edad madura que no puedes contar con conocimientos actualizados en el campo de las ciencias o la tecnología? Eso es lo que parecen pensar la mayoría de empresas, ya que un informe publicado por Adecco en 2015 revela que un 70% de los parados de larga duración en nuestro país tienen más de 45 años.
Para este colectivo, la crisis económica no es la verdadera razón de que no tengan empleo. Ocho de cada diez encuestados aseguraba que la edad era la principal traba para no encontrar trabajo. La precarización laboral ha hecho que las empresas busquen y se puedan permitir focalizar en aspirantes “con menos expectativas de salario”, como pueden ser personas jóvenes que están empezando y que, a menudo, no exigen nada.
Pero las empresas no se conforman si no se tiene experiencia; en la otra cara, la del paro juvenil, un estudio realizado por Infoempleo el pasado año reveló que solo el 8,9% de las ofertas en el mercado laboral van dirigidas a menores de 25 años, debido a la falta de experiencia o aptitudes que se suelen atribuir a esa franja de edad.
El resultado: las empresas quieren gente joven que cuente con la experiencia que tendría un trabajador de 40 pero que no tenga ninguna exigencia salarial ni obligaciones que supongan problemas con el horario o a la hora de realizar horas extra… En definitiva, como alguien menor de 25.
Es común a día de hoy ver ofertas de trabajo que acotan la edad, lo que se llama ageísmo y, puede que si eres mayor de 35 o peor, 45, tengas serios problemas para que te contraten. El 75% de ellos, tardan más de un año en encontrar trabajo, según Adecco.
Un panorama nada esperanzador
La ya proclamada salida de la crisis se antoja más lejana de lo que percibe el partido en el gobierno cuando atendemos a estas cifras y a otras relacionadas con el desempleo. Más temporalidad y menos posibilidades adquisitivas constituyen la tónica del panorama laboral español que, para más inri, deja de lado al grupo de edad que supone el motor económico de la sociedad.
Probablemente exijan más salario (acorde con su experiencia) y también tengan alguna obligación más, pero precisamente esas obligaciones están relacionadas con el consumo: hipoteca o alquiler, hijos… Es el colectivo situado entre los 30 y los 50 años aproximadamente, con unos ingresos cómodos, el que más gasta.
Primero, porque tienen más necesidades que atender, y segundo porque es en esa franja donde suelen permitirse gastos de ocio más elevados (restaurantes, espectáculos…). Este grupo constituye el impulso que activa la economía, haciendo que los negocios funcionen y que tengan a su vez capacidad para contratar oinvertir en beneficio de los trabajadores. Si los empleados tienen mejores condiciones podrán gastar más dinero, y así sucesivamente en un ciclo económico que no hace sino cortarse con políticas laborales muy beneficiosas para el rápido enriquecimiento de las empresas, pero abusivas para el trabajador.
Las previsiones a día de hoy no son optimistas. Un estudio de la Universidad de Princeton prevé que este problema no haga sino agravarse con los años, dado que, mientras cada vez se contrata a menos gente de mediana edad, la población tiende a envejecer, por lo que el desempleo puede ser mucho mayor y la situación económica aún más grave.