MI VECINO EL LOCO 7
Mi vecino estaba sentado en el banco del parque. Mas bien permanecía echado hacia atrás, derecho entre el respaldo y el asiento mirando hacia las nubes. Parecía pensativo y en su cara, normalmente agitada por los rictus y los gestos de sus manías, tenia un aire de desacostumbrada tranquilidad, con su enorme nariz aguileña destacando en el horizonte de su cuerpo.
.-¡ Buenos Días vecino¡. -
Dije, en un tono lo más amistoso que pude y deseando para mis adentros, de que aquella mañana se pudiera hablar con él.
“El Loco “ me miró pareciendo salir de la contemplación del cielo, para gruñir algo entre los dientes. Ocasión que aproveché para sentarme a su lado
¡. - Buen tiempo hace. Por fin sale el Sol ¡. -
Dije, y era verdad por fin después de dos o tres meses de una neblina gris de frío y humedad, salía un Sol que se metía por los rincones y que con el que parecía que se agrandaba el día, las palomas volaban mas alto, y hasta se veían a los niños correr nuevamente por las calles acostumbradamente solitarias del parque.
.-¡Vecino, que triste seria la vida si todo fuera perfecto¡.-
Soltó de pronto el antiguo minero, asustando con su voz grave y profunda a unos cuantos pajarillos que picoteaban por el suelo.
.-¡ No se que decirle, estimado vecino, hay que buscar siempre la perfección de las cosas para evitar sus fallos, y que sean más perfectas y duraderas¡.-
Le contesté mirándole a aquellos ojos hundidos, que tanto sabían de pesadillas vividas y sufridas en su otra realidad, de la que a veces, no era capaz de salir.
.-¡ Ud. no sabe lo que dice, y si habla así es porque no lo ha pensado bien¡.-
y siguió hablando para añadir.
.-¡ En una vida perfecta. En un ciclo de vida perfecto. En un sistema sin fallos. no habría desamor, no habría dolor, no existiría el hombre que te arruinó, la mujer que te destrozó. La maquina que nunca funcionó y el viaje a que nunca pudiste ir. La gente que murió de forma inesperada no existiría. El equilibrio bailaría de puntillas en un escenario límpido de todo fallo¡.-
Después de oír aquello mi cabeza se disparó para comprender toda la lógica de esas palabras, pero aún así quedé callado, porque estaba muy lejos de entender, hasta donde quería llegar aquel visionario.
.
.-¡ No lo ve Ud. vecino. De esta forma diríamos adiós a los caprichos del destino. Adiós a la suerte. Adiós al desorden aleatorio que crea otro orden
Imagínese si le apetece vivirlo, vivir así es preferir la sorpresa de un robo a la seguridad de un fortín con rejas de barras de acero. No lo ve Ud. Ud. que ha veces es tan clarividente. Si todo fuera tan perfecto, como queremos que sea, nunca hubiera caído la manzana de Newton, no existirían las cosas útiles que son frutos de los fallos humanos. La vida vecino seria tan lisa, tan plana de alteraciones que moriríamos de perfeccionismo¡. -
Dicho esto, mi vecino que me quedó mirando, como esperando a que le hiciera
mis acostumbradas correcciones y alegatos a sus insólitas divagaciones. Pero interiormente tenia que claudicar a sus sabios razonamientos y por mucho que lo pensé, acabé por darle toda la razón.
Aunque no se lo dije, pues animarle mucho en sus conclusiones, podía desencadenarle un arrebato de locura que lo llevaría de vuelta al manicomio
¡. - Si vecino, no está mal pensado, claro, claro¡. -
Y como quien no quiere la cosa, haciéndome el distraído, regañándole a la perilla que me miró un tanto sorprendida y con aquellos ojillos tan negros sin fondo, me alejé de el después de decirle adiós con la mano
Rocinante