La historia de Canelo empezó un mal día en el que su dueño y amigo, un conocido vagabundo de Cádiz, ingresó en un hospital para someterse a una diálisis. Era algo habitual y, como siempre, dejó a Canelo a la entrada del hospital con una frase: “Espérame aquí, compañero“. Pero ese día algo salió mal. Hubo complicaciones y el enfermo falleció durante su tratamiento.
Pero Canelo no podía comprender que su amigo ya no estaba vivo. Ya le había acompañado muchas veces hasta el hospital y su compañero siempre había vuelto, ¿por qué no salía ahora? Así que, tal como le había dicho al entrar, le esperó. Y esperó más. Un día y otro, y otro… una semana, y otra… un mes, otro…
Doce años esperó Canelo a su compañero, sin apartarse de esa puerta del hospital donde le vio por última vez, aguantando el frío del invierno y el asfixiante calor del verano en Cádiz. Incluso fue denunciado por un vecino, quien dijo que había atacado a su perro, lo que motivó que los trabajadores de la perrera se lo llevasen “detenido”, preparándolo para ser sacrificado.
Pero era tal el cariño que el perro había despertado entre sus vecinos de Cádiz, que hubo movilizaciones populares pidiendo el indulto de tan noble y fiel animal, algo que se consiguió cuando el teniente de alcalde y concejal delegado de sanidad de Cádiz, Don José Blas Fernández, firmó un decreto indultando a Canelo.
Una asociación apadrinó al can y le proporcionó las vacunas y los permisos necesarios para que pudiese seguir esperando a su dueño sin tener más problemas “con la justicia”. Y así lo hizo durante 12 años hasta que murió atropellado a pocos metros del lugar del que nunca se alejó por su propia voluntad.
Si existiese un cielo, seguro que estaría lleno de perros. Y Canelo tendría allí un lugar muy destacado. En Cádiz se le recuerda con una placa conmemorativa, colocada muy cerca del lugar donde pasó casi toda su vida, donde reza la siguiente inscripción: “A Canelo, que durante doce años esperó a las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2003“.