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Hace años en Benidorm existió (o quizás aún exista) una discoteca llamada “El Burro” que, para publicitarse, usaba este slogan: “No te aburras y ven al Burro”.
El aburrimiento es el cansancio o fastidio causados generalmente por disgustos o molestias, o por no tener nada que divierta y distraiga. También se le suele llamar hastío. Pues bien, para quien tantas cosas gusta de hacer, servidor de ustedes, y además tengo la suerte de ser incansable, el aburrimiento no tiene cabida en mi. Nunca creo haberme sentido aburrido.
Tengo decenas de aficiones. La principal es la pesca. Poseo una pequeña embarcación, una Taylor 49, muy marinera con la que acostumbro a hacerme a la mar. Es verdad que cada vez menos porque en verano ni la veo. Uno de mis nietos la hace suya y solo en invierno “me la deja coger”. Otro de mis entretenimientos en la agricultura; es entretenimiento saludable porque se hace mucho ejercicio al aire libre, y es reconfortante cuando llega el tiempo de la cosecha. Por edad, puesto que así debo reconocerlo, cada día cultivo menos, pero en menor cantidad no me faltan las coles, lechugas, acelgas, judías, y en verano los tomates, calabacines, pimientos, cebollas, pepinos y algún melón y sandía.
Me divierte mucho la lectura, y tengo la suerte de haber coleccionado centenares de libros. El teatro es otra de mis pasiones, ya sea revista musical, drama o comedia, ópera o zarzuela. Lo que menos me gusta es oír música, salvo como elemento suave mientras leo. La música estridente me desagrada.
En los juegos mis partidas al dominó, con los amigos, donde nos jugamos el vermú y los berberechos, es cosa casi obligada los sábados por la mañana, salvo que llueva o tenga otra cosa mejor que hacer. Entre la familia el parchís, o el chinchón, también me entretiene.
¿Por qué les digo todo esto? Pues para que vean que motivos para el aburrimiento no tengo, y ojalá tenga siempre las mismas ganas de hacer cosas. El estar siempre distraído es un buena receta para sentirte feliz. Es el mejor consejo que puedo dar.
El P©stiguet