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GIBRALTAR
Gibraltar, tierra amada de nuestra nación.
Que si en Rusia ya triunfó mi división,
no es bastante nuestra hazaña
si es inglesa la bandera del Peñón.
Así cantaban, hace décadas, los jóvenes y aguerridos cachorros de Falange Española. Aquellos aguerridos muchachos, de camisa azul mahón, pantalón corto y más corta sesera, que un día marcharon al frente para favorecer al criminal más grande que ha conocido el mundo, un tal Adolfo Hitler. Así cantaban aquellos aguerridos jóvenes falangistas, que se necesitaron de muchos y la nocturnidad para fusilar a otro hombre joven, hombre de ideas nobles y amante de la Libertad, llamado Federico, y García Lorca de apellidos. Así cantaban aquellos aguerridos cachorros de la fascista Falange Española, que prietas las filas, y guasonamente engañados, transportaron a hombros desde Alacant a Madrid los restos de un marinero, norteamericano, indigente y conocido popularmente como el “Negre Lloma”, creyendo que era el Ausente a quien llevaban, y es que, efectivamente, ausente de la caja mortuoria estaba.
Y así cantaban aquellos jóvenes cachorros de la fascista Falange, padres de los que hoy ensucian fachadas de las sedes de partidos políticos de la izquierda, y es que, como tantas veces digo y repito, el odio es fruto de la frustración más intensa del ser humano, porque sí, lucharon junto al nazismo y fueron derrotados; mataron a un poeta de excelsa calidad, humana y literaria, pero su poesía sigue volando por el mundo y apreciada por millones de hombre y mujeres; y por mucha marranada con la que impregnen las fachadas de las sedes políticas democráticas, su “hazaña” la verán incompleta, comprobando que en lo alto de la Roca sigue ondeando (y ondeará) la bandera británica.
El P©stiguet