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Los estados de ánimo alegre de las personas contribuyen de manera muy positiva en su salud, aun en las personas que se encuentran en estados terminales. El sentido del humor, tan difícil de entender según qué personas, podríamos definirlo como la capacidad de avivar el sentido de gracia en uno mismo y en los que nos rodean. Hay diferentes formas de causar gracia, transmutando actos que por lo general carecen de sentido humorístico y asociándolos con acciones que alguna vez han despertado la hilaridad. Cuando nos reímos, y más si lo hacemos con ganas, todos los problemas y preocupaciones quedan atrás, al menos por un instante, a veces demasiado corto eso es así. Y quizás el sentido de humor hacia uno mismo, el más incomprendido de todos, sea el más placentero y el que más beneficios saludables reporta, pero hay que entenderlo y ponerlo en práctica, y fácil no lo es. Hay muchos prejuicios, temores y complejos en el ser humano para practicarlo, pero haga un esfuerzo y ríase ustedes de sus cosas, de sus aciertos y errores, que la vida son cuatro días, y deje de lado el reírse del prójimo, y especialmente de ese prójimo que usted considera débil o menor… Menos chistes de andaluces, de gallegos, de gangosos, de cojos y lisiados, de chinos y alemanes, de mariquitas y suegras… y ríase de usted. Seguro que lo pasará mejor y motivos para hacerlo tendrá muchos. Seguro; lo digo por propia experiencia.
El P©stiguet