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Es el futuro, y nada despreciable si queremos encontrar un lugar seguro, sin sobresaltos, en donde sacar una buena tajadita mensual. Pero hay que darse prisa, que el cupo puede ser cerrado en poco tiempo, una vez se percate su caudillo que la gran poltrona y los sillones a regalar, ya no están al alcance de su mano. Lo mejor, creo yo, es afiliarse este mismo curso político, que aún puede quedar un sillón vacante, pues posiblemente el aceite de ricino se recete y hayan despidos. Cuando vean de qué manera descienden los apoyos, las aguas, aparentemente mansas, comenzarán a bailar, y es el momento de bendecir al amo para que podamos suplantar a los bailarines.
Y es que la Muerte del Cisne se cierne sobre la obra, ya muy avanzada, y el telón, irremisiblemente, caerá. Muero el cisne, hasta las anátidas aves acuáticas en sus diversos tipos: azulón, cerceta o cuchara, se pondrán nerviosas, y allá, desde el palacete monclovita, una nueva frase, rememorando la antigua, se escribirá desde el azulejo de las montañas: “Pablo, sé fuerte”.
El P©stiguet