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Todo en esta vida tan mercantilista tiene un precio. Todo se vende y todo se compra y el precio va en función de la oferta y la demanda.
Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno de España, tiene, políticamente, un precio. O muchos, no lo sé a ciencia cierta, pero sí conozco con el que lo tasó el señor don Pablo Iglesias, líder de Podemos, para que los españoles pudiéramos librarnos de él y sus nocivas políticas para la parte más débil de la sociedad, y que “los suyos” (los poderosos), no sigan día a día acumulando más riquezas a costa de los cada vez más empobrecidos trabajadores.
Este fue, a groso modo, el precio tasado de Rajoy para que don Pablo se dignase colaborar y quitarnos esta lacra del PP:
Adueñarse de la Vicepresidencia política
El control total del CIS, del BOE y del CNI (casi nada...)
Custro subsecretarías:
Relación con las Cortes
Lucha contra la corrupción (nueva creación a su medida)
De Estado y Presidencia
De Comunicación
Todo ello, en realidad, es un control exhaustivo del Estado y de los ciudadanos. Este es el precio con que lo tasó don Pablo. Nada de ministerios de Trabajo, o Hacienda, desde donde se mejorara la situación de tantos españoles con tantas necesidades., creando industria o facilitando su creación, o bajando los impuestos a los trabajadores y elevándolos a los ricos. Lo importante para él es controlar a todo dios. No lo consiguió, y le importó un pimiento que Rajoy siguiera haciendo de las suyas. Lo posterior, la moción de censura, como dije en su día, fue un sainete, una representación audiovisual, que tanto gusta al político vallecano.
Gracias, de manera irónica, señor don Pablo, por mantenernos con un Gobierno putrefacto. Su nula generosidad para los más necesitados, le pasarán factura. O eso espero… Eso sí, siga con su circo, que ni el de los Hermanos Tonetti lo iguala.
El P©stiguet