Akra-Leuke Profesional
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| Tema: LOS MANTEROS Sáb Ago 11, 2018 2:07 pm | |
| . LOS MANTEROS Usted, casi a buen seguro, me dirá que nunca le ha comprado una gafas, un bolso, un cd, un cinturón o un abanico a un mantero. Que los que les compran son los otros. O sea, como siempre los otros... Por supuesto que no es de recibo que estas personas, los inmigrantes, vendan productos falsificados a la puerta de un señor que paga sus impuestos y que sus artículos tienen factura, con el correspondiente IVA para las arcas de Hacienda que somos todos. Que no contribuyan, con impuestos, a rebajar esa deuda pública que nos dejó Zapatero, y que el PP no ha aumentado en nada, ni un euro ¿verdad que no Mr. Rajoy que usted ni siquiera tocó la hucha de los pensionistas? ¡Faltaría más, con lo justo que es usted!, Usted recibió una mala herencia del Bambi, pero usted de herencia dejada nada, salvo que llamemos así a la gran deuda y a la limpieza de huchas que ha hecho. ¡Qué bribón! A quien hay que criminalizar es a esos subsaharianos que malviven vendiendo objetos sobre una manta, pobres en su mayoría, y excluidos sociales y marginales ¿Verdad señores de la política española? Pues bien, si los Gobiernos de España y el suyo también, don Mari-Ano (aunque llamar de España al suyo lo hago como regalo, pues su Gobierno aquí fue el de la señora Merkel), se hubiesen molestado en solucionar el problema a estos pobres hombres, y perseguir a las mafias que les ofrecen esos productos falsificados para la venta, igual en España hoy no habría un solo mantero, pero: Pero a determinados políticos les son necesarios los inmigrantes, como lo fue la ETA en otros tiempos o los separatistas catalanes, para, con ellos, hacer daño al oponente político restregando estas situaciones de irregularidad que, cuando han podido, no han sabido o no han querido solucionar. Harto (por no decir hasta los coj…) de políticos de mierda, que todo lo basan en el enfrentamiento y en la división de los ciudadanos, les digo a unos y otros que tienen mucha suerte, pese a su mal gobernar, de estar en un país donde las gentes, con su mala fama de violentos, es pacífica, porque en otros lugares igual ya estarían corridos y apaleados y largándolos fuera del territorio. Aquí, de verdad de la buena, sobran muchos. ¡Lárguense!... | |
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