NEROCAESAR escribió:¡Salve Postiguet! Impresionante homenaje a una gran mujer que no conocía. Tiene que ser todo un honor haber tenido el placer de saludarla.


Te dedico el aplauso afectuoso del Senado y el El Pueblo de Roma.

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Batty escribió:Imborrable recuerdo el tuyo, Postiguet. E Impresionante señora... No sabía de su existencia, y me ha encantado conocerla. Ojalá mi abuelo también la hubiera conocido. Mi abuelo paterno pasó cinco años en la cárcel, tres por rojo, y los otros dos por falangista. Así fue. Él era republicano, pero tenía amistad con el cura del pueblo y le ayudó a huir. Y esta hazaña le costó dos años de castigo por parte de los suyos. Así de injusto y absurdo, como todas las guerras.


Efectivamente Batty sería deseable que las guerras fueran desterradas de la humanidad, y, en especial, las llamadas guerras civiles que enfrentan a hermanos contra hermanos. Te narraré, con la mayor brevedad, una historia familiar.

Mi abuelo materno, médico rural en la zona de la Montaña alicantina, al igual que el tuyo salvó de un ataque miliciano a unas monjitas de clausura, valiéndose de su profesión de médico tan respetada en las zonas rurales. Las llevó a nuestra masía y las trasladó después a la capital, colocándolas en casas de familias creyentes.

Ya terminada la guerra, como médico, le fue encomendado el cuidado de dos altos cargos republicanos muy enfermos, casi en fase terminal, que se desplazaron al puerto de Alacant a la espera de que unos buques ingleses los embarcaran huyendo de las tropas franquistas que estaban ya entrando en la ciudad. Por motivos que haría muy larga esta historia solo diré que esos buques, fondeados en la bahía fuera del muelle, no entraron nunca al puerto, y miles de personas se vieron atrapadas, por una parte el mar, y la otra las tropas italianas que los rodearon y apresaron. La historia dice que muchas de estas personas se suicidaron en este recinto portuario ese día 30 de abril de 1939. Los apresados, entre ellos mi abuelo que nada tenía que ver ni con la política ni con la República o el Frente Popular, fueron trasladados a un campo de concentración creado rápidamente a pocos metros del puerto, el tristemente famoso “Campo de los Almendros” donde hoy hay un complejo comercial. Solo te diré, para terminar, que de mi abuelo nunca supimos, ya no le vimos vivo, allí mismo fue fusilado y nadie dio cuenta del por qué, de dónde estaba su cadáver ni nada de nada sabemos hasta hoy. Y esa certeza de que fue fusilado la tenemos por la confirmación de personas que así lo vieron. Nada más te diré, pues de cosas tan tristes mejor no olvidar, pero menos recordar.

El Postiguet

Un abrazo.

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