El sendero de las brujas de Chayorfe

-¡Despierta, Esteban!- dice levantando la voz el Juan.

Tiene razón, el agua de la charca va corriendo por el campo plantado de papas y hay que darle camino con un surco con la guataca en dirección a las parras de uvas blancas .De lo contrario se encharca mucho el suelo y se pudren. Además el patrón  es cicatero con el gasto, sólo lo necesario y a trancar la charca . Don Ramón suele plantarse una vez y sólo una en medio de la faena a distribuir consejos que a uno le cansan. Da muchos, cree que son necesarios y le dejamos que hable. Aún no lo ha hecho y seguro que  viene. Tengo la cabeza revuelta por lo que ví anoche. A lo mejor Juan ha visto algo, vive en El Tablado, al otro lado del barranco.

-Juan, una cosa ¿Ayer no viste por el sendero que va al barranco unas luces? Sería de medianoche.

-¿El de Chayorfe?

-Claro, ¿cual si no?

-No, dormía.

-Yo las ví, eran dos. Cuando doblaron a la izquierda, antes de las cuevas, las perdí de vista.

-Estás chalado. Así estás, durmiendo mal y no trabajando. Viendo cosas que no hay. Ay...-dice como suele en broma cuando algo o alguien le parece tonto y burlándose. Pero hay algo distinto en su voz, no sé el qué.

-No, de verdad. Eran como dos candiles.

-¿Y qué iban a hacer por un lugar oscuro a esas horas? Y en el barranco, a desriscarse.

-Yo te digo que las vi-insistí.

-Chalao, estás jareao por el sol...- y calla.

Don Ramón aparece con sus consejos, la cara colorada y fatigada, en su día dicen que trabajaba de sol a sol pero se ha aficionado al vino que hace y  a la comida a medida que prosperaba. Todo lo que dice sobra porque nos hemos adelantado pero se asiente. Al fondo está la Señorita Marta, que está de risas y cuchicheos con la prima que ha llegado de la capital en el camino de la finca. Es una muchacha bien vistosa con sus rizos castaños y buen talle pero insufrible y altanera. No sé de qué hablan pero da el palpito de que no es casualidad el estar plantadas allí. Don Ramón termina la perorata y las muchachas se van de paseo, seguramente a la fuente. Luego trancar charca, podar, quitar malas hierbas en la parte que se va  plantar con millo, dejar los aperos y a por unas cuartas de vino y un poco queso en las mesas que Don Ramón ha colocado. Al beber sigo distraído pero sigo las conversaciones  y participo en la medida que toca para que no me pregunten más. He decidido que lo de las luces me lo quedo para mí.Juan no habla del tema con los otros jornaleros.  Cualquier cosa del pueblo es sacada punta y revisada del derecho y del revés como un calcetín.  Esta no. Me fijo en Juan. Y noto que juega a lo mismo que yo, es como una revelación o cómo se diga. Mi interés por las luces sigue igual. O es mayor. Echo una risotada falsa al menos hoy, doy una palmada en el espalda a Juan, como siempre y voy a casa. Juan es un buen amigo y pese a ser un poco confianzudo y pasarse de listo es buena gente y directo. Tal vez es que no tiene sitio para nada que no sea lo que se toca y se ve. Será eso. Voy pensándolo por el camino. Y qué hacer, algo se me ocurrirá. No se me dan los planes sino hacer lo que toque en el momento. No es ser valiente, sólo es...ser así.

(Continuará)

Padre hace ruidos al dormir, él dice que se le meten malas ideas y rebrujones en la cabeza. Despierto no esta mucho mejor, hay que sujetarle la soga  a los pantalones o iría por ahí dando pena enseñando las vergüenzas.. Lo que cuenta es que ya está en el camastro y no se ha  quedado durmiendo al raso, que de no estar atento uno pasaría. La luna está  de crecida y hay nubes sueltas que pasan por ella. Desde el ventanuco echo un ojo al camino del barranco. Pienso en ánimas, ¿a quienes pertenecerán? ¿Quién murió en el barranco? No lo sé. Al final del sendero están las cuevas, dicen que habían cosas sueltas de los antiguos. Trozos de barro cocido. También por el pueblo que debajo de las cuevas, si arriesgabas un poco sin partirte la cabeza, y a mucha distancia,  estaban los difuntos antiguos que se llevaron, eso lo ví cuando los levantaban en fardos por el aire con unas poleas y unas cuerdas. Hombres bien curiosos esos que se  las llevaban a estudiarlas y a museos, que será como un camposanto, supongo. ¿Serán las luces ellos? Reconozco que antes de que se llevasen a los muertos bajé a verlos, a nadie se lo he contado.  Estaban acostados sobre una tablillas, envueltos en un manto de cuerpo entero y con la cabeza reseca al descubierto.A lado tenía unos cuencos con piedras pulidas y otras cosas. Palpé la cabeza de uno de ellos, era como el cuero y el semblante del muerto no era para tranquilizar con aquella boca bien abierta. Durante un buen rato la cabeza, después el manto. Aunque tentado no me llevé nada de la cueva cementerio. Así que por mí no vendrían a pedir lo suyo. En todo caso a los hombres del tal museo, que se habían llevado todo y les habían movido.

En las cuevas de arriba, a las que lleva el camino,  no hay mucho que ver salvo unos dibujos escondidos . Solía jugar por allí a hacer eco con la voz y a cazar lagartos. Era honda la mayor, se dividía en dos por una roca caída a pico y al fondo había un agujero bien pequeño que no llevaba a ninguna parte. Te agachabas, ibas encorvado llevando luz y terminaba en una pared donde supongo que los antiguos habían dejado unas señales. Eran 3 rayas como dos palos cruzados en lo alto y y uno debajo y un redondel abajo en rojo. Con el rabillo de ojo veo las luces por las que montaba guardia. Se mueven con tranquilidad y de un salto bajo las escaleras y salgo por la puerta a investigar. ¿Qué hacer con las luces? Tampoco tengo idea, quiero verlas de cerca. Si al curioso lo mató el gato como dicen antes lo habría pasado bien y  lo mejor le compensaba, digo yo.

Voy como cuando iba por el hueco de las cuevas, agachado y lento. El camino lo conozco bien, lo podría hacer con los ojos cerrados y además  están las luces que iluminan un poco. Estoy a unas cuantas zancadas de ellas y veo que los espíritu llevan ropa y unas capuchas grises. Por su figura diría que son mujeres. Una coruja lanza su canto en las ramas de un almendro desmochado en lo alto.. Las luces se giran a comprobarlo y ay, creo que me han visto. Me voy junto  a la pared del risco y me hago pequeño. Entonces escucho una voz, que dice más o menos lo siguiente en voz ronca:

-¡Oh, enviado de Lucifer, haz que nuestro encuentro  hacia ti  sea seguro! ¡ Que el que lo impida, hombre, mujer o niño sufra la tisis, la roña, las fiebres y las enfermedades secretas! ¡En tus manos está castigarle, Belcebú,  y de  la corte de los condenados que lamen tus pies! ¡Hacednos el favor!

Confieso que me entra el terror en el cuerpo, tanto por las palabras como por silbidos y gruñidos que soltaban, fui retrocediendo y cuando juzgué conveniente salí corriendo. Entre las maldiciones, y los gruñidos creí escuchar una risa. Una risa familiar. pese a que había puesto las manos como bocina y falseado la voz.  Volví a casa pensando en lo sucedido y pasando la noche en vela ¡El Diablo! A tiro de piedra de donde vivía,. Y la hija del patrón metida en bailarle,  llamarlo o sabe Dios lo que harían, juraría que era su risa . Era interesante, no se podía negar.

(Continuará)

Opción 1: es el diablo al que van a convocar.
Opción 2. no es el diablo.
De todas formas tengo mucha pereza con esto...pero voten por el final que prefieran.

Tatsumaru escribió:

Opción 1: es el diablo al que van a convocar.
Opción 2. no es el diablo.
De todas formas tengo mucha pereza con esto...pero voten por el final que prefieran.

No era el diablo: era Pablo Iglesias.

Salú y República.

Opción 2


P.D: Muy buena la historia

El llobu escribió:

Tatsumaru escribió:

Opción 1: es el diablo al que van a convocar.
Opción 2. no es el diablo.
De todas formas tengo mucha pereza con esto...pero voten por el final que prefieran.

No era el diablo: era Pablo Iglesias.

Salú y República.

Está ambientado por los años 30  del siglo pasado aunque no se diga y la historia real en la que se basa sucedió por esas fechas...está complicao que salga.

Tatsumaru escribió:

El llobu escribió:

Tatsumaru escribió:

Opción 1: es el diablo al que van a convocar.
Opción 2. no es el diablo.
De todas formas tengo mucha pereza con esto...pero voten por el final que prefieran.

No era el diablo: era Pablo Iglesias.

Salú y República.

Está ambientado por los años 30  del siglo pasado aunque no se diga y la historia real en la que se basa sucedió por esas fechas...está complicao que salga.

Ha sido muy divertido leerla.

Salú y República.

Estaba preparado, con la vista puesta a la entrada del camino. Del Diablo no sabía más que lo que el Padre Baez contaba  en el púlpito, y me parecía un cuento para asustar viejas. Haberle ido a preguntarle por el Diablo por estos pagos mientras daba de comer a sus gallinas con aire preocupado no parecía buena idea, el padre comenzaba a chochear y a veces uno le sorprendía bendiciendo a los animales y agachado en el camino siguiendo las hileras de hormigas atento, diciendo que admiraba su trabajo y que tendríamos que aprender de ellas. Si le seguías la corriente y les echabas una miga d epan te abroncaba, no había que ayudarlas y viciarlas, decía.. De todas formas yo sabría más que él si tenía suerte. Cuernos, fuego o lo que sea como me llamo Estebán que tengo que verlo. La señorita y su prima seguían con sus quehaceres, la señorita metiéndose donde no la llamaban en el trabajo en la finca y la observaba a distancia, no sabía como hilar una conversación sobre lo que hacía con naturalidad y como miraba altanera, como siempre, no animaba. No habían señales que delatasen su pacto con el  maligno, ya era de natural insoportable y eso no había variado. Vienen las luces de los candiles y van con paso firme pero de repente noto que se paran y se dan la vuelta oteando los alrededores. Cuento con ello. Las sigo a unos veinte pasos y hacen lo mismo dos veces, parándose y mirándo. Oigo un par de risas que me llega a retazos, algo de que "estará con los huevos bien apretados." Se meten en la cueva y me coloco pegado a la pared de entrada. Espero oir cómo le cantan o llaman pero conversan. Estoy tranquilo, a lo mejor decepcionado, hasta que se escucha en la noche un ruido como de coruja pero conozco el canto y parece alguien que lo imita. El ruido viene del lado opuesto, es donde bajas un barranquillo y arriba hay un par de casas. Unas luces se ven iluminado las piedras y el borde del sendero.  Cuando noto que han entrado miro desde la esquina y son dos mozos, y me doy cuenta de que uno es Juan y el otro el hijo del molinero. Juan agarra de la mano a la señorita entre arrumacos y besos y lo mismo hace el hijo del molinero con la prima y se separan, cada pareja a una parte de a cueva. En cuclillas voy hacia dentro y prefiero observar que hacen la señorita y juan. Bien, el Diablo no sé qué tendría que ver con aquello, a lo mejor lo que decía el Padre Beaz del demonio de la carne. Bien vistosa era la señorita sin sus ropas.

Comencé a sonreír y luego a  reír pensando en  lo que habían maquinado para encontrarse en sus amoríos. No sé que me entró ni el por qué, tal vez todas las matraquillas sobre demonios que esperaba ver y que resultaban en esto,  pero salí de la cueva y a una distancia prudencial hice bocina con las manos y variando un poco la voz dije:

-¡Cuidado con el demonio de la verga y las enfermedades secretas!- y juro que estaba muerto de la risa y más cuando imagine´el desconcierto que tendrían los adoradores del diablo. Les estaba bien empleado por lanzar maldiciones y había que devolverla.

Sobre la señorita y su secreto ya pensaría en algo conveniente. El Domingo baja al pueblo a comprar pescado y y yo haría lo mismo. Patrón te entregaba dinero como siempre que habían elecciones, así que me iría a la taberna a su salud y encontraría la forma de hablar con ella envalentonado con el vino. Y a ver.

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