Cuando aparecieron los primeros casos de coronavirus en Occidente, haya en el mes de marzo en Italia y España, sorprendentemente la sociedad parecía que se cumplía medianamente las normas, se resignaba , no se si por medio o porque cuando vivimos en sociedad tendemos a ser obedientes, cual rebaño, pero una vez que empezó la famosa curva y los muertos y contagiados disminuyeron, y se intento volver a la normalidad, la cosa se jodió y ademas rápidamente, nos aseguraron que seria para Otoño , cuando podría haber rebrotes, pero fue empezar el Verano y los rebrotes , no solo en España, sino en otros países se multiplicaron
Y casi todas las acusaciones de este nuevo episodio señala a los jóvenes , pero para sobre todo al ocio. Se ve que el occidental, en ese mundo suyo interior, en el que vive, donde le es ajeno lo que pasa en otras sociedades, mientras no le afecte, se ha lanzado como un toro de miura, a sus adicciones habituales, "bares, fiestas, reuniones, playa, viajes, etc" con lo que esto conlleva, pues todas estas actividades tienen como norma común la sociabilidad, todo lo contrario a lo que nos indican las autoridades, el famoso distanciamiento social
Borrachos, drogadictos, fumadores, vagos y gentuza varia, atesta bares, discotecas, hacen fiestas clandestinas o botellones, porque si, porque esta es la estúpida filosofía occidental, "vivir la vida a tope" disfrutar de ella, viva la juerga, hay que estrujar la vida , comiendo, bebiendo y estando de fiesta lo máximo posible, viva el ocio y el cachondeo, que no se vivir sin el