ESE TORO ENAMORADO DE LA LUNA
Ese toro enamorado de la Luna
que abandona por las noches la maná
es pintado de azabache y aceituna
y le puso “Campanero” el mayoral.
¿Qué os parece este estribillo?
La luna siempre ha ejercido para el hombre un gran atractivo, y, por lo que se ve, también a los cornúpetas le hace tilín, ya que al amparo de la noche se escapan de la manada para, escondidos tras los matorrales del aromático romero, alzar la vista a la enigmática Selene y enamorarse perdidamente de ella.
Y si el cornúpeta es de color azabache y aceitunado, aún es más admirable su enamoramiento, porque sabiendo que mañana, o pasado, o el día de san Eugenio morirá en las Ventas mientras la chulapona va hacia el Prado, no sabemos si para contemplar el Cristo de Velázquez, olvidará las varas de reglamento que recibirá en su cuerpo, los rehiletes emperifollados de papel de seda multicolor y finalmente el estoque certero marcado a lento volapié. Y morirá pasadas las cinco de la tarde, hora trágica en los redondeles de España, ensangrentando el albero, y por más que busque desesperado, como ayer lo hiciera el maletilla intentando localizar a su Luna de ayer, ésta, que es una mujer y que hace beber los vientos al mismísimo Sol de España, se olvidará de uno y otro. Porque todos sabemos que cada anochecer, y mientras el Sol se apaga, la Luna lunera cascabelera, sale a la calle con andares de gitana.
El Postiguet
.