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Lo más indignante es que los mismos que hablan hasta la saciedad de la injerencia rusa son los mismos que, sin el menor pudor, tratan de influir en las elecciones mediante todo tipo de amenazas. La última voz en advertirnos del apocalipsis que representaría un gobierno conservador en Italia ha sido la de la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: “Veremos el resultado de las elecciones en Italia. Si las cosas se tuercen, tenemos herramientas como en el caso de Polonia y Hungría”. A pesar de no haber sido votada por nadie, Von der Leyen sabe cómo tienen que votar “bien” los italianos y dispone de las “herramientas” para corregir su voto si es necesario. Esta soberbia de Bruselas tampoco es nueva, recordemos al popular González Pons sobre Polonia: “Intentaremos ayudar a la sociedad polaca con el cambio de régimen, ya que el gobierno no parece ser bueno para Polonia”. Parece que los polacos, los húngaros y ahora los italianos, no saben votar. En los despachos de Bruselas están muy nerviosos por el giro a la derecha y al sentido común que se está dando en toda Europa, ayer en Suecia, hoy posiblemente en Italia y mañana quién sabe.
Avanti Ragazzi di Roma. Por Álvaro Peñas | El Correo de España (elcorreodeespana.com)