el.loco.lucas escribió:Menudo nivel de dar coces al diccionario... "Inmesicorde" en lugar de "inmisericorde". Con ese nivel qué puede uno esperar...
Esa es muy fácil: que quien cree que alguien ha hecho el ridículo no tiene ni puta idea de quién lo ha hecho y se suma al carro de hacer el ridículo sin ninguna vergüenza.
Salú y República.
Tatsumaru escribió:
Z escribió:'
[size=42]La izquierda mediática inmesicorde con unos memes vejatorios sobre la ancianidad de Tamames. Les duele mucho que recordase los crímenes del PSOE.[/size]
La izquierda mediática inmesicorde con unos memes vejatorios sobre la ancianidad de Tamames. Les duele mucho que recordase los crímenes del PSOE – ÑTV España (ntvespana.com)
Abrid enlaces para ver algunos "memes"!
Mientras pide respeto esa misma página nos cuenta que:
"Supremacista catalana muestra su complejo cateto" "pero ya estamos de talibanes tontolabas hasta las narices." "cuando los Medios y las Redes se hacen ratas para todos unidos comerse a VOX" "una guapa con dientes (la Vestringe), un golfo (Monedero)" "Esto de las ayudas sociales no es un invento de la criminal y ladrona izquierda " "La MEMA, médico y madre, la analfabeta de Mónica García."
Y sigue y sigue.
Los de ese panfleto son un grupo de analfabetos cargados de odio, por mezquina envidia, hacia cualquiera que sepa leer y escribir correctamente.
El llobu escribió: Esa es muy fácil: que quien cree que alguien ha hecho el ridículo no tiene ni puta idea de quién lo ha hecho y se suma al carro de hacer el ridículo sin ninguna vergüenza.
Salú y República.
Tatsumaru escribió: Mientras pide respeto esa misma página nos cuenta que:
"Supremacista catalana muestra su complejo cateto" "pero ya estamos de talibanes tontolabas hasta las narices." "cuando los Medios y las Redes se hacen ratas para todos unidos comerse a VOX" "una guapa con dientes (la Vestringe), un golfo (Monedero)" "Esto de las ayudas sociales no es un invento de la criminal y ladrona izquierda " "La MEMA, médico y madre, la analfabeta de Mónica García."
Y sigue y sigue.
Los de ese panfleto son un grupo de analfabetos cargados de odio, por mezquina envidia, hacia cualquiera que sepa leer y escribir correctamente.
A) Un borrón lo hace el mejor escribano... B) Los de ese "panfleto" como tu le llamas no tienen nada de analfabetos... solo están hasta los "webbs" de la prepotente izquierda...
Una descripción del gigante cultural y de su obra Historia de Elio . De cuando no era un señor mayor al que hay que tenerle respeto por obligación y se le podía llamar mezquino . medocre y fascista pese a su disfraz en 1976.
"Literariamente, la novela que ha escrito Tamames en su cautiverio es uno de los peores engendros publicados en la España de la guerra. Partiendo de la idea de Thomas Mann en su Doktor Faustus, el amigo mediocre que se convierte en albacea del genio, Tamames —el mejor amigo de sí mismo— inicia con desvergüenza un demencial recorrido por su vida. Él es Elio, ¿el sol?, ¿el gas que se eleva y se expande? Él es el héroe, voluntarista y positivo, que toma de la mano al lector y lo lleva por un largo camino, al cabo del cual debería aparecer toda la grandeza de Elio; pero Elio es, sin duda, tan mediocre como su narrador y entre ambos, espejos del autor, solo consiguen arrastrarnos a un mediocre sueño de niño fantasioso y un poco tonto.
Pero despectivamente suficiente. Con un elitismo que solo puede ser fruto de la propia ignorancia.
Con suficiencia, habla y dirige al proletariado militante y olé, o reflexiona sobre el arte de novelar con inimaginable alegría. Se inciensa como conductor, admirado por estudiantes y obreros, o escribe, sin el menor temblor en el pulso, que el Quijote es farragosa, que Cien años de soledad es plúmbea y se permite darnos algunos consejos a todos sobre cómo hay que escribir.
Sin olvidar nunca la clave del enigma: Tamames, como tantos políticos de derecha, tiene un profundo deseo de gobernar, aunque, como demócrata que intenta ser, lo reprime parcialmente y espera gobernar no para siempre, sino solo durante una temporada: hasta que estemos todos maduros él llevará las riendas con firmeza e ilustración bien intencionada. Luego, se irá y sal dremos todos al aeropuerto a despedirlo y todos los hombres querremos estrechar sus manos y todas las mujeres besarán sus mejillas.
Por ese tobogán de sombras, el lector se enfrenta con el hecho de que la novela de Tamames es lo más lejano a una novela marxista, en cualquiera de las acepciones en que se tome el término. Incluso es bastante evidente que, a pesar de todas las buenas intenciones del novelista, su obra es uno de los productos más claramente fascistas que conozco en literatura castellana.
Haciendo un flaco servicio a la clase que dice defender, al partido que pertenece, a los demócratas en general y a Marx y Engels en particular, Tamames ha tergiversado una política de oposición hasta convertirla en siniestra caricatura de la política del propio poder. Y ha demostrado de un modo casi pedagógico cómo la ideología fascista impregna sectores amplios de quienes, de algún modo, se creen rescatados de ella.
Porque la voluntad como motor, los salvadores de la patria, el superhombre, o el superElio, o el superTamames, la visión de la historia como historia hecha por las minorías, el golpismo como método de acceso al poder, las marchas sobre Roma, o sobre Presidencia del Gobierno, el auto-Tamames-for-president, y el papel de las masas como comparsa vestida de lagarterana, la espera del pueblo hasta la madurez —que seguimos verdes, señor, que seguimos verdes—, y, por último, el reinar después de morir, permaneciendo entre nosotros en forma de espíritu invisible (que es otro de los sueños noveleros del señor Tamames que, por suerte para nosotros, es, como casi todos sus sueños, absolutamente irrealizable) son cosas que nos han olido a cuerno quemado durante demasiados años."
Pd: Tamames se alió con Lara para el negocio de que su novela fuese finalista del Premio Planeta.
Tatsumaru escribió:Una descripción del gigante cultural y de su obra Historia de Elio . De cuando no era un señor mayor al que hay que tenerle respeto por obligación y se le podía llamar mezquino . medocre y fascista pese a su disfraz en 1976.
"Literariamente, la novela que ha escrito Tamames en su cautiverio es uno de los peores engendros publicados en la España de la guerra. Partiendo de la idea de Thomas Mann en su Doktor Faustus, el amigo mediocre que se convierte en albacea del genio, Tamames —el mejor amigo de sí mismo— inicia con desvergüenza un demencial recorrido por su vida. Él es Elio, ¿el sol?, ¿el gas que se eleva y se expande? Él es el héroe, voluntarista y positivo, que toma de la mano al lector y lo lleva por un largo camino, al cabo del cual debería aparecer toda la grandeza de Elio; pero Elio es, sin duda, tan mediocre como su narrador y entre ambos, espejos del autor, solo consiguen arrastrarnos a un mediocre sueño de niño fantasioso y un poco tonto.
Pero despectivamente suficiente. Con un elitismo que solo puede ser fruto de la propia ignorancia.
Con suficiencia, habla y dirige al proletariado militante y olé, o reflexiona sobre el arte de novelar con inimaginable alegría. Se inciensa como conductor, admirado por estudiantes y obreros, o escribe, sin el menor temblor en el pulso, que el Quijote es farragosa, que Cien años de soledad es plúmbea y se permite darnos algunos consejos a todos sobre cómo hay que escribir.
Sin olvidar nunca la clave del enigma: Tamames, como tantos políticos de derecha, tiene un profundo deseo de gobernar, aunque, como demócrata que intenta ser, lo reprime parcialmente y espera gobernar no para siempre, sino solo durante una temporada: hasta que estemos todos maduros él llevará las riendas con firmeza e ilustración bien intencionada. Luego, se irá y sal dremos todos al aeropuerto a despedirlo y todos los hombres querremos estrechar sus manos y todas las mujeres besarán sus mejillas.
Por ese tobogán de sombras, el lector se enfrenta con el hecho de que la novela de Tamames es lo más lejano a una novela marxista, en cualquiera de las acepciones en que se tome el término. Incluso es bastante evidente que, a pesar de todas las buenas intenciones del novelista, su obra es uno de los productos más claramente fascistas que conozco en literatura castellana.
Haciendo un flaco servicio a la clase que dice defender, al partido que pertenece, a los demócratas en general y a Marx y Engels en particular, Tamames ha tergiversado una política de oposición hasta convertirla en siniestra caricatura de la política del propio poder. Y ha demostrado de un modo casi pedagógico cómo la ideología fascista impregna sectores amplios de quienes, de algún modo, se creen rescatados de ella.
Porque la voluntad como motor, los salvadores de la patria, el superhombre, o el superElio, o el superTamames, la visión de la historia como historia hecha por las minorías, el golpismo como método de acceso al poder, las marchas sobre Roma, o sobre Presidencia del Gobierno, el auto-Tamames-for-president, y el papel de las masas como comparsa vestida de lagarterana, la espera del pueblo hasta la madurez —que seguimos verdes, señor, que seguimos verdes—, y, por último, el reinar después de morir, permaneciendo entre nosotros en forma de espíritu invisible (que es otro de los sueños noveleros del señor Tamames que, por suerte para nosotros, es, como casi todos sus sueños, absolutamente irrealizable) son cosas que nos han olido a cuerno quemado durante demasiados años."
Pd: Tamames se alió con Lara para el negocio de que su novela fuese finalista del Premio Planeta.
Habeis leido todo el tocho del enlace de "elconfidencial"? y sobre todo habeis leido los comentarios que hay en dicho enlace? algunos no tienen desperdicio...
Tatsumaru escribió:Una descripción del gigante cultural y de su obra Historia de Elio . De cuando no era un señor mayor al que hay que tenerle respeto por obligación y se le podía llamar mezquino . medocre y fascista pese a su disfraz en 1976.
"Literariamente, la novela que ha escrito Tamames en su cautiverio es uno de los peores engendros publicados en la España de la guerra. Partiendo de la idea de Thomas Mann en su Doktor Faustus, el amigo mediocre que se convierte en albacea del genio, Tamames —el mejor amigo de sí mismo— inicia con desvergüenza un demencial recorrido por su vida. Él es Elio, ¿el sol?, ¿el gas que se eleva y se expande? Él es el héroe, voluntarista y positivo, que toma de la mano al lector y lo lleva por un largo camino, al cabo del cual debería aparecer toda la grandeza de Elio; pero Elio es, sin duda, tan mediocre como su narrador y entre ambos, espejos del autor, solo consiguen arrastrarnos a un mediocre sueño de niño fantasioso y un poco tonto.
Pero despectivamente suficiente. Con un elitismo que solo puede ser fruto de la propia ignorancia.
Con suficiencia, habla y dirige al proletariado militante y olé, o reflexiona sobre el arte de novelar con inimaginable alegría. Se inciensa como conductor, admirado por estudiantes y obreros, o escribe, sin el menor temblor en el pulso, que el Quijote es farragosa, que Cien años de soledad es plúmbea y se permite darnos algunos consejos a todos sobre cómo hay que escribir.
Sin olvidar nunca la clave del enigma: Tamames, como tantos políticos de derecha, tiene un profundo deseo de gobernar, aunque, como demócrata que intenta ser, lo reprime parcialmente y espera gobernar no para siempre, sino solo durante una temporada: hasta que estemos todos maduros él llevará las riendas con firmeza e ilustración bien intencionada. Luego, se irá y sal dremos todos al aeropuerto a despedirlo y todos los hombres querremos estrechar sus manos y todas las mujeres besarán sus mejillas.
Por ese tobogán de sombras, el lector se enfrenta con el hecho de que la novela de Tamames es lo más lejano a una novela marxista, en cualquiera de las acepciones en que se tome el término. Incluso es bastante evidente que, a pesar de todas las buenas intenciones del novelista, su obra es uno de los productos más claramente fascistas que conozco en literatura castellana.
Haciendo un flaco servicio a la clase que dice defender, al partido que pertenece, a los demócratas en general y a Marx y Engels en particular, Tamames ha tergiversado una política de oposición hasta convertirla en siniestra caricatura de la política del propio poder. Y ha demostrado de un modo casi pedagógico cómo la ideología fascista impregna sectores amplios de quienes, de algún modo, se creen rescatados de ella.
Porque la voluntad como motor, los salvadores de la patria, el superhombre, o el superElio, o el superTamames, la visión de la historia como historia hecha por las minorías, el golpismo como método de acceso al poder, las marchas sobre Roma, o sobre Presidencia del Gobierno, el auto-Tamames-for-president, y el papel de las masas como comparsa vestida de lagarterana, la espera del pueblo hasta la madurez —que seguimos verdes, señor, que seguimos verdes—, y, por último, el reinar después de morir, permaneciendo entre nosotros en forma de espíritu invisible (que es otro de los sueños noveleros del señor Tamames que, por suerte para nosotros, es, como casi todos sus sueños, absolutamente irrealizable) son cosas que nos han olido a cuerno quemado durante demasiados años."
Pd: Tamames se alió con Lara para el negocio de que su novela fuese finalista del Premio Planeta.
Habeis leido todo el tocho del enlace de "elconfidencial"? y sobre todo habeis leido los comentarios que hay en dicho enlace? algunos no tienen desperdicio...
Si te refieres a los comentarios de cabezas huecas de la especie idiota con pretensiones ( pretenciosus ignari hispanicum ) sí, no tienen desperdicio.
Tatsumaru escribió:Una descripción del gigante cultural y de su obra Historia de Elio . De cuando no era un señor mayor al que hay que tenerle respeto por obligación y se le podía llamar mezquino . medocre y fascista pese a su disfraz en 1976.
"Literariamente, la novela que ha escrito Tamames en su cautiverio es uno de los peores engendros publicados en la España de la guerra. Partiendo de la idea de Thomas Mann en su Doktor Faustus, el amigo mediocre que se convierte en albacea del genio, Tamames —el mejor amigo de sí mismo— inicia con desvergüenza un demencial recorrido por su vida. Él es Elio, ¿el sol?, ¿el gas que se eleva y se expande? Él es el héroe, voluntarista y positivo, que toma de la mano al lector y lo lleva por un largo camino, al cabo del cual debería aparecer toda la grandeza de Elio; pero Elio es, sin duda, tan mediocre como su narrador y entre ambos, espejos del autor, solo consiguen arrastrarnos a un mediocre sueño de niño fantasioso y un poco tonto.
Pero despectivamente suficiente. Con un elitismo que solo puede ser fruto de la propia ignorancia.
Con suficiencia, habla y dirige al proletariado militante y olé, o reflexiona sobre el arte de novelar con inimaginable alegría. Se inciensa como conductor, admirado por estudiantes y obreros, o escribe, sin el menor temblor en el pulso, que el Quijote es farragosa, que Cien años de soledad es plúmbea y se permite darnos algunos consejos a todos sobre cómo hay que escribir.
Sin olvidar nunca la clave del enigma: Tamames, como tantos políticos de derecha, tiene un profundo deseo de gobernar, aunque, como demócrata que intenta ser, lo reprime parcialmente y espera gobernar no para siempre, sino solo durante una temporada: hasta que estemos todos maduros él llevará las riendas con firmeza e ilustración bien intencionada. Luego, se irá y sal dremos todos al aeropuerto a despedirlo y todos los hombres querremos estrechar sus manos y todas las mujeres besarán sus mejillas.
Por ese tobogán de sombras, el lector se enfrenta con el hecho de que la novela de Tamames es lo más lejano a una novela marxista, en cualquiera de las acepciones en que se tome el término. Incluso es bastante evidente que, a pesar de todas las buenas intenciones del novelista, su obra es uno de los productos más claramente fascistas que conozco en literatura castellana.
Haciendo un flaco servicio a la clase que dice defender, al partido que pertenece, a los demócratas en general y a Marx y Engels en particular, Tamames ha tergiversado una política de oposición hasta convertirla en siniestra caricatura de la política del propio poder. Y ha demostrado de un modo casi pedagógico cómo la ideología fascista impregna sectores amplios de quienes, de algún modo, se creen rescatados de ella.
Porque la voluntad como motor, los salvadores de la patria, el superhombre, o el superElio, o el superTamames, la visión de la historia como historia hecha por las minorías, el golpismo como método de acceso al poder, las marchas sobre Roma, o sobre Presidencia del Gobierno, el auto-Tamames-for-president, y el papel de las masas como comparsa vestida de lagarterana, la espera del pueblo hasta la madurez —que seguimos verdes, señor, que seguimos verdes—, y, por último, el reinar después de morir, permaneciendo entre nosotros en forma de espíritu invisible (que es otro de los sueños noveleros del señor Tamames que, por suerte para nosotros, es, como casi todos sus sueños, absolutamente irrealizable) son cosas que nos han olido a cuerno quemado durante demasiados años."
Pd: Tamames se alió con Lara para el negocio de que su novela fuese finalista del Premio Planeta.
Tatsumaru escribió:Una descripción del gigante cultural y de su obra Historia de Elio . De cuando no era un señor mayor al que hay que tenerle respeto por obligación y se le podía llamar mezquino . medocre y fascista pese a su disfraz en 1976.
"Literariamente, la novela que ha escrito Tamames en su cautiverio es uno de los peores engendros publicados en la España de la guerra. Partiendo de la idea de Thomas Mann en su Doktor Faustus, el amigo mediocre que se convierte en albacea del genio, Tamames —el mejor amigo de sí mismo— inicia con desvergüenza un demencial recorrido por su vida. Él es Elio, ¿el sol?, ¿el gas que se eleva y se expande? Él es el héroe, voluntarista y positivo, que toma de la mano al lector y lo lleva por un largo camino, al cabo del cual debería aparecer toda la grandeza de Elio; pero Elio es, sin duda, tan mediocre como su narrador y entre ambos, espejos del autor, solo consiguen arrastrarnos a un mediocre sueño de niño fantasioso y un poco tonto.
Pero despectivamente suficiente. Con un elitismo que solo puede ser fruto de la propia ignorancia.
Con suficiencia, habla y dirige al proletariado militante y olé, o reflexiona sobre el arte de novelar con inimaginable alegría. Se inciensa como conductor, admirado por estudiantes y obreros, o escribe, sin el menor temblor en el pulso, que el Quijote es farragosa, que Cien años de soledad es plúmbea y se permite darnos algunos consejos a todos sobre cómo hay que escribir.
Sin olvidar nunca la clave del enigma: Tamames, como tantos políticos de derecha, tiene un profundo deseo de gobernar, aunque, como demócrata que intenta ser, lo reprime parcialmente y espera gobernar no para siempre, sino solo durante una temporada: hasta que estemos todos maduros él llevará las riendas con firmeza e ilustración bien intencionada. Luego, se irá y sal dremos todos al aeropuerto a despedirlo y todos los hombres querremos estrechar sus manos y todas las mujeres besarán sus mejillas.
Por ese tobogán de sombras, el lector se enfrenta con el hecho de que la novela de Tamames es lo más lejano a una novela marxista, en cualquiera de las acepciones en que se tome el término. Incluso es bastante evidente que, a pesar de todas las buenas intenciones del novelista, su obra es uno de los productos más claramente fascistas que conozco en literatura castellana.
Haciendo un flaco servicio a la clase que dice defender, al partido que pertenece, a los demócratas en general y a Marx y Engels en particular, Tamames ha tergiversado una política de oposición hasta convertirla en siniestra caricatura de la política del propio poder. Y ha demostrado de un modo casi pedagógico cómo la ideología fascista impregna sectores amplios de quienes, de algún modo, se creen rescatados de ella.
Porque la voluntad como motor, los salvadores de la patria, el superhombre, o el superElio, o el superTamames, la visión de la historia como historia hecha por las minorías, el golpismo como método de acceso al poder, las marchas sobre Roma, o sobre Presidencia del Gobierno, el auto-Tamames-for-president, y el papel de las masas como comparsa vestida de lagarterana, la espera del pueblo hasta la madurez —que seguimos verdes, señor, que seguimos verdes—, y, por último, el reinar después de morir, permaneciendo entre nosotros en forma de espíritu invisible (que es otro de los sueños noveleros del señor Tamames que, por suerte para nosotros, es, como casi todos sus sueños, absolutamente irrealizable) son cosas que nos han olido a cuerno quemado durante demasiados años."
Pd: Tamames se alió con Lara para el negocio de que su novela fuese finalista del Premio Planeta.
Tamamen en sus comienzos estaba militante contra Franco y sólo por esto automáticamente con el PC, pero no por ser comunista, esto nunca ha sido, mostrándolo después cambiando de partidos más que sus calconcillos, cada vez más hacia la derecha, para acabar al lado de VOX, no a la derecha tan rancia, pero casi. Para acabar de lucir su egolatría, poniendo a la venta su discurso en esta movida de censura tan patética.
el.loco.lucas escribió:Si quieres que se te entienda deberías esforzarte en redactar un poco mejor.
Es muy fácil entender lo que he escrito!
Ni idea, no sé si preguntas si Chirbes era comunista , la respuesta es sí. Tamames supuestamente también cuándo publicó el libro en 1976. El porqué consideraba que tenía ideas fascistas está expuesto en la crítica literaria (1976, no ahora) muy claro y sería pisar el sembrado. Nadie recordaba esta novela pese a su éxito, pregúntate el por qué.
Desde luego, el momento "vaya chapa que me estás dando" y la cara de desolación de Tamames cuando estaba Sánchez en la tribuna, es impagable. Supongo que a esa edad ya no es capaz uno de ordenar al rostro que no transmita lo que siente en el interior.
Manué escribió:Desde luego, el momento "vaya chapa que me estás dando" y la cara de desolación de Tamames cuando estaba Sánchez en la tribuna, es impagable. Supongo que a esa edad ya no es capaz uno de ordenar al rostro que no transmita lo que siente en el interior.
Pero no es por la edad. Es que Tamames había ido a "hablar de su libro" y todo lo demás le sobraba.
Señor Tamames, quien esto le escribe ha cumplido ya los 86 años... y medio, o sea, muy cercano a los de usted. Y me dirijo, con todo el respeto del mundo que por edad y categoría me merece, para decirle que por mi parte, ni por todo el oro del mundo, ni porque me rían las gracias o me dieran jabón, me prestaría a ser el títere de nadie, que es lo que ha hecho usted.
Usted, que por inteligente le tengo, sabía muy mucho, que la moción de censura no prosperaría, pero hacerle ese el papelón al señor Abascal, no creo, al menos no lo creía, fuera digno de usted. Ha perdido durante este ridículo viaje, toda la dignidad que pudiera haber almacenado en su larga trayectoria, seguramente mucha... Se lo digo honestamente, y sin inquina alguna, ya que si sobre nadie la tengo, menos con usted.
Creo que se habrá dado cuenta de que lo han utilizado con al bufón de la corte por parte de Vox, y aunque le hayan calentado las orejas, ahora, fuera de parabienes y estrechar de manos, se habrá dado cuenta del ridículo que ha hecho ante millones de españoles. Intente olvidarlo, pues no creo que merezca la pena pensar en ello. Todos los humanos cometemos errores, pero a cierta edad y de ese monumental tamaño, debiéramos estar alejados.
Señor Tamames, quien esto le escribe ha cumplido ya los 86 años... y medio, o sea, muy cercano a los de usted. Y me dirijo, con todo el respeto del mundo que por edad y categoría me merece, para decirle que por mi parte, ni por todo el oro del mundo, ni porque me rían las gracias o me dieran jabón, me prestaría a ser el títere de nadie, que es lo que ha hecho usted.
Usted, que por inteligente le tengo, sabía muy mucho, que la moción de censura no prosperaría, pero hacerle ese el papelón al señor Abascal, no creo, al menos no lo creía, fuera digno de usted. Ha perdido durante este ridículo viaje, toda la dignidad que pudiera haber almacenado en su larga trayectoria, seguramente mucha... Se lo digo honestamente, y sin inquina alguna, ya que si sobre nadie la tengo, menos con usted.
Creo que se habrá dado cuenta de que lo han utilizado con al bufón de la corte por parte de Vox, y aunque le hayan calentado las orejas, ahora, fuera de parabienes y estrechar de manos, se habrá dado cuenta del ridículo que ha hecho ante millones de españoles. Intente olvidarlo, pues no creo que merezca la pena pensar en ello. Todos los humanos cometemos errores, pero a cierta edad y de ese monumental tamaño, debiéramos estar alejados.
Nada más.
.
Tamames no ha hecho el ridículo, todo lo contrario. El ridículo lo han hecho los que han estado en su contra.
El ridículo, no sólo de Tamames, sino de Vox y de toda la moción de censura, ha sido tan apoteósico que ha pasado desapercibida la abstención del PP en una votación en la que Tamames ha calcado el propio discurso del PP.
Patética extrema derecha y patética derecha extrema.
Señor Tamames, quien esto le escribe ha cumplido ya los 86 años... y medio, o sea, muy cercano a los de usted. Y me dirijo, con todo el respeto del mundo que por edad y categoría me merece, para decirle que por mi parte, ni por todo el oro del mundo, ni porque me rían las gracias o me dieran jabón, me prestaría a ser el títere de nadie, que es lo que ha hecho usted.
Usted, que por inteligente le tengo, sabía muy mucho, que la moción de censura no prosperaría, pero hacerle ese el papelón al señor Abascal, no creo, al menos no lo creía, fuera digno de usted. Ha perdido durante este ridículo viaje, toda la dignidad que pudiera haber almacenado en su larga trayectoria, seguramente mucha... Se lo digo honestamente, y sin inquina alguna, ya que si sobre nadie la tengo, menos con usted.
Creo que se habrá dado cuenta de que lo han utilizado con al bufón de la corte por parte de Vox, y aunque le hayan calentado las orejas, ahora, fuera de parabienes y estrechar de manos, se habrá dado cuenta del ridículo que ha hecho ante millones de españoles. Intente olvidarlo, pues no creo que merezca la pena pensar en ello. Todos los humanos cometemos errores, pero a cierta edad y de ese monumental tamaño, debiéramos estar alejados.
Nada más.
.
Tamames no ha hecho el ridículo, todo lo contrario. El ridículo lo han hecho los que han estado en su contra.
Bien, se ha hablado mucho del antes y del durante la moción. Ahora toca del después:
"Este pasado lunes 12 de junio el profesor Ramón Tamames estuvo en la Embajada de Rusia en Madrid para celebrar la fiesta nacional del país báltico. Fue uno de los asistentes más solicitados, según admiten fuentes presentes en la fiesta, que aseguran que el excandidato de Vox a la moción de censura a Pedro Sánchez verbalizó su «descontento» con el partido: «Vox es una mierda».
Esta frase, reproducida en su literalidad, fue proferida por el histórico dirigente del PCE ante decenas de personas, entre las que se hallaban «varios mandos, coroneles y generales de la Guardia Civil». En un marco de «normalidad institucional», según los asistentes, el exabrupto del catedrático despertó las risas de quienes lo escucharon.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE recalcan que la presencia de Tamames en la Embajada se debe a que «goza de un enorme prestigio en Rusia», y que, de hecho, «en las academias, los grandes oligarcas estudian su libro Estructura Económica de España». Es por eso por lo que fue «muy reclamado», por encima de otros personajes mediáticos como la influencer prorrusa Liu Sivaya."
Hitskin.com
en lugar de "inmisericorde". Con ese nivel qué puede uno esperar...
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