Tema: Campañas electorales Dom Jun 04, 2023 10:35 am
Las campañas de Feijóo en Galicia: el 'trumpismo' antes que Trump
Pocos lo recordarán porque en política el año 2005 es casi el periodo cuaternario, pero en Galicia hubo un dirigente del PP que hace ya 18 años sembró la duda sobre el voto por correo hasta exigir al Gobierno que presidía José Luis Rodríguez Zapatero custodia policial para las sacas que iban a llegar de la emigración. Se trataba de unos cuantos miles de papeletas llegados de Argentina, Uruguay o Venezuela que podían dar un vuelco a unas elecciones que en el recuento de urnas gallegas Manuel Fraga había perdido en beneficio de la izquierda. Aquel político se llamaba Alberto Núñez Feijóo y su alerta generó gran atención porque antes de ser el 'número dos' en la Xunta había sido presidente de Correos. Feijóo tenía todos los números para suceder a Fraga –un candidato de 83 años que apuraba la última etapa de su vida política– siempre que los votos emigrantes sumasen para dar la vuelta al recuento gallego que situaba en el Gobierno a la coalición de PSOE y BNG. Durante la semana larga en que las elecciones gallegas estuvieron en el aire, entre el 19 y el 26 de junio de 2005 en que se computaron los votos de la diáspora, Feijóo hizo peticiones de lo más exóticas, entre ellas, disponer de interventores las 24 horas del día para hacer seguimiento de los votos desde el aeropuerto de Barajas a las juntas electorales provinciales. Spoiler: los votos llegaron como siempre, se contaron de la misma forma y el escrutinio de las urnas gallegas no varió en nada: PSOE y BNG formaron aquel verano el primer gobierno de coalición tras 16 de ‘fraguismo’ y Feijóo se fue a la oposición. En las siguientes elecciones, tres años y medio después, en medio de la crisis de Lehman Brothers, Feijóo ya se presentó como número uno del PP. El contexto era crítico para su partido: el presidente nacional, Mariano Rajoy, estaba en el alambre, tras perder sus segundas elecciones contra Zapatero y aquellos comicios podían certificar el fin de su liderazgo, que la mayor parte de la derecha mediática madrileña daba ya por amortizado. Feijóo tampoco era ya aquel técnico bregado en la presidencia del Insalud y de Correos que había llegado a Galicia para socorrer a Fraga. Ni siquiera su estética era la misma. Una agencia de comunicación, que años después apareció implicada en los escándalos de financiación del PP de Aguirre, determinó que su imagen daba aspecto de altivo y poco cercano, que la gomina le hacía parecer pijo y que había que cambiarle las gafas. La misma agencia que le cambió el peinado determinó que en mitad de la hecatombe financiera lo rentable era presentar al entonces presidente de Galicia, Emilio Pérez Touriño, como un despilfarrador que vivía a todo tren mientras los gallegos eran despedidos por miles.
De un Audi a la 'flotilla' Citroën
No hizo falta mucho. La compra por parte de la Xunta de un Audi A8 blindado, como el que había salvado la vida a José María Aznar en el atentado de ETA, el mismo en el que viajaba Alberto Ruiz Gallardón, idéntico a los dos que transportaban a Fraga y en los que tanto había despachado Feijóo con el presidente fundador, sirvieron al PP para lanzar una furibunda campaña de bulos y fake news (en 2009 nadie conocía a Trump ni tampoco se le llamaba así a estas estrategias de guerra sucia) en la que llegaron a llamar al entonces presidente de la Xunta, Touriño, un profesor universitario con una vida discreta alejada de cualquier lujo, “sultán socialista del siglo XXI”. Pese a que el coste del coche, 480.000 euros, obedecía al blindaje y a los sistemas electrónicos de inhibición de frecuencias, que los servicios de seguridad de muchas administraciones recomendaban para evitar atentados (ETA todavía mataba entonces, pero eso no importó mucho en aquella campaña del PP), Feijóo repetía en los mítines que el coche de Touriño era “más caro que el de Obama”. “Y eso que el de Obama puede lanzar misiles”, llegó a decir en alguna ocasión. Ese coche y la reforma de un ala de la sede del Gobierno con unos muebles de diseño que repasaron silla a silla los medios más conservadores alimentaron una de las campañas más sucias que se recuerdan. Al final resultó que el mismo partido que acababa de adjudicar en funciones los dos últimos edificios de la Cidade da Cultura, un majestuoso proyecto arquitectónico que consumió más de 400 millones de euros y sin usos conocidos, acusaba de despilfarro al Gobierno de izquierdas en la Xunta. A base de repetirlo, los dirigentes populares y sus altavoces mediáticos, la tesis hizo fortuna en aquellas elecciones que coincidieron con el desplome de la economía mundial. Pero la batalla del PP de Feijóo no paró ahí. Igual que en en los días previos al 28M fue Ayuso quien dijo las mayores barbaridades contra el Gobierno -cambiaban papeletas por papelinas, llegó a afirmar la líder del PP- para alentar la tesis del pucherazo que atribuyó directamente a Sánchez en el cierre de campaña, en 2009 ese papel se lo reservó Baltar padre, el cacique de Ourense. “Ponen a los ratones a cuidar del queso”, dijo el presidente de la Diputación y del PP en la provincia para referirse al vicepresidente nacionalista Anxo Quintana y a sus competencias en Igualdad. Antes de que se pronunciase esa frase, fontaneros de Feijóo se habían dedicado a filtrar fotos de abolladuras en el portal del garaje de Quintana que atribuían a un intento del vicepresidente de atropellar a su expareja. El bulo de que el líder del BNG era un maltratador se expandió sotto voce, con parte del equipo de campaña de Feijóo deslizando esa acusación en privado a los periodistas. Tres días antes de las elecciones del 1 de marzo de 2009, ese mismo equipo filtró una foto antigua donde aparecía Anxo Quintana en el yate del empresario Jacinto Rey –con intereses en el concurso eólico en Galicia– y en el que también habían navegado otros dirigentes del PP. Feijóo y Rajoy hicieron de ello un escándalo y llegaron a pedir la dimisión de Anxo Quintana a unas horas de la votación. Baltar, menos sutil, llamó directamente “maricón” desde un mitin al líder socialista en su provincia, Pachi Vázquez, en un clima electoral irrespirable que la izquierda, ni PSOE ni BNG, supieron cómo combatir. El 1 de marzo de 2009, los nacionalistas perdieron un escaño en A Coruña que fue decisivo para que Feijóo fuese presidente de la Xunta y salvar de paso el liderazgo de Rajoy. Tras aquellas elecciones, Feijóo malvendió los Audis de la Xunta, también los que había comprado su partido, y renovó toda la flota de vehículos oficiales con un contrato adjudicado a Citroen, la misma empresa que le había cedido un coche gratis para hacer la campaña. Esa transacción fue para el líder del PP el primer gesto de la era de la austeridad.
Las ayudas a la prensa
Años después se supo que Feijóo ocultaba en el armario fotos mucho peores que las que llevaron a su partido a pedir la dimisión de Quintana: El País desveló sus años de vacaciones y viajes con el narcotraficante Marcial Dorado. El PP trató de capear el escándalo como pudo en las peores horas de Feijóo al frente del partido. Cuatro días después de la publicación de las fotos, la Xunta adjudicó 900.000 euros en ayudas a la prensa gallega y Dorado fue diluyéndose en los titulares.
Muchos nacionalistas y socialistas gallegos han revivido estos días aquella campaña de 2009 ahora que el PP y sus medios afines lograron convertir unas municipales y autonómicas en un plebiscito sobre Bildu y ETA y los socios del Gobierno. Ni entonces ni ahora la izquierda supo reaccionar. La respuesta de Feijóo a los episodios de la compra de votos en Mojácar y otros ayuntamientos, antes de que se conociese que también hay detenidos vinculados al PP, ha hecho a algunos retroceder unos años más allá, al primer Feijóo que recién llegado de la presidencia de Correos pedía escolta para las sacas y ponía en duda el voto de la emigración.
Tema: Re: Campañas electorales Dom Jun 04, 2023 10:38 am
Veinte millones de razones a favor del Gobierno y la duda de cómo los utilizará
La economía española ha vuelto a tener un buen dato de empleo que se refleja una vez más en el aumento de afiliados a la Seguridad Social. En mayo, estaban trabajando de media 20.815.399 personas. Es un récord histórico. Evidentemente, los partidos del Gobierno se apresuraron a sacar pecho de la noticia, que deja el paro en 2,7 millones de desempleados, la cifra más baja desde hace quince años, en 2008. Pero para valorar el impacto, es más interesante –y por qué no decirlo, divertido– encontrar una frase de hace unos años cuando esa meta estaba más lejana. El autor de esas declaraciones no es economista ni de izquierdas y no es otro que Mariano Rajoy, líder del Partido Popular durante casi catorce años y presidente entre 2011 y 2018. Alguien cuyo nombre es bastante conocido en la sede de Génova. No se lo van a creer, pero Rajoy dijo el 4 de mayo de 2016 que le importaba “mucho más” llegar a los veinte millones de ocupados que reducir el déficit por debajo del 3% del PIB. “A la Comisión Europea le gustaría que redujéramos más el déficit, a mí también, pero yo quiero que España siga creciendo y creando empleo”, explicó con la intención de dejar claras sus prioridades. Ese mismo día, se conoció el dato de empleo del mes anterior, que fue bueno, y que dejó el número de cotizantes en cerca de 17 millones y medio (17.463.836). Ha llovido mucho desde entonces y llegó a diluviar durante la pandemia, pero el hecho de que la economía se haya mantenido desde hace un año por encima de la cifra de veinte millones de ocupados, con una breve excepción, confirma que el Gobierno se encuentra en la mejor situación económica posible que podría esperar antes de unas elecciones generales, siempre que el análisis se haga sin consumir antes grandes cantidades de alcohol y sin pensar que podría haber sido mejor después de lo que ocurrió en 2020. La inflación es otro asunto y compite en contra del Gobierno, como ocurre en EEUU y Europa. Los votantes tienden a culpar a los que están en el poder cuando los precios suben de forma espectacular, específicamente en el caso de los alimentos, aunque las herramientas con que cuentan los gobiernos para hacer frente a esa situación son limitadas. Algunas, como los tipos de interés y las consecuencias de su subida, están fuera de su alcance en la eurozona. Alberto Núñez Feijóo tenía claro que la punta de lanza de su estrategia como líder de la oposición debía ser la gestión económica y de las medidas del Gobierno que considera más radicales en ese ámbito. Poco antes del verano pasado, dio por hecho que habría un otoño caliente repleto de protestas sociales por el aumento de precios y las exigencias salariales de los trabajadores. En julio de 2022, estaba convencido de que se avecinaban tiempos oscuros: “Ya no estamos hablando de síntomas, sino de hechos claros. Nos dirigimos, todavía con mayor intensidad, a una profundísima crisis económica”. Al final, ni síntomas ni hechos claros. No hubo apocalipsis, como recordó después Pedro Sánchez. Feijóo tuvo que olvidarse de la economía y regresar a la denuncia del “sanchismo” como azote de la humanidad, que era el menú diario de Pablo Casado al frente del PP. No se puede ocultar que las urnas del 28M le recompensaron. La receta funcionó incluso mejor de lo que esperaba. Esta misma semana, Cuca Gamarra insistió en esa retórica nacionalista: “Entre Sánchez y Podemos ya no hay diferencias, pero entre Sánchez y España los españoles lo tenemos claro: España”. Aparentemente, presentar a Sánchez o a la izquierda en general como enemigos de España es un ejemplo perfecto de eso que Feijóo denominó en la noche del 28M “otra manera de hacer política en el fondo y las formas”. Isabel Díaz Ayuso fue a lo suyo. El mérito es mío y se acabó: “Nuevo récord de afiliación en mayo: 3.600.000 personas, 374 empleos nuevos al día durante el último año. Nunca había habido tantas personas trabajando en Madrid como ahora”. Para qué complicarse con la valoración de la coyuntura económica si puedes decir que los datos positivos son gracias a ti y los negativos, culpa de Moncloa. Sin embargo, la derecha sabe que la evolución del empleo en el último año juega a favor del Gobierno. Por eso, el principal titular económico de la portada de la web de ABC en la tarde del viernes, después de conocerse los datos de empleo, fue: “El enfriamiento de la economía apuntala el menor aumento de autónomos en diez años”. El esfuerzo no se puede negar. Tuvieron que darle varias vueltas para sacar un enfoque negativo de la noticia. Yolanda Díaz destacó que las cifras suponen máximos históricos en varias categorías: “Más empleo y de más calidad, porque casi uno de cada dos contratos son indefinidos y eso permite que la tasa de temporalidad en el sector privado esté en el 13,7%, la más baja de la historia, por debajo ya del nivel medio de la Unión Europea”. Lo mismo para el desempleo juvenil, porque está “en su cifra más baja de toda la serie histórica”. Los números permiten al Gobierno presumir de la consolidación del empleo y del descenso de la precariedad. Con la salvedad de la inflación, no podría contar con mejor cartel para la próxima campaña electoral. Casi todas las elecciones en Europa se dirimen en el bolsillo de los votantes, lo que no quiere decir que no se puedan perder en mitad de una buena situación económica. Eso ha ocurrido antes en muchos sitios. Todo depende de cómo se utilicen esas armas. Los partidos del Gobierno pueden optar por una campaña muy ideológica que se centre en un futuro pacto del PP y Vox y de las consecuencias que tendrá en toda una serie de leyes que refuerzan derechos sociales. Hubo mucho de eso en las elecciones autonómicas en Madrid en 2021 y en Castilla y León y Andalucía en 2022, así como en la cita del 28M. Todas ellas acabaron con un claro fracaso de la izquierda y un avance de la derecha. La apuesta económica del PP no ha desaparecido por completo. Esta misma semana, Feijóo se ha referido a ella. Pedir más dinero para las comunidades autónomas y reducir al mismo tiempo sus ingresos que proceden de los impuestos que pagan los más ricos. No se sabe de dónde saldrá el dinero. Ya no se atreve a exigir un descenso de todos los impuestos, como hace un año, porque prefiere exigir la reducción del déficit público. El Gobierno prevé para 2024 un aumento del gasto público del 1,4%, inferior al 2,6% que permite la Comisión Europea siempre que se reduzca el déficit en 9.000 millones. Lo de dar prioridad al déficit y la deuda no es lo que tenía en mente Rajoy en 2016. No es que se hubiera hecho de izquierdas. Un día antes, las Cortes habían sido disueltas al no haberse elegido un Gobierno y se habían convocado nuevas elecciones para menos de dos meses después. Bajar el paro y el déficit está muy bien, pero llega un momento en que tienes que pensar en ganar en las urnas. El Gobierno tiene abierta una ventana económica por la que entrar en casa de los votantes en la campaña. A diferencia de la parte más enérgica del discurso que Pedro Sánchez dio a los parlamentarios socialistas, es muy probable que los ciudadanos estén más interesados en el empleo, en el descenso de la precariedad laboral y en su capacidad de consumo que en el número de exministros franquistas que aparecían en las listas de Alianza Popular en 1977 o en el asalto al Capitolio de Washington.
Tema: Re: Campañas electorales Dom Jun 04, 2023 10:57 am
Duérmete pronto que viene el sanchismo
-Pedro Sánchez ha convocado elecciones en julio, en plenas vacaciones. Es un dictador. -¿Por convocar elecciones? -Sí. Hace unos días asistí atónita a esta conversación. Probablemente se trate de la primera vez en la historia en la que un político es tildado de dictador por convocar unas elecciones generales. Habitualmente suele ser al contrario. En este sentido, se puede decir que vivimos tiempos verdaderamente extraordinarios. España está inmersa desde hace días en una especie de estado de excepción porque tendremos que votar en verano. En base a los análisis y críticas, todo el país se había cogido vacaciones la segunda quincena de julio; salvo los sacrificados periodistas que han tenido que modificarlas, claro. Algunos llevan días desentrañando los insondables mecanismos del voto por correo como si de una ingeniería industrial se tratase La campaña no oficial rueda ya a una velocidad aceptable y lo hace con una única máxima anclada en todo el espacio de la derecha: derogar el sanchismo. La expresión recuerda a una novela de caballerías. Podría, de hecho, formar parte de alguna página quijotesca: “¡Oh, Sánchez, bellaco villano, malmirado, descompuesto, ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido, murmurador y maldiciente!”. Todo comienza y termina con Pedro Sánchez estos días. El sanchismo se ha convertido en un epíteto excesivo para múltiples manifestaciones de ira política. Se describe casi como una bacteria que de alguna manera se ha deslizado a través de las defensas de la democracia española debilitándola de raíz. Se presenta como el hombre del saco: una amenaza invocada con el propósito de provocar temor. Duérmete pronto que viene el sanchismo.
Lo ha dicho Feijóo y parece que será la gran consigna durante la campaña electoral: la cuestión es ya elegir entre España y Pedro Sánchez, convertida España en una cuestión patrimonial con una visión moral unificada. Porque detrás de la frase “o el sanchismo o España” se esconde la defensa de unos valores comunes supuestamente usurpados, a los que tan hábilmente apela la derecha, y no tanto a un programa de gobierno, al menos por ahora. Nadie sabe muy bien a estas alturas en qué consistirá de facto la derogación del sanchismo. ¿Qué efectos tendrá en el BOE la ansiada desanchización? ¿Será una derogación total o parcial? ¿Será una derogación más alegórica que efectiva? Lo único que ha aclarado Feijóo es que “derogar el sanchismo es derogar la forma y el fondo de hacer política en España, todas aquellas leyes que están inspiradas en las minorías y que atentan contra las mayorías”, signifique lo que esto signifique. Entre tanto, Pedro Sánchez, que estará encantado de oírse en boca de todos, tiene mes y medio para movilizar pasiones y convencer al votante de que la gestión de su gobierno es lo que necesita, no ya el país, sino el propio votante. La gestión del gobierno, no del “sanchismo”. Sería un error que esa personalización se produjese en ambas direcciones. Sería un error que ese “yo o el caos” actuase en ambos lados del tablero como única palanca de movilización. También sería un error protegerse de la necesidad de mirarse en el espejo y asumir meas culpas. Porque todavía hay muchos votantes para los que las elecciones no van a consistir en elegir entre el sanchismo o España, sino en elegir por ellos mismos y sus propios intereses.
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 11:06 am
La izquierda a la izquierda del...
La izquierda a la izquierda del PSOE. La izquierda a la izquierda del PSOE. La izquierda a la izquierda del… Si lo repites cinco veces delante de un espejo no se te aparece Candyman, sino Julio Anguita, y te suelta un sopapo, o más bien tres, en plan programa-programa-programa. Perdón por la broma, pero ¿soy el único al que le chirría esa fórmula? No consigo rastrear cuándo comenzó a circular, pero en los últimos meses ha cogido fuerza, se ha convertido en una frase hecha que hoy se emplea por sistema en cada noticia, artículo o tertulia para referirse a los partidos que negocian ser parte de Sumar. Veo además que la usan indistintamente políticos, periodistas y tuiteros de toda ideología, también en la izquierda a la izquierda de etc. para referirse a sí misma, e imagino que ya habrá calado en la calle. Incluso la leo en manifiestos de izquierda. A mí mismo se me habrá escapado más de una vez. Espero que a nadie se le ocurra usarla como lema de campaña para el 23J: “Vota a la izquierda a la izquierda del PSOE”. Llámenme tiquismiquis, pero me mosquea un poco la fórmula, y no me parece nada espontánea ni inocente, sino muy cargada de intención. El PSOE debe de sentir un delicioso cosquilleo preelectoral cada vez que la pronunciamos. Que el resto de partidos se defina nombrándole, y se posicionen en el eje ideológico tomando al PSOE como meridiano, es una buenísima noticia para Sánchez y los suyos, a los que nadie se refiere como “la izquierda a la derecha de Sumar”. Te convierte en un apéndice, un plan B para el votante de izquierda, que elegirá entre el PSOE y lo que queda a su izquierda. Por otra parte, subliminalmente el votante de izquierda solo escucha “izquierda… izquierda… PSOE”, lo que devuelve a los socialistas un colorcito rojo que en otros tiempos se le cuestionaba (especialmente se le cuestionaba por parte de esa misma izquierda que hoy se dice “a la izquierda de”, y ahí vuelve a aparecerse Anguita en el espejo, que el hombre se pasó la vida insistiendo en que el PSOE hacía mucho tiempo que no era ya un partido de izquierda). En tiempos de voto útil y polarización política, es buena noticia para los socialistas convertirse en la referencia principal por el lado izquierdo del tablero. A cambio, que los votantes te vean como aquello que queda en “la izquierda a la izquierda”, no sé si te sirve para llegar más allá de los ideológicamente muy afines. La izquierda a la izquierda es la izquierda “plus ultra”, la extrema izquierda, lo que está en una esquina (al fondo a la izquierda, si preguntas en la barra). Si las elecciones se juegan principalmente a cuatro bandas, con dos opciones a derecha y dos a izquierda, te toca ocupar un espacio simétrico al de Vox: el extremo. Si además el PSOE lleva la delantera presentando candidaturas y propuestas, mientras la izquierda mantiene la intriga de su fórmula hasta el último minuto, corres el riesgo de que no pocos votantes acaben tomando la papeleta socialista, ya que total, todo queda en la izquierda. Vale que tu objetivo es reeditar el gobierno de coalición, cosa que me parece estupenda, pero algo tendrás que disputar con el PSOE para que no te coma la tostada entera, ¿no?
Ya digo, igual son chorradas, mimimimeces, y a lo mejor me estoy columpiando y resulta que es una frase genial que ayudará a movilizar electores de izquierda y ganar las elecciones y etc. Ojalá, pero tal como se plantean las elecciones, con un PSOE que está acaparando protagonismo, una derecha que le regala aún más protagonismo (“O Sánchez o España”), y sabiendo que tras un gobierno de coalición el pez grande suele comerse al chico, la insistencia en esa expresión parece mucho más favorable para el PSOE que para la izquierda. Perdón, para la izquierda a la izquierda del PSOE. Lo que en otro tiempo se llamaba “la izquierda transformadora”. O la izquierda, a secas. Y hasta aquí mi análisis morfosintáctico de hoy. Mañana más.
Mensajes : 48222 Edad : 63 Localización : La llobera (aquí si estás dentro, allí si estás fuera)
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 12:26 pm
marapez escribió:
La izquierda a la izquierda del...
La izquierda a la izquierda del PSOE. La izquierda a la izquierda del PSOE. La izquierda a la izquierda del… Si lo repites cinco veces delante de un espejo no se te aparece Candyman, sino Julio Anguita, y te suelta un sopapo, o más bien tres, en plan programa-programa-programa. Perdón por la broma, pero ¿soy el único al que le chirría esa fórmula? No consigo rastrear cuándo comenzó a circular, pero en los últimos meses ha cogido fuerza, se ha convertido en una frase hecha que hoy se emplea por sistema en cada noticia, artículo o tertulia para referirse a los partidos que negocian ser parte de Sumar. Veo además que la usan indistintamente políticos, periodistas y tuiteros de toda ideología, también en la izquierda a la izquierda de etc. para referirse a sí misma, e imagino que ya habrá calado en la calle. Incluso la leo en manifiestos de izquierda. A mí mismo se me habrá escapado más de una vez. Espero que a nadie se le ocurra usarla como lema de campaña para el 23J: “Vota a la izquierda a la izquierda del PSOE”. Llámenme tiquismiquis, pero me mosquea un poco la fórmula, y no me parece nada espontánea ni inocente, sino muy cargada de intención. El PSOE debe de sentir un delicioso cosquilleo preelectoral cada vez que la pronunciamos. Que el resto de partidos se defina nombrándole, y se posicionen en el eje ideológico tomando al PSOE como meridiano, es una buenísima noticia para Sánchez y los suyos, a los que nadie se refiere como “la izquierda a la derecha de Sumar”. Te convierte en un apéndice, un plan B para el votante de izquierda, que elegirá entre el PSOE y lo que queda a su izquierda. Por otra parte, subliminalmente el votante de izquierda solo escucha “izquierda… izquierda… PSOE”, lo que devuelve a los socialistas un colorcito rojo que en otros tiempos se le cuestionaba (especialmente se le cuestionaba por parte de esa misma izquierda que hoy se dice “a la izquierda de”, y ahí vuelve a aparecerse Anguita en el espejo, que el hombre se pasó la vida insistiendo en que el PSOE hacía mucho tiempo que no era ya un partido de izquierda). En tiempos de voto útil y polarización política, es buena noticia para los socialistas convertirse en la referencia principal por el lado izquierdo del tablero. A cambio, que los votantes te vean como aquello que queda en “la izquierda a la izquierda”, no sé si te sirve para llegar más allá de los ideológicamente muy afines. La izquierda a la izquierda es la izquierda “plus ultra”, la extrema izquierda, lo que está en una esquina (al fondo a la izquierda, si preguntas en la barra). Si las elecciones se juegan principalmente a cuatro bandas, con dos opciones a derecha y dos a izquierda, te toca ocupar un espacio simétrico al de Vox: el extremo. Si además el PSOE lleva la delantera presentando candidaturas y propuestas, mientras la izquierda mantiene la intriga de su fórmula hasta el último minuto, corres el riesgo de que no pocos votantes acaben tomando la papeleta socialista, ya que total, todo queda en la izquierda. Vale que tu objetivo es reeditar el gobierno de coalición, cosa que me parece estupenda, pero algo tendrás que disputar con el PSOE para que no te coma la tostada entera, ¿no?
Ya digo, igual son chorradas, mimimimeces, y a lo mejor me estoy columpiando y resulta que es una frase genial que ayudará a movilizar electores de izquierda y ganar las elecciones y etc. Ojalá, pero tal como se plantean las elecciones, con un PSOE que está acaparando protagonismo, una derecha que le regala aún más protagonismo (“O Sánchez o España”), y sabiendo que tras un gobierno de coalición el pez grande suele comerse al chico, la insistencia en esa expresión parece mucho más favorable para el PSOE que para la izquierda. Perdón, para la izquierda a la izquierda del PSOE. Lo que en otro tiempo se llamaba “la izquierda transformadora”. O la izquierda, a secas. Y hasta aquí mi análisis morfosintáctico de hoy. Mañana más.
Esa mierda de la izquierda a la izquierda del PsoE es un invento que trata de hacer pasar al PsoE por un partido de izquierda.
No es que chirríe, es que no cuela.
Salú y República.
marapez V.I.P.
Mensajes : 46415
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 1:46 pm
Pero lo cierto es que se ha generalizado.
El llobu V.I.P.
Mensajes : 48222 Edad : 63 Localización : La llobera (aquí si estás dentro, allí si estás fuera)
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 1:55 pm
marapez escribió:
Pero lo cierto es que se ha generalizado.
Eso es lo cierto, lo que no deja de ser una mierda.
Podemos generalizar, desde ya, el dicho: la derecha a la derecha de Sumar... aunque la derecha a la derecha de Sumar no lo encaje.
Salú y República.
marapez V.I.P.
Mensajes : 46415
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 2:03 pm
El llobu escribió:
marapez escribió:
Pero lo cierto es que se ha generalizado.
Eso es lo cierto, lo que no deja de ser una mierda.
Podemos generalizar, desde ya, el dicho: la derecha a la derecha de Sumar... aunque la derecha a la derecha de Sumar no lo encaje.
Salú y República.
Podemos intentarlo, a ver si cuaja.
El llobu V.I.P.
Mensajes : 48222 Edad : 63 Localización : La llobera (aquí si estás dentro, allí si estás fuera)
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 2:34 pm
marapez escribió:
El llobu escribió:
Eso es lo cierto, lo que no deja de ser una mierda.
Podemos generalizar, desde ya, el dicho: la derecha a la derecha de Sumar... aunque la derecha a la derecha de Sumar no lo encaje.
Salú y República.
Podemos intentarlo, a ver si cuaja.
Las cosas no se intentan, se hacen.
Va a ser un duro golpe para la derecha a la derecha de Sumar.
Salú y República.
El Postiguet V.I.P.
Mensajes : 7662
Tema: Re: Campañas electorales Sáb Jun 10, 2023 5:20 pm
marapez escribió:
Podemos intentarlo, a ver si cuaja.
Algo así intentó Asnar el Nefasto y su ministro el Corrupto Zaplana cuando el atentado de Atocha: intentar convencer al pueblo de que la autoría era de ETA, pero el pueblo no es tonto y no cae tan fácilmente en los engaños. Unas veces sube a alguien al pedestal, como a Pablo Iglesias, hasta que se le conocen las intenciones y manera de ser... luego, se le da un puntapié a la columna, y el ídolo de barro se da un tortazo de padre y muy señor mío y el personal aplaude al verlo rodar por el suelo.
Ayer a Riverita, el rompe lazos amarillos, hoy a Iglesias, el zar rojo de Galapagar, mañana, esperemos ansiosos a Abascal, el pechito lobo. Y más tarde a Feijóo, el amigo de los narcos.
Así es la vida. El único problema es que no avanzamos con tanto pedestal al suelo... ¿Acertaremos alguna vez eligiendo a políticos de envergadura, o es que este país no los pare?
Esperemos... .
marapez V.I.P.
Mensajes : 46415
Tema: Re: Campañas electorales Dom Jun 11, 2023 12:09 am
El llobu V.I.P.
Mensajes : 48222 Edad : 63 Localización : La llobera (aquí si estás dentro, allí si estás fuera)
Tema: Re: Campañas electorales Dom Jun 11, 2023 12:48 am
marapez escribió:
Aportando al foro lo que no está escrito... pero su intento de cercenar lo que debemos hacer va a caer en saco roto, por mucho que les joda a toda la derecha a la derecha de Sumar.
Salú y República.
A marapez le gusta esta publicaciòn
Tinajas Moderador
Mensajes : 41854 Localización : En cualquier parte del Universo
Tema: Re: Campañas electorales Dom Jun 11, 2023 5:58 pm
Me pareció buenísimo, lo copié y lo comparto:
A mí no me expliques nada, explícaselo a tu abuela, que el año que viene no le van a subir la pensión. Explícaselo a tu primo que por no poder pagar una letra de su hipoteca lo van a echar a la calle con sus dos hijos pequeños. Explícaselo a tu mujer cuando te pida la Visa para llevar al nene al pediatra. A tu vecina cuando te cuente que a su marido con un cáncer galopante le han programado la quimio para dentro de seis meses, (o más). Explícaselo a tu sobrino que ha tenido que dejar la universidad porque le han quitado la beca o no puede pagar el pastón que le piden por alquilar una habitación en la ciudad donde está su facultad. Explícaselo a tu hermana cuando te cuente que ha ido a ver a mamá a la residencia y se la ha encontrado atada a la cama rebozada en su propia mierda porque Florentino ha reducido la plantilla de Clece porque va a invertir en una promoción de vivienda “social” que ya tiene apalabrada vender al hijo buitre de Aznar. Explícaselo al resto de carroñeros que van a volver a “trabajar mucho para saquear este país” según dice la Cospedal. A mí no me expliques nada. Explícaselo a tu sobrino cuando le partan la boca por maricón, a tu hermana cuando su marido le meta dos buenas ostias porque es un “español de bien”, un hombre “como dios manda”. Explícaselo a tu hija cuando vuelva de la verbena de la paloma con el coño desgarrado, porque una manada de niños “bien” se han propasado con ella, explícaselo si tiene la suerte de volver viva y de paso, le explicas que si la han dejado embarazada no puede abortar, que es pecado. Asume las consecuencias de lo que votaste que ya eres mayorcito. A mí no me expliques nada, que yo ya hace años que lo tengo muy clarito.
Tema: Re: Campañas electorales Miér Jun 14, 2023 12:28 pm
Las tramposas líneas rojas del PP
Un aplauso para el Partido Popular y su hábil departamento de comunicación. Ha sido una jugada maestra, digna de admiración. De esas en las que crees saber dónde está la bolita y, cuando te quieres dar cuenta, te han desplumado la cartera. Todo un triunfo para la derecha, que ha conseguido vender como un éxito lo que solo es otra claudicación. Un repaso de los hechos objetivos, que ayuda a entender la situación. 1. “Mi línea roja con Vox es un gobierno en solitario del Partido Popular”, prometió durante toda la campaña el candidato del PP en la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón. “Quien tenga miedo a los socios de gobierno, que vote al Partido Popular”, también argumentó. No lo dijo una sola vez. Tampoco solo dos. Lo repitió en cada mitin, en cada entrevista, en cada momento que tuvo ocasión. 2. Terminó la campaña y el PP empezó a rebajar esas “líneas rojas” que no solo había puesto Mazón. También Alberto Núñez Feijóo, que siempre ha presumido de no haber pactado nunca con Vox y que incluso defendió que ese acuerdo del PP con la ultraderecha en la Junta de Castilla y León no era cosa suya, sino la herencia recibida de Pablo Casado. “No he capitulado en nada porque, entre otras cosas, no llevo aún 24 horas como candidato”, se excusó hace año y medio Feijóo, cuando Alfonso Fernández Mañueco hizo vicepresidente de la Junta a Juan García-Gallardo, de Vox. 3. Este lunes, de forma sorpresiva, el portavoz del PP, Borja Sémper, anunció una nueva línea roja: que no entrara en el Gobierno el líder valenciano de Vox, Carlos Flores, condenado en firme por maltratar a su exmujer. “Cualquier persona condenada por violencia machista para nosotros es una línea roja”, aseguró Sémper. Fue un bonito trampantojo. Todos miramos el dedo, mientras la luna seguía allí. 4. Solo 24 horas después, el PP y Vox anunciaron su acuerdo para repartirse el poder en Valencia. Los ultras entrarán en el Gobierno –hay quien habla de la Vicepresidencia, Asuntos Sociales, Agricultura y Educación– y también tendrán la presidencia del parlamento valenciano. Ha sido “esa persona condenada por violencia machista”, Carlos Flores, quien ha anunciado la coalición. Pero –¡oh, gran triunfo del PP!– Flores no estará en el próximo gobierno de la Generalitat Valenciana. Se va al Congreso, de número 1 por Valencia en las listas de Vox. Así que un éxito. La retirada de Carlos Flores sirve para que el PP pueda presumir de haber impuesto sus condiciones a Vox. Se cumple una “línea roja” que no existió hasta horas antes de pactar –cuando probablemente el acuerdo estaba cerrado ya. Una línea roja que sirve para camuflar la auténtica claudicación: que la ultraderecha entra en un nuevo gobierno autonómico, a pesar de las promesas del PP. “Feijóo me ha felicitado”, asegura el propio Carlos Mazón. No descarten que Feijóo, cuando por fin nos lo explique, diga que la culpa es de Mazón. Hoy la Generalitat Valenciana. Mañana, el Gobierno de España. Después llegará Meloni y alguien se preguntará cómo diantres ha podido pasar.