En los exuberantes bosques del noreste de la República Democrática del Congo, se encuentra una criatura fascinante y única: el okapi (Okapia johnstoni). Este mamífero herbívoro, a menudo llamado «jirafa del bosque», es una verdadera maravilla de la naturaleza que ha cautivado la atención de científicos y amantes de la vida silvestre por igual.
El okapi tiene una apariencia sorprendente que combina rasgos de la jirafa, el caballo y el antílope. Su pelaje es de color marrón rojizo, con rayas blancas en las patas que le proporcionan camuflaje en su hábitat natural. Su cabeza es grande en comparación con su cuello corto, y tiene orejas redondeadas y ojos grandes y oscuros.
Una de las características más notables del okapi es su lengua excepcionalmente larga, que puede alcanzar hasta 45 centímetros de longitud. Esta lengua prensil le permite al okapi alcanzar hojas y brotes en lo alto de los árboles, adaptándose perfectamente a su hábitat de bosque denso y frondoso.
El okapi es un animal solitario y tímido que se alimenta principalmente de hojas, brotes y frutas. Pasa la mayor parte de su tiempo deambulando por el bosque en busca de alimento, y es conocido por ser un nadador y escalador ágil cuando es necesario.
Aunque el okapi es una especie icónica de la selva africana, sigue siendo relativamente poco conocido en comparación con otros grandes mamíferos africanos. Desafortunadamente, esta falta de reconocimiento ha llevado a la pérdida de su hábitat debido a la deforestación y a la caza furtiva para obtener su piel y carne.