En general, en economía no hay milagros. Ni en empresas ni en países. En Alemania tardaron un par de lustros en digerir la unificación, con salarios estancados y productividad contenida. Pero, a partir del año 2000, están ganando competitividad de forma continuada frente a los socios europeos, y su balanza por cuenta corriente es hoy superavitaria en torno al 5% del PIB.
Cuando se hacen las cosas bien, los resultados salen solos.
Y en España se han hecho cosas mal, por parte de todos. Ciudadanos y políticos. Se permitió que una burbuja clara siguiese inflándose. Y, a la larga, todas las burbujas, cuando pinchan, traen consecuencias muy negativas.
Ahora toca reajustar multitud de cuestiones, contener gastos, hacer sacrificios, contener o bajar salarios y precios, etc. Hay que ganar competitividad, y sin divisa propia, sólo se consigue con una mayor efiiencia, y/o menores salarios y precios. Necesitamos ser deflacionarios en nuestra producción y/o mucho más eficientes.