Desconfió inmediatamente de las personas que me alaban constantemente y sin motivo, es un veneno que me niego a beber.
El que cree en un elogio y sabe que no es merecido se está creando unas falsas ilusiones y pienso que no hay nada tan frágil que una persona que vive de ilusiones.
Admito la crítica bien intencionada sobre mis actos. He tenido personas muy queridas que han juzgado algunos de mis actos y me han servido para rectificar, ya que el que está cercano a ti y te quiere, hay rasgos de tu personalidad que conoce mejor que tú, porque nosotros solemos ser jueces muy parciales sobre nuestras actuaciones.
Sobre la adulación hay que estar muy avispado, pues hay quien tiene verdadero arte para ello, no te ensalza constantemente, sino solamente en los momentos y circunstancias oportunas, un baremo para detectarlo es preguntarte si esa persona sospechosa de adulación puede conseguir algo de ti. Luego está el clásico pelota, poco inteligente, que a ese se le ve venir de lejos.
¿Detectáis con facilidad y rechazáis a los aduladores “finos” u os dejáis querer?