Título V.O.: Mission Impossible: Ghost Protocol Año de producción: 2011 Distribuidora: Paramount Pictures Género: Acción Clasificación: Pendiente por calificar Estreno: 16 de diciembre de 2011 Director: Brad Bird Guión: Josh Appelbaum Música: Michael Giacchino Fotografía: Robert Elswit Intérpretes: Tom Cruise (Ethan Hunt), Ving Rhames (Luther Stickell), Michael Nyqvist (Kurt Hendricks), Simon Pegg (Benji Dunn), Jeremy Renner (Brandt), Paula Patton (Jane Carter), Josh Holloway (Trevor Hanaway), Anil Kapoor (Brij Nath)
Sinopsis
El equipo del FMI, liderado por el agente Ethan Hunt, es acusado injustamente de cometer un atentado terrorista en el Kremlin, sede del gobierno ruso. Los servicios americanos de Inteligencia inician el Protocolo Fantasma: permiten al grupo que siga "operando" en la sombra pero sin apoyo institucional. Ethan Hunt inicia una carrera contrarreloj para limpiar su nombre y el de su grupo con el objetivo de encontrar al responsable para así evitar una posible guerra nuclear entre las dos potencias.
Nueva entrega de acción de la franquicia "Misión Imposible", basada en la exitosa serie de televisión de los años 60, del mismo nombre, de Bruce Geller y producida por el tándem Tom Cruise- J.J. Abrahams, que encomiendan esta nueva historia trepidante de Ethan Hunt al director Brad Bird, responsable de dos joyas del cine animado como "Los increíbles" o "Ratatouille". "Misión: Imposible. Protocolo Fantasma" trae de vuelta a los espectadores las nuevas peripecias del agente especial Ethan Hunt y de su grupo del FMI, que tratan de demostrar su inocencia, tras ser implicados falsamente en la explosión de una bomba en el Kremlin moscovita, y de encontrar al culpable que quiere provocar una guerra termonuclear entre los Estados Unidos y Rusia. La pareja de guionistas Josh Appelbaum-André Nemec (Alias, Life on Mars) mantienen magistralmente la intriga en esta nueva secuela (un poco, en la línea de la primera entrega de Brian de Palma) en la que Hunt (Tom Cruise) se ve más solo que nunca, no cuenta con elapoyo de su propia agencia y no puede confiar en nadie.
La megaestrella Tom Cruise, que no necesita ningún tipo de presentación y con una de las carreras más sólidas, además de fructíferas, de la industria como atestiguan películas como "Rain man", "Nacido el cuatro de Julio", "Jerry Maguire" y "La guerra de los mundos (2005)", vuelve a encarnar al super agente del FMI Ethan Hunt en su cruzada por demostrar su inocencia en un horrible atentado del que no es responsable. Le acompañan Paula Patton (Hitch, especialista en ligues, Déjà vu); el pujante Jeremy Renner (En tierra hostil .The hurt locker, The Town); el "Sawyer" de Perdidos, Josh Holloway; el veterano actor británico Tom Wilkinson (Full Monty, Michael Clayton); el "Mikael Blomkvist" de la saga Millennium, Michael Nyqvist y el actor indio, Anil Kapoor (Slumdog Millionaire, 24) que da el punto exótico al reparto. En "Misión: Imposible. Protocolo Fantasma" vuelven a aparecer en la franquicia, junto a Cruise, el actor Ving Rhames (Pulp fiction, Con Air) y el humorista Simon Pegg (Arma fatal, Zombies Party). Crítica
Si terceras películas, dicen, nuca fueron buenas, qué deberíamos decir de las cuartas. Pues no,Brad Birdnos contradice con muy buenos argumentos y demuestra que no hay tópico bueno.Misión Imposible: Protocolo Fantasmano solo es una excelente película de acción, es además el mejor episodio de la saga, el más dinámico, el más deslumbrante e incendiario.Brad Bird, para el que, certificamos, hay vida más allá de los ordenadores de Pixar, exprime a Tom Cruise Al límite de las posibilidades de su cuerpo con un tour de force de una extraordinaria exigencia.
El protagonista deEl último samuráiescapa de una prisión rusa de máxima seguridad, salva el pellejo a una apocalíptica explosión en el Kremlin y trepa el muro de cristal de la torre Burj Khalifa de Dubai, entre otras hazañas. Es verdad que no le da tiempo ni de peinarse o comerse un sandwich, tal es la velocidad punta del invento. Y es precisamente el gran problema del cuarto "Misión: Imposible", que una vez la mecha se enciende se suceden las explosiones, brillantes todas, moviéndose imparables hacia un clímax tan espectacular como mandan los cánones. Pero la cinta se mira en apnea, sin respiro; eso es bueno y malo al mismo tiempo.
Bueno porque da fe de la agilidad rítmica del producto, de queBrad Bird, afortunadamente, no es Michael Bay y de que, por una vez, la acumulación frenética de set-pieces de acción conforma un todo coherente. El problema es que el relato no se detiene a coger aire ni medio minuto y eso acaba provocando una cierta sensación de sobrecarga pirotécnica. También es verdad que la reiteración es la norma, que la tercera secuela vuelve a tocar palos y coartadas que ya explotaron abundantemente las tres primeras entregas, pero se perdona todo por la dimensión del espectáculo, por la suficiencia de la sencilla pero potente premisa argumental y por la excelente química que emerge del encuentro de los cuatro actores protagonistas.
Simon Pegg matiza la destrucción masiva con discretas y efectivas píldoras humorísticas, aliviando la abrumadora sucesión de movimiento. Gracias a él la película descansa. Pero descansa poco porque Brad Bird tiene kilos de dinamita entre manos y apenas tiene tiempo para hacerla volar. El resultado, admitámoslo, es eléctrico.Misión Imposible: Protocolo Fantasmano da respiro ni tregua, te engancha desde el primer plano y no te suela hasta que el héroe se desliza para desparecer entre la niebla.
Ojo a la memorable secuencia-escalada en la infinita torre Burj Khaifa, adrenalina en bruto y de la buena, en la que Cruise, de paso, da un recital de habilidades acrobáticas (el doble se usó lo estrictamente necesario) o a la descacharrante infiltración en el Kremlin a costa de una pantalla blanca que da mucho juego.
Tal es la solvencia del megaespectáculo que, honestamente, nos vamos con ganas de más. La prueba de que Bird ha pegado en el clavo es que no nos importa nada que Ethan Hunt vuelva al redil en la previsible quinta entrega. Si la cuarta es notablemente mejor que la segunda y la tercera ¿por qué la quinta no puede ser mejor que la cuarta?