Condenados a descubrir cosas nuevas

Comienzas a conocer a alguien y estableces conclusiones, terrenos seguros, explorados, que tachar del mapa. Pero las personas no son mapas, o si lo son, son mapas que se cambian a sí mismas, cartografías en las que no se puede confiar, que cuando no los miras, son modificadas. Las personas son laberintos en los que sabes por donde se entrar, e incluso puedes saber por donde salir, pero no suele haber un único camino, y mucho menos un camino inmutable.

Las personas, muestran partes del terreno artificialmente embellecidas, ocultan los terrenos inhóspitos y peligrosos como quien empuja una pelusa debajo del sofá antes de que la vea una visita. Tu miras el mapa, lo aprendes, lo memorizas, lo aceptas y te animas a hacer una visita a ese país, y quizá incluso, te quedas. Y entonces pasa el tiempo, y necesitas un año, dos, tres, para descubrir la verdadera geografía y decides vivir en otro lugar.

Pero si sabes que las personas son mapas dinámicos, que es altamente probable que te encuentres con otro laberinto mutable, empiezas a sentir fatiga y piensas, ¿no será mejor que me limite a mi laberinto, a mi mapa, a mi territorio?

Y vigilas celosamente que al menos tú mism@ no seas un engaño, y al final descubres que no estás seguro ni en tu propia casa, quizá ni siquiera tu mapa sea de fiar, porque hagas lo que hagas los otros te dibujarán como puedan.

Hay un rincón de uno mismo que nadie conoce, y un rincón de los otros que no puedes conocer.

Tantos puntos de no intersección pueden resultar insoportables, al final es mejor echarse la mochila al hombro y no decir ni "hola" ni "adiós"

Waw... voy a necesitar un par de días para opinar sobre esto. No es broma ni ironía. Por lejos, para mí, ésta es una joya de las que se encuentran de vez en cuando en el foro.... estoy condenada a descubrir cosas nuevas (que si son como éstas, vale la pena tal condena)

Pur escribió:

Waw... voy a necesitar un par de días para opinar sobre esto. No es broma ni ironía. Por lejos, para mí, ésta es una joya de las que se encuentran de vez en cuando en el foro.... estoy condenada a descubrir cosas nuevas (que si son como éstas, vale la pena tal condena)

Opino igual; interesante tema.

Me ha gustado mucho la metafora como si fueramos paises,,caminos dinamicos, caminos ocultos, caminos embellecidos...y siempre cosas nuevas que descubrimos en los demas a veces buenas otras malas.

Es cierto que ocultamos cosas a la gente por miedo a no ser aceptados tal cual somos. Quizas porque nosotros mismos no aceptamos ese lado oscuro o porque tengamos intenciones de cambiar ?

Creo que hay que aceptar a las personas sin necesariamente querer ver todo lo que esconde el iceberg, pero si los rastros principales, la personalidad.

A mi basta con conocer bien la personalidad de uno, sin tener que conocer todos sus secretos...Para confiar en alguien es necesaria la amistad pero es importante respetar la intimidad y no juzgar para no ser juzgados.
Nadie es perfecto y la pareja perfecta sera la que acepte esos defectos o esa parte que permanece oculta...


Y este tema me hace pensar en una idea que me rondaba en la cabeza y me refiero a la utilidad de "salir del armario" pero ojo no me refiero solo a la homosexualidad....Me refiero a si es bueno para una persona confesar su secreto a todos. O si es mejor conservarlo en un circulo intimo.

Por ejemplo seria bueno que yo salga de mi armario de cultivo ? seria bueno que mis compañeros de trabajo conozcan mi aficion por las plantas....mis jefes ? mis tios ? la gente que quizas no entienda ? me podria perjudicar....bueno no quiero salirme del tema...

Pero creo que no toda verdad hay que decirla. Por ello todos tenemos secretos que pueden sorprender a gente cercana cuando lo descubren...dando esa sensacion de no conocer a la persona...ej mi madre cuando me pillo un porro. es mi madre....pero no conocia toda mi geografia.

Liptuan escribió:

Comienzas a conocer a alguien y estableces conclusiones, terrenos seguros, explorados, que tachar del mapa. Pero las personas no son mapas, o si lo son, son mapas que se cambian a sí mismas, cartografías en las que no se puede confiar, que cuando no los miras, son modificadas. Las personas son laberintos en los que sabes por donde se entrar, e incluso puedes saber por donde salir, pero no suele haber un único camino, y mucho menos un camino inmutable.

Las personas, muestran partes del terreno artificialmente embellecidas, ocultan los terrenos inhóspitos y peligrosos como quien empuja una pelusa debajo del sofá antes de que la vea una visita. Tu miras el mapa, lo aprendes, lo memorizas, lo aceptas y te animas a hacer una visita a ese país, y quizá incluso, te quedas. Y entonces pasa el tiempo, y necesitas un año, dos, tres, para descubrir la verdadera geografía y decides vivir en otro lugar.

Pero si sabes que las personas son mapas dinámicos, que es altamente probable que te encuentres con otro laberinto mutable, empiezas a sentir fatiga y piensas, ¿no será mejor que me limite a mi laberinto, a mi mapa, a mi territorio?

Y vigilas celosamente que al menos tú mism@ no seas un engaño, y al final descubres que no estás seguro ni en tu propia casa, quizá ni siquiera tu mapa sea de fiar, porque hagas lo que hagas los otros te dibujarán como puedan.

Hay un rincón de uno mismo que nadie conoce, y un rincón de los otros que no puedes conocer.

Tantos puntos de no intersección pueden resultar insoportables, al final es mejor echarse la mochila al hombro y no decir ni "hola" ni "adiós"

Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río, porque ni es el mismo río ni es el mismo hombre. Todo cambia; los demás, nosotros y las circunstancias que nos rodean, algo que también influye en nuestros propios cambios.
Pienso que es importante conocer y, a la vez, proteger nuestro "mapa"; no es prudente mostrarlo totalmente, esto no es engañar a mi entender, sino asegurarse una estabilidad en nuestra propia casa. Dices que hagas lo que hagas, los otros te dibujarán como puedan...y es cierto, así que pasa del tema, aunque...no te limites a tu territorio, mira otros mapas, sabiendo que solo es una parte de ellos; sabiendo también que tu guardas tus secretos, o tus territorios ocultos, llámalo como prefieras, y que así estás más protegida. Quédate siempre, de cualquier mapa, solo el terreno que te interese aunque te eches la mochila al hombro de vez en cuando, pero di siempre "hola" y "adiós"; es importante.
Ocultamos, aunque también cambiamos, y esto algunas veces puede parecer como que hemos estado engañando sin ser del todo cierto.

Besos!

Estoy de acuerdo con Gloriana.
No solo es, que el terreno es tan extenso y pedregozo, que lleva años, conocerlo al completo; es que además, en esos años, el paisaje va cambiando...
Quizás pasaste una vez, por un bonito bosque,que te serenaba con su belleza, te relajaba el canto de sus pájaros; pero cuando vuelves otra vez, buscando esa calma, esa paz, te encuentras con que allí ya no hay bosque, sino una urbanización, con parque infantil incuído, donde la algarabía de los niños y los motores de coches y motos que pasan, te vuelven loca.

Hay cosas en cada uno de nosotros, que ni siquiera la pareja, en muchos años, consigue descubrir. Es mas, yo te diría que hay cosas en nosotros mismos, que ni nostros mismos conocemos...
Además de eso, la persona va evolucionando con los años, la vida, las experiencias; de forma que yo a los 20 años, no era como a los 30, ni a los 40 como a los 50...

Efectivamente, coincido con tu titular: estamos condenados a descubrir cosas nuevas y yo añadiría...afortunadamente, si nó, sería un aburrimiento.

No creo que ni uno mismo se conoce completamente.
Si cambiamos por lo general, pasamos de liberales a conservadores o
de conservadores a liberales.
No todo punto de intersección es insoportable, alguna veces encontramos
un lugar o una persona con la que nos gustaría quedarnos.

Lo ideal para una pareja, que ya se conoce bien (dentro de lo posible) es evolucionar juntos... pero es bastante complicado, aunque no imposible.

Lo vuelvo a leer y me parece genial, tal vez porque la metáfora del mapa es muy oportuna, en la misma idea habita esta dualidad que nos constituye, de lo exterior y lo interior. Pero también me encanta porque lo que escribió Liptuan propone una inquietud que está muy bien narrada ¿A quién no le pasó alguna vez, eso de sentir cierto hartazgo?. Justo ayer leía mi libro de cabecera ("El libro del desasosiego" de Fernando Pessoa), y entre otros fragmentos estaba éste (los leo siempre desordenadamente, de modo azaroso, porqe a veces no me gusta elegir el camino ). Y creo que algo tiene que ver (o tal vez no, depende).

Todo lo desagradable que nos sucede en esta vida - los papeles ridículos que representamos, nuestros gestos desafortunados, períodos en los que nos precipitamos desde nuestras mejores virtudes -, todo eso debe ser considerado como meros accidentes externos, incapaces de traducir la sustancia del alma. Sepamos cargar con ellos como se carga con los dolores de dientes, o los callos, cosas de la vida que nos molestan pero que son externas si bien nuestras, o que sólo implican nuestra existencia orgánica o la preocupación por lo que de biológico hay en nosotros.
Cuando alcanzamos esa actitud, que es, de otra manera, la de los místicos, estamos defendidos no sólo del mundo sino de nosotros mismos, pues hemos vencido lo que en nosotros es externo, lo otro, lo contrario de nosotros y por eso enemigo de nosotros mismos.
Por eso Horacio nos habla del varón justo, que seguirá impávido aun cuando a su alrededor se derrumbe el mundo. Si bien la imagen es absurda, es justo su sentido. Aun cuando en torno a nosotros se desplome lo que fingimos que somos, puesto que coexistimos con eso, debemos permanecer impávidos - no porque seamos justos, sino porque somos nosotros, y que seamos nosotros implica que no tenemos nada que ver con esas cosas externas que se desploman, aun cuando se desplomen sobre lo que para ellas somos.
La vida debe ser, para los mejores, un sueño que reniega de toda confrontación.

Los sigo leyendo... ojalá tengan mucho más por decir sobre este tema! (me encantaron todas las aportaciones)... la tuya Rhhevoltaire me gustó, no creo que te vayas del tema si te explayás más, por el contrario, me quedé con ganas de leer más.

Saludines!

Como decía alguien entre dos personas está la opinión de ti mismo, lo que piensas del otro, y lo que la otra persona pueda pensar de ti. Todas estas opiniones pueden ser contradictorias y cambiantes, estar influidas por un momento de optimismo y buen rollo entre los dos que participan en lo de conocerse, al contrario con recelo que quizá no tiene que ver con su relación (que vengan de estar mosqueados por otras razones), o darse que uno está receptivo y el otro a la defensiva. A un Sheldon Cooper de la vida lo dejaría KO...