Nilay escribió:Hace unos días, mi padre desencarnó, partió, o como si prefieren mejor pensarlo, falleció, aunque ese concepto no entra en mi manera de ver las cosas.
Él, no había sido una persona creyente, ni nada por el estilo, sino más bien ajeno a toda práctica Pero su vida cambió estos últimos meses, su actitud, su visión de las cosas, su expansión de conciencia, era receptivo a lo que le decíamos y enseñábamos, de una manera asombrosa. Me emociona recordar el verlo en su silla de ruedas practicando, lo que podía dentro de sus limitaciones, como algunos ejercicios de chi kung, disciplina que me gusta, algo de meditación y sobre todo la importancia del perdón. Él se estaba preparando sin saberlo conscientemente, y en casa nos pasó lo mismo. Sucedieron algunas cosas significativas su última noche en casa, el televisor de su dormitorio que se encendió solo, la sensación de energías que recorrían nuestros brazos al imponerle las manos esa madrugada, de una manera excesiva y diferente a lo habitual, escuché a alguien que decía mi nombre mientras estaba sola en la cocina….. Y todo, desconociendo que estaba grave, en teoría un simple cólico nefrítico que ya había padecido en otras ocasiones.
Mi padre, está bien, me consta, hay cosas que no puedo decir sobre su partida, porque es hablar de más personas, y no tengo derecho a exponerles. Sigue de otra manera, en otro lugar, pero en un proceso evolutivo.
La vida no se acaba, hay otras formas, otros planos, como dice Manu, otros niveles, cursos u hogares. Nada se extingue, solo se transforma, la muerte es una ilusión. Lo que vemos es nuestra parte densa para interactuar en la tierra. A él le faltaba una pierna, y a veces sentía esa misma pierna pero de manera energética con mis manos, y él podía sentir mis manos y decir que le estaba tocando.
Quien lo desee, puede trabajar con las energías de su cuerpo, eso activa otras sensibilidades, que hacen cuestionarse muchas cosas, al menos dudar o desarrollar la posibilidad de sentir presencias, a mí me sucede a veces. Tenemos mucho más que un cuerpo físico, y se puede percibir eso de manera sencilla, el todo es ponerse.
Se toma aún más conciencia de lo que es la muerte en sí, cuando se participa en ella con quien se va, ayudándole, porque se le puede ayudar, y así lo hicimos, cuando nos dijeron en el hospital lo que había, pero esa ya es otra cuestión.
Delegar en la ciencia la responsabilidad de ser los poseedores de la verdad absoluta, es desde mi punto de vista, poco razonable. La ciencia sigue con sus avances, sin tocar techo, y muchas cosas porque no se puedan demostrar, no implica que no existan. Hoy bosones o quarks son partículas subatómicas demostrables, antes eran hipótesis o ni siquiera eso, nuestra realidad de hoy hubiera sido un sueño imposible hace cientos de años. Pero añadiría algo más, hay cosas que van más allá de la ciencia, hay realidades que no se deben ni pueden tocar, porque funcionan de manera distinta, y forman parte de un proceso evolutivo natural. ¿ Qué pasaría si lo que sucede en este plano, interfiriera en otros o viceversa a voluntad de cualquiera?. Es la propia ciencia, la que cuida incluso, no alterar los medios donde experimenta en la naturaleza lo menos posible, porque todo tiene que seguir su curso.
Este es un tema no solo interesante, sino también liberador, que ayuda a integrar como parte de la vida, algo natural que forma parte de una rueda donde para nacer hay que morir y para morir hay que nacer.
Gracias Manu, excelente hilo
Fenomenal visión, Niilay, que comparto completamente. El inmenso poder que detecta la ciencia oficial es una traba al conocimiento avanzado, su inmenso poder es más pernicioso que el de las antiguas religiones, fija lo que podemos y lo que no podemos creer. Como ya decía Bakunin: ":la propia naturaleza de la ciencia no tiene otra misión que la de legitimar y racionalizar todo lo posible lo que les parece inicuo y absurdo. Está representada por un cuerpo privilegiado y además se ha colocado ella misma como el fin absoluto y último de todo desenvolvimiento humano. El gobierno de los sabios tendría por primera consecuencia hacer inaccesible al pueblo la ciencia y sería necesariamente un gobierno aristocrático... !la aristocracia de la inteligencia! ¿Cuáles son las causas de esta lentitud desoladora y tan próxima al estancamiento que constituye la mayor desgracia de la humanidad? La más considerable es la ignorancia de las masas. Privadas general y sistemáticamente de toda educación científica, gracias a los cuidados paternales de todos los gobiernos y de las clases privilegiadas, que consideran útil mantenerlas el más largo tiempo posible en la ignorancia, ignoran igualmente ese instrumento de emancipación intelectual que se llama la crítica, sin la cual no puede haber revolución moral y social completa".
Se ha sustituido el culto a Dios por el culto a la Ciencia; ambos cultos limitan y entorpecen el verdadero desarrollo personal.
Holisss Manu
Has puesto bien descrito en palabras lo que también pienso, y la última frase es esencial, para intuir el por qué de la negación a veces rotunda, sobre la continuidad de lo que llamamos muerte.
Cuando el poder deje de ser interesante para el ser humano, cuando la humildad se de en todas las esferas, el conocimiento logrará un avance notable, y muchas de las cosas que hoy nos cuestionamos, tendrán su respuesta.
golondrina escribió:Me ha gustado mucho lo que has escrito, Nilay.
Yo me cuento también entre las que creen que la realidad no es solo lo que vemos, oimos o palpamos... hay mucho mas allá de todo eso, aunque no se pueda demostrar cientificamente, como les gustaría a las mentes cientificas puras.
Pienso como tu, que al igual que ahora se conocen cosas que antes eran totalmente desconocidas ni para los mayores soñadores, llegara el tiempo en que todo eso será admitido y asumido por todos como la cosa mas natural del mundo (tanto como un mando a distancia, o un movil) pero de momento son cosas que a quien no las crea, no se le puede obligar a hacerlo, ni convencer con la experiencia ajena. Creo que para tener constancia de estos hechos, hay que vivirlos en primera persona y estar bien seguros de lo que se ha vivido conscientemente. Solo así, se puede estar seguros, aunque como digo esta experiencia es totalmente "personal e intransferible" y de ninguna manera se le puede transmitir a nadie que no lo haya vivido; y además así debe ser.
Muy buen hilo Manu. Felicidades.
Holisss golondrina
Lo que dices de la experiencia es bien cierto, cuando en tus creencias intuyes que algo existe, eso, lo integras en tu vida y lo vives como algo normal, pero cuando experimentas en tí misma, entras en otra fase que a veces no sabes como explicar con palabras. Ya no solo crees, ya sabes que algo existe.
Hay una frase que dice algo así como que " existen otras realidades, pero no todo el mundo puede verlas ", cada persona, como bien dices debe vivirlas, seguir su ritmo opino, y cuando lo desee o se de, empezarán a despejarse algunas dudas.
Nilay escribió:Hace unos días, mi padre desencarnó, partió, o como si prefieren mejor pensarlo, falleció, aunque ese concepto no entra en mi manera de ver las cosas.
Él, no había sido una persona creyente, ni nada por el estilo, sino más bien ajeno a toda práctica Pero su vida cambió estos últimos meses, su actitud, su visión de las cosas, su expansión de conciencia, era receptivo a lo que le decíamos y enseñábamos, de una manera asombrosa. Me emociona recordar el verlo en su silla de ruedas practicando, lo que podía dentro de sus limitaciones, como algunos ejercicios de chi kung, disciplina que me gusta, algo de meditación y sobre todo la importancia del perdón. Él se estaba preparando sin saberlo conscientemente, y en casa nos pasó lo mismo. Sucedieron algunas cosas significativas su última noche en casa, el televisor de su dormitorio que se encendió solo, la sensación de energías que recorrían nuestros brazos al imponerle las manos esa madrugada, de una manera excesiva y diferente a lo habitual, escuché a alguien que decía mi nombre mientras estaba sola en la cocina….. Y todo, desconociendo que estaba grave, en teoría un simple cólico nefrítico que ya había padecido en otras ocasiones.
Mi padre, está bien, me consta, hay cosas que no puedo decir sobre su partida, porque es hablar de más personas, y no tengo derecho a exponerles. Sigue de otra manera, en otro lugar, pero en un proceso evolutivo.
La vida no se acaba, hay otras formas, otros planos, como dice Manu, otros niveles, cursos u hogares. Nada se extingue, solo se transforma, la muerte es una ilusión. Lo que vemos es nuestra parte densa para interactuar en la tierra. A él le faltaba una pierna, y a veces sentía esa misma pierna pero de manera energética con mis manos, y él podía sentir mis manos y decir que le estaba tocando.
Quien lo desee, puede trabajar con las energías de su cuerpo, eso activa otras sensibilidades, que hacen cuestionarse muchas cosas, al menos dudar o desarrollar la posibilidad de sentir presencias, a mí me sucede a veces. Tenemos mucho más que un cuerpo físico, y se puede percibir eso de manera sencilla, el todo es ponerse.
Se toma aún más conciencia de lo que es la muerte en sí, cuando se participa en ella con quien se va, ayudándole, porque se le puede ayudar, y así lo hicimos, cuando nos dijeron en el hospital lo que había, pero esa ya es otra cuestión.
Delegar en la ciencia la responsabilidad de ser los poseedores de la verdad absoluta, es desde mi punto de vista, poco razonable. La ciencia sigue con sus avances, sin tocar techo, y muchas cosas porque no se puedan demostrar, no implica que no existan. Hoy bosones o quarks son partículas subatómicas demostrables, antes eran hipótesis o ni siquiera eso, nuestra realidad de hoy hubiera sido un sueño imposible hace cientos de años. Pero añadiría algo más, hay cosas que van más allá de la ciencia, hay realidades que no se deben ni pueden tocar, porque funcionan de manera distinta, y forman parte de un proceso evolutivo natural. ¿ Qué pasaría si lo que sucede en este plano, interfiriera en otros o viceversa a voluntad de cualquiera?. Es la propia ciencia, la que cuida incluso, no alterar los medios donde experimenta en la naturaleza lo menos posible, porque todo tiene que seguir su curso.
Este es un tema no solo interesante, sino también liberador, que ayuda a integrar como parte de la vida, algo natural que forma parte de una rueda donde para nacer hay que morir y para morir hay que nacer.
Gracias Manu, excelente hilo
¿Nilayyyyyyyyyyyyyyyy??? [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
¡¡Cielete, un abrazo muy fuerteeeeeeeeee!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Nilay escribió: La ciencia sigue con sus avances, sin tocar techo, y muchas cosas porque no se puedan demostrar, no implica que no existan. Hoy bosones o quarks son partículas subatómicas demostrables, antes eran hipótesis o ni siquiera eso, nuestra realidad de hoy hubiera sido un sueño imposible hace cientos de años. Pero añadiría algo más, hay cosas que van más allá de la ciencia, hay realidades que no se deben ni pueden tocar, porque funcionan de manera distinta, y forman parte de un proceso evolutivo natural. ¿ Qué pasaría si lo que sucede en este plano, interfiriera en otros o viceversa a voluntad de cualquiera?. Es la propia ciencia, la que cuida incluso, no alterar los medios donde experimenta en la naturaleza lo menos posible, porque todo tiene que seguir su curso.
Por esto mismo que explicas aquí, digo que tengo la mente abierta. Si algún día la ciencia da una explicación veraz a estos fenómenos, sin lugar a dudas que los creeré. hasta que ese momento llegue todo son suposiciones. Y el que cada uno se aferre a algo para seguir tirando p'alante.
Pues claro que si, cada uno debe seguir lo que sienta en su interior, sus convicciones. La vida a mi modo de ver es un viaje en solitario, aunque a ratos nos sintamos acompañados, lo importante, pienso, es seguir lo que cada uno desee, más allá de creencias externas. Pero al contrario de aferrarme, como dices, en mi caso me he quitado muchos lastres, temores, dudas,..... y sin seguir a ningún gurú, ni involucrarme en ninguna religión, pero tampoco sin aferrarme a la ciencia como a un clavo ardiendo.
A veces tengo la sensación que vivimos tan cerca y lejos de nosotros mismos, que muchas veces nos dedicamos a explorar el mundo ignorando quienes somos.
Nilay escribió: La ciencia sigue con sus avances, sin tocar techo, y muchas cosas porque no se puedan demostrar, no implica que no existan. Hoy bosones o quarks son partículas subatómicas demostrables, antes eran hipótesis o ni siquiera eso, nuestra realidad de hoy hubiera sido un sueño imposible hace cientos de años. Pero añadiría algo más, hay cosas que van más allá de la ciencia, hay realidades que no se deben ni pueden tocar, porque funcionan de manera distinta, y forman parte de un proceso evolutivo natural. ¿ Qué pasaría si lo que sucede en este plano, interfiriera en otros o viceversa a voluntad de cualquiera?. Es la propia ciencia, la que cuida incluso, no alterar los medios donde experimenta en la naturaleza lo menos posible, porque todo tiene que seguir su curso.
Por esto mismo que explicas aquí, digo que tengo la mente abierta. Si algún día la ciencia da una explicación veraz a estos fenómenos, sin lugar a dudas que los creeré. hasta que ese momento llegue todo son suposiciones. Y el que cada uno se aferre a algo para seguir tirando p'alante.
Pues claro que si, cada uno debe seguir lo que sienta en su interior, sus convicciones. La vida a mi modo de ver es un viaje en solitario, aunque a ratos nos sintamos acompañados, lo importante, pienso, es seguir lo que cada uno desee, más allá de creencias externas. Pero al contrario de aferrarme, como dices, en mi caso me he quitado muchos lastres, temores, dudas,..... y sin seguir a ningún gurú, ni involucrarme en ninguna religión, pero tampoco sin aferrarme a la ciencia como a un clavo ardiendo.
A veces tengo la sensación que vivimos tan cerca y lejos de nosotros mismos, que muchas veces nos dedicamos a explorar el mundo ignorando quienes somos.
Acabas de hacer diana con tu última frase: ¡qué difícil es saber de nosotros mismos! Yo sin ir más lejos, aún a la edad que tengo, sigo descubriéndome.
Nilay escribió: La ciencia sigue con sus avances, sin tocar techo, y muchas cosas porque no se puedan demostrar, no implica que no existan. Hoy bosones o quarks son partículas subatómicas demostrables, antes eran hipótesis o ni siquiera eso, nuestra realidad de hoy hubiera sido un sueño imposible hace cientos de años. Pero añadiría algo más, hay cosas que van más allá de la ciencia, hay realidades que no se deben ni pueden tocar, porque funcionan de manera distinta, y forman parte de un proceso evolutivo natural. ¿ Qué pasaría si lo que sucede en este plano, interfiriera en otros o viceversa a voluntad de cualquiera?. Es la propia ciencia, la que cuida incluso, no alterar los medios donde experimenta en la naturaleza lo menos posible, porque todo tiene que seguir su curso.
Por esto mismo que explicas aquí, digo que tengo la mente abierta. Si algún día la ciencia da una explicación veraz a estos fenómenos, sin lugar a dudas que los creeré. hasta que ese momento llegue todo son suposiciones. Y el que cada uno se aferre a algo para seguir tirando p'alante.
Pues claro que si, cada uno debe seguir lo que sienta en su interior, sus convicciones. La vida a mi modo de ver es un viaje en solitario, aunque a ratos nos sintamos acompañados, lo importante, pienso, es seguir lo que cada uno desee, más allá de creencias externas. Pero al contrario de aferrarme, como dices, en mi caso me he quitado muchos lastres, temores, dudas,..... y sin seguir a ningún gurú, ni involucrarme en ninguna religión, pero tampoco sin aferrarme a la ciencia como a un clavo ardiendo.
A veces tengo la sensación que vivimos tan cerca y lejos de nosotros mismos, que muchas veces nos dedicamos a explorar el mundo ignorando quienes somos.
Acabas de hacer diana con tu última frase: ¡qué difícil es saber de nosotros mismos! Yo sin ir más lejos, aún a la edad que tengo, sigo descubriéndome.
Exacto; por ahí es por donde tenemos que empezar, de dentro hacia fuera... "Hombre, conocete a ti mismo y conoceras el universo y los dioses"
mmonchi escribió:Una de las razones que me hacen ser escéptico sobre la mayoría de estos temas es la falta de pruebas. En la Edad Media si alguien decía que había visto una aparición mariana le creías o no, pero no lo podías comprobar. Desde que existen los móviles con vídeo ya no hay apariciones marianas.
Con las teleplastias pasa lo mismo. ¿Dónde están los vídeos? En los años sesenta había médiums que conseguían teleplastias en prácticamente todas sus sesiones, en cambio hoy no consiguen hacer una grabación de calidad que certifique que son auténticas.
De todos modos sigo con la mente abierta, esperando algo que me demuestre que todas esas cosas son reales. ¿Por qué no?
Hola Mmonchi,
¿Teleplastas? ¡Pero si hay un montón! todavía más desde que impera la TDT, cuando no son políticos son marujos, y cuando no son marujos son magufos, pilla cualquier canal de tarotistas y ya verás si hay teleplastas o no
La ciencia tiene una cosa que se llama "método", el método es aplicable al estudio de la fenomenología y, esencialmente de una fenomenología contrastable y/o reproducible -en el segundo caso para las disciplinas experimentales. Intentar aplicar el método cientíifico a una fenomenología no contrastable ni reproducible, en el mejor de los casos puramente aleatoria y la cual entra básicamente en el ámbito de la creencia en mi humilde opinión...esta destinado al fracaso.
Primero porque no le interesa a la ciencia y segundo ¿tiene algún interés demostrar palmariamente que no existe "el hombre mosca" o las caras de Bélmez? ¿o qué es inexplicable? Pues creo que ambas respuestas es "no", la primera porque no se mata moscas a cañonazos, y la segunda porque desemboca inevitablemente en una situación "ad ignoratiam", vaya...sin solución.
mmonchi escribió:Hola, Manulondra, sobre los taquiones he de decirte que (de momento) solo existen como una solución singular de las ecuaciones de Einstein. Si tomas un cuerpo de masa negativa su velocidad es infinita cuando su energía es cero y es la velocidad de la luz cuando su energía es infinita. Sin embargo no se sabe si existen o no, ni si en caso de existir sería posible detectarlos. Algo similar ocurre con las ondas que viajan hacia atrás en el tiempo, son matemáticamente consistentes con las ecuaciones de Maxwell pero no hay ninguna evidencia de que existan.
Respecto a mi postura intelectual respecto a los límites de la ciencia, prefiero poner un texto de Carl Sagan que dice lo que yo querría decir pero mucho mejor:
En el corazón de la ciencia hay un equilibrio esencial entre dos actitudes aparentemente contradictorias: una apertura a nuevas ideas, por muy extrañas y contrarias a la intuición que sean, y el examen escéptico más implacable de todas las ideas, viejas y nuevas. Así es como se avenían las verdades profundas de las grandes tonterías. La empresa colectiva del pensamiento creativo y el pensamiento escéptico, unidos en la tarea, mantienen el tema en el buen camino. Esas dos actitudes aparentemente contradictorias, sin embargo, están sometidas a cierta tensión.
Si uno es sólo escéptico, las nuevas ideas no le llegarán. Nunca aprenderá nada. Se convertirá en un misántropo excéntrico convencido de que el mundo está gobernado por la tontería. (Desde luego, hay muchos datos que avalan esta opinión.) Como los grandes descubrimientos en los límites de la ciencia son raros, la experiencia tenderá a confirmar su malhumor. Pero de vez en cuando aparece una nueva idea, válida y maravillosa, que parece dar en el clavo. Si uno es demasiado decidido e implacablemente escéptico, se perderá (o tomará a mal) los descubrimientos transformadores de la ciencia y entorpecerá de todos modos la comprensión y el progreso. El mero escepticismo no basta.
Al mismo tiempo, la ciencia requiere el escepticismo más vigoroso e implacable porque la gran mayoría de las ideas son simplemente erróneas, y la única manera de separar el trigo de la paja es a través del experimento y el análisis crítico. Si uno está abierto hasta el punto de la credulidad y no tiene ni un gramo de sentido escéptico dentro, no puede distinguir las ideas prometedoras de las que no tienen valor. Aceptar sin crítica toda noción, idea e hipótesis equivale a no saber nada. Las ideas se contradicen una a otra; sólo mediante el escrutinio escéptico podemos decidir entre ellas. Realmente, hay ideas mejores que otras.
La mezcla juiciosa de esos dos modos de pensamiento es central para el éxito de la ciencia. Los buenos científicos hacen ambas cosas. Por su parte, hablando entre ellos, desmenuzan muchas ideas nuevas y las critican sistemáticamente. La mayoría de las ideas nunca llegan al mundo exterior. Sólo las que pasan una rigurosa filtración llegan al resto de la comunidad científica para ser sometidas a crítica.
El texto está sacado de "El mundo y sus demonios", un libro que recomiendo. Son 25 artículos de 15 o 20 páginas muy fáciles de leer. Si no lo encontráis lo podéis descargar aquí: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Creo que el enlace es legal pero si no es así me lo decís y lo quito.
Gracias por ese enlace, Mmonchi, ya lo he bajado. Desde luego hay que reconocer la labor de divulgación realizada por Sagan de manera accesible para todos, en cuanto a los misterios del universo y los por qués sin respuesta, dentro de esta sana cautela escéptica, aunque podríamos reprocharle no haber querido casi nunca dar un paso más. Por ejemplo, aún admitiendo sin duda la existencia de inteligencia extraterrestre, negaba la posibilidad de que nos hubieran visitado en el pasado y en su presente, a pesar de la oleada ovni de segunda mitad del siglo. Cuando dice: la única manera de separar el trigo de la paja es a través del experimento y el análisis crítico, pero esa crítica, ¿bajo qué condiciones se produce, o está amordazada por ideas previas? Se pueden tener datos suficientes pero no querer darles crédito ni otra explicación que "no sabemos". Del mismo modo, puede haber asuntos que se escapan a la experimentación y a los que una tesis avanzada puede responder. Como decía Hume: "Ningún testimonio es suficiente para establecer un milagro, a menos que el testimonio sea de una clase tal que su falsedad sea más milagrosa que el hecho que se está tratando de comprobar". Muchas veces, las ideas aparentemente revolucionarias en su momento, luego se convirtieron en pilares del conocimiento.
golondrina escribió:Me ha gustado mucho lo que has escrito, Nilay.
Yo me cuento también entre las que creen que la realidad no es solo lo que vemos, oimos o palpamos... hay mucho mas allá de todo eso, aunque no se pueda demostrar cientificamente, como les gustaría a las mentes cientificas puras.
Pienso como tu, que al igual que ahora se conocen cosas que antes eran totalmente desconocidas ni para los mayores soñadores, llegara el tiempo en que todo eso será admitido y asumido por todos como la cosa mas natural del mundo (tanto como un mando a distancia, o un movil) pero de momento son cosas que a quien no las crea, no se le puede obligar a hacerlo, ni convencer con la experiencia ajena. Creo que para tener constancia de estos hechos, hay que vivirlos en primera persona y estar bien seguros de lo que se ha vivido conscientemente. Solo así, se puede estar seguros, aunque como digo esta experiencia es totalmente "personal e intransferible" y de ninguna manera se le puede transmitir a nadie que no lo haya vivido; y además así debe ser.
Muy buen hilo Manu. Felicidades.
Gracias por tu aportación, Golondrina, estamos de acuerdo en lo esencial. Bueno, aunque no tengamos experiencias directas de los fenómenos de los que hemos hablado, podemos tener un método indirecto para reconocer su posible veracidad, aparte de esa serie de intuiciones y sensaciones cognoscitivas que solemos descartar por nuestra educación racionalista. Por ejemplo, podemos creer en la reencarnación o en la multiplicidad de la existencia en otros planos y no haber tenido experiencia consciente de ello, pero cuando se nos presentan algunos fenómenos, aún pasados por el tamiz de la crítica, puede quedarnos probada íntimamente nuestra teoría.
Estoy de acuerdo en que es inútil obligar y querer convencer con nuestra experiencia o lo que creemos saber, pero si se la puede transmitir y crear al menos una duda en quien no cree.
Normalmente los médicos son los más propensos a creer, ya que suelen tener experiencias directas en sus pacientes. Un ejemplo:
La ciencia tiene una cosa que se llama "método", el método es aplicable al estudio de la fenomenología y, esencialmente de una fenomenología contrastable y/o reproducible -en el segundo caso para las disciplinas experimentales. Intentar aplicar el método cientíifico a una fenomenología no contrastable ni reproducible, en el mejor de los casos puramente aleatoria y la cual entra básicamente en el ámbito de la creencia en mi humilde opinión...esta destinado al fracaso.
Primero porque no le interesa a la ciencia y segundo ¿tiene algún interés demostrar palmariamente que no existe "el hombre mosca" o las caras de Bélmez? ¿o qué es inexplicable? Pues creo que ambas respuestas es "no", la primera porque no se mata moscas a cañonazos, y la segunda porque desemboca inevitablemente en una situación "ad ignoratiam", vaya...sin solución.
Un saludo
Bien, respeto tu forma de pensar, Quasitor, aunque sea diametralmente opuesta a la mía. Sólo un apunte, creo que hoy día la ciencia cuestiona seriamente su método tradicional de investigación como insuficiente para explicar muchos fenómenos. Todo ello se debe a la difícil situación en que la pone la física cuántica, que la lleva a un callejón sin salida aparente, a menos que cambie su método de trabajo. En este caso, quizá no pueda matar a la mosca cuántica a cañonazos, simplemente porque al apuntar sobre ella, ésta cambia de lugar. Tampoco sabe el momento de disparar, cuando le apunta, ella se escapa. Esto nos lleva a considerar que la materia es pura ilusión, o como mucho, una pequeña parte de lo que existe. ¿Y el resto, nos quedamos de brazos cruzados porque el método no sirve?
Me parece oportuno este reportaje y de mucho interés los comentarios de los internautas: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Hola, Manulondra. Sagan como hombre público se posicionó claramente del lado de los escépticos, sin embargo como científico estuvo dispuesto a asumir riesgos. Por ejemplo, cuando el programa Mariner de la NASA llegó a Marte, Sagan fue uno de los que insistieron en llevar experimentos para buscar vida extraterrestre en su superficie. No porque creyera que se iba a encontrar sino porque era una hipótesis que no se debía descartar.
Los experimentos científicos deben tener en cuenta todas las variables implicadas, descartar explicaciones alternativas y poder ser replicados por otros investigadores que obtengan los mismos resultados. Hay veces que no es posible un experimento o que los resultados no son replicables. Un ejemplo clásico es el de los semiconductores, que son básicos para toda la industria de transistores y microprocesadores y sin los que no estaríamos hablando aquí. A pesar de que los investigadores repetían los experimentos con el máximo cuidado, obtenían resultados completamente diferentes. Finalmente descubrieron que los dopantes del silicio, en proporciones de un átomo cada cien millones, cambiaban las propiedades semiconductoras. Pero nadie lo achacó a la magia ni a los poderes paranormales de los investigadores, siguieron investigando hasta que hallaron la respuesta.
La cita de Hume me gusta mucho, aunque prefiero otra de él sobre la misma idea: "afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias".
Respecto a que pueden haber ideas rechazadas por la comunidad científica y al mismo tiempo ciertas, es verdad, hay ejemplos de ello, aunque pocos. Recuerdo el caso de la Deriva Continental de Alfred Wegener. La formuló basándose en una serie de observaciones empíricas: la forma de los continentes, la separación de especies iguales a ambos lados del océano, coincidencia de minerales en cordilleras separadas en distintos continentes. La hipótesis fue rechazada por la mayoría de los científicos porque no explicaba el mecanismo de la deriva de los continentes y, posiblemente, porque era meteorólogo y ¿qué va a saber un meteorólogo de geología? Cuando 50 años después se acepta le teoría de la tectónica de placas, que explica el fenómeno, se dan por válidas las ideas de Wegener, y hoy se enseñan en los colegios de Primaria. No es descartable que alguna idea que hoy no se acepta siga el camino de esta, pero la realidad es que por cada idea nueva que resulta correcta, miles son descartadas por las pruebas. Es un mecanismo que solo deja pasar lo bueno, pero permite que las ideas nuevas se enfrenten a la crítica una y otra vez, hasta que son aceptadas o finalmente descartadas.
Creo que cualquiera puede debatir sobre este tema, se puede creer o no tanto en la objetividad de las pruebas o documentos como en la supervivencia de esta "mente" en el mundo astral, así como en la existencia de los 7 planos astrales, como que después de la muerte no queda nada en absoluto, sólo cenizas. Es cuestión de opinión, de información, o bien, de no querer saber nada sobre este asunto. Por mi parte, sí creo en ese mundo astral y en la continuidad de nuestros cuerpos energéticos y, por supuesto, del espíritu o emanación divina, no exactamente inmmaterial, e inmortal... ¿y tú?
Hola Manulondra.
Yo soy bastante escéptica con estos temas. Creo que cuando morimos se acaba todo, ni hay más allá, ni más acá, llegamos a nuestro fin y no hay más.
Desde el principio de los tiempos el hombre se ha cuestionado de dónde viene, el porqué de la vida, si esto es todo o nos espera algo más. De ahí que con el paso de los siglos, hayan ido surgiendo las diversas religiones que intentan dar respuestas a temas que son tan misteriosos para todos.
Hay mucho fraude, como tú mismo reconoces, en todos estos fenómenos de los que estás tratando en el hilo. A mi me parecen como poco entretenidos y curiosos. Como ha dicho Mmonchi, yo no me creo nada... ¡pero tengo la mente abierta!
Sigo leyéndote, sigo leyendo a los demás.
Saludos, Gloria, espero que sigas leyéndonos con la mente abierta. Como has mencionado la cuestión de dónde viene la vida, y no creo en las diversas religiones ni en "su Dios" tal como nos lo cuentan, vuelvo a una cita de Bakunin, que era totalmente contrario al dios de las religiones, pero que sin embargo, afirmaba: "Es el hombre, es su alma inmortal aprisionada singularmente en un cuerpo mortal. Pero cada hombre considerado individualmente es infinitamente (yo diría "enormente) restringido, demasiado pequeño para albergar la inmensidad; no puede contener más que una pequeña partícula inmortal (para mí, suficiente) como el todo. Resulta de ahí que, el ser absolutamente inmaterial (¿y por qué no absolutamente energía?), el espíritu es divisible como la materia".
Gustavo Adolfo Rol vivió en Italia, en Turin, un sensitivo capaz de empresas fuera de lo común, e imposible de interpretar. Enzo Biagi en su libro ¿Y tú lo sabes? describe la extraordinaria figura de Gustavo Rol. ¿Quién era en realidad? Lo han definido como un sensitivo, un médium, un mago, adivinador y mucho más aún. De esta manera respondía al periodista Renzo Allegri, autor de la primera monografía sobre él, a propósito de una investigación sobre el paranormal realizada por el semanal Gente: «¿Está seguro de que yo sea importante para su investigación? Yo soy una persona cualquiera. No tengo nada que ver con los mediums, los curanderos, los espiritistas que usted entrevista. Éste mundo está lejos de mi mentalidad. Mis modestos experimentos forman parte de la ciencia. Son cosas que en el futuro todos los hombres podrán realizar.»
En una carta enviada al diario La Stampa de Turín y publicada el 3 de septiembre de 1978, Rol escribe: «Siempre he pensado no ser un sensitivo, un vidente, médium, taumaturgo ni nada por el estilo. Es todo un mundo, el de la Parapsicología, al que no pertenezco aunque haya conocido personas verdaderamente dignas y animadas con intenciones nobilísimas. Se escribe demasiado sobre mí, y muchos de los que lo han hecho pueden decir que me he quejado por la publicación de una vasta gama de fenómenos y nunca de lo que transmito en el intento de dar una explicación a estas cosas indagando sobre cómo y por qué se producen ciertos eventos maravillosos.»
Así responde Rol al periodista Remo Lugli: «No creo que sea un médium en el sentido literal de la palabra, y ni siquiera un sensitivo. Tal vez posea dotes de una intuición profunda e instintiva, y de esto me he dado cuenta desde niño.» Dice Rol: «No soy un mago. No creo en la magia... Todo lo que soy y lo que hago viene de allá [e indicaba el cielo], todos nosotros somos parte de Dios... Y a quien me pregunta por qué hago ciertos experimentos, respondo: lo hago justo para confirmar la presencia de Dios.»
Así describe Buzzati a Rol: «Impacta de Rol que a sesenta y dos años aparenta al menos diez años menos, una vitalidad extraordinaria y gloriosa. Insisto en su serenidad y la alegría que emana. Algo beneficioso se irradia sobre los demás. Es ésta la característica que no puede faltar, al menos según mi experiencia, con hombres especiales que han llegado, con la propia superación de ellos mismos, a un alto nivel espiritual, y como consecuencia a la auténtica bondad. En cuanto a su rostro, es difícil describirlo. Algunos lo han definido como un “bon vivant”. No es cierto. Podría ser el de un gurú indio. Pero también podría pertenecer a un cirujano, a un obispo a un tierno niño. Se espera una máscara impresionante y magnética. Nada de eso. Lo que está detrás de aquella frente, al menos a primera vista, no se transparenta.»
Tiene un comportamiento apuesto, asentado sobre una discreción civilizada, que en ocasiones se contradecía con descuidadas alegrías, y entonces habla con un fuerte deje dialectal que exagera conscientemente, y cuenta chistes encantado. Creo que el motivo de este comportamiento esté en su constante y previsora preocupación por desdramatizar las esperas, los temores, el desasosiego que se puede experimentar ante sus traumatizantes prodigios de mago. Pero, no obstante toda esta atmósfera de familiaridad, de bromas entre amigos, no obstante su manera de diminuir, ignorar, hacerlo gracioso para hacer olvidar y olvidarlo a él en primer lugar ante todo lo que está sucediendo, sus ojos, los ojos de Rol, no se pueden mirar durante mucho tiempo. Son ojos quietos y luminosos, ojos de una criatura que viene de otro planeta, los ojos de un personaje de una buena película de ciencia ficción.
Cuando se hacen “juegos” como los suyos, la tentación del orgullo, de una cierta misteriosa omnipotencia, tiene que ser fortísima. Y sin embargo Rol sabe alejarla, se ridimensiona cotidianamente en un tamaño humano aceptable. Tal vez porque tiene fe y cree en Dios. Sus intentos frecuentemente desesperados por establecer una relación individual con las terribles fuerzas que lo habitan, de intentar definir cualquier construcción conceptual, ideológica, religiosa, que le permita domesticar parcialmente, tolerable armisticio la tempestuosa noche magnética que lo invade delineando y borrando las delimitaciones de su personalidad, tienen algo de patético y heroico.» Gustavo Adolfo Rol está considerado como el más grande “sensitivo” del siglo XX. Pero el término, como hemos visto, no es suficiente para dar una definición. Esto se debe a que en la época actual, por lo menos en occidente, falta completamente la figura del Maestro Espiritual, así como no siempre se encuentra, incluso dondo existen los Maestros Espirituales, alguno que haya conseguido el estado de Iluminación o Despertar. Gustavo Rol pertenecía a esta categoría de Hombres, extremadamente rara a encuentrarse en todas las épocas y ciertamente extinguida hoy día. Tal vez Rol ha sido uno de los últimos “ejemplares” que ha pisado el planeta Tierra.
En general, las posibilidades de Rol iban de la lectura de libros cerrados a viajes en el tiempo (con incursiones en el pasado y en el futuro) experimentados por parte de los presentes, de la adivinación selectiva (observación del aura energética que circunda el cuerpo humano, útil para la identificación de enfermedades) a la endoscopia (la visión del interior del cuerpo humano). Era capaz de actuar dinámicamente sobre la materia, es decir, podía mover a distancia objetos de cualquier género (telequinesia), o materializarlos y desmaterializarlos (aportes), sabía preveer los eventos futuros (clarividencia), leía el pensamiento (telepatía), era capaz de curar personas enfermas aun a distancia (entre los sistemas usados también el de la pranoterapia) o encontrarse en dos lugares distintos en el mismo momento (bilocación). Podía atravesar superficies sólidas (por ejemplo, paredes) o hacer que cualquier objeto las atravesara, así como podía alargar o reducir el propio cuerpo físico a placer. Durante sus experimentos podían verificarse epifanías de espíritus, que contribuían a la dinámica de los experimentos. Pero estos espíritus no eran aquellos de los difuntos, mejor Rol afirmaba firmemente que los difuntos no estaban entre nosotros. Lo que llamamos espíritus, no son sino residuos psíquicos dejados por el difunto en el momento de la muerte. De hecho, así como se deja un residuo orgánico tras la muerte del cuerpo, se deja también un residuo psíquico. Este residuo es denominado por Rol como “espíritu inteligente”, y cada Tradición Metafísica sabe de qué se trata. Para Rol cada cosa tiene un espíritu, pero el del hombre es un espíritu inteligente, por la posibilidades superiores que su naturaleza le confiere.
La fenomenología de Gustavo Rol se divide básicamente en dos categorías: por un lado aquellos que él llamaba experimentos, y por otro una vasta antología de prodigios de cualquier tipo. Los experimentos se desarrollaban entorno a una mesa, en su casa o en casa de otras personas. El número de los asistentes oscilaba, normalmente, entre las cinco y las diez personas. Los “instrumentos” generalmente se constituían de folios blancos extra strong y por barajas de cartas normales. Bien sea los folios que las cartas normalmente eran nuevos, todavía confeccionados en sus respectivos envoltorios. Algunas veces alguno de los presentes (con frecuencia, un escéptico) traía de su casa, o recién comprados, sus barajas o sus folios. A través de sólo estos dos instrumentos, de los que hacían uso todos los presentes de manera casual dependiendo de los temas que se trataban, Rol realizaba numerosas variantes de un esquema de fondo preestablecido.
La atmósfera, digamos paranormal, se preparaba con las cartas. Delante de él había alineadas al menos ocho barajas de poker, cada uno con el dorso de un color y con un diseño distinto, casi siempre nuevísimas, porque el uso intenso las deterioraba fácilmente, o había que conservarlas porque se habían convertido en “testigos” de un experimento en particular con una o más inscripciones que aparecían entre los palos sin su directa intervención. Podía suceder que, ante una baraja aún envuelta en su celofán tuviera la inspiración de empezar la velada justo a partir de ahí: establecida una carta, en la homóloga aún empaquetada hacía aparecer una marca a lápiz dejando el envoltorio intacto y sin tocarlo. Los mazos los manejaba poco, los hacía barajar y levantar a los presentes. Los experimentos de Rol con las cartas de juego – eran experimentos y no “juegos”, esto hace falta recordarlo – se hacían a veces en secuencias rápidas como una explosión pirotécnica. Hermosísimos, elegantes, viéndolos te dejaban anonadado pero al mismo tiempo con la impresión de que fuera una cosa natural, fácil. Por ejemplo: hacía mezclar siete barajas de cartas y de una octava baraja hacía elegir una carta, pongamos el siete de picas. Pasaba una mano por el dorso de las siete barajas alineadas y después daba la vuela a la primera carta de cada baraja: ¡eran todas siete de picas! O: apoyaba en la mesa una baraja abierta a modo de abanico con el dorso en alto y pasaba el dedo índice por encima, como un arco o la aguja de un reloj. “¡Decidme cuándo paro!” decía . Cuando se decía alto, el dedo descendía hasta la carta que quedaba debajo que se extraía. Pongamos que fuera el tres de tréboles. Delante suya estaban alineadas las siete barajas precedentemente mezcladas, todas con las figuras cubiertas. Cogía una y con un gesto rápido la lanzaba sobre la mesa de tal manera que las cartas se extendieran alineadas a lo largo de una recta. Aparecía todas giradas, excepto una que mostraba la figura: y era el tres de tréboles. Aún no se habían apagado las exclamaciones de los presentes, maravillados, cuando Rol lanzaba, una a una, las restantes seis barajas y todas las filas se alineaban mostrando cada una la carta girada: el tres de tréboles.»
Linea de conducta a seguir: Doctor Rol, no le pedimos que nos presente sus experimentos. Explíquenos de qué se trata. “¿Qué queréis que os explique? Mandad a comprar algunas barajas de cartas.” [El botones del hotel corre a comprar las cartas. A su regreso los presentes asisten a algunos experimentos. Rol le dice a uno de ellos:] “Póngase usted una baraja de cartas en el bolsillo, la que le parezca. Abotónese el bolsillo. Abra el otro, elija una carta cualquiera. Mírela. Y ahora, con su lápiz y con su bolígrafo, dibuje en el aire una palabra, o su firma, o una cifra. Sobre la carta aún cerrada dentro de la baraja, en el bolsillo abotonado, es la correspondiente a la que ha elegido, encontrará la palabra que usted ha escrito en el aire con su bolígrafo o con su lápiz”. La persona que se presta elige una carta, el cuatro de tréboles, por ejemplo, dibuja en el aire una firma; abre el paquete; busca el cuatro de tréboles; la firma, realizada con el lápiz, atraviesa la carta.»
«Una tarde estábamos en casa del periodista y pintor Enrico Gianieri-Gec. Después de algunos experimentos, Rol dijo: “Gec, usted me resulta simpático; hasta ahora ha visto experimentos de primer y segundo grado. Le ofrezco algo más.
Tome una baraja de cartas cualquiera, la tenga fuerte entre sus manos. Repita las palabras siguientes” (y le recitó una fórmula que no transcribo). El periodista repitió la fórmula y todas las cartas de la baraja fueron proyectadas en abanico como si contuvieran explosivo. “Diez de picas”, respondió Gec. “¿En qué carta quiere que lo transforme?, preguntó Rol. “En el as de corazones”, respondió el periodista. “Mírela fijamente y diga estas palabras”, y Rol pronunció una frase. Gec la repitió, empalideció y tuvo que sentarse. La carta que tenía entre las manos se decoloró, se volvió gris, una pálida mancha rojiza se delineó en el centro, se hizo roja, y se dibujó un corazón. Llamamos a todos los amigos que jugaban a bridge en la habitación contigua y a la padrona de casa que, en su dormitorio le enseñaba a una amiga sus últimas adquisiciones. Nadie sabía nada del experimento, pero todos a la pregunta “¿Qué carta es?” concordaron en afirmar que se trataba de un as de corazones; exactamente como el as de corazones que estaba presente en la serie.»
«Una tarde, en el estudio de la abogada Lina Furlan, Rol invitó al profesor Marco Treves, docente universitario y director del manicomio de Turín. “En esta caja” dijo Rol “yo pongo un folio de papel doblado en cuatro partes y un trozo de grafito de lápiz (le enseñó el papel en blanco y el grafito). Cierro la caja. Todos vosotros apoyad las manos. Y ahora usted, profesor, diga una frase cualquiera. El profesor citó un verso de Dante: Amor que no perdona amar a amado alguno. “Alzad las manos, abrid la caja y leed”, dijo Rol. Sobre el folio estaba escrito el verso de Dante.»
Una buena descripción de experimentos con las cartas la encontramos en el periódico Quaderni di Parapsicologia [Cuadernos de Parapsicología] del 26 de enero de 1970, dirigido por los Doctores Piero Cassoli y Massimo Inardi del Centro Studi Parapsicologici di Bologna [Centro de Estudios Parapsicológicos de Boloña]. A continuación algunos experimentos comentados por el Dr. Cassoli: «Rol me hace que escoja, que mezcle y que corte una baraja que está delante mía. Él está distante, a más de un metro; hace coger una carta de la baraja al hermano del Dr. B. “¡La lance al aire y la deje caer!” le dice. La carta cae con la figura cubierta. “La ponga sobre la mesa así como está”. “Coja otra y la lance al aire”. Esta cae al suelo con la figura visible: es el diez de corazones. Rol me dice: “¡Lance sus cartas sobre la mesa, venga, vamos, así como están!” Las lanzo deslizándolas una sobre otra. Todas están cubiertas. Justo en medio de la baraja solo una carta aparece al descubierto y visible: el diez de corazones.» «Rol me da una baraja para mezclar y cortar. Lo pongo delante mía. Con la otra baraja y con varias técnicas se indica el cuatro de corazones. Rol me dice que ponga la mano sobre mi baraja, que cierre los ojos, que intente ver, visualizar un cuatro verde y que pronuncie “Hamma Hemma”. Una vez hecho esto me dice: “Corta la baraja”. Abro los ojos y corto. Corto exactamente por donde está el cuatro de corazones boca arriba, es decir, con la figura visible, mientras todas las demás están como era normal boca abajo.»
«Me hace que escoja una baraja de cartas, hace que baraje y que corte, después me hace decir un número, por ejemplo 20. Me hace quitar 20 cartas de la otra baraja, después me hace hacer algunos montones con las cartas que quedan. Hace que otro escoja uno de los montones (él no toca nunca las cartas, que por otra parte están incluso lejos de él). Me dice: “¡Diga un número!” “Digo 8” – “escoja las ocho primeras cartas del montón indicado” – hago lo que me pide – “Cierre los ojos y piense intensamente al verde... Diga conmigo Hamma Hemma (y otras palabras que no recuerdo)... Recoja ahora las cuatro cartas en círculo” – Recojo – “Ahora las muestre”. Son un hermosísimo poker de ases.»
«Rol le pide dos libros a la propietaria de la casa a su elección. Se le traen: Cesare Pavese: Lettere 1924-1944 [Cartas 1924-1944] y, siempre del mismo autor: La bella estate [El hermoso verano] editora Einaudi. Desde el principio él no parecía muy convencido de la posible consecución del experimento; ojea un libro, el primero, como para tomarlo en “posesión”, todo durante poquísimos minutos; después me pide que exprese un pensamiento, lo que yo quiera, o un deseo. Yo digo en voz alta “Desearía volver a Turín”. Entonces Rol cogió una baraja, la abre encima de la mesa y la extiende con las figuras boca arriba, bien visibles. Después desde la izquierda con el dedo índice tenso comienza a extenderla hacia la derecha bastante rápido, después de haberle pedido a la señora B que lo parase cuando ella quiera. Durante tres veces se repite la carrera del dedo sobre las cartas y durante tres veces la voz de alto de la señora detiene el dedo sobre la carta cuatro, ocho, cuatro. Rol entonces dice: “Mirad en la página 484”. Hago lo que me pide y leo en voz alta la primera página indicada: ¡¡¡“Vosotros deseéis volver a Turín”»!!! (la frase completa, desde la página anterior era: “¡Me maravilla mucho, me impresiona que vosotros deseéis volver a Turín!”).
Poco tiempo después, estábamos charlando durante una brevísima pausa y el Dr. Inardi estaba diciendo “Son las tres y yo me tengo que ir a Boloña a las seis, es inútil que me vaya a dormir, si no, no conseguiré despertarme a tiempo para partir. Prefiero pasar tres horas en la estación”. Rol dice: “Intentémoslo con una palabra que se ha dicho ahora mismo, por ejemplo “dormir”. “Veamos si esta palabra está en el otro libro de Pavese (e indica el segundo, El hermoso verano). La misma técnica que en el experimento precedente, con cifras que salían de la baraja en el orden as, dos, as (1 –2 –1). En la página 121 del libro, en la primera línea, se podía leer: “-dían dormir” (en la página anterior estaba escrito “no po-dían dormir”).»
En 1966 sale un libro que recoge episodios y personajes relativos a varios sucesos paranormales. Es Universo proibito [Universo prohibido], editora SugarCo, de Leo Talamonti, que cuenta algún episodio de su encuentro con Rol: «Fue en marzo de 1961 que encontré por primera vez al dr. G. Rol. Lo había llamado desde Milán un miércoles por la tarde, habíamos acordado que nos veríamos en su casa dos días más tarde, es decir, el viernes siguiente, a las 21,30. Pero yo anticipé mi partida y llegué a Turín a primera hora de la tarde del jueves. Acababa de llegar a un hotelito escogido por casualidad entre los numerosos hoteles de la zona de Porta Susa, cuando me llegó su llamada completamente inesperada: “He cambiado de idea: venga si quiere esta tarde, a la misma hora que habíamos quedado para mañana.” “¿Pero usted cómo sabía que ya he llegado y que me alojo en este hotel?” “Estaba pintando a carboncillo y la mano ha escrito automáticamente su nombre, añadiendo la indicación: hotel P., habitación 91”. Elementos, dentro de lo normal, ignorados por el sensitivo.
Cuando me presenté en su casa...traía conmigo una de las usuales carpetas de cuero con varios expedientes... Me apostrofó con estas palabras: “Veo que su carpeta contiene dos artículos sobre la telepatía, ya listos pero aún si publicar. Un tema interesante”. “Era verdad, pero ¿cómo podía saberlo? Sin dejarme tiempo para que continuara, dijo: “Pero le advierto que el episodio que trata de Napoleón, del que habla en el segundo artículo, contiene una inexactitud. Le puedo dar una prueba.”» Y de hecho Rol le dio la prueba mostrándole algunos textos de historia y documentos específicos.
En 1975 Talamonti publica Gente de Fronterai, con un capítulo entero dedicado a Rol. Aquí narra cuando, en 1961, fue a verlo para hacer un servicio periodístico acompañado de un fotógrafo: «Mi improvisado colaborador no sabía nada del enigmático señor que íbamos a entrevistar; imagínense, pues, cómo reaccionó cuando el doctor Rol se dirigió a él con estas preguntas, después de habernos conducido al estudio: “Usted está casado desde hace pocos meses, ¿verdad? ¿Y su mujercita es morena con los ojos negros?”. “Sí, pero como diablos...” “Espere. ¿Cómo es que se siente siempre medio dormido? Como ahora, por ejemplo. Usted padece astenia, ¿y sabe por qué? Yo se lo diré. Son muchos los motivos, pero en primer lugar está la apendicitis crónica que padece: ¿no es verdad, tal vez?”. “Sí, ¿pero usted cómo puede saber todas estas cosas? ¿Me ha mandado espiar?” Ahora me diga: es verdad que usted ha ganado 37.000 liras en el totocalcio? Pero ha perdido mucho más, si tiene en cuenta todas las cantidades de dinero que ha jugado durante tantos años. Pero créame: no insista.” Esta vez el estupor había incluso bloqueado las facultades de reacción verbal del joven, el cual no miraba ya a Rol, sino a mí, sus ojos descolocados, llenos de preguntas sin expresar.»
Otro día seguiremos con sus "prodigios" y pensamiento en general.
Fue una mañana de domingo en marzo. Hace 19 años, mientras el Dr. James Austin esperaba su tren en Londres, observaba un panorama nada fuera de lo ordinario: la sucia estación subterránea, los sombríos edificios y un pálido cielo gris. El neurologo reflexionaba, algo ausente, sobre el anuncio de Budismo Zen frente a él. Y entonces, repentinamente, Austin experimentó una sensación de iluminación como nunca antes le había sucedido. Su sentido de existencia individual, de apartamiento del mundo físico a su alrededor, se evaporó como rocío matutino en un brillante amanecer. Él miraba las cosas "como realmente son", recuerda. El sentido de "Yo, mío" desapareció. "El tiempo no estaba presente", afirma. "Tuve una sensación de eternidad. Mis viejos anhelos, odios, mi miedo a la muerte y toda sensación de individualidad desapareció. Yo había sido agraciado con una comprensión absoluta de la naturaleza ultima de las cosas".
Llámese experiencia mística, un momento espiritual, hasta una epifanía religiosa, sin embargo para Austin no fue nada de lo anterior. Lejos de interpretar su instante de gracia como prueba de algo mas allá de la comprensión de nuestros sentidos, mucho menos como prueba de una deidad, Austin lo consideró como 'una prueba de la existencia del cerebro'. Como neurologo, él acepta que todo lo que vemos, escuchamos, sentimos y pensamos es mediado o creado por el cerebro. Sin embargo, esta experiencia en la estación subterránea lo inspiró a explorar los cimientos neurológicos de las experiencias místicas y religiosas. A fin de experimentar aquel momento de ausencia de miedos y consciencia de si mismo, algunos circuitos cerebrales debían ser interrumpidos. ¿Pero cuales?, Austin reflexionaba. La actividad de la amígdala, la cual monitorea el ambiente buscando amenazas y registra el miedo, debía desconectarse y dejar de funcionar. Los circuitos ubicados en el lóbulo parietal, el cual nos orienta en el espacio y marca la fina distinción entre nuestra individualidad y el resto del mundo, debía de reducir su actividad. Los circuitos del lóbulo parietal y temporal, los cuales nos permiten experimentar el transcurso del tiempo y generan la auto-consciencia, debían desconectarse. Cuando esto sucede, Austin concluye en un reciente reporte, "lo que nosotros llamamos nuestras 'funciones superiores' de individualidad, parecen disolverse o ser eliminadas de la consciencia. Cuando Austin publicó sus teorías en 1998, en un libro de 844 páginas, 'El Zen y el Cerebro' (Zen and the Brain), no fue publicado por alguna excéntrica asociación de New Age, sino por MIT Press.
Desde entonces, mas y mas científicos se han agrupado en torno a la 'neuroteología', el estudio de la nuerobiología de la religión y la espiritualidad. Todas estas investigaciones comparten una pasión por descubrir los cimientos neurológicos de las experiencias místicas y espirituales, por descubrir qué es lo que sucede cuando sentimos que 'hemos encontrado una realidad diferente de -y en cierto sentido, mas alta- la realidad de la experiencia cotidiana', como lo enuncia David Wulff, psicólogo del Wheaton Collage de Massachusetts. Actualmente los investigadores emplean modernos sistemas de análisis de imágenes cerebrales para identificar los circuitos cerebrales que incrementan o disminuyen su actividad cuando pensamos que hemos llegado a lo divino, cuando nos sentimos transportados por oraciones intensas, por enaltecedores rituales o por alguna música sagrada.
Producto de la moderna tecnología de rastreo de imágenes cerebrales, se ha encontrado, como se esperaba, que durante experiencias de meditación la corteza prefrontal, sede de la atención, muestra un brillo inusual. El sujeto que experimenta la meditación se concentra profundamente, y un conjunto de neuronas en el lóbulo parietal superior, arriba y atrás del cerebro, se torna mas oscuro de lo normal. Esta región, conocida como el área de orientación y asociación, procesa información sobre el tiempo, el espacio y la orientación del cuerpo humano en el espacio. Esta región determina donde es que el cuerpo termina e inicia el resto del mundo. Específicamente, el área izquierda crea la sensación de un cuerpo físicamente delimitado; el área derecha crea la sensación de espacio físico en el cual el cuerpo existe. El área de orientación requiere del ingreso de datos sensoriales para hacer sus cálculos. "Si bloqueas la entrada de información a esta región, tal y como lo haces durante la intensa concentración de una meditación, estas evitando que el cerebro efectúe las distinciones entre el cuerpo y el resto del mundo", nos dice Andrew Newberg, investigador de la Universidad de Pennsylvania y autor del libro "¿Porqué dios no se irá?" ("Why God Won´t go Away?"). Sin información proveniente de los sentidos, la región izquierda del cerebro que procesa el sentido de orientación no puede encontrar ninguna frontera o limite entre la propia individualidad y el resto del mundo. Como resultado de esto, al cerebro no le queda otra opción mas que "percibir al ser como interminable e íntimamente entrelazado con todos y con todo", como lo menciona Newberg en su libro.
"Sentí una absoluta comunión, una apertura a experimentar una consciencia de la presencia de Dios alrededor de mí, asi como una sensación de quietud, de nadidad repleta de la presencia de Dios permeando mi ser". Esta es la descripción que la hermana Celeste, una monja Franciscana, proporciona después de la oración de 45 minutos que realizó, experiencia que fue analizada por Newberg con el equipo mas moderno de rastreo y monitoreo de actividad cerebral. Durante sus momentos religiosos mas intensos, cuando ella experimentaba la presencia de Dios y una completa absorción de su propio ser dentro de la divinidad, su cerebro mostró cambios como aquellos que observados por Newberg en meditadores Budistas Tibetanos: la región cerebral que percibe la orientación espacio-temporal se volvió mas oscura.
El hecho de que una experiencia religiosa se refleje en la actividad cerebral no es tan sorprendente, después de todo. Todo lo que experimentamos, desde el sonido de un rayo hasta la vista de una mascota, una sensación de miedo y el pensamiento de un castillo, deja una huella en el cerebro. Sin embargo, la Neuroteología está llegando mas lejos que simplemente afirmar que las experiencias religiosas dejan huellas en el cerebro, ya que está señalando concretamente las áreas y regiones cerebrales involucradas en las experiencias espirituales, asi como también rastreando como es que surgen dichas experiencias.
Por otro lado, el hecho de que una experiencia tenga su explicación a nivel neuronal no significa que dicha experiencia exista 'sólo' en el cerebro, o que sea solo parte de una actividad cerebral sin una realidad independiente. Pensemos en la experiencia "pay de manzana". La región olfativa del cerebro registra el aroma de la canela y la fruta. La corteza somatosensorial procesa la sensación crujiente en los labios y la lengua. La corteza visual registra la imagen del pay. Recuerdos de pays pasados (la cocina de la abuela, la panadería de la esquina) activan las cortezas asociativas. Un neurocientífico con algo de tiempo disponible podría efectuar un rastreo de nuestro cerebro inmerso en la experiencia 'pay de manzana'. Pero esto no niega la realidad del pay de manzana. "El hecho de que ciertas experiencias espirituales pueden ser asociadas con diferentes actividades neuronales no necesariamente implica que dichas experiencias sean meras ilusiones neurológicas", insiste Newberg. "Es riesgoso afirmar que las experiencias espirituales son causadas por la actividad cerebral, ya que de lo contrario se podría pensar que los cambios neurológicos que experimentamos al disfrutar del pay de manzana son los que causan que este exista". A final de cuentas, nos dice Newberg, es que "no hay forma de determinar si los cambios neurológicos asociados con la experiencia espiritual son los que crean esa experiencia… o si estamos frente a la percepción de una realidad espiritual".
Sin embargo, hasta la gente que se describe a si misma como no espiritual puede llegar a ser conmovida por ceremonias religiosas y liturgias. He aquí el poder del ritual. Sonidos de tambores, danzas, encantamientos, todas estas manifestaciones de misticismo y espiritualidad implican la concentración de la atención en una sola fuente de estimulación sensorial. Asimismo, estos eventos evocan poderosas respuestas emocionales. Esta combinación - atención enfocada excluyendo otros estímulos sensoriales, y respuestas emocionales muy intensas - es clave, ya que manda a varios sistemas cerebrales a una actividad muy intensa, tanto como lo hace la sensación de miedo intenso. Cuando esto sucede, explica Newberg, una de las estructuras cerebrales encargadas de mantener el equilibrio, el hipocampo, "activa los frenos": inhibe el flujo de señales entre las neuronas, como una agente de transito evitando que entren mas autos a una avenida afectada por congestión vehicular. El resultado es que ciertas regiones cerebrales son privadas de flujo neuronal, como el área de orientación, la misma región que baja su actividad durante la meditación y la oración. En este estado, sin entrada de información sensorial, el área de orientación no puede llevar a cabo su función de mantener un sentido de donde el cuerpo termina y donde empieza el mundo exterior. Debido a esto es que los rituales y liturgias pueden llevar a lo que Newberg llama "suavizar las fronteras del ser", y a un sentido de unidad espiritual. Cantos suaves y repetitivos, melodías litúrgicas y las oraciones rituales susurradas parecen ejecutar su magia de la misma manera: activan el hipocampo y bloquean el trafico neuronal a ciertas áreas del cerebro, perdiendo este su capacidad de percepción del sentido del ser, abriendo la puerta a estados de esa unidad absoluta que es el objetivo de los rituales religiosos y místicos.
De todos los éxitos que los científicos esta logrando en su búsqueda de los fundamentos biológicos de las experiencias religiosas, espirituales y místicas, seguramente un misterio permanecerá lejos de su alcance. Ellos podrán rastrear la experiencia trascendental y las sensaciones de lo divino a lo largo de nuestra materia gris, pero es muy probable que ellos nunca resuelvan la mas grande interrogante: si es nuestro cerebro el que crea a Dios, o es Dios quien ha creado nuestro cerebro.
Cora escribió:Buenos dias manu, buenos dias a todos.
No sé si estos doumentales sobre la Atlantida, de canal historia, tienen cabida en este hilo. Los dejo y luego me comentas.
Un abrazote
Gracias Cora, por supuesto que tiene cabida en este hilo, ya que la existencia de la Atlántida no cuadra aún en los esquemas de la ciencia oficial. Desde luego tuvo que ser imponente la civilización cretense de que nos habla los vídeos, aunque mi opinión personal difiere de concebirla como sede de la civilización de los atlantes.
Mas bien creo que tanto Creta, como el Egipto de las pirámides, la civilización sumeria y babilónica, la cultura de Tihuanaco, así como el muro ciclópeo sumergido encontrado en las islas Bimini, que debió ser un puerto de mar, como la cultura de los megalitos, etc. debieron su razón de ser en otra civilización desaparecida que marcó su sabiduría constructiva. Por los relatos de Platón, que cita a Solón y también de Diodoro Sículo, queda claro que la Atlántida debiera situarse más allá de las columnas de Hércules, y en una época más remota, que podría coincidir con la última glaciación hacia el 9.000 a.C., y por razones ignoradas sucumbió en un solo día. Este aspecto sugiere la idea de un meteorito que se precipitara en la zona atlántica, causara un movimiento brusco del eje de la Tierra y propiciara la rotura del estrecho de Gibraltar, inundando el Mediterráneo, en ese momento alrededor de unos 90 o 100 mts. por debajo del nivel actual. Tanto los griegos como los egipcios del 1º milenio a.C. conocían bien y surcaban los confines de este mar, ignorando totalmente lo existente más allá del estrecho, y en el 3º o 4º milenio florecían aún las civilizaciones sumeria y egipcia. Si el cataclismo hubiera sucedido en esa época hubiera quedado registrado en tablillas e inscripciones, y lo que nos ha llegado bien pudo ser un relato de un cataclismo local, que simplemente hizo desaparecer todo rastro de culturas en el Mediterráneo en época más reciente, culturas herederas de la Atlántida.
La referencia a la cultura Ketira, Katira, o similares como topónimo de la isla, bien puede referirse también a la zona de Tánger: "Cerca de la ciudad de Tánger hay una colina aislada que domina la bahía con sus seiscientos metros de altura y que lleva el nombre de «Charf». Cuentan las leyendas que antaño, en la cima del Charf, estaba la tumba de Anteo el gigante, inhumado en el lugar mismo en que Hércules lo estranguló entre sus brazos; y dicen también las leyendas que Anteo fundó una ciudad que llevaba el nombre de su mujer, Tingis, hija de Atlas, donde se levantaría Tánger la Vieja, Tanya-Balya.
Al oeste de Tánger, a algunos kilómetros, sobre la costa atlántica, un promontorio rocoso, formado por duro pedernal y agujereado como un pedazo de gruyere, lleva el nombre de «Grutas de Hércules». Y refiere también la leyenda que, cuando vino Hércules, en los tiempos mitológicos, desde su lejana Argólida, a medir sus fuerzas con el gigante Anteo, hizo de aquellas grutas su morada antes y después del combate...Según los relatos mitológicos, este combate se habría originado porque Anteo le cerraba a Hércules el paso al «Jardín de las Hespérides», adonde se le encargó que fuera a robar las manzanas de oro.
Las Hespérides, como Tingis, eran hijas de Atlas y poseían, en el extremo Occidente, un jardín en que los árboles daban manzanas de oro... Ahora bien, la tradición sitúa el «Jardín de las Hespérides» a unas quince leguas al sur de Tánger, cerca de la antigua Lixus, en el lugar ocupado actualmente por la pequeña ciudad de Larache que, por otra parte, denomina a su parque municipal Jardín de las Hespérides", según nos cuenta Louis Charpentier. No olvidemos que también se llamo Hesperia a una zona de la península ibérica, probablemente delimitada al norte y este por las cordilleras béticas, y puedo imaginar que la zona dominada por los atlantes incluyera esa zona.
Nos sigue diciendo el mismo autor: "A partir de indicios geológicos y botánicos puede deducirse, con muchas probabilidades, que el istmo tuviese este aspecto: Al Este, la cadena montañosa que constituye la cima, en forma de herradura, del sistema, aún no roto, Rif-Sierra Nevada, herradura tensa como un muelle por el levantamiento más reciente del Atlas..., y que acabará por romperse en el punto de extrema tensión entre el Gibraltar de nuestros días y la actual Ceuta. Al Oeste, hacia el Atlántico, tierras más bajas —cuyas extensión y forma no conocemos hoy— que comprendían, por lo menos, desde Cádiz al cabo de Espartel. En ellas había un lago cuya orilla forma aún la bahía de Tánger actual. Este lago estaba unido al océano Atlántico por una «entalladura» bastante estrecha que moría al pie de «Tánger la Vieja» y que es conocida por los geólogos con el nombre de «Falla de Tánger»".
Uno de los datos chocantes de la narración platónica es que dice que esa isla "era tan grande como Asia y Libia juntas", pero después, cuando nos dice su extensión, nos aclara "La isla es una especie de cuadrilátero llano, de 2.000 estadios de longitud (370 km) y 1.000 de anchura (185 km), y está rodeado de altas montañas". Y para mayor precisión de que no se trataba del Mediterráneo: "Y los viajeros de aquel tiempo podían pasar fácilmente desde esta isla a las otras, y de éstas, a todo el continente que allende bordea el mar interior; pues lo que hay de esta parte del estrecho de que hablamos, aseméjase a un puerto natural con la entrada angosta, mientras que del otro hay un verdadero mar, y de la tierra que lo rodea podemos decir con razón que es un verdadero continente"., en referencia a América.
La mitología, como relato histórico transmitido por generaciones acerca de lo ocurrido en un pasado remoto, por mucho que haya sido hermoseada y trastocada en tanto tiempo, nos deja sin embargo claves muy significativas: "Aquél imperio —sigue diciendo Critias, según lo que oyó en su juventud— comprendía toda la isla, así como también muchas otras e incluso varias partes del continente. Además, y por esta parte del estrecho, dominaba Libia (nombre genérico para designar la parte de África del Norte situada al oeste de Egipto) y Europa hasta la Tirrenia (Italia Oriental). Pero, habiendo concentrado esta potencia un día todas sus fuerzas, se propuso sojuzgar de una sola vez vuestro país y el nuestro (Grecia y Egipto), así como todos los pueblos situados a este lado del estrecho".
"Uno de los trabajos encomendados a Hércules consistió en robar los bueyes de la isla de Hesperia. Para llegar a ella, parece ser que Hércules siguió un pequeño desfiladero paralelo al de Valcarlos..., donde se encuentra un torreón muy antiguo que, según todos los indicios, data de los tiempos neolíticos. Lleva el nombre de «Fuerte Urucles», y Jacques Coupry ha reconocido en él, muy justamente, un «Fuerte Hércules». Desde allí alcanzaría el litoral atlántico de la Península Ibérica, probablemente hacia el Sur, en la región de Cádiz, cerca del lugar donde posteriormente florecería la colonia fenicia de Tartesos. Las Hespérides, como su nombre indica, son las «hijas del Poniente», las hijas del extremo Oeste. Son hijas de Atlas, que es, a la vez, una montaña y un rey atlante. No sería forzar la leyenda ver en ellas a unas epónimas de tribus atlantianas. Después de todo, los bereberes son considerados aún como «hijos del Atlas». Nada hay, pues, aquí que deba sorprendernos.
Son tres: la Negra, la Rojiza y la Blanca. Lógicamente, puede pensarse que se trata del color de su piel, y que la custodia del misterioso —y real— jardín fue confiada por igual a las tres razas que personifican".
En fin, sea como fuere, y sin dejar de lado los magníficos estudios sobre creta y la erupción del volcán de las isla de Santorini, sigo pensando que la tesis de la falla de Tánger es la más probable, y tanto la toponimia como los relatos sobre el origen de nuestros antepasados, en Europa del oeste, en América del Este, apoyan el origen atlántico... "Hundióse la Atlántida —sea cual fuere el lugar donde estuviera emplazada— y se dispersaron los atlantes —al menos los que pudieron escapar— de la propia Atlántida o de sus colonias, pero se vieron privados de todo, de la agricultura, de la ganadería, de herramientas y de conocimientos... Los supervivientes se refugiaron en los montes del Atlas, de Andalucía, de los Andes y, sin duda, de Europa, allende el paralelo 45..., y, con ellos, también los marinos que habían sobrevivido a las tempestades y las altas marejadas, y que luego se convirtieron en personajes legendarios: Ut-Napishtim en Sumeria-Babilonia; Dwi-fah, en la leyenda céltica; Yima, en Persia; Tamanduare, en Paraguay y Brasil; Nala y su mujer, en México; Zeu-Ja, entre los patagones; Manibosho, entre los indios del Canadá; Pokawo, entre los delawares..."
Hola, Manulondra, un par de precisiones geológicas: el Estrecho de Gibraltar se abrió por última vez hace 5.300.000 años, a principio del Plioceno; se ha mantenido abierto incluso durante las glaciaciones ya que su profundidad mínima es de 280 m, que se encuentra concretamente en el Umbral de Camarinal.
mmonchi escribió:Hola, Manulondra, un par de precisiones geológicas: el Estrecho de Gibraltar se abrió por última vez hace 5.300.000 años, a principio del Plioceno; se ha mantenido abierto incluso durante las glaciaciones ya que su profundidad mínima es de 280 m, que se encuentra concretamente en el Umbral de Camarinal.
Saludos.
No lo discuto, pero pudo quedar cerrado más tarde por un levantamiento. lo que sí parece seguro es que el Atlántico penetraba bordeando todo el Atlas hasta desembocar en el Mediterráneo, canal que después se cerraría, dejándose de verter aguas en el Mediterráneo, cuyo nivel quedó muchísimo más bajo que el actual, y era poco más que un gran lago, solo alimentado por los ríos. Bajo ese dato, una posterior apertura desencadenaría una gran anegación, resultante de la gran diferencia de nivel.
Sí, pero la última vez que el Mediterráneo y el Atlántico estuvieron aislados fue hace 5.300.000 años, de modo que esa gran inundación (que existió) no puede explicar el hundimiento de la Atlántida.
El nivel del mar ha variado mucho en la prehistoria, aquí tienes una gráfica de su variación durante el último millón de años:
Sin embargo esas bajadas del nivel del mar no llegaban a secar el Estrecho de Gibraltar, que es mucho más profundo. Hay otro sitio mucho más lógico para buscar una gran inundación: el Bósforo. Hacia el año 5.600 A. C. el nivel del mar subió y pasó por encima de lo que hoy separa Asia y Europa, entonces unidas, e inundó el lago de agua dulce que era el mar Negro convirtiéndolo en un mar. La subida gradual del Mediterráneo, que dio tiempo a las poblaciones locales a huir, en el mar Negro se convirtió en una catástrofe sin precedentes. Hoy está bastante asumido que dio lugar a la historia del arca de Noé, ¿por qué no pudo ser también el origen de la historia que nos cuenta Platón sobre la Atlántida? Si existía alguna isla en el mar Negro, quedó inundada en pocos días sin previo aviso.
Esta catástrofe pasó a 200 km de la actual Grecia, lo que explica que fuera bien conocida, mucho más que algo que sucediera al otro lado del mundo de la época.
Aquí hay unos mapas de lo que supuso la inundación del mar Negro:
Muchas islas mediterráneas quedaron completamente cubiertas durante la subida del nivel del mar, pero (posiblemente) de un modo bastante gradual, lo que les dio tiempo a marcharse. Eso sí, sus casas quedaron allí, como descubren a veces los arqueólogos submarinos que estudian templos en el fondo del mar.
mmonchi escribió:Sí, pero la última vez que el Mediterráneo y el Atlántico estuvieron aislados fue hace 5.300.000 años, de modo que esa gran inundación (que existió) no puede explicar el hundimiento de la Atlántida.
El nivel del mar ha variado mucho en la prehistoria, aquí tienes una gráfica de su variación durante el último millón de años:
Sin embargo esas bajadas del nivel del mar no llegaban a secar el Estrecho de Gibraltar, que es mucho más profundo. Hay otro sitio mucho más lógico para buscar una gran inundación: el Bósforo. Hacia el año 5.600 A. C. el nivel del mar subió y pasó por encima de lo que hoy separa Asia y Europa, entonces unidas, e inundó el lago de agua dulce que era el mar Negro convirtiéndolo en un mar. La subida gradual del Mediterráneo, que dio tiempo a las poblaciones locales a huir, en el mar Negro se convirtió en una catástrofe sin precedentes. Hoy está bastante asumido que dio lugar a la historia del arca de Noé, ¿por qué no pudo ser también el origen de la historia que nos cuenta Platón sobre la Atlántida? Si existía alguna isla en el mar Negro, quedó inundada en pocos días sin previo aviso.
Esta catástrofe pasó a 200 km de la actual Grecia, lo que explica que fuera bien conocida, mucho más que algo que sucediera al otro lado del mundo de la época.
Aquí hay unos mapas de lo que supuso la inundación del mar Negro:
Muchas islas mediterráneas quedaron completamente cubiertas durante la subida del nivel del mar, pero (posiblemente) de un modo bastante gradual, lo que les dio tiempo a marcharse. Eso sí, sus casas quedaron allí, como descubren a veces los arqueólogos submarinos que estudian templos en el fondo del mar.
Saludos.
Interesante exposición, Mmonchi, pero sigo teniendo mis dudas. Que el fondo mínimo del estrecho actual tenga 280 mts. no prueba que en la época que hablo fuera mínimo o estuviera por encima, digamos una barrera formada naturalmente, o bien la anchura crítica tuviera sólo unos cientos de metros, y arrasado y desperdigado en el Mediterráneo por la rotura debida a la diferencia de nivel y por algún acontecimiento catastrófico, volviéndose a quedar en la profundidad anterior.
Hace poco vi un documental sobre la posible inundación del Mar Negro, cuyo rebosamiento bien pudo producir esa inundación bíblica, aunque relatos de diluvios hay por todas partes del mundo y en épocas difíciles de precisar. No encuentro explicación para el hecho de que los egipcios, con archivos históricos precisos de más 8 mil años de antiguedad precisaran otra ubicación distinta a la real para la desaparición de ese continente-isla, cuando los sucesos de su lado del Meditérraneo les serían bien conocidos. En todos los casos se habla de un verdadero océano más allá de esta isla, y el Mediterráneo en esa época no pasaría de ser un gran lago
manulondra escribió:Interesante exposición, Mmonchi, pero sigo teniendo mis dudas. Que el fondo mínimo del estrecho actual tenga 280 mts. no prueba que en la época que hablo fuera mínimo o estuviera por encima, digamos una barrera formada naturalmente, o bien la anchura crítica tuviera sólo unos cientos de metros, y arrasado y desperdigado en el Mediterráneo por la rotura debida a la diferencia de nivel y por algún acontecimiento catastrófico, volviéndose a quedar en la profundidad anterior.
Hace poco vi un documental sobre la posible inundación del Mar Negro, cuyo rebosamiento bien pudo producir esa inundación bíblica, aunque relatos de diluvios hay por todas partes del mundo y en épocas difíciles de precisar. No encuentro explicación para el hecho de que los egipcios, con archivos históricos precisos de más 8 mil años de antiguedad precisaran otra ubicación distinta a la real para la desaparición de ese continente-isla, cuando los sucesos de su lado del Meditérraneo les serían bien conocidos. En todos los casos se habla de un verdadero océano más allá de esta isla, y el Mediterráneo en esa época no pasaría de ser un gran lago
El fondo del mar no baja 200 m de un día a otro, ni siquiera en cientos de años. El fondo del Bósforo, donde sí hubo una inundación catastrófica, solo tiene 26 m. No hay evidencias en el Mediterráneo de que haya estado aislado en los últimos millones de años, todo lo contrario, las variaciones del nivel del mar coinciden con las de los océanos.
Los documentos egipcios más antiguos hablan del año 3050 A. C. cuando surgió el primer rey de la primera dinastía, aunque están escritos bastante después. Además el relato de Platón no se basa en documentos egipcios sino, como él cuenta, en el relato que dice Critias que le escuchó a su abuelo cuando era niño, que a su vez se lo había oído a Solón al que se lo contaron unos egipcios. Como fuente resulta poco fiable.
No digo que no haya un hecho real que diera lugar a la historia de la Atlántida, pero si se fue transmitiendo de boca en boca es normal que se fuera deformando y magnificando con el tiempo. Después de unos miles de años la historia de los habitantes de una isla cubierta por las aguas durante una subida del nivel mar se pudo convertir en la destrucción de un continente con una civilización avanzada.
Cuanto más pequeña fuese la verdadera Atlántida, más difícil sería encontrarla.
Gustavo Adolfo Rol vivió en Italia, en Turin, un sensitivo capaz de empresas fuera de lo común, e imposible de interpretar. Enzo Biagi en su libro ¿Y tú lo sabes? describe la extraordinaria figura de Gustavo Rol. ¿Quién era en realidad? Lo han definido como un sensitivo, un médium, un mago, adivinador y mucho más aún. De esta manera respondía al periodista Renzo Allegri, autor de la primera monografía sobre él, a propósito de una investigación sobre el paranormal realizada por el semanal Gente: «¿Está seguro de que yo sea importante para su investigación? Yo soy una persona cualquiera. No tengo nada que ver con los mediums, los curanderos, los espiritistas que usted entrevista. Éste mundo está lejos de mi mentalidad. Mis modestos experimentos forman parte de la ciencia. Son cosas que en el futuro todos los hombres podrán realizar.»
En una carta enviada al diario La Stampa de Turín y publicada el 3 de septiembre de 1978, Rol escribe: «Siempre he pensado no ser un sensitivo, un vidente, médium, taumaturgo ni nada por el estilo. Es todo un mundo, el de la Parapsicología, al que no pertenezco aunque haya conocido personas verdaderamente dignas y animadas con intenciones nobilísimas. Se escribe demasiado sobre mí, y muchos de los que lo han hecho pueden decir que me he quejado por la publicación de una vasta gama de fenómenos y nunca de lo que transmito en el intento de dar una explicación a estas cosas indagando sobre cómo y por qué se producen ciertos eventos maravillosos.»
Así responde Rol al periodista Remo Lugli: «No creo que sea un médium en el sentido literal de la palabra, y ni siquiera un sensitivo. Tal vez posea dotes de una intuición profunda e instintiva, y de esto me he dado cuenta desde niño.» Dice Rol: «No soy un mago. No creo en la magia... Todo lo que soy y lo que hago viene de allá [e indicaba el cielo], todos nosotros somos parte de Dios... Y a quien me pregunta por qué hago ciertos experimentos, respondo: lo hago justo para confirmar la presencia de Dios.»
Así describe Buzzati a Rol: «Impacta de Rol que a sesenta y dos años aparenta al menos diez años menos, una vitalidad extraordinaria y gloriosa. Insisto en su serenidad y la alegría que emana. Algo beneficioso se irradia sobre los demás. Es ésta la característica que no puede faltar, al menos según mi experiencia, con hombres especiales que han llegado, con la propia superación de ellos mismos, a un alto nivel espiritual, y como consecuencia a la auténtica bondad. En cuanto a su rostro, es difícil describirlo. Algunos lo han definido como un “bon vivant”. No es cierto. Podría ser el de un gurú indio. Pero también podría pertenecer a un cirujano, a un obispo a un tierno niño. Se espera una máscara impresionante y magnética. Nada de eso. Lo que está detrás de aquella frente, al menos a primera vista, no se transparenta.»
Tiene un comportamiento apuesto, asentado sobre una discreción civilizada, que en ocasiones se contradecía con descuidadas alegrías, y entonces habla con un fuerte deje dialectal que exagera conscientemente, y cuenta chistes encantado. Creo que el motivo de este comportamiento esté en su constante y previsora preocupación por desdramatizar las esperas, los temores, el desasosiego que se puede experimentar ante sus traumatizantes prodigios de mago. Pero, no obstante toda esta atmósfera de familiaridad, de bromas entre amigos, no obstante su manera de diminuir, ignorar, hacerlo gracioso para hacer olvidar y olvidarlo a él en primer lugar ante todo lo que está sucediendo, sus ojos, los ojos de Rol, no se pueden mirar durante mucho tiempo. Son ojos quietos y luminosos, ojos de una criatura que viene de otro planeta, los ojos de un personaje de una buena película de ciencia ficción.
Cuando se hacen “juegos” como los suyos, la tentación del orgullo, de una cierta misteriosa omnipotencia, tiene que ser fortísima. Y sin embargo Rol sabe alejarla, se ridimensiona cotidianamente en un tamaño humano aceptable. Tal vez porque tiene fe y cree en Dios. Sus intentos frecuentemente desesperados por establecer una relación individual con las terribles fuerzas que lo habitan, de intentar definir cualquier construcción conceptual, ideológica, religiosa, que le permita domesticar parcialmente, tolerable armisticio la tempestuosa noche magnética que lo invade delineando y borrando las delimitaciones de su personalidad, tienen algo de patético y heroico.» Gustavo Adolfo Rol está considerado como el más grande “sensitivo” del siglo XX. Pero el término, como hemos visto, no es suficiente para dar una definición. Esto se debe a que en la época actual, por lo menos en occidente, falta completamente la figura del Maestro Espiritual, así como no siempre se encuentra, incluso dondo existen los Maestros Espirituales, alguno que haya conseguido el estado de Iluminación o Despertar. Gustavo Rol pertenecía a esta categoría de Hombres, extremadamente rara a encuentrarse en todas las épocas y ciertamente extinguida hoy día. Tal vez Rol ha sido uno de los últimos “ejemplares” que ha pisado el planeta Tierra.
En general, las posibilidades de Rol iban de la lectura de libros cerrados a viajes en el tiempo (con incursiones en el pasado y en el futuro) experimentados por parte de los presentes, de la adivinación selectiva (observación del aura energética que circunda el cuerpo humano, útil para la identificación de enfermedades) a la endoscopia (la visión del interior del cuerpo humano). Era capaz de actuar dinámicamente sobre la materia, es decir, podía mover a distancia objetos de cualquier género (telequinesia), o materializarlos y desmaterializarlos (aportes), sabía preveer los eventos futuros (clarividencia), leía el pensamiento (telepatía), era capaz de curar personas enfermas aun a distancia (entre los sistemas usados también el de la pranoterapia) o encontrarse en dos lugares distintos en el mismo momento (bilocación). Podía atravesar superficies sólidas (por ejemplo, paredes) o hacer que cualquier objeto las atravesara, así como podía alargar o reducir el propio cuerpo físico a placer. Durante sus experimentos podían verificarse epifanías de espíritus, que contribuían a la dinámica de los experimentos. Pero estos espíritus no eran aquellos de los difuntos, mejor Rol afirmaba firmemente que los difuntos no estaban entre nosotros. Lo que llamamos espíritus, no son sino residuos psíquicos dejados por el difunto en el momento de la muerte. De hecho, así como se deja un residuo orgánico tras la muerte del cuerpo, se deja también un residuo psíquico. Este residuo es denominado por Rol como “espíritu inteligente”, y cada Tradición Metafísica sabe de qué se trata. Para Rol cada cosa tiene un espíritu, pero el del hombre es un espíritu inteligente, por la posibilidades superiores que su naturaleza le confiere.
La fenomenología de Gustavo Rol se divide básicamente en dos categorías: por un lado aquellos que él llamaba experimentos, y por otro una vasta antología de prodigios de cualquier tipo. Los experimentos se desarrollaban entorno a una mesa, en su casa o en casa de otras personas. El número de los asistentes oscilaba, normalmente, entre las cinco y las diez personas. Los “instrumentos” generalmente se constituían de folios blancos extra strong y por barajas de cartas normales. Bien sea los folios que las cartas normalmente eran nuevos, todavía confeccionados en sus respectivos envoltorios. Algunas veces alguno de los presentes (con frecuencia, un escéptico) traía de su casa, o recién comprados, sus barajas o sus folios. A través de sólo estos dos instrumentos, de los que hacían uso todos los presentes de manera casual dependiendo de los temas que se trataban, Rol realizaba numerosas variantes de un esquema de fondo preestablecido.
La atmósfera, digamos paranormal, se preparaba con las cartas. Delante de él había alineadas al menos ocho barajas de poker, cada uno con el dorso de un color y con un diseño distinto, casi siempre nuevísimas, porque el uso intenso las deterioraba fácilmente, o había que conservarlas porque se habían convertido en “testigos” de un experimento en particular con una o más inscripciones que aparecían entre los palos sin su directa intervención. Podía suceder que, ante una baraja aún envuelta en su celofán tuviera la inspiración de empezar la velada justo a partir de ahí: establecida una carta, en la homóloga aún empaquetada hacía aparecer una marca a lápiz dejando el envoltorio intacto y sin tocarlo. Los mazos los manejaba poco, los hacía barajar y levantar a los presentes. Los experimentos de Rol con las cartas de juego – eran experimentos y no “juegos”, esto hace falta recordarlo – se hacían a veces en secuencias rápidas como una explosión pirotécnica. Hermosísimos, elegantes, viéndolos te dejaban anonadado pero al mismo tiempo con la impresión de que fuera una cosa natural, fácil. Por ejemplo: hacía mezclar siete barajas de cartas y de una octava baraja hacía elegir una carta, pongamos el siete de picas. Pasaba una mano por el dorso de las siete barajas alineadas y después daba la vuela a la primera carta de cada baraja: ¡eran todas siete de picas! O: apoyaba en la mesa una baraja abierta a modo de abanico con el dorso en alto y pasaba el dedo índice por encima, como un arco o la aguja de un reloj. “¡Decidme cuándo paro!” decía . Cuando se decía alto, el dedo descendía hasta la carta que quedaba debajo que se extraía. Pongamos que fuera el tres de tréboles. Delante suya estaban alineadas las siete barajas precedentemente mezcladas, todas con las figuras cubiertas. Cogía una y con un gesto rápido la lanzaba sobre la mesa de tal manera que las cartas se extendieran alineadas a lo largo de una recta. Aparecía todas giradas, excepto una que mostraba la figura: y era el tres de tréboles. Aún no se habían apagado las exclamaciones de los presentes, maravillados, cuando Rol lanzaba, una a una, las restantes seis barajas y todas las filas se alineaban mostrando cada una la carta girada: el tres de tréboles.»
Linea de conducta a seguir: Doctor Rol, no le pedimos que nos presente sus experimentos. Explíquenos de qué se trata. “¿Qué queréis que os explique? Mandad a comprar algunas barajas de cartas.” [El botones del hotel corre a comprar las cartas. A su regreso los presentes asisten a algunos experimentos. Rol le dice a uno de ellos:] “Póngase usted una baraja de cartas en el bolsillo, la que le parezca. Abotónese el bolsillo. Abra el otro, elija una carta cualquiera. Mírela. Y ahora, con su lápiz y con su bolígrafo, dibuje en el aire una palabra, o su firma, o una cifra. Sobre la carta aún cerrada dentro de la baraja, en el bolsillo abotonado, es la correspondiente a la que ha elegido, encontrará la palabra que usted ha escrito en el aire con su bolígrafo o con su lápiz”. La persona que se presta elige una carta, el cuatro de tréboles, por ejemplo, dibuja en el aire una firma; abre el paquete; busca el cuatro de tréboles; la firma, realizada con el lápiz, atraviesa la carta.»
«Una tarde estábamos en casa del periodista y pintor Enrico Gianieri-Gec. Después de algunos experimentos, Rol dijo: “Gec, usted me resulta simpático; hasta ahora ha visto experimentos de primer y segundo grado. Le ofrezco algo más.
Tome una baraja de cartas cualquiera, la tenga fuerte entre sus manos. Repita las palabras siguientes” (y le recitó una fórmula que no transcribo). El periodista repitió la fórmula y todas las cartas de la baraja fueron proyectadas en abanico como si contuvieran explosivo. “Diez de picas”, respondió Gec. “¿En qué carta quiere que lo transforme?, preguntó Rol. “En el as de corazones”, respondió el periodista. “Mírela fijamente y diga estas palabras”, y Rol pronunció una frase. Gec la repitió, empalideció y tuvo que sentarse. La carta que tenía entre las manos se decoloró, se volvió gris, una pálida mancha rojiza se delineó en el centro, se hizo roja, y se dibujó un corazón. Llamamos a todos los amigos que jugaban a bridge en la habitación contigua y a la padrona de casa que, en su dormitorio le enseñaba a una amiga sus últimas adquisiciones. Nadie sabía nada del experimento, pero todos a la pregunta “¿Qué carta es?” concordaron en afirmar que se trataba de un as de corazones; exactamente como el as de corazones que estaba presente en la serie.»
«Una tarde, en el estudio de la abogada Lina Furlan, Rol invitó al profesor Marco Treves, docente universitario y director del manicomio de Turín. “En esta caja” dijo Rol “yo pongo un folio de papel doblado en cuatro partes y un trozo de grafito de lápiz (le enseñó el papel en blanco y el grafito). Cierro la caja. Todos vosotros apoyad las manos. Y ahora usted, profesor, diga una frase cualquiera. El profesor citó un verso de Dante: Amor que no perdona amar a amado alguno. “Alzad las manos, abrid la caja y leed”, dijo Rol. Sobre el folio estaba escrito el verso de Dante.»
Una buena descripción de experimentos con las cartas la encontramos en el periódico Quaderni di Parapsicologia [Cuadernos de Parapsicología] del 26 de enero de 1970, dirigido por los Doctores Piero Cassoli y Massimo Inardi del Centro Studi Parapsicologici di Bologna [Centro de Estudios Parapsicológicos de Boloña]. A continuación algunos experimentos comentados por el Dr. Cassoli: «Rol me hace que escoja, que mezcle y que corte una baraja que está delante mía. Él está distante, a más de un metro; hace coger una carta de la baraja al hermano del Dr. B. “¡La lance al aire y la deje caer!” le dice. La carta cae con la figura cubierta. “La ponga sobre la mesa así como está”. “Coja otra y la lance al aire”. Esta cae al suelo con la figura visible: es el diez de corazones. Rol me dice: “¡Lance sus cartas sobre la mesa, venga, vamos, así como están!” Las lanzo deslizándolas una sobre otra. Todas están cubiertas. Justo en medio de la baraja solo una carta aparece al descubierto y visible: el diez de corazones.» «Rol me da una baraja para mezclar y cortar. Lo pongo delante mía. Con la otra baraja y con varias técnicas se indica el cuatro de corazones. Rol me dice que ponga la mano sobre mi baraja, que cierre los ojos, que intente ver, visualizar un cuatro verde y que pronuncie “Hamma Hemma”. Una vez hecho esto me dice: “Corta la baraja”. Abro los ojos y corto. Corto exactamente por donde está el cuatro de corazones boca arriba, es decir, con la figura visible, mientras todas las demás están como era normal boca abajo.»
«Me hace que escoja una baraja de cartas, hace que baraje y que corte, después me hace decir un número, por ejemplo 20. Me hace quitar 20 cartas de la otra baraja, después me hace hacer algunos montones con las cartas que quedan. Hace que otro escoja uno de los montones (él no toca nunca las cartas, que por otra parte están incluso lejos de él). Me dice: “¡Diga un número!” “Digo 8” – “escoja las ocho primeras cartas del montón indicado” – hago lo que me pide – “Cierre los ojos y piense intensamente al verde... Diga conmigo Hamma Hemma (y otras palabras que no recuerdo)... Recoja ahora las cuatro cartas en círculo” – Recojo – “Ahora las muestre”. Son un hermosísimo poker de ases.»
«Rol le pide dos libros a la propietaria de la casa a su elección. Se le traen: Cesare Pavese: Lettere 1924-1944 [Cartas 1924-1944] y, siempre del mismo autor: La bella estate [El hermoso verano] editora Einaudi. Desde el principio él no parecía muy convencido de la posible consecución del experimento; ojea un libro, el primero, como para tomarlo en “posesión”, todo durante poquísimos minutos; después me pide que exprese un pensamiento, lo que yo quiera, o un deseo. Yo digo en voz alta “Desearía volver a Turín”. Entonces Rol cogió una baraja, la abre encima de la mesa y la extiende con las figuras boca arriba, bien visibles. Después desde la izquierda con el dedo índice tenso comienza a extenderla hacia la derecha bastante rápido, después de haberle pedido a la señora B que lo parase cuando ella quiera. Durante tres veces se repite la carrera del dedo sobre las cartas y durante tres veces la voz de alto de la señora detiene el dedo sobre la carta cuatro, ocho, cuatro. Rol entonces dice: “Mirad en la página 484”. Hago lo que me pide y leo en voz alta la primera página indicada: ¡¡¡“Vosotros deseéis volver a Turín”»!!! (la frase completa, desde la página anterior era: “¡Me maravilla mucho, me impresiona que vosotros deseéis volver a Turín!”).
Poco tiempo después, estábamos charlando durante una brevísima pausa y el Dr. Inardi estaba diciendo “Son las tres y yo me tengo que ir a Boloña a las seis, es inútil que me vaya a dormir, si no, no conseguiré despertarme a tiempo para partir. Prefiero pasar tres horas en la estación”. Rol dice: “Intentémoslo con una palabra que se ha dicho ahora mismo, por ejemplo “dormir”. “Veamos si esta palabra está en el otro libro de Pavese (e indica el segundo, El hermoso verano). La misma técnica que en el experimento precedente, con cifras que salían de la baraja en el orden as, dos, as (1 –2 –1). En la página 121 del libro, en la primera línea, se podía leer: “-dían dormir” (en la página anterior estaba escrito “no po-dían dormir”).»
En 1966 sale un libro que recoge episodios y personajes relativos a varios sucesos paranormales. Es Universo proibito [Universo prohibido], editora SugarCo, de Leo Talamonti, que cuenta algún episodio de su encuentro con Rol: «Fue en marzo de 1961 que encontré por primera vez al dr. G. Rol. Lo había llamado desde Milán un miércoles por la tarde, habíamos acordado que nos veríamos en su casa dos días más tarde, es decir, el viernes siguiente, a las 21,30. Pero yo anticipé mi partida y llegué a Turín a primera hora de la tarde del jueves. Acababa de llegar a un hotelito escogido por casualidad entre los numerosos hoteles de la zona de Porta Susa, cuando me llegó su llamada completamente inesperada: “He cambiado de idea: venga si quiere esta tarde, a la misma hora que habíamos quedado para mañana.” “¿Pero usted cómo sabía que ya he llegado y que me alojo en este hotel?” “Estaba pintando a carboncillo y la mano ha escrito automáticamente su nombre, añadiendo la indicación: hotel P., habitación 91”. Elementos, dentro de lo normal, ignorados por el sensitivo.
Cuando me presenté en su casa...traía conmigo una de las usuales carpetas de cuero con varios expedientes... Me apostrofó con estas palabras: “Veo que su carpeta contiene dos artículos sobre la telepatía, ya listos pero aún si publicar. Un tema interesante”. “Era verdad, pero ¿cómo podía saberlo? Sin dejarme tiempo para que continuara, dijo: “Pero le advierto que el episodio que trata de Napoleón, del que habla en el segundo artículo, contiene una inexactitud. Le puedo dar una prueba.”» Y de hecho Rol le dio la prueba mostrándole algunos textos de historia y documentos específicos.
En 1975 Talamonti publica Gente de Fronterai, con un capítulo entero dedicado a Rol. Aquí narra cuando, en 1961, fue a verlo para hacer un servicio periodístico acompañado de un fotógrafo: «Mi improvisado colaborador no sabía nada del enigmático señor que íbamos a entrevistar; imagínense, pues, cómo reaccionó cuando el doctor Rol se dirigió a él con estas preguntas, después de habernos conducido al estudio: “Usted está casado desde hace pocos meses, ¿verdad? ¿Y su mujercita es morena con los ojos negros?”. “Sí, pero como diablos...” “Espere. ¿Cómo es que se siente siempre medio dormido? Como ahora, por ejemplo. Usted padece astenia, ¿y sabe por qué? Yo se lo diré. Son muchos los motivos, pero en primer lugar está la apendicitis crónica que padece: ¿no es verdad, tal vez?”. “Sí, ¿pero usted cómo puede saber todas estas cosas? ¿Me ha mandado espiar?” Ahora me diga: es verdad que usted ha ganado 37.000 liras en el totocalcio? Pero ha perdido mucho más, si tiene en cuenta todas las cantidades de dinero que ha jugado durante tantos años. Pero créame: no insista.” Esta vez el estupor había incluso bloqueado las facultades de reacción verbal del joven, el cual no miraba ya a Rol, sino a mí, sus ojos descolocados, llenos de preguntas sin expresar.»
Otro día seguiremos con sus "prodigios" y pensamiento en general.
Manu, te puntúo este post. Siempre había oído hablar de Rol como "el Verne de Los Alpes", pero no me habia informado mucho. Me ha gustado.
manulondra escribió:Interesante exposición, Mmonchi, pero sigo teniendo mis dudas. Que el fondo mínimo del estrecho actual tenga 280 mts. no prueba que en la época que hablo fuera mínimo o estuviera por encima, digamos una barrera formada naturalmente, o bien la anchura crítica tuviera sólo unos cientos de metros, y arrasado y desperdigado en el Mediterráneo por la rotura debida a la diferencia de nivel y por algún acontecimiento catastrófico, volviéndose a quedar en la profundidad anterior.
Hace poco vi un documental sobre la posible inundación del Mar Negro, cuyo rebosamiento bien pudo producir esa inundación bíblica, aunque relatos de diluvios hay por todas partes del mundo y en épocas difíciles de precisar. No encuentro explicación para el hecho de que los egipcios, con archivos históricos precisos de más 8 mil años de antiguedad precisaran otra ubicación distinta a la real para la desaparición de ese continente-isla, cuando los sucesos de su lado del Meditérraneo les serían bien conocidos. En todos los casos se habla de un verdadero océano más allá de esta isla, y el Mediterráneo en esa época no pasaría de ser un gran lago
El fondo del mar no baja 200 m de un día a otro, ni siquiera en cientos de años.
Empiezo comentando este detalle, no creo sin embargo que ni nosotros ni los científicos se pongan nunca de acuerdo. ¿Quién es el científico autorizado para poseer toda la verdad? Sobre todo de acontecimientos tan lejanos y esquivos en su estudio:
Miguel G. Corral | Madrid El Mediterráneo quedó aislado del océano Atlántico hace casi seis millones de años es algo que ya se sabía. Y también que la evaporación provocó que el nivel del agua est uviese más de 1.000 metros por debajo del actual. Los científicos no se ponen de acuerdo con respecto a los motivos que llevaron tanto a su aislamiento como a su posterior rellenado, pero también es sabido que el agua que lo dejó tal y como lo conocemos en la actualidad procedía del océano Atlántico. Sin embargo, hasta la aparición de un trabajo realizado por españoles y publicado en larevista 'Nature', la Ciencia desconocía que el evento de llenado del mar Mediterráneo hace 5,3 millones de años produjo la mayor inundación de la que se tiene conocimiento en la Historia de la Tierra. Final del Mioceno, hace casi seis millones de años. El Mediterráneo es un inmenso desierto salpicado por lagos salinos cuyo nivel de agua está entre 1.500 y 2.700 metros por debajo de la superficie del actual mar. Un escenario muy diferente del actual. Un evento geológico aún desconocidoabre una pequeña vía de agua en el actual estrecho de Gibraltar, que era una barrera natural que impedía el paso de agua, y el océano Atlántico comienza a penetrar en la cuenca del actual mar Mediterráneo. La erosión hace el resto del trabajo y en poco tiempo (geológico) el paso de agua tiene tal tamaño que consigue que el 90% del agua que tiene en la actualidad el 'Mare Nostrum' entrara por el estrecho en menos de dos años. Lo que supone un caudal de agua unas 1.500 veces superior al del río Amazonas. Movimiento geológico "No conocemos exactamente el proceso que aisló el Mediterráneo permitiendo que se evaporase ni el que puso en contacto el agua del Atlántico con la cuenca del Mediterráneo, pero ambos procesos tienen orígenes similares", asegura Daniel García-Castellanos, científico del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera de Barcelona, dependiente del CSIC, y principal autor del trabajo. "Aun así parece claro que el origen de ambos es el movimiento de placas tectónicas bajo el estrecho". Hasta ahora se pensaba que este mar había tardado en llenarse de 10 a 10.000 años y que la entrada de agua fue similar a una gran cascada. Esta nueva investigación revela que la mayor parte del llenado ocurrió en un periodo de hasta dos años y que, más que un salto de agua, ésta discurría de forma gradual por una rampa de varios kilómetros de ancho y cuya pendiente sería de alrededor del 4%. A pesar de esta aparentemente tranquila entrada de agua, durante los momentos de mayor entrada de agua, el nivel del mar llegó a ascender a un ritmo de 10 metros diarios. Esta inundación que reconectó el Atlántico con el Mediterráneo provocó en el fondo marino una erosión de cerca de 200 kilómetros de longitud y varios kilómetros de anchura. "Ya se sabía que el Mediterráneo se había formado por la entrada de agua del Atlántico", dice Manel Fernández, coautor de la investigación y director del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera. "Pero lo que sostiene nuestro trabajo es que la inundación fue mucho más abrupta de lo que se pensaba hasta ahora".
Otro aspecto con el que no estoy de acuerdo es éste:Los documentos egipcios más antiguos hablan del año 3050 A. C. Hace tiempo que se están estimando muy seriamente las tesis de Robert Bauval, entre otros; te dejo el nº 3. Estos datos han sido confirmados pidiéndole al ordenador que retrocediera para ver la posición de las estrellas hace 12.000 años, y cómo concuerdan con la disposición de las pirámides, y los supuestos "canales de ventilación", además por la erosión sufrida, es claro que la esfinge, como mínimo, es muchos miles de años más antigua que lo que se cree, justo parece estar construida en la anterior era de Leo.:
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