La noticia es de hace unos días aunque parezca de hace años.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Savita Halappanavar, una dentista india de 31 años embaraza de 17
semanas, falleció el 28 de octubre en el Hospital Universitario de
Galway (oeste de Irlanda) porque los médicos se negaron a practicarle un
aborto pese a que estaba muy enferma y el feto no podría sobrevivir.
Los médicos esperaron hasta que el feto dejó de latir, cuatro días
después de ese diagnóstico, y la madre murió de septicemia.
¿Por qué no le practicaron antes el aborto que ella pedía con
insistencia? “Porque, por desgracia, Irlanda es un país católico y la
ley lo prohíbe”, le respondió el personal del hospital. “Ella les
respondía que no es católica, sino hindú. ¿Por qué le imponían la ley a
ella?”, se pregunta su viudo, Praveen Halappanavar, un ingeniero de la
empresa Boston Scientific en Galway.
La respuesta es muy fácil: porque la ley es igual para todos, sin
distingos de nacionalidades y religiones. Pero el trasfondo es más
complicado: el aborto sigue siendo un tema tabú en la católica Irlanda. Y
la ley lo bastante confusa como para que sea interpretada de forma
restrictiva sin que se pueda acusar a la República de no cumplir con la
Convención Europea de Derechos Humanos.
Mientras la iglesia siga metiendo las narices en los gobiernos mal vamos.