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Para Batty
Mi muy estimada amiga, no sé si habrás tenido la oportunidad de leer mi escrito recién enviado a T.L.F. acerca del anunciado fin del mundo para el día 21 de este mes, un día antes del gordo de la lotería de Navidad, que ya es mala “lait” escoger un día antes de poder ser millonario.
Pero si es verdad que llega ese día, cara amiga, y ves que a tus pies la tierra se abre, que el siempre tranquilo mar Mediterráneo se embravece y copia de su hermano el Cantábrico, que del cielo caen rayos y centellas y el trueno ensordece, que las parturientas dejan de parir sus preñeces, que los ríos se salen de madre, que el sol agosta los trigales y la bella amapola muere de tristeza, y que una voz ronca rompe los negros nubarrones y nos anuncia el final de los finales, te supongo reunida con tus seres queridos, abrazados, esperando el desenlace trágico del mundo.
Pero, mi muy querida, si cerca de ti hay un ordenador que pudieras conectar, te ruego encarecidamente lo conectes y me busques por algún foro, bien este de ahora, bien otro que tú sepas suelo recorrer, y si no me encuentras porque me he perdido por algún andurrial, déjame un pequeño mensaje. Simplemente dime adiós, o añade una palabra cariñosa, porque tan pronto como la reciba sabiendo que viene de ti, ni rayos, ni truenos, ni centellas, ni tierras que se resquebrajan, ni negros nubarrones ni voces atronadoras que ensordecen, ni fuego del cielo, ni ángeles negros con espadas amenazantes, me harán temer nada, porque tus palabras, pocas o muchas, acerarán mi corazón y no habrá fuerza humana, satánica o que venga de dioses algunos, que lo desbaraten. El mundo perecerá, pero el tic-tac de mi corazón anunciará, si es que llega un nuevo habitante a esta tierra, que aquí existió la amistad por encima de tanta maldad y crueldad como hay en el mundo.
Batty, en esa esperanzada idea quedaré: Si el mundo termina, envíame una palabra. Yo te la recompenso, de antemano, con un millón de millones de besos y gracias.
El Postiguet