El presidente de la Federación Vasca de Cannabis-Eusfac, Iker Val, considera que la ley con relación al cannabis es “clara”, pero su aplicación “ambigua” por lo que provoca “inseguridad jurídica” a los miles de consumidores que hay en España. “Es ilógico prohibir el cannabis, que provoca miles de muertos menos que el alcohol”, resalta. Su aspiración no es tanto “despenalizar” el tráfico de esta sustancia, sino “regularizar” a las asociaciones que se autogestionan para alejarse de los peligros del mercado negro y para que sus integrantes no sean imputados. La segunda edición de la feria cannábica de Expogrow, que se celebra este fin de semana en Irún, ha permitido a los expertos debatir sin tabúes.
Pregunta. Uruguay se ha convertido en una referencia internacional al legalizar el consumo, la distribución y la venta del cannabis.
Respuesta. La referencia internacional somos los clubes sociales de consumo. Lo que pasa es que se percibe un movimiento dentro de la estrategia prohibicionista para revisar el estatus jurídico del cannabis Es ilógico prohibir una planta como el cannabis, que causa miles de muertos menos que, por ejemplo, el alcohol. Uruguay es ahora la vanguardia de una serie de movimientos a favor de la despenalización del consumo en Latinoamérica, lo mismo que en la década de los 70 lo fue Holanda, que planteó un cambio significativo en las políticas de drogas. Uruguay ha hecho una propuesta integral, que abarca desde el consumo individual hasta el consumo colectivo hasta la producción de cannabis medicinal. Todo ello controlado por el Estado, lo que les permite no saltarse los convenios de la ONU. Pero es mucho más significativo el hecho de que se vaya a regularizar en dos estados de USA para uso lúdico y que el Departamento de Justicia no vaya a meter caña.
P. ¿Eso puede arrastrar a otros gobiernos?
R. El Gobierno español está instalado en un ostracismo preocupante al no reconocer oficialmente toda la estrategia de la sociedad civil por medio de los clubes de cannabis. Cuando viaja a Latinoamérica se le llena la boca alabando sus políticas de descriminalización, pero en territorio nacional mantiene una política represiva que a veces hace dudar de sus intereses reales.
P. Los clubes sociales de cannabis tienen, entre sus actividades , el cultivo colectivo destinado al consumo en privado de sus miembros. Aunque hasta el momento dicho fin es legal, la justicia no quita la lupa de su actividad.
R. Vivimos en una permanente inseguridad jurídica. La ley es clara, pero su aplicación es ambigua. Aunque cultivamos una planta en principio ilícita, actuamos, sin embargo, dentro de la ley. El consumo individual no está penado, pero si lo haces en la vía pública puedes tener problemas con la policía. Cultivar una planta no es delito, pero ¿si cultivas dos, tres, cuatro…? No hay nada regulado.
P. Euskadi es una de las zonas de mayor consumo de cannabis de España y de Europa.
R. Es cierto.
P. ¿Por qué?
R. Aunque los últimos datos reflejan una tendencia a la baja, la comunidad autónoma mantiene una de las tasas de consumo más altas. Se mantiene la edad de inicio en el consumo a los 18 años. Hay una cultura de consumo del cannabis muy extendida, pero a la vez normalizada. Aunque el cannabis no está legalizado ni regularizado, en parte existe una comercialización de facto.
P. ¿El cannabis abre la puerta al consumo de otras drogas?
R. Está demostrado que es falso.
P. ¿El consumo de cannabis es un fenómeno masculino?
R. No. Lo que sí es cierto es que en la medida en que hoy consumir cannabis es un práctica de riesgo es probable que haya más hombres.
P. ¿Cuál es el impacto económico del consumo y del dinero que gastan las autoridades en prevención?
R. No hay suficiente investigación. El hecho de que haya sido una droga prohibida limita muchas investigaciones, incluida el área de prevención.
P. El Parlamento vasco retoma los trabajos en ponencia sobre la posible regularización de los clubes de cannabis.
R. Hay un proceso político para profundizar en la inseguridad jurídica de este tipo de clubes. Eso lleva sus tiempos, para el Gobierno vasco no es una prioridad, incluso se trata de una tema incómodo, pero el Parlamento quiere abordar la cuestión. Ya está planteado en el proyecto de Ley de Adicciones. Es un proceso puntero porque ningún parlamento en España se ha planteado una ponencia sobre esta cuestión. Nuestro objetivo es que el Parlamento avale nuestras propuestas. La venta o cultivo de cannabis es ilegal, pero lo que no es delictivo es el autoconsumo en cantidades reducidas. Aunque la política es muy inestable y este tema no es una prioridad, a nivel de Parlamento vasco hay que dar un aplauso a los partidos por escuchar a la sociedad civil. Paso a paso se va haciendo un buen curro.
P. ¿Cómo ve el uso terapéutico del cannabis?
R. Genera polémica. El cannabis es un producto de bienestar, que mejora la calidad de vida de muchas personas, pero no se puede aislar el valor terapéutico sin integrarlo en un sistema más completo de salud. La persona que desee usar cannabis de calidad debe tener un acceso fácil, seguro y barato.