Las nuevas generaciones del PP
El líder de ellas, don Mariano Rajoy, se ha reunido con estos jóvenes, como es habitual y normal en una organización política con deseos de permanecer gobernado en el Gobierno central o en los autonómicos, municipales o Diputaciones provinciales.
En las imágenes que nos han ofrecido las televisiones se ha hecho un barrido entre ellos, y he visto las caras de buena parte, y me he preguntado ¿qué les lleva a estos jóvenes a la política?
Y otra imagen, ésta ya en mi retina, es la de un tal Eduardo Zaplana, quien francamente dijo que llegaba a la política para “forrase”, esto es: enriquecerse. Y vaya que lo ha conseguido. ¿Buen político entonces este arribista?...
Si la política es el refugio de aquellos que en la vida normal no pasan de mediocres abogados, y como mucho vendedores de Enciclopedias a domicilio, y llegados a la política entre corruptelas con prófugos al estilo Maruja Sánchez y otras de mucho más calado, entre mentiras y enredos se enriquecen, mejor sería no llamarles políticos si, por ende, entendemos la política como el arte noble de buscar soluciones para los gobernados por parte de los gobernantes.
Que los lectores del PP no se molesten con lo que digo, que igual podría decir de otros jóvenes inclinados hacia otras formaciones políticas de color distinto. Si me refiero, hoy, a los del PP, a sus nuevas generaciones, es porque en la Comunidad donde resido (la Comunidad Valenciana) es el PP el líder de las corrupciones y donde más imputados aparecen a diario, y sería para mí un deseo que los jóvenes dispuestos a gobernar mañana pensaran de otra manera que los veteranos, pues además de enriquecerse de mala manera (de mala manera para la ciudadanía) han arruinado esta Comunidad, hasta el extremo de que se necesitarán unos treinta años, y haciendo las cosas bien y sin malgastar un céntimo ni robar un euro, cuando se pueda salir del embrollo económico en que el PP nos ha metido.
¿Podremos confiar en ellos, o son unos nuevos Zaplanas, Camps, Alperi y compañía? Esperemos que no, que no lo sean, y si lo son, que hayan leyes nuevas donde los golfos al ser juzgados devuelvan lo robado, y sean castigados por sus desfalcos y derroches. Nada de fueros para la golfería. A ver si de una puñetera vez la Justicia (con mayúsculas) es igual para todos los ciudadanos en este putrefacto país.
El Postiguet
