Las mentiras del cristianismo
El cristianismo se basa en la fe, nada de hechos concretos que podamos comprobar, pero lo más curioso es que aquellos documentos, reliquias, objetos, que la iglesia presume de ser reales y pertenecer al que llaman Jesús de Nazaret, son falsos, porque ni siquiera se ajustan al tiempo, incluída la ciudad de Nazaret inexistente hace dos mil años, y que para seguir la tradición judía había que inventarla.
Y al ser el cristianismo uno de los mayores, o el mayor negocio desde hace miles de años, se mantienen las mentiras porque con ellas continúa la entrada de divisas, el poder, y la vida de lujos de sus dirigentes romanos y de otras latitudes.
Si Jesús realmente existió —existencia que nadie ha demostrado—, es una cuestión de debate desde hace siglos, abordado desde los más diversos enfoques y analizando innumerables factores. ¿Qué es lo que se sabe al respecto entonces? ¿Hay evidencias de la existencia de Jesús? ¿Existió Cristo fuera de los relatos bíblicos? Son interrogantes sin respuesta efectiva, porque nunca se ha demostrado.
Pero esta cuestión, al margen de la ceguera de la fe, que si mueve montañas también idiotiza a las gentes, tiene en la ciencia moderna la posibilidad de demostrarnos si sí o si no; si lo que la iglesia dice ser cierto tiene visos de veracidad.
Un pequeño recorrido por los diversos lugares de peregrinaje (otro negocio) donde se nos muestran reliquias que dicen ser ciertas y ajustarse a la tradición, lo que nos demuestra es el enorme engaño que la población ha padecido y sigue padeciendo mientras los autores se enriquecen cada vez más.
Comenzaré por la llamada sábana “santa”
Los cristianos creen que Jesucristo fue un personaje real, y para ellos, por la machacona insistencia de la iglesia, el llamado Sudario de Turín es la evidencia física de que Jesús de Nazaret realmente existió, más allá de lo que cuenta la Biblia.
Básicamente el Sudario de Turín es una antigua sábana de tela de lino, una mortaja, que tiene la imagen de un hombre que muestra signos evidentes de haber sido víctima de una crucifixión y castigos físicos. Millones de personas han peregrinado hasta la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia), donde se encuentra el sudario, para adorar esta reliquia (tras el pago correspondiente), lo que les da creencia de que “su salvador” realmente existió.
No obstante, ese sudario como prenda supuestamente perteneciente al llamado Jesús, no es más que un engaño; un timo religioso de tantos.
El sudario despertó un enorme interés en los científicos hasta que se le realizaron análisis de datación por radiocarbono (carbono-14) y se pudo constatar, sin la más mínima duda, que se trata de una tela procedente de la Edad Media, muy lejana de la época en la que Jesús habría existido. De hecho, historiadores que también analizaron el fenómeno del Santo Sudario encontraron textos del año 1389, escritos por el obispo Pierre d'Arcis, en los que se narra cómo la imagen que la sábana tiene, fue pintada en el sudario de forma astuta y deliberada, e incluso se menciona detalladamente cómo la pintó aquel artista. Aunque para "artista" el propio obispo.
De todas maneras, pese a la comprobada falsedad del sudario turinés, millones de personas aún creen que se trata de una evidencia de Cristo en la Tierra. ¿Pero cómo culparlos por su fe en un trapo, si la iglesia católica aún hoy la mantiene en una de sus sedes, en exhibición pública y sin aclarar absolutamente nada acerca de su fraudulencia? El negocio es el negocio, y no creo que vayan a aclarar esta mentira, repugnante, porque se valen de artimañas para engañar a las pobres gentes y seguir engordando sus arcas.
El Postiguet