Cosas antiguas

Me encantan las cosas que tienen mucho tiempo (mucho, si son de antes de mi nacimiento mejor), en especial cosas que hayan tenido una utilidad (y si aún la conservan mejor aún)... no tanto los adornos.

Hace poco falleció mi abuelo, y estamos en esa fase de acomodar las cosas materiales que quedan... y estoy encontrando libros muy viejos, agendas, instrumental médico (de la época en que las jeringas eran de vidrio y todo se guardaba en frasquitos, también de vidrio, divinos, de diversos tamaños y formas). También encuentro pequeños detalles como cajitas de fósforos (cerillos) con estampados que serían insólitos hoy día (como el dibujo de la cara de José de San Martín ).

Y estaba pensando que al margen del valor sentimental que se le puede adjudicar a un objeto, está el valor simbólico que excede a la persona que lo poseía, y pasa a pertenecer a todo lo que gira alrededor de la vida en una época determinada... por eso me gusta lo antiguo, y más aún si no estaba yo transitando esa época. Es como trascender pero para atrás  

Creo que encontrarse con esos objetos, es estar un poco en ese tiempo al cual todo el objeto remite (desde su forma, hasta su material, hasta su apariencia desgastada... su tono, su resonancia), porque además (y esto ocurre especialmente con los aparatos y los relojes) aunque algunos de ellos posean una impronta obsoleta, desencajada del contexto, comprobar que siguen funcionado es ganarle al tiempo (y a la obsolescencia)... ese triunfo no es poca cosa.

Con los libros me ocurre que encuentro inocencia pura y dura... son libros de psiquiatría de hace 75 años, y no sólo el lenguaje científico no era el mismo (era mucho más ingenuo, menos duro y más amable con la incertidumbre), sino que muchas cosas que eran consideradas trastornos, hoy son verdaderas boludeces

La historicidad de las cosas es un lenguaje sutil que llega a nosotros para decirnos algo, a veces con claridad puntual, otras como un eco.

Guardalas, esas cosas se valoran mucho aqu por su antigüedad,  yo guardo libros y revistas de los años 60, los mas antiguos de los 50, 40..

La realidad demuestra lo diferentes que somos las personas.

Hace poco una persona muy allegada compró el piso de un anciano que acababa de morir. Los hijos (unas auténticas pirañas) que nunca le hicieron ni caso, les faltó tiempo para ponerlo a la venta, con todas sus pertenencias dentro.

Pues para mi asombro, esta persona que compró el piso, me comentó de casualidad lo de la compra y toda la "porquería" que tuvieron que tirar. Entre lo que tiraron, para dolor de mi corazón, estaban más de 100 diarios de este hombre, que tuvo una vida digna de narrar. Refugiado político en la época de Franco, recorrió medio Europa, luchando en el frente francés contra los nazis, entre otras cosas.
Me hubiera encantado tener esos diarios y poder leerlos y siento una pena inmensa por la pérdida.

Menos mal que entre las "basuras" conseguí llegar a tiempo de salvar un trozo del muro de Berlín, con su certificado de autenticidad incluido, que también estaba condenado a ir a la basura.

Ya ves lo relativo que es el valor de las cosas, según quién lo vea.

Cuanta inconsciencia! Conocí un caso entre hermanos al cual a uno de ellos le tocó vivir una experiencia muy similar con su anciano padre fallecido solo que entre "la basura" de sus pertenencias lo que se encontraba era una buena cantidad de dinero escondido en el colchón sobre el que dormía, esta persona lo sabía y pudo llegar a el antes que sus otros hermanos unos verdaderos depredadores que nunca habían aparecido antes para atender sus necesidades pero si aparecieron entonces al saber de su fallecimiento haciendo valer sus derechos hereditarios y barriendo con toda la "porquería" de sus pertenencias sin llegar a saber nunca lo del colchón de billetes sobre el que dormía y que por supuesto fue a la basura junto con el resto de sus pertenencias. 
 Estas cosas pasan..

Maya escribió:

La realidad demuestra lo diferentes que somos las personas.

Hace poco una persona muy allegada compró el piso de un anciano que acababa de morir. Los hijos (unas auténticas pirañas) que nunca le hicieron ni caso, les faltó tiempo para ponerlo a la venta, con todas sus pertenencias dentro.

Pues para mi asombro, esta persona que compró el piso, me comentó de casualidad lo de la compra y toda la "porquería" que tuvieron que tirar. Entre lo que tiraron, para dolor de mi corazón, estaban más de 100 diarios de este hombre, que tuvo una vida digna de narrar. Refugiado político en la época de Franco, recorrió medio Europa, luchando en el frente francés contra los nazis, entre otras cosas.
Me hubiera encantado tener esos diarios y poder leerlos y siento una pena inmensa por la pérdida.

Menos mal que entre las "basuras" conseguí llegar a tiempo de salvar un trozo del muro de Berlín, con su certificado de autenticidad incluido, que también estaba condenado a ir a la basura.

Ya ves lo relativo que es el valor de las cosas, según quién lo vea.

ooohhh qué despropósito

Pur escribió:

Me encantan las cosas que tienen mucho tiempo (mucho, si son de antes de mi nacimiento mejor), en especial cosas que hayan tenido una utilidad (y si aún la conservan mejor aún)... no tanto los adornos.

Hace poco falleció mi abuelo, y estamos en esa fase de acomodar las cosas materiales que quedan... y estoy encontrando libros muy viejos, agendas, instrumental médico (de la época en que las jeringas eran de vidrio y todo se guardaba en frasquitos, también de vidrio, divinos, de diversos tamaños y formas). También encuentro pequeños detalles como cajitas de fósforos (cerillos) con estampados que serían insólitos hoy día (como el dibujo de la cara de José de San Martín ).

Y estaba pensando que al margen del valor sentimental que se le puede adjudicar a un objeto, está el valor simbólico que excede a la persona que lo poseía, y pasa a pertenecer a todo lo que gira alrededor de la vida en una época determinada... por eso me gusta lo antiguo, y más aún si no estaba yo transitando esa época. Es como trascender pero para atrás  

Creo que encontrarse con esos objetos, es estar un poco en ese tiempo al cual todo el objeto remite (desde su forma, hasta su material, hasta su apariencia desgastada... su tono, su resonancia), porque además (y esto ocurre especialmente con los aparatos y los relojes) aunque algunos de ellos posean una impronta obsoleta, desencajada del contexto, comprobar que siguen funcionado es ganarle al tiempo (y a la obsolescencia)... ese triunfo no es poca cosa.

Con los libros me ocurre que encuentro inocencia pura y dura... son libros de psiquiatría de hace 75 años, y no sólo el lenguaje científico no era el mismo (era mucho más ingenuo, menos duro y más amable con la incertidumbre), sino que muchas cosas que eran consideradas trastornos, hoy son verdaderas boludeces

La historicidad de las cosas es un lenguaje sutil que llega a nosotros para decirnos algo, a veces con claridad puntual, otras como un eco.

¿Está el Necronomicón entre los libros viejos?

Ya hablando en serio colarse en una casa abandonada que por supuesto tenía "fantasmas" y quedarme leyendo periódicos de cuarenta o cincuenta años atrás...la sección de deportes.

Tatsumaru escribió:

Pur escribió:

Me encantan las cosas que tienen mucho tiempo (mucho, si son de antes de mi nacimiento mejor), en especial cosas que hayan tenido una utilidad (y si aún la conservan mejor aún)... no tanto los adornos.

Hace poco falleció mi abuelo, y estamos en esa fase de acomodar las cosas materiales que quedan... y estoy encontrando libros muy viejos, agendas, instrumental médico (de la época en que las jeringas eran de vidrio y todo se guardaba en frasquitos, también de vidrio, divinos, de diversos tamaños y formas). También encuentro pequeños detalles como cajitas de fósforos (cerillos) con estampados que serían insólitos hoy día (como el dibujo de la cara de José de San Martín ).

Y estaba pensando que al margen del valor sentimental que se le puede adjudicar a un objeto, está el valor simbólico que excede a la persona que lo poseía, y pasa a pertenecer a todo lo que gira alrededor de la vida en una época determinada... por eso me gusta lo antiguo, y más aún si no estaba yo transitando esa época. Es como trascender pero para atrás  

Creo que encontrarse con esos objetos, es estar un poco en ese tiempo al cual todo el objeto remite (desde su forma, hasta su material, hasta su apariencia desgastada... su tono, su resonancia), porque además (y esto ocurre especialmente con los aparatos y los relojes) aunque algunos de ellos posean una impronta obsoleta, desencajada del contexto, comprobar que siguen funcionado es ganarle al tiempo (y a la obsolescencia)... ese triunfo no es poca cosa.

Con los libros me ocurre que encuentro inocencia pura y dura... son libros de psiquiatría de hace 75 años, y no sólo el lenguaje científico no era el mismo (era mucho más ingenuo, menos duro y más amable con la incertidumbre), sino que muchas cosas que eran consideradas trastornos, hoy son verdaderas boludeces

La historicidad de las cosas es un lenguaje sutil que llega a nosotros para decirnos algo, a veces con claridad puntual, otras como un eco.

¿Está el Necronomicón entre los libros viejos?

Ya hablando en serio colarse en una casa abandonada que por supuesto tenía "fantasmas" y quedarme leyendo periódicos de cuarenta o cincuenta años atrás...la sección de deportes.

Qué experiencia! (no estaba ese libro jajajaja pero hay uno que se llama "Insania Pingens"... no te cuento de qué se trata para que no se pierda la magia )

También encontramos una carta escrita de puño y letra, en hebreo.... el día que Google traslate se apersone en mi casa, la voy a poder traducir y me voy a enterar qué dice

Pur escribió:

Tatsumaru escribió:

Pur escribió:

Me encantan las cosas que tienen mucho tiempo (mucho, si son de antes de mi nacimiento mejor), en especial cosas que hayan tenido una utilidad (y si aún la conservan mejor aún)... no tanto los adornos.

Hace poco falleció mi abuelo, y estamos en esa fase de acomodar las cosas materiales que quedan... y estoy encontrando libros muy viejos, agendas, instrumental médico (de la época en que las jeringas eran de vidrio y todo se guardaba en frasquitos, también de vidrio, divinos, de diversos tamaños y formas). También encuentro pequeños detalles como cajitas de fósforos (cerillos) con estampados que serían insólitos hoy día (como el dibujo de la cara de José de San Martín ).

Y estaba pensando que al margen del valor sentimental que se le puede adjudicar a un objeto, está el valor simbólico que excede a la persona que lo poseía, y pasa a pertenecer a todo lo que gira alrededor de la vida en una época determinada... por eso me gusta lo antiguo, y más aún si no estaba yo transitando esa época. Es como trascender pero para atrás  

Creo que encontrarse con esos objetos, es estar un poco en ese tiempo al cual todo el objeto remite (desde su forma, hasta su material, hasta su apariencia desgastada... su tono, su resonancia), porque además (y esto ocurre especialmente con los aparatos y los relojes) aunque algunos de ellos posean una impronta obsoleta, desencajada del contexto, comprobar que siguen funcionado es ganarle al tiempo (y a la obsolescencia)... ese triunfo no es poca cosa.

Con los libros me ocurre que encuentro inocencia pura y dura... son libros de psiquiatría de hace 75 años, y no sólo el lenguaje científico no era el mismo (era mucho más ingenuo, menos duro y más amable con la incertidumbre), sino que muchas cosas que eran consideradas trastornos, hoy son verdaderas boludeces

La historicidad de las cosas es un lenguaje sutil que llega a nosotros para decirnos algo, a veces con claridad puntual, otras como un eco.

¿Está el Necronomicón entre los libros viejos?

Ya hablando en serio colarse en una casa abandonada que por supuesto tenía "fantasmas" y quedarme leyendo periódicos de cuarenta o cincuenta años atrás...la sección de deportes.

 Qué experiencia! (no estaba ese libro jajajaja pero hay uno que se llama "Insania Pingens"... no te cuento de qué se trata para que no se pierda la magia )

Tiene un título prometedor , no me deja indiferente...

Conocí a un tipo que decía la gente que era mago, aunque él lo negaba, pero afirmaba unas cosas que me dejaban pesando. 
Decía este sujeto, muy agradable por cierto, que el bien y el mal es una tontería más en la mente del hombre. 
A veces, su mirada era tan penetrante me inquietaba, era como si te estuviera traspasando el alma, como si lo supiera todo sobre ti, con solo mirarte.
Las malas lenguas decían que sus enemigos morían misteriosamente, la gente le tenía miedo, pero a mi me fascinaba. 
Me contó muchas cosas sobre la magia, cosas que yo no creía, como que, se podía enfermar y matar a la gente con el pensamiento. 
Un día me dijo ciertas cosas sobre mi futuro, cosas que luego me sucedieron, unas buenas y otras malas, y no falló ni una. Pero casi de repente, desapareció del pueblo y ya nadie le volvió a ver. 
Un tipo misterioso, interesante, inteligente y presumo que peligroso. Recuerdo que me dijo algo sobre el Necronomicón. 
"Si lo usas bien, puedes hacerte rico, si lo haces mal, enfermarás y morirás". Y aquello me dejó pensando. Hasta hoy.

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

Lince escribió:

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

Creo que más que para meter miedo se inventaron para sacar dinero a los incautos.

Lince escribió:

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

Lo esotérico es una cuestión de fé. Si crees, hasta llegarás a ver coincidencias y aciertos en lo que es pura casualidad.

Y como dice Pato, el fin es lucrativo.

Tatsumaru escribió:

Pur escribió:

Tatsumaru escribió:

Pur escribió:

Me encantan las cosas que tienen mucho tiempo (mucho, si son de antes de mi nacimiento mejor), en especial cosas que hayan tenido una utilidad (y si aún la conservan mejor aún)... no tanto los adornos.

Hace poco falleció mi abuelo, y estamos en esa fase de acomodar las cosas materiales que quedan... y estoy encontrando libros muy viejos, agendas, instrumental médico (de la época en que las jeringas eran de vidrio y todo se guardaba en frasquitos, también de vidrio, divinos, de diversos tamaños y formas). También encuentro pequeños detalles como cajitas de fósforos (cerillos) con estampados que serían insólitos hoy día (como el dibujo de la cara de José de San Martín ).

Y estaba pensando que al margen del valor sentimental que se le puede adjudicar a un objeto, está el valor simbólico que excede a la persona que lo poseía, y pasa a pertenecer a todo lo que gira alrededor de la vida en una época determinada... por eso me gusta lo antiguo, y más aún si no estaba yo transitando esa época. Es como trascender pero para atrás  

Creo que encontrarse con esos objetos, es estar un poco en ese tiempo al cual todo el objeto remite (desde su forma, hasta su material, hasta su apariencia desgastada... su tono, su resonancia), porque además (y esto ocurre especialmente con los aparatos y los relojes) aunque algunos de ellos posean una impronta obsoleta, desencajada del contexto, comprobar que siguen funcionado es ganarle al tiempo (y a la obsolescencia)... ese triunfo no es poca cosa.

Con los libros me ocurre que encuentro inocencia pura y dura... son libros de psiquiatría de hace 75 años, y no sólo el lenguaje científico no era el mismo (era mucho más ingenuo, menos duro y más amable con la incertidumbre), sino que muchas cosas que eran consideradas trastornos, hoy son verdaderas boludeces

La historicidad de las cosas es un lenguaje sutil que llega a nosotros para decirnos algo, a veces con claridad puntual, otras como un eco.

¿Está el Necronomicón entre los libros viejos?

Ya hablando en serio colarse en una casa abandonada que por supuesto tenía "fantasmas" y quedarme leyendo periódicos de cuarenta o cincuenta años atrás...la sección de deportes.

 Qué experiencia! (no estaba ese libro jajajaja pero hay uno que se llama "Insania Pingens"... no te cuento de qué se trata para que no se pierda la magia )

Tiene un título prometedor , no me deja indiferente...

jajajajaja Nah, una francesa hizo un compendio de pinturas de gente internada con distintas patologías mentales, contando los casos y el momento en el cual emergió la veta artística.... está muy bueno, porque también cuenta la historia de estos pacientes cuyos dibujos presenta, y desarrolla algunas reflexiones acerca del arte y la insanía mental, y cómo la enfermedad se esfuma ante la creación artística. También está enfocado desde el aspecto del lenguaje artístico (y cómo éste puede decir cosas que de otro modo son indecibles para el paciente), y adjunta interpretaciones de los dibujos de gente de distintas áreas (un psiquiatra, un crítico de arte, un poeta, un filósofo).

Lince escribió:

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

En la realidad ni lo más mínimo, para la ficción sí que divierte y tiene su espacio aún no creyendo en ella. En cierta manera lo de la magia es un cuento y su lugar es ese, el de la imaginación. Los que se aprovechan en la vida real de la "magia"(videntes y otros) dan pena y son ridículos. Es que ni siquiera saben contar una historia estimulante...aficionados.  Además que el que realmente posea algún poder relacionado con lo "mágico" no sabrá qué hacer con eso y cuando lo sepa controlar (si puede) no querrá que nadie se entere.

Lince escribió:

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

El esoterismo como practica comercial me parece un chantaje imperdonable (porque se nutre de la desesperación de las personas la mayoría de las veces).

Luego, sobre la magia, no es empíricamente factible (las cosas no desaparecen)... pero sí que existe el ilusionismo, y en este sentido existe porque los humanos, todos (hasta el más racional) albergamos la capacidad de desarrollar lo que se llama pensamiento mágico (también llamado mítico o simbólico).... y es el tipo de pensamiento que nos permite pensar más allá de lo concreto (acorde con el pensamiento empírico/racional/lógico). En general el paradigma occidental está muy arraigado en este último tipo de pensamiento, pero hay otras culturas que le dan también preponderancia al otro tipo de pensamiento.

Asimismo ocurre con las personas, las hay que desarrollan más un tipo de pensamiento que otro (deciden, por diferentes motivos, explicar, entender o dar sentido a las cosas a través del pensamiento mágico, y otras a través del empírico)... soy de la idea de no juzgar, ya que está demostrado que como paradigma resulta ser más útil a los fines prácticos del desarrollo material, el racional/empírico/lógico, pero en lo concerniente al desarrollo humano individual no existe una fórmula del éxito, cada uno lleva la existencia como puede. Si me das a elegir, me gusta desarrollar ambos tipos de pensamiento, y aplicarlos alternativamente según sea requerido... hace tiempo que dejé atrás el dualismo platónico y soy consciente de la complejidad.

Otra cosa es creer... allí el procedimiento es diferente, no siempre creo en lo que imagino y muchas veces tampoco creo en lo que veo Creer o no creer, como actitud que busca instalar "verdades" es un asunto secundario, lo importante es la eficacia operativa de las ideas... creer para que sirva de algo, sea verdad o mentira (en eso reside la eficacia simbólica... por eso en muchas culturas el mito funcionó como organizador de las sociedades y por eso aún hoy día el poder del amor está en la ilusión del enamorado ).

Tatsumaru escribió:

Lince escribió:

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

En la realidad ni lo más mínimo, para la ficción sí que divierte y tiene su espacio aún no creyendo en ella. En cierta manera lo de la magia es un cuento y su lugar es ese, el de la imaginación. Los que se aprovechan en la vida real de la "magia"(videntes y otros) dan pena y son ridículos. Es que ni siquiera saben contar una historia estimulante...aficionados.  Además que el que realmente posea algún poder relacionado con lo "mágico" no sabrá qué hacer con eso y cuando lo sepa controlar (si puede) no querrá que nadie se entere.

Eso pensaba yo, que si algún día tuviera un poder así, capaz de afectar positivamente la materia corporal, nunca lo diría, no fuera a ser que por envidia o por miedo me acabaran matando. Pero no me negaréis que sería hermoso curar enfermedades terminales. Me imagino curando a un canceroso terminal y me emociono. Debo ser tonto. Sí, porque eso no creo que lo pueda hacer nadie. Ni con las manos, ni con la mente, ni con nada. Los videntes y curanderos no me dan pena, me dan asco; todos los que he conocido eran unos estafadores.

Lince escribió:

Tatsumaru escribió:

Lince escribió:

Por cierto. ¿Vosotros creéis en la existencia de la Magias? ¿Verdad que no? No serán fábulas inventadas con ánimo de meter miedo a la gente? ¿Qué opináis?

En la realidad ni lo más mínimo, para la ficción sí que divierte y tiene su espacio aún no creyendo en ella. En cierta manera lo de la magia es un cuento y su lugar es ese, el de la imaginación. Los que se aprovechan en la vida real de la "magia"(videntes y otros) dan pena y son ridículos. Es que ni siquiera saben contar una historia estimulante...aficionados.  Además que el que realmente posea algún poder relacionado con lo "mágico" no sabrá qué hacer con eso y cuando lo sepa controlar (si puede) no querrá que nadie se entere.

Eso pensaba yo, que si algún día tuviera un poder así, capaz de afectar positivamente la materia corporal, nunca lo diría, no fuera a ser que por envidia o por miedo me acabaran matando. Pero no me negaréis que sería hermoso curar enfermedades terminales. Me imagino curando a un canceroso terminal y me emociono. Debo ser tonto. Sí, porque eso no creo que lo pueda hacer nadie. Ni con las manos, ni con la mente, ni con nada. Los videntes y curanderos no me dan pena, me dan asco; todos los que he conocido eran unos estafadores.

Es algo que no te haría encajar, aunque tu "magia" fuese con buenas intenciones y positivas. Como en una novela del Stephen King donde uno d elos protagonistas tenía el poder de un sexto sentido para ver cosas...se le presenta una mujer que ha perdido las llaves del coche al trabajo y la va guiando  hasta donde están, una alcantarilla. Y él intenta disimular y que no se dé cuenta ella (también para conseguir quedar a cenar) pero el simple hecho de encontrarlas la alerta y asusta.

He leído que una mujer en California, tiro a la basura el primer ordenador de Apple que vale 200.000 dólares y me he recordado del hilo.



En mi caso los recuerdos que conservamos pero el tiempo los destruyo fue una carreta antigua y aperos de labranza, también un reloj de cuco grande de mi abuela, y muchas fotos y postales en blanco y negro,  que es mi patrimonio sentimental de otra época.



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Tinajas escribió:

He leído que una mujer en California, tiro a la basura el primer ordenador de Apple que vale 200.000 dólares y me he recordado del hilo.



En mi caso los recuerdos que conservamos pero el tiempo los destruyo fue una carreta antigua y aperos de labranza, también un reloj de cuco grande de mi abuela, y muchas fotos y postales en blanco y negro,  que es mi patrimonio sentimental de otra época.



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(Increíble lo de la californiana)