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Si un día te das cuenta que la suerte, que es insegura, fallando y fallando te da la espalda, o cuando creyendo estar bien en la vida te encuentres sin rumbo y desesperado, o cuando te falte la fe y se te haya acabado la yerba de ayer secada al sol, verás que todo es mentira.
Verás que todo es mentira cuando al abrir los tamangos, buscando ese mango que te sirva de alimento, la indiferencia del mundo, siempre sordo y mudo, de pronto comprobarás.
Verás que todo es mentira y que nada es amor y que al mundo poco le importas; porque aunque te quiebre la vida, o te muerda un dolor, no esperes una mano amiga, ni una ayuda, ni un favor.
Cuando intentes llamar insistentemente a los timbres, buscando un pecho donde morir en paz, y secas sus pilas nadie te abra, verás que todo es mentira.
Y ese día en que te dejarán lo mismo que a mí, tirado, abandonado, después de un arduo trabajo, o cuando compruebes que a tu lado se prueban la ropa que vas a dejar, verás que todo es mentira, y seguramente te acordarás de este necio que un día cansado se puso a escribir.
Y te aseguro, que esto que digo no es producto de vivir en un ático ya que, afortunadamente, no vivo allí.
El P©stiguet