Si prefieres pasar el fin de semana sola que con tus amigas, un nuevo estudio afirma que probablemente sea porque eres más lista que ellas. Hablamos con un psicólogo y con la gerente de comunicaciones de MENSA (Reino Unido) para descubrir por qué la gente inteligente es tan solitaria.
Si alguna vez has recibido un mensaje de una amiga preocupada que cree que tenéis que "hablar" —porque estás demasiado distante, demasiado esto o demasiado lo otro— probablemente también te habrás preguntado por qué tienes amigas siquiera. Quizá preferirías estar sola, haciéndote un selfie que dejara a la Mona Lisa a la altura del betún o escribiendo el siguiente 'Gran Blog Norteamericano'. Según un nuevo estudio, este deseo de aislarse puede ser síntoma de que eres endiabladamente inteligente: Satoshia Kanazawa y Norma Li, psicólogas evolutivas residentes en el Reino Unido, avalaron recientemente la genialidad de los solitarios. Sus datos demostraron que, aunque la felicidad de la mayoría de la gente incrementa con el descenso de la densidad de población (así como con un elevado nivel de interacciones sociales con los seres queridos), las personas que son "extremadamente inteligentes" son en realidad más felices cuando no pasan tiempo con sus amigos.
Este es un extracto de sus descubrimientos: "Los individuos más inteligentes experimentan menos satisfacción vital cuando se socializan frecuentemente con sus amigos". Realmente encantador. No sé vosotras, pero yo cuando pienso en genios siempre pienso en Mensa, la sociedad para personas con alto CI más grande y antigua del mundo. Ann Clarkson, gerente de comunicaciones de su división en el Reino Unido, me explicó que dichos hallazgos probablemente se deban en parte a la personalidad, hay personas con un CI alto que son muy gregarias y otras que son más introvertidas".
Foto por Jelena Jojic vía Stocksy
Pero Clarkson no aguó la fiesta completamente: "También se sabe que las personas muy inteligentes pueden sentirse en ocasiones aisladas de los que les rodean simplemente porque piensan y ven el mundo de forma diferente. Encontrar a otra persona que procese la información igual que tú puede resultar difícil si tu cerebro funciona igual que el de solo un dos por ciento de la población", afirmó. Esa cifra, dos por ciento, se refiere solo al estrato de personas que Mensa recoge de la parte superior de la sociedad para incluirlas en su colectivo de mentes privilegiadas. No se trata, según me informó Clarkson, del número de personas altamente inteligentes que un psicólogo necesariamente diría que existen.
El Dr. Robert Sternberg es profesor de desarrollo humano en la Universidad de Cornell especializado en inteligencia y relaciones. "No existe un significado psicológico para la expresión 'altamente inteligente'", explicó en una entrevista a Broadly. Según nos contó, los psicólogos poseen muchas opiniones encontradas en lo referente a qué constituye una inteligencia elevada y a cuántos "tipos" diferentes de inteligencia existen. "En mi propia teoría de la inteligencia exitosa distingo entre la inteligencia analítica (CI), la inteligencia creativa y la inteligencia práctica (sentido común)", indicó, "y un CI elevado no garantiza ninguno de los dos últimos tipos. Nuestro sistema educativo premia a los niños con un CI elevado de modo que tienen pocos incentivos para desarrollar su inteligencia social/emocional/práctica, con resultados desafortunados".
La denominada "teoría sabana de la felicidad", de Kanazawa y Li, se presenta en términos de psicología evolutiva: las situaciones que experimentamos hoy se observan en el contexto de nuestras experiencias ancestrales. Según el Washington Post, las investigadoras "plantean la teoría de que el estilo de vida cazador-recolector de nuestros ancestros sienta las bases de lo que nos hace felices hoy". La gente lista puede lidiar con los retos por sí sola mucho mejor que la gente menos inteligente, de modo que las relaciones pueden ser menos importantes para ellos. Pero, tal y como señala el Dr. Sternberg, "uno de los problemas de la psicología evolutiva es que precisa que nos imaginemos cómo era la vida en la prehistoria, y ya tenemos bastantes problemas para imaginar cómo era en la Edad Media, o incluso en la década de 1940.
Foto por Brian McEntire vía Stocksy
El Dr. precisa que podría rebatirse la afirmación de que la gente altamente inteligente desea tener menos amigos cercanos porque ellos son excepcionales y la gente de su entorno podría hacerles bajar de nivel, como cuando un estudiante muy brillante prefiere trabajar solo que con un grupo de compañeros a los que considera menos inteligentes. "No obstante", explica, "no siempre es el niño (o el adulto) más inteligente el que destaca en un grupo (fíjate en nuestras actuales elecciones primarias del Partido Republicano), de modo que es posible que la persona inteligente se vea obligada a acatar la dirección o las órdenes de personas menos inteligentes. Además, puede que las personas altamente inteligentes estén demasiado ocupadas con sus carreras como para pasar el tiempo charlando con los amigos".
Pero esa es solo una visión del asunto. El Dr. Sternberg también afirma que podría decirse que "las personas altamente inteligentes son las que más necesidad de amigos tienen, porque su elevada inteligencia (académica) no siempre se traduce en una elevada inteligencia social, emocional o práctica. Esto retoma el tema de los diferentes "tipos" de inteligencia que poseen las personas. Por ejemplo, puede que seas un manta en los exámenes pero un genio a la hora de manipular a tu profesor para que te ponga buena nota de todas formas, o quizá eres un genio creativo, malo con los números pero brillante en algo... creativo. Hay personas que técnicamente poseen una inteligencia elevada, pero cuyas habilidades interpersonales son tan deficientes que destrozan sus interacciones sociales y no consiguen lograr sus objetivos.
"Una elevada inteligencia (académica) no se corresponde necesariamente con las inteligencias social, emocional y práctica", continuó. "Irónicamente, es posible que la persona inteligente que no desea interactuar con los demás sea la persona que más necesita interactuar con otros para tener éxito en la vida. Existen muchísimas personas con un CI elevado que no consiguen traducir dicho CI en éxito, o que lo hacen de una forma no del todo productiva".
Como Mensa, el Dr. Sternberg cuestiona estos hallazgos, destacando la inexactitud que conlleva simplificar en exceso. "Los titulares impactantes no siempre esconden un buen producto científico", afirmó.
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