antartida
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 | | Tema: La comunidad transgénero en Indonesia a la que se le negó creer en Dios Miér Mar 01, 2017 4:50 pm | |
| La tradición bíblica dice que que la misericordia y el amor de Dios son infinitos para sus hijos, que quien se acerque a él no sufrirá más y tendrá vida eterna, es por eso que sus puertas se mantienen abiertas como las de la casa de un hombre bueno y misericordioso. Sin embargo, son sus fieles quienes se han encargado de tapiar las puertas y ventanas de los templos debido a sus miedos y prejuicios.
Bajo la etiqueta de buenos cristianos muchas personas han cometido crímenes imperdonables en contra de la humanidad; la inquisición, por ejemplo, será esa marca con la que la iglesia tendrá que cargar durante toda su existencia pues no basta sólo con pedir perdón por ello. Las personas que sufrieron y murieron como consecuencia de estas persecuciones religiosas se fueron pensando que habían caído bajo las reglas de un ser vengativo y no a causa de las absurdas normas de los hombres que dicen servirle.
Otra de las grandes religiones monoteístas, la musulmana, tampoco se queda atrás con las prohibiciones a las que sus fieles deben someterse para llevar una vida agradable a la mirada de su Señor. El asunto es que tanto cristianos como no cristianos se han dedicado a cerrar las puertas de sus fe a todo aquél individuo que no encaje con su manera de pensar o de comportarse. De manera pacífica o violenta, estos fieles tratan a sus semejantes como parias de la sociedad y los orillan a llevar una vida lejos de la gracia divina.
  
En Indonesia existe una comunidad de mujeres transgénero a la que se le ha negado la entrada a las mezquitas, debido a sus preferencias sexuales; estas personas conocidas como “warias” -una combinación de dos vocablos indonesios: “wanita” que significa mujer y “pria”, palabra con la que se designa a los hombres- viven sus vidas lejos de la gracia de su dios debido a los prejuicios de sus compatriotas.
  
La persona detrás de esta comunidad es Shinta Ratri, la activista que fundo la madrasa -escuela musulmana- Pondok Pesantren Waria Al-Fatah, lugar en el que todas las personas transgénero pueden acercarse para recibir ayuda y orientación después de haber sido expulsadas de sus comunidades.
 
El fotógrafo Fluvio Bugani se ha dado a la tarea de recopilar las historias de algunas de estas mujeres, quienes confiaron en su lente para que el mundo les conociera y así, pudiesen mostrarse tal y como son, gritando “sí, esta soy yo y así decidí ejercer mi propio cuerpo”.
 
A pesar de la fortaleza que estas mujeres reflejan en las fotografías que conforman la serie de Bugani, “Waria”, saben que no están del todo seguras viviendo en un país cuyos habitantes les han dado la espalda de manera violenta llevados por el odio y la ignorancia, arrebatándoles incluso la posibilidad de alcanzar la vida eterna que su dios les había prometido. Es increíble que el hombre se sienta capaz de regular cuestiones que se encuentran tan alejadas de su jurisdicción, no cabe duda que la megalomanía del hombre no conoce de límites cuando se trata de tener el poder sobre sus semejantes.
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Fuentes
Feature shoot
Web de Fulvio Bugani | |
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