¡Uy, uy, uy!... ya se me pone americana don Pablo, eso sí, sin corbata que es muy de derechas la prenda, al menos hasta no se sabe cuando. Pues no está mal... No es que diga que todos son iguales, que no, pero sé de uno que vestía de pana pueblerina, y acabó viviendo en la zona más rica de Madrid.
¡Uy, uy, uy! ¿qué he dicho? Si es que me merezco la hoguera redentora por tener esta lengua que no para, no tener fe, no pertenecer a la Adoración Nocturna, y no fiarme un pelo ni de los calvos.
El P©stiguet