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No teniendo bola de cristal, desconociendo el significado del poso del café, y no siendo un ilustrado como en los foros abundan, no puedo decir ni que sí ni que no. O sea, ni como en la Parrala.
Pero intuición si tengo, posiblemente floja y roma, y ella me dice que sí, que nacerá, pero que el cuándo es difícil de pronosticar. Me refiero, por supuesto, a la República de Catalunya.
Un problema éste, el catalán o español, que a ambas partes procura, considero que con una nueva república estaría resuelto, sobre todo en el económico, que es, no nos engañemos, la fuente de todo conflicto. Con su nacimiento millones de catalanes dejarán de pronunciar el cacareado “Espanya ens roba”, ni un solo centavo de sus contribuciones irá hacia España; ellos se lo guisarán y ellos se lo comerán. Para bien o para mal. Y por la acera de enfrente no oiremos quejas de que Catalunya se lleva gran parte del dinero de los españoles. Pero bueno ¿en qué quedamos? Una creencia y otra no concuerdan; posiblemente el ciudadano asturiano piense que está subvencionando las juergas catalanas, y el catalán que su dinero va hacia Asturias incapaces ya de sacar un kilo de carbón que dé beneficio. Pues fuera quejas…
… con la separación, todo resuelto. Es verdad que quedaría el sentimiento del orgullo algo tocado en la parte española, si bien, hay que reconocerlo, que ya está, o debiera estar, al cabo de estas cosas, con tantas pérdidas coloniales como ha tenido tras su insuperable y glorioso imperio. Si más se perdió en Cuba, y España continuó con vida, si con Filipinas, como últimos reductos imperiales, la defunción no fue firmada ¿a qué pensar que España no seguiría viva? Y, seguramente más fuerte, pues los enormes gastos que supone la autonomía catalana para los españoles, desaparecería. Creo que la pela es la pela, y el orgullo no sirve para nada. En un día frío, enormemente frío, nevando o diluviando, intenten taparse con el orgullo, y les aseguro que al día siguiente tienen una pulmonía doble. Hay que pensarlo bien, que el dinero del asturiano, del andaluz, del extremeño, no debe viajar a Catalunya con tanta alegría. Si hay un refrán que dice que el que quiera honra que se la gane, yo lo imitaría diciendo, que el que quiera riqueza, que trabaje y la consiga.
El P©stiguet