Una vez me dediqué a seguir a Hassan, un moro. No lo hacia por estar enamorado de él o ir de detective, qué va.Pensaba que iba a hacer cosas de moro, explotarse, robar coches y hacer un Gta o cosas espectaculares y guapas, de esas de las que todo el mundo habla y te hacen estremecer. No me lo podía perder.
La primera semana lo seguía de lejos y acabé pensando: "pero de qué coño va este moro, haz algo talibán." Tuve que pegarme y seguirle de cerca para propiciar que recordase lo que era. Hassan s emolestaba por tener semejante moscón pero no lo suficiente.
Yo le decía dejando caer: -¿No sientes que hay muchos infieles? ¿Ein?
- ¿No vas a ver a un imán radical hoy? ¿ Y si te compras un souvenir de Mohamed Atta? ¿Unas cenizas de su esternocleidomastoideo, ein? ¿Ein? ¿Al Andalus y parte de Segovia del califato, ein?
Pero Hassan era mal moro y no se ponía violento conmigo, era un fraude para la moreridad y su raza.Había ido a elegir fatal. Llegué a comprar nitroglicerina, Tnt, una pistola de balines, robé una camioneta y se la ponía delante de su casa con las puertas abiertas y un mapa en el que había trazado una ruta. En rotulador rojo. Del gordo.Con unas dianas pintadas.
Era decepcionante por su inacción, yo insistía tocándole la fibra sensible mora y extremista. No perdía la esperanza:
-Mira que Bin Laden se pone a llorar si no te decides ¿Pero tú eres moro o qué? ¿No tienes ganas de cargarte a alguien? ¿Ein? Na, seguro que eres madikita y no quieres vírgenes en el cielo fregándote la casa.
En ese momento Hassan se revolvió, vi un destello de rabia hacia mí en sus ojos.
-Eso es, ahora sí eres moro. Pero tío, no- dije cuando vi que no me golpeaba.- Tienes que explorar esa emoción mora, Stanilavsky. No creas ser un moro gruñón sino que sé uno con autenticidad. Explora lo que acabas de sentir por mí y apropiate de ello. Robert de Niro hizo de taxista de verdad, Crstian Bale adelgazó la tira de kilos, se hicieron uno con el personaje. Sé que lo llevas dentro y tienes que dejar que el dique de la represión se rompa. Mira, si quieres te enseño lo que hay que hacer para que tomes nota ¿Ves a ese gordo? Infiel, come cerdo, asqueroso.¿Ves a esa tan pintada y con el pelo suelto? Ains, pero qué zorra, me hierve la sangre, habría que castigarla.
Todo acabó repentinamente: Hassan había llamado a los loqueros y cuando fueron a por mí les dije:
-Ese es moro y talibán. Tiene una bomba.- y era cierto, mientras soltaba la parrafada le había colado un paquete de dinamita en el bolsillo interior de la chaqueta.
Huala , la que se montó, los loqueros se apartaron y avisaron a la policia, al ejercito, y a la Cia. Hassan lloraba y estaba rodeado iluminado por los focos de los helicópteros y de los coches patrulla.
-Hijo puta-¿quién, yo?, y Hassan se abalanzó hacia mí con la cara descompuesta e intenciones asesinas. Fue bonito y mágico. Lástima que no le hubiese enseñado a detonarla.Habría sido to guapo.
Y aquí estoy, la experiencia me ha parecido satisfactoria al haber visto una escena mora de rabiosa actualidad de cerca pero quiero más, más moros en acción, más morerismo , show y adrenalina pero en versión extendida. Y ese que camina por la calle promete, por cierto. Siempre te recordaré, Hassan, ¿quién no quiere ver lo que está de moda? ¿Ein?