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Como si de un miércoles de ceniza se tratara, preludio de la cuaresma y fin del Carnaval, el PPSOE se quita su careta cada equis tiempo, equis a veces muy corto, y se acerca a la iglesia más cercana para recibir las cenizas y quitarse la careta carnavalesca. Y es entonces, en ese momento tan repetido en el tiempo, cuando vemos sus rostros y la roña déspota y envejecida que los cubre. Es verdad que inteligentes como son, o listillos, supieron hacer su bufonada inmolándose en las cortes franquistas, como un exaltado islamista, para dar a entender que pasaban por el fuego redentor y se hacían demócratas. De esos “demócratas de toda la vida” que muy bien conocemos.
Pudieron engañar al foráneo, pero aquí, que bien se les conoce, el engaño, salvo en algunos entregados sin rechistar, no cuajó. Son los mismos perros con distintos collares, y si no son los mismos, por los años pasados, son sus herederos, hijos, nietos y hermanos, pero ladran igual...
Qué demócrata era el señor X, el de la cal viva, cuando viajaba a Venezuela para que los presos políticos de allí fueran liberados, pero hoy, con ese descaro que le caracteriza, no creo se acerque a la Moncloa para pedir sean liberados los presos políticos catalanes de esta seudo democracia, que ya es generosidad llamarla así. Y ahora, con la amenaza del 155, quieren gobernar allí donde las papeletas en las urnas no les favorecen.
Triste actitud, como hoy me ha dicho un amigo, la del presidente del Gobierno, que cada vez que habla sobre el tema catalán le crecen mil separatistas, o el no menos descorazonador discurso del rey —¿redactado por el Gobierno?— que ha hecho crecer algunos miles de republicanos en España.
Unos y otros están llevando a España a esa frase hecha que dice “el anuncio de una muerte anunciada” con la desaparición de la monarquía, pero optimista y alegre como soy, eliminaré lo de “muerte” por “nacimiento”, ya que todo nacimiento es alegría y felicidad, y puede que nos lleven, pese a su pesar y nuestra esperanza, a ver el nacimiento de la III República Española.