Tal como camina España, que vamos perdiendo derechos día a día, posiblemente este de ahora, mi escrito, lo sea. Pero si no soy un vasallo ni súbdito, que soy un ciudadano, que pago mis impuestos, y bien pagados, deseo saber lo que ha costado la broma de enviar a tantos guardias civiles y policías nacionales a Catalunya para el ego, algo elevado, de nuestros gobernantes los peperos del centralismo, y, por supuesto la nueva Falange de Riverita, y el desorientado Pedro Sánchez y Olé. Ese capricho ha tenido un gran coste, y no me refiero al político para el PP, que ha sido un ostiazo en plena mandíbula, porque la Falange ha sabido nadar en aguas turbias y ha cosechado un buen triunfo. Respecto al bailarín de Iceta, ni carne ni pescado.
Porque al final, ni con 155 ni con agua bendita, ha cambiado nada en Catalunya, y es que las ideas se combaten con ideas mejores, no con pelotas de goma ni porrazos. Este coste económico, y de descontento en las fuerzas enviadas a Catalunya para intimidar a los separatistas, debemos conocerlo. Los que se las prometían felices derrotando hasta el último independentista, se habrán dado cuenta de su absurda actuación, pues todo ha quedado como estaba, pero hasta del coste internacional para España presentada en las televisiones y prensa del mundo como Estado represor de libertades, deben dar buena cuenta a la ciudadanía.
Y es ahí donde Podemos tiene un importante papel. Donde debe ejercer como fuerza política al verdadero servicio de los ciudadanos, que no debemos ser engañados con oropeles de triunfo, porque no lo ha habido. Ha quedado todo como estaba, y el 155, por ambición de los centralistas, necesitado de un cambio profundo. El franquismo ya no está vigilándonos... ¿o sí?
O sí...