UNA COPLILLA A LA ANDALUZA

Y el ego sigue inflándose... hasta el infinito... y más allá.

Salud y República.

athenea escribió:

El Postiguet escribió:

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No deseo malos entendidos por intereses ajenos a mi voluntad.

Yo no soy quien para cerrar un hilo porque no tengo autoridad para ello, lo que sí puedo hacer, y lo hago porque es mi derecho irrenunciable, a no mantener correspondencia con quien no me da la gana. Este hilo, por lo tanto, no lo he cerrado, y seguiré en él escribiendo si me parece oportuno, así como de responder a foreros que intervengan y sean respetuosos, libres para exponer lo que deseen, y sean personas de mi agrado, que, por cierto, son la mayoría de ustedes.

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¿Y está Ud seguro que quieren hablar con Ud?

La respuesta no es necesario que yo se la diga. Solamente hace falta darse una vuelta por algunos hilos, en ocasiones muchos, donde se me nombra sin que yo participe en él. Esa insistencia no sé cómo usted la juzgará, si es que gusta de juzgar actitudes personales al margen de las mías, pero yo la entiendo como ganas de que yo intervenga y responda. O sea, que participe en el juego de las disputas.

De no ser así, dígame usted cuántas veces y en qué hilos yo menciono a otros foreros, y más si en esos hilos no participan. Eso es ser respetuoso con los demás compañeros y compañeras. El respeto hacia las personas no significa que no exponga mis ideas políticas, y, si gustan o no, eso entra dentro de la democracia y la libertad para poder expresarme. Cuando usted vea que yo atosigo a alguien de este Foro, que suelto insolencias o insultos y de manera machacona como observo, llámeme la atención si ese es su cometido, pero mi libertad para expresarme nadie la cercenará cuando no hay nada personal contra ningún forero.

Si la poderosísima iglesia católica y sus purpurados príncipes no puedieron conmigo salvo excomulgarme (no pudieron porque no estamos en la Edad media, claro); si el franquismo me encarceló y tuvo que soltarme al poco tiempo pues nunca cometí un delito, sólo tener mis propias ideas alejadas de la suyas de las que nunca abjuré ¿a qué puedo temer en esta vida ya? A nada, por eso lo mismo me da que digan de mí ocho que ochenta. ¿Lo entiende? Pues ya tiene una respuesta clara y muy ampliada.

Saludos.