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Postiguet:
Según me comentan, pues tus tochos no los leo nunca, te quejas continuamente de que no diera mi apoyo a Pedro Ostras para que gobernase quitando de en medio al funesto don Tancredo, y aunque no creo deba justificar mi decisión, no sólo personal sino colectiva, pues a demócratas no nos gana ni el inventor de la democracia, si te aclararé algunas cosas.
En primer lugar que la crisis no la hemos creado nosotros, ya sea dura para muchos, muy dura para otros, y, como todo en esta vida muy grata para una minoría, que obligados unos a venden tantas cosas, que los hay quienes han vendido hasta la muela de oro o el colchón a bajo precio, y otros lo han comprado. Por lo tanto no somos culpables del desaguisado.
Sé, y sabemos el colectivo de nuestra organización, que en épocas de vacas flacas, y con una deuda de cojones (y perdona la expresión) no hay dios que esto lo enderece salvo que nos toque la bonoloto. Con el Cobrador del Frac esperando en la esquina, y controlando hasta si compramos un cartucho de castañas asadas, no se puede gobernar. Intentarlo en estos momentos, es un suicidio, es como tirarse a la piscina sin saber nadar y con el agua a 0 grados, o sea, un trompazo de muy señor mío.
No creas, pues sé que eres muy desconfiado, que nuestra exigencia a Pedro Ostras, pues sabedores que el no ya lo teníamos asegurado, era porque no habiendo leche no se puede hacer un flan, y que a veces dices que es el flan el postre que más nos gusta. No, esa no es la verdad, es que, sinceramente, si nunca hemos gobernado en la abundancia, en la escasez podríamos descubrirnos mucho, y ya sabes que cuanto más te agachas más se te ve el culo. Aquí, con la permanente protesta, quedamos como reyes, y perdón por usar una palabra monárquica, pero decir “como republicano” queda algo hortera.
Ya verás como cuando vengan las maduras, que es el momento en que toda fruta se presenta más sabrosa, haremos hasta encajes de bolillos para echar por el barranco al pérfido don Tancredo, y sea con Pedro de la Ostia Bendita, o incluso con Riverita de las Jons, sabremos hacer de tripa corazón y gobernar juntos. Pero sé inteligente, Postiguet, ¿qué ganamos gobernando una finca endeudada hasta el tuétano, cuya tierra está reseca, que no recibe una gota de agua, y sus almendros, olivos y algarrobos ya han dado los frutos capaces de dar?
¿Lo has comprendido, verdad? Pues deja ya de tocarnos los cataplines con tanta insistencia, si deseabas saber la verdad, ya la tienes. Nosotros queremos tocar pelo, y no la calva que han dejado a España.
Recibe mi saludo.
Pablito