A LA HORA DEL VERMÚ

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JUAN. Bueno, ya tenemos letra para el himno, y tú ¿qué dices a ello?
 
LUCAS. Que ya era hora, no te imaginas el descojone de un sueco cuando me oyó tararear lo de chinta, chinta, chinta.
 
JUAN. Sí, quedaba como muy de chiste lepero. Pero ahora, orgullosos lo cantaremos.
 
LUCAS. ¿Pero es oficial?
 
JUAN. De momento no, pero ya verás como para el final de la Copa del Rey, lo oficializa Marianico. Otro tema más para ser pitado, porque la letra es hortera a más no poder.
 
LUCAS. No me seas así, hombre, la letra tiene un significado muy hondo, y la Marta Sánchez una españolaza y artistaza.
 
JUAN. Pero ¿Marta es de los que pagan sus impuestos en España?
 
LUCAS. ¡Calla, hombre! de eso ni pensarlo, que Montoro se lleva un porcentaje muy grande, y no pagar impuestos aquí no resta para ser más español que la tortilla de patatas.
 
JUAN. Pues los de Riverita, están muy contentos con la letra.
 
LUCAS. Esos con tal de llevarse votos de los más ultras, cualquier día se colocan una boina rojigualda, porque como neo falangistas, entienden el patriotismo como un buen negocio. Ya sabrás lo bien que les vino a los de las JONS durante cuarenta años. ¡Vamos! Que ni trabajando mil años, algunos de aquellos que se fueron a luchar a Rusia contra el comunismo, hubiesen ganando lo que aquí ganaron a su regreso. Son unos pillines estos muchachos de la nueva hornada falangista. Prietas las filas no, prietas las billeteras.
 
JUAN. Y lo de las montañas nevadas ¿qué?
 
LUCAS. Sí, también se blanqueaba dinero. No te extrañe ver una MATESA dentro de poco. Un Banco de Siero, una nueva Redondela y sus aceites… En definitiva, veremos cambios y nuevos lagartones. No lo olvides, aquí gobernarán los mismos perros, con distintos collares, pero de igual ladrido y mordida.
 
JUAN. Me lo pones muy duro.
 
LUCAS. Sí, más que el turrón de Jijona.

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JUAN. ¿Y hoy, de qué hablamos?
 
LUCAS. De lo que prefieras, pero si te parece comentamos que decenas de jubilados hayan protestado ante el Congreso y nadie les ha llamado bolivarianos.
 
JUAN. ¡Hombre!, ten en cuenta que en parte es, o era, el granero del PP. Los abuelos conservadores al saber de lo mal que se pasó tras la guerra votaban tranquilidad, pero otra cosa es verse cada día esquilmados en derechos y en la pela. Por ahí creo que no pasan…
 
LUCAS. Pero supongo que no serán llamados yihadistas ni etarras, ni pérfidos separatistas catalanes, porque tal como se está poniendo el tema de la libertad de expresión.
 
JUAN. Tampoco te pases, que se manifestaron pacíficamente.
 
LUCAS. Sí, pero a Rajoy lo pusieron a parir; lo más fino que le llamaron era ladrón.
 
JUAN. Bueno, pero si al Rey Baltasar le llaman Baltasar, aunque le quiten el título de rey, nadie puede decir que le están insultando.
 
LUCAS. ¿Quieres decir que lo de ladrón le venía al pelo?
 
JUAN. Al pelo de la cabeza o de la barba; yo ahí no entro, que ya parece que exista una nueva Brigada Político-Social, que va escrutando todo cuanto decimos. A la mínima, ante el juez que te llevan y te escarban como si en el bolsillo de la chaqueta amagaras a Puigdemont.
 
LUCAS. Es que el Gobierno está nervioso. Por una parte la neo Falange Española de Rivera amenazándoles con arrebatarles el poder; los abuelos en pié de manifestación; las mujeres muy protestonas, el PSOE que parece querer apartarse de su lado porque las ve venir negras, son puro flan los peperos. Que si pierden el Gobierno pierden mucha entrada de dinero…
 
JUAN. ¿Y de Podemos no me dices nada?
 
LUCAS. Yo creo que a Podemos le viene grande la gobernación. ¿Te acuerdas de aquello de que con Franco protestábamos mejor? Es que una cosa es gobernar y otra protestar. A Podemos le pasa como a la actual juventud, al fin y al cabo ellos también son jóvenes. Mira a la juventud de hoy, con no faltarles megas en el móvil, y unas cuantas pelas para el botellón ¿qué les importa su futuro? Su futuro que lo arreglen los papás o los abuelos. Y éstos, más sabios por la experiencia, comienzan a arreglárselo.
 
JUAN. Lo cual es un error.
 
LUCAS. En parte sí; tienes razón. Con ese enorme paro juvenil; con ese futuro tan incierto, si no hay manifestaciones a diario en la calle para despertar a los gobernantes y políticos de que no son masa moldeable, es que lo son.
 
JUAN. Pues nada, Lucas, ya hemos tomado nuestro vermú y nuestros calamaritos a la andaluza, y te recuerdo que hoy te toca pagar a ti.
 
LUCAS. Buena memoria la tuya. Pero no olvides, que ahí puedes ser olvidadizo, que el próximo a ti te corresponde. Con calamares o con berberechos…

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JUAN. ¡Hola, Lucas! ¿qué tal ayer?
 
LUCAS. Bien, los análisis de p.m., nada de colesterol, la tensión muy buena, y nosotros al vermú y a los berberechos que hoy me toca pagar.
 
JUAN. Pues la ración que sea doble. Y ahora, más serios ¿qué me dices de los ultras rusos en Bilbao?
 
LUCAS. ¿Qué puedo decirte?, pues que es lo que nos buscamos. Mira hacia el Sur. Si buscando una mejora en sus vidas no dejamos pasar de la valla a los subsaharianos que llegan en plan pacífico, y dejamos libremente a estos ultras de la mierda, camorristas y pendencieros, dime tú.
 
JUAN. ¡Hombre! No compares. Igual en la azotea de alguno, el subsahariano llega aquí a invadirnos, a robar nuestras pertenencias, a comer de nuestro esfuerzo, y además sin un euro y son negros... Pero esos ultras rusos son rubios, llegan con buena pasta para comprar alcohol, darse una buena cuenta de pinchitos, y dejar pasta gansa, y ya se sabe que el que abre cualquier castillo, es Don Bolsillo. No te puedes imaginar lo importante que es que venga dinero, sea de donde sea… para cierta gente, por supuesto.
 
LUCAS. Y un policía vasco muerto, no lo olvides.
 
JUAN. No lo olvido. Pero quienes no lo tienen que olvidar son quienes nos traen esa chusma, aunque con tal de ver dinero miren hacia otro lado, y yo, si fuera hostelero, hasta el último céntimo de lo que me hayan destrozado o robado lo reclamaría, a los gobiernos, a la UEFA o a la madre que parió a Panete. Que ya está bien de tanto cerrar los ojos ante los ultras o los borrachos que nos llegan de Inglaterra a nuestras costas y nos toman por idiotas.
 
LUCAS. ¿Nos toman?... excelente eufemismo.
 
JUAN. Sí, sé lo que me quieres decir: lo somos.
 
LUCAS. Bueno, tomémonos el vermú, demos buena cuenta de estos ricos berberechos, y a manifestarnos a la primera oportunidad ante tanto despropósito.
 
JUAN. ¿Y si nos ponen 30.000 euretes por manifestación o sedición, o por mirar con malos ojos, o por llamar bobo a don Mariano, o por republicanos o bolivarianos, o vaya usted a saber por qué coño?
 
LUCAS. Pues que nos lo descuenten de la pensión, que con lo que me pagan a mí, ni dentro de veinte años lo liquidaría. Eso sí, en vez de dinero, lo pagaré con aceite de ricino, que una buena purga necesita más de uno.
 
JUAN. Y más de dos[size=16].[/size]

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JUAN. ¿Y hoy qué va a ser?
 
LUCAS. Pues sobre Guindos.
 
JUAN. No, hombre, no. Me refiero a si berberechos o calamaritos para acompañar al vermú.
 
LUCAS. Hoy, si te parece, unas almendritas tostadas. ¿Vale?
 
JUAN. Pues vale. Y ahora hablemos sobre el tema que quieras.
 
LUCAS. Te he dicho lo de Guindos porque ahora, nuestro ilustrísimo y sabio Presidente, modificará medio Gobierno o más, porque para lo que sirve el actual, mejor lo que sea…
 
JUAN. Lo que sea o amén, pero ¿tú ves a Marianico capaz de hacer algo importante en su vida política? Yo siempre lo he considerado como un incompetente, que se dejará aconsejar de los de su entorno, y éstos, no cederán sus puestos a otros, aunque sean de su misma organización, ni aunque lluevan ranas.
 
LUCAS. Para ranas la Aguirre, porque Marianico, “pobrecico”, no está rodeado de ranas, sino de sapos y alguna culebra.
 
JUAN. En definitiva que no habrá grandes cambios más que el sillón que se le queda vacío por la marcha de Guindos.
 
LUCAS. Es curiosos que Guindos, el apellido, puede venir de guindar, que tiene como sinónimo robar.
 
JUAN. Pero no querrás decir que de Guindos nos ha robado, o sea, nos ha guindado.
 
LUCAS. No, pardiez, ni un céntimo, eso nunca, entre otras cosas porque los grandes señores no roban, trasladan de lugar algunas cosas, y entre ellas, ¿por qué no? el dinero de los otros. Pero eso no lo ha hecho ni de Guindos ni ningún pepero. Si oyes decir a alguien que un pepero ha robado, fíjate bien y verás como es un bolivariano podemita, un rogelio, un separata, o un mentiroso compulsivo.
 
JUAN. Creo Lucas que te estás poniendo la venda antes que la herida.
 
LUCAS. ¿Qué quieres decir?
 
JUAN. Pues tal como están las cosas, que con la libertad de expresión que hoy tenemos sólo se puede decir que va a llover o saldrá el sol, pues otra libertad te puede costar 30.000 euros o cárcel, te estás acojonando y no dices lo que sientes ¿verdad?
 
LUCAS. Estás en un error, yo digo lo que hoy siento, y si ayer dije otra cosa, o estaba equivocado o en vez de un vermú me invitaste a cinco y se me subieron a la cabeza.
 
JUAN. Ya…, ya te entiendo, eso se llama mieditis, y te comprendo, que a nadie le gusta ir a la cárcel por expresar lo que siente, pero mejor dejemos de sentir nada que el problema después puede verse entre rejas y no es la mejor panorámica. Y ahora, a las almendritas tostadas y al vermú.
 
LUCAS. Pues a tu salud.
 
JUAN. Pues a la de nuestros insignes gobernantes, los más listos, más inteligentes, más honestos, más democráticos, y los más guapos de Europa.
 
LUCAS. Que nunca nos falte el humor.
 
JUAN. Eso, y la ironía o la socarronería mediterránea. Y ahora ¿a quién toca pagar hoy?
 
LUCAS. Al Gobierno, que seguro nos sube la pensión para que les votemos.
 
JUAN. Pues por mi parte, con subida o sin ella, los botaré.
 
LUCAS. ¡Botémoslos pues!, pero ya, que se hace tarde…

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JUAN. ¿Con qué tomamos el vermú hoy?
 
LUCAS. Con una ensaladilla rusa, ya que me temo que muy pronto dejará de existir.
 
JUAN. Te refieres a que aquí no la harán nunca más.
 
LUCAS: Me refiero que le cambiarán el nombre. Ya lo hicieron en otros tiempos, cuando en vez de “rusa” la llamaron “nacional”, igual ahora obligan a llamarla “madrileña” como el cocido, o “segoviana” como el cochinillo; o andaluza, como el gazpacho.
 
JUAN. ¡Qué bromista eres! Aquello fue en tiempos de Franco, el insigne Caudillo, azote del comunismo internacional, pero hoy tenemos democracia, y unos gobernantes democráticos y amantes de la libertad de expresión, artística, política y sindical.
 
LUCAS. ¡Ja!
 
JUAN. ¿Cómo que “ja”? No creo que lo pongas en duda. Y si lo haces por unos titiriteros, por un rapero, o por un libro o unas fotos en ARCO, piensa que la libertad nunca son expresiones dirigidas contra los que mandan, que éstos, por ser quienes son y el alto mandato que tienen, debemos respetarlos y guardarles pleitesía. Y adoración, si llega el caso.
 
LUCAS. ¡Y un jamón!
 
JUAN. Sí, y un jamón también, y mejor con chorreras… Hoy te veo como muy rebelde y contestatario. Hay que saber distinguir. ¿O es que te crees que a nuestro monarca se le debe hacer boicot?
 
LUCAS. ¿Te refieres al boicot que se le va a hacer en Barcelona por parte de determinados personajes catalanes, como la Colau y el Torrent?
 
JUAN. Sí, porque el rey, nuestro rey, es el rey de todos los españoles.
 
LUCAS. ¿De los separatistas también?
 
JUAN. Tienes preguntas de peón caminero. De los separatistas no, porque no son españoles. Qué ya es tener poco conocimiento de querer perder el título tan sagrado, tan noble, tan único, tan reluciente, tan excelso, tan soberbio, tan inteligente y culto como el de “español”, y cambiarlo por el de republicano catalán. Pero allá ellos, con esa pobreza de espíritu que tienen, dime entonces qué se puede esperar…
 
LUCAS. Yo espero que hoy pagues el vermú y la ensaladilla nacional; y te diré que te encuentro muy sobresaltado; que cada cual piense como quiera, y si de verdad estamos en una democracia, se debe respetar toda idea, toda manifestación, todo afán que no conlleve violencia.
 
JUAN. Pero entendamos a todos. Si el gobernante ve que el gobernado no le rinde pleitesía, eso es violencia. Y violencia muy acentuada; porque es una provocación que sólo merece un buen palo justiciero.
 
LUCAS. ¿Me permites una pregunta?
 
JUAN. Todas las que quieras.
 
LUCAS. ¿Desde cuando estás aquí esperándome?
 
JUAN. Desde hace dos horas, más o menos.
 
LUCAS. ¿Y cuántos vermús llevas tomados?
 
JUAN. Pues… no recuerdo bien si cinco o seis.
 
LUCAS. ¡Vale! Ahora lo entiendo todo. Pero bueno, uno más no te hará daño. ¡Camarero! Por favor, dos ensaladillas “rusas” y dos vermús. El de Juan, corto y con mucho hielo...
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JUAN. Hoy te veo muy contento
 
LUCAS. Pues motivos tengo para estarlo.
 
JUAN. ¿Y?
 
LUCAS. Que al fin comenzamos a cobrar dividendos los accionista de Bankia.
 
JUAN. Quieres decir que una vez los cobréis lo ingresaréis en la Caja de las Pensiones de donde el Ilustrísimo en Inteligentísimo Marianico sacó el dinero para daros los 24.000.000.000 de euros y aliviaros de vuestra ruina.
 
LUCAS. De devolver nada de nada. Debes entender Juan, que los accionistas de los Bancos somos gentes imprescindible para la sociedad, ¡qué digo gentes! gentilhombres, y que no era justo que perdiésemos nuestras aportaciones, ni siquiera parte de ellas... Hoy, ¡aleluya! ya han recobrado su valor y obtenemos beneficios.
 
JUAN. Pero a costa de los jubilados; de su dinero; de sus ahorros… de la ruina de algunos y quién sabe si algún suicidio.
 
LUCAS. No exageres. Lo importante era tener una Banca saneada, y yo estoy seguro que un gran porcentaje de los jubilados de España, que votan al PP, celebrarán la hazaña de este gran gallego, gloria de la Humanidad, y orgullo del Universo.
 
JUAN. Que estás de coña ya lo veo, pero también que vas ingresando en tu cuenta dinero que con anterioridad le fue robado a otros.
 
LUCAS. No pretenderá llamar ladrón a Marianico.
 
JUAN. Ni pensarlo, que la Ley Mordaza aún está vigente y mis huesos no están para ir a la mazmorra, ni tengo ahorros para pagar 30.000 euretes de multa. Como mucho diré que tu insigne gallego, tuvo un mal día, y trasvasó dinero de los pensionistas a los accionistas de los Bancos para que éstos no se vieren en la indigencia. Como si trasvasara agua del Tajo al Segura, vamos.
 
LUCAS. Un gesto generoso e inmaculado que le honra. Nunca esta país, España, tan poco dado a reconocer a sus grandes hombres, lo reconocerá, pero nosotros, los accionistas de los Bancos y sus dirigentes, lo ensalzaremos como el más grande entre los grandes.
 
JUAN. Vale. Pero ya que de mi Hucha sacaron dinero para dároslo a vosotros y que no os arruinarais, me imagino que el vermú de hoy lo pagarás tú.
 
LUCAS. Vale, vale. No quiero que me tengas por rácano. Yo pago el vermú, pero la docena de gambas rojas de Santa Pola a la plancha, van de tu cuenta. Es lo justo.
 
JUAN. Me parece que te has equivocado, hoy no es 28 de diciembre.
 
LUCAS. Bueno, pero por intentarlo que no quede. No pongas esa cara Juan, pago el vermú y unas almendritas, que son más baratas.
 
JUAN. Pues paga.

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JUAN. Hoy, Lucas, no demuestras lo contento de otros días. ¿Qué te pasa?
 
LUCAS. Es que hoy contento no puedo estarlo, y no soy dado a hipocresías.
 
JUAN. ¿Y eso?
 
LUCAS. Pues que el Mobile World Congress, seguirá unos cuantos años más celebrándose en Barcelona.
 
JUAN. Pues si han decidido que continúe en la ciudad condal, será porque les ha interesado a los organizadores, y Barcelona es una ciudad muy acogedora, cosmopolita y dispone de un gran palacio de Congresos y una excelente hostelería. Y muchísimas cosas más para visitar y disfrutar.
 
LUCAS. Ya lo sé y no lo niego, pero el desplante de la Colau y Torrent al rey en el besamanos, no me parece aceptable.
 
JUAN. ¿Y que me dices cuando desde La Zarzuela no se quiso recibir a Forcadell, la Presidenta del Parlament catalán, a la que se le pidió anunciarle al rey el resultado de la votación por mail?
 
LUCAS. Mira, tienes razón, no me acordaba. Pero no compares, ¡eh!, que el rey, y todo lo que representa la corona, es muy superior a una presidenta de un parlamento autonómico por muy catalán que sea.
 
JUAN. Pero ambos son autoridades, y ambos son Estado. Y ambos han de conversar.
 
LUCAS. Pero cuando el rey decide una cosa, su decisión es sagrada. No hay más que discutir. Ya sabes que me he hecho monárquico hasta la médula.
 
JUAN. Y rajoyista, y pepero, y… hasta algo riverista.
 
LUCAS. Sí, todo lo que quieras, pero estoy en mi derecho de salvaguardar mi pellejo. No conseguirás que diga nada que se me pueda aplicar la Ley Justísima y Perfecta que el rojerío llama “mordaza”, y es la más democrática, libre y justa que se conoce. No como alguna bolivariana que me sé.
 
JUAN. Y tú pretendes que yo diga lo contrario para denunciarme, como si se hubiese reinstalado la brigada político social franquista.
 
LUCAS. ¿Y por qué franquista? Estáis obsesionados con Franco, llámala como quieras, pero no es verdad que esté instalada, y yo no tengo el noble título de chivato brigadista. Título inexistente para que lo sepas.
 
JUAN. ¡Uy, uy, uy!... cómo has venido hoy. ¿Has dormido bien, Lucas?
 
LUCAS. Pues mira, no. He tenido una mala noche, toda ella sin dormir, con dolor de vientre, y, con perdón, cagándome vivo.
 
JUAN. Pues veo que sigues cagándote. Mejor será que los dos vermús me los tome yo, que al paso que vas me defiendes hasta la Inquisición y no sé si hasta cierta Falenge.
 
LUCAS. Pues vale…. Tómatelos tú.

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JUAN. Siempre has dicho, Lucas, que en Cataluña no debiera ser propuesto para Presidente ni un “fugado” ni un “imputado”
 
LUCAS. Lo he dicho y lo mantengo.
 
JUAN. Aunque tú muy bien sabes que estar imputado no significa estar condenado. Una cosa es lo que pida el fiscal y otra el resultado de un juicio con todas las garantías de defensa.
 
LUCAS: Lo sé.
 
JUAN. Y que si algún Presidente no está imputado (de momento) cuando se ha demostrado que recibía sobres con dinero negro, que su partido hizo obras en su Sede principal con dinero negro, que ha recibido dinero de comisiones, que tiene chanchullos con organizaciones criminales, que ha legislado leyes y mandatos anticonstitucionales, y que como organización criminal fue declarado su partido por un Juez, y que pudiera ser no estar imputado como debiera porque la fiscalía, que su partido se encarga de nombrar, no está por la labor de acusar a la mano que le da un buen cargo y le da de comer.
 
LUCAS. ¿Te refieres a don Mariano y al Partido Popular?
 
JUAN. No hace falta que me refiera a nadie y lo nombre, porque tú muy bien sabes quién es. Déjame que por temor a la Ley Mordaza, o los 30.000 euros de multa, no diga ningún nombre, y que cada cual ponga el que quiera. Digamos que es una imaginación mía, que no hay nadie, en este país, otra cosa es Venezuela, CUba o Cora del Norte, al que se le pueda acarrear lo que he dicho.
 
LUCAS. ¿Y qué?
 
JUAN. ¿Y qué, me preguntas? Te explicaré. Si en vez de Puigdemont, el que hubiese sacado más escaños en Cataluña hubiese sido Xavier Albiol, el líder del PP en esa Comunidad, seguro dirías que debiera ser nombrado Presidente de Cataluña.
 
LUCAS. Por supuesto, sería lo lógico y justo, porque Xavier Albiol no está imputado de desobediencia y sedición.
 
JUAN. Pero sabrás que el Consejo de Europa lo ha puesto como ejemplo de político racista y xenófobo. ¿Crees que se merecería la Presidencia de Cataluña, nación donde el extranjero es bien acogido, un xenófobo y racista, y quien lo que ha hecho es colocar urnas para votar, no lo merece? ¿No parece un disparate que un demócrata no pueda ejercer para el cargo que los ciudadanos le han nombrado y un racista y xenófobo, sí.
 
LUCAS. Me quieres enredar. Xavier Albiol es un demócrata de toda la vida, un político muy grande, y representa en Cataluña al partido que más está luchando por la corrupción.
 
JUAN. ¡Anda ya! Tómate el vermú y vayamos a echar una partida al dominó, que lo tuyo no es la política, sino la ciencia ficción y los cuentos de hadas madrinas.
 
LUCAS. Pues vayamos, que hoy te ahorco el seis doble.