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| La felicidad y sus recovecos | |
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El gato Novato/a
Mensajes : 163
| Tema: La felicidad y sus recovecos Vie Nov 18, 2011 12:19 am | |
| En cierta ocasión alguien dijo que únicamente los tontos o quienes se lo hacen pueden ser felices. Ocurrencias al margen, lo que parece evidente es que la felicidad constituye un néctar que sólo puede saborearse de manera ocasional (de ahí precisamente su enorme valor), lo que introduciría el interrogante de cuánto estaría cada uno dispuesto a pagar por cada sorbo de tan deliciosa ambrosía. Ni que decir tiene que el verbo pagar en este caso no iría referido a dinero contante y sonante (aunque también podría intentar plantearse en dichos términos), sino a precio medido en sacrificios, privaciones, renuncias, etc. ¿O acaso la felicidad, como todo preciado bien, no va a exigir una contrapartida a cambio?
Por otra parte, cabría también plantearse la pregunta de si en verdad luchamos y nos sacrificamos por ser felices o si en el fondo toda nuestra lucha va encaminada en realidad a sostener una rutina más o menos cómoda, y en caso de que fuese la segunda alternativa la mejor ajustada a la realidad, si merece en tal caso la pena seguir luchando o si no sería más sensato dejarse ir sin oponer demasiada resistencia, como en su momento ya se cuestionara Hamlet en su célebre monólogo.
De todas formas, lo mejor que tiene la felicidad (que, como diría Borges, no necesita coartadas), es su flexibilidad, en cuanto que no se mide por valores objetivos, sino por la subjetividad que los gustos, apetencias y anhelos de cada cual determinan. Recuerdo en ese sentido a mi abuelo, que me decía que uno de los días más felices de su vida fue cuando le invitaron a tocar el tamboril en las fiestas de no sé qué pueblo. Vaya bobada, pensaba yo cuando me lo comentaba, y me reía de que se pudiera ser feliz con algo tan nimio; si bien, con el tiempo he ido aprendiendo que la felicidad se obtiene a veces de las cosas más simples y a menudo de las más inesperadas.
De hecho, la felicidad vendría a ser un componente intrínseco a la vida misma, puesto que ésta es en el fondo moldeada por cada una de las emociones que se experimentan, siendo por ello que resultaría del todo imposible ser feliz si no se empieza por amar aquello que ofrece precisamente la oportunidad de serlo, esto es, amar la vida. No tengo la menor duda de que mi abuelo amaba profundamente la vida, lo cual le hacía más fácil alcanzar momentos de felicidad, sin tener para ello que marcarse formidables objetivos.
Quizá parte del desencanto que en ocasiones mostramos por la vida derive precisamente de que en ella nos hemos creado expectativas demasiado elevadas, cuando en realidad no hacía falta tanto para conseguir uno de esos tragos del néctar de la felicidad.
Tal vez la vida no sea algo tan complejo como pretendemos creer. Tal vez baste con comer, beber, follar, escuchar música, compartir unas birras con los amigos o contemplar los arreboles del crepúsculo para ser felices, es decir, rentabilizar al máximo posible cada momento agradable y no tener grandiosas expectativas. O tal vez no. Lo dejo en todo caso en el aire, que es donde a menudo están las respuestas, al menos según afirmaba Bob Dylan.
No sé, a lo mejor deberíamos mirarnos a menudo desde dentro, o mejor aún: mirarnos desde las alturas, más que nada por saber si llegamos o no a algún puerto. | |
| | | _DESTELLO_ Maestro/a
Mensajes : 3367 Localización : En Lontananza ...
| Tema: Re: La felicidad y sus recovecos Sáb Nov 19, 2011 12:17 am | |
| Muy bien escrito Gato y en casi todo de acuerdo. Las cosas simples , pequeñas , inesperadas , son las que nos dan los momentos más felices.
Es difícil mantener la felicidad , porque todo es movimiento y cambio, igual que se va ... viene , e igual q viene se va , así qué estemos preparados con los brazos abiertos , por si viene a visitarnos y no la reconocemos. Muchas veces pienso que mantener un estado emocional más o menos equilibrado y una normalidad aunque sea rutinaria ... ya es suficiente felicidad , y sólo nos damos cuenta de esto, cuando las cosas empeoran y decimos ... con lo bien que estaba yo antes ... que vivía feliz y tranquila. En fin , c'est la vie ...
Interesantes tus temas , Saludetes. . | |
| | | Liptuan V.I.P.
Mensajes : 14027
| Tema: Re: La felicidad y sus recovecos Lun Dic 05, 2011 12:34 am | |
| [Siento si me he explayado demasiado, pero es que me gustan mucho estos temas xD] - Gato escribió:
- En cierta ocasión alguien dijo que únicamente los tontos o quienes se lo hacen pueden ser felices. Ocurrencias al margen, lo que parece evidente es que la felicidad constituye un néctar que sólo puede saborearse de manera ocasional (de ahí precisamente su enorme valor), lo que introduciría el interrogante de cuánto estaría cada uno dispuesto a pagar por cada sorbo de tan deliciosa ambrosía. Ni que decir tiene que el verbo pagar en este caso no iría referido a dinero contante y sonante (aunque también podría intentar plantearse en dichos términos), sino a precio medido en sacrificios, privaciones, renuncias, etc. ¿O acaso la felicidad, como todo preciado bien, no va a exigir una contrapartida a cambio?
Plateas una cuestión muy interesante, es problema es la cantidad de planteamientos que pueden derivar, especialmente por lo que cada uno entiende por felicidad. Durante un tiempo, quizás los últimos años, me he conformado con tomar la felicidad como la Paz y la Tranquilidad, especialmente de conciencia, quizá porque soy una persona que gusta de creer en una moral basada en la bondad y la total sinceridad, de alguna manera pienso que si trato de ser buena persona y de hablar siempre con la verdad, siempre tendré el sueño garantizado, la Paz de conciencia, y esto, particularmente, me hace feliz. Más allá de eso, que sería solo una tranquilidad de conciencia, por más que a mí pueda darme felicidad, la felicidad completa creo que va mucho más allá de que uno pueda dormir por las noches, y ciertamente resulta contradictorio que uno tenga que sacrificarse por ser feliz, ¿no sería esta una forma de no serlo? en cualquier caso, cantidad de decisiones cotidianas nos ponen en un dilema, sabemos, por ejemplo, que continuar en la dulce rutina amorosa que nos proporciona la vida en pareja, nos garantiza una felicidad a ratos, una cierta paz, pero es la rutina poco emocionante y, a veces, podemos sentirnos vacíos, igual ocurre, en mi opinión, con multitud de cosas que nos pueden hacer felices pero que entrañan responsabilidad, (o sea, el sacrificio del que hablamos o al menos al que yo me refiero) y esto nos roba una cuota de felicidad. Digamos que en nuestro ser tenemos una balanza de sinsabores y satisfacciones, y parece que el equilibrio es la felicidad, al parecer, no podemos añadir satisfacción en el peso si al otro lado no se añade otro peso de sin sabor, ¿no será que la Plenitud del ser se alcanza con el equlibrio entre los pros y los contras? a veces he pensado, incluso, que en el propio ser existe un equilibrio entre el bien y el mal. - Gato escribió:
- Por otra parte, cabría también plantearse la pregunta de si en verdad luchamos y nos sacrificamos por ser felices o si en el fondo toda nuestra lucha va encaminada en realidad a sostener una rutina más o menos cómoda, y en caso de que fuese la segunda alternativa la mejor ajustada a la realidad, si merece en tal caso la pena seguir luchando o si no sería más sensato dejarse ir sin oponer demasiada resistencia, como en su momento ya se cuestionara Hamlet en su célebre monólogo.
Hagamos lo que hagamos no estamos yendo por un camino que no elegimos. Sin embargo, la ilusión de que estamos en un coche llamado Nuestra vida y que somos los conductores, es demasiado vivída como para rechazarla. Quiero creer que tengo un papel activo, y lo que me cuesta es decidir que precio estoy dispuesta a pagar por una felicidad, especialmente, cuando la misma es efímera. Puede que la felicidad merme cuando crece la ambición, pero sinceramente, hay personas que no sabemos vivir sin ambicionar, que huímos del conformismo como la peste. Por tanto, ¿no será la felicidad una cosa exclusiva en cada individuo, y no habrá de seguir cada individuo un camino único para encontrarla? todas las fórmulas que se me han presentado como universalmente validas me han olido mal en algún punto. - Gato escribió:
- De todas formas, lo mejor que tiene la felicidad (que, como diría Borges, no necesita coartadas), es su flexibilidad, en cuanto que no se mide por valores objetivos, sino por la subjetividad que los gustos, apetencias y anhelos de cada cual determinan. Recuerdo en ese sentido a mi abuelo, que me decía que uno de los días más felices de su vida fue cuando le invitaron a tocar el tamboril en las fiestas de no sé qué pueblo. Vaya bobada, pensaba yo cuando me lo comentaba, y me reía de que se pudiera ser feliz con algo tan nimio; si bien, con el tiempo he ido aprendiendo que la felicidad se obtiene a veces de las cosas más simples y a menudo de las más inesperadas.
De alguna manera a esto hacía referencia. - Gato escribió:
- De hecho, la felicidad vendría a ser un componente intrínseco a la vida misma, puesto que ésta es en el fondo moldeada por cada una de las emociones que se experimentan, siendo por ello que resultaría del todo imposible ser feliz si no se empieza por amar aquello que ofrece precisamente la oportunidad de serlo, esto es, amar la vida. No tengo la menor duda de que mi abuelo amaba profundamente la vida, lo cual le hacía más fácil alcanzar momentos de felicidad, sin tener para ello que marcarse formidables objetivos.
Creo indispensable amar la vida, pues de no amarla, nos encontraríamos como quien pretende vivir pleanamente a gusto en una casa, sin que ni por fuera ni por dentro esta le guste lo más mínimo. - Gato escribió:
- Quizá parte del desencanto que en ocasiones mostramos por la vida derive precisamente de que en ella nos hemos creado expectativas demasiado elevadas, cuando en realidad no hacía falta tanto para conseguir uno de esos tragos del néctar de la felicidad.
A esto me refería por ahí al hablar de ambicionar, he de decir que he vivido más tranquila, alegre y en paz, cuando no he ambicionado. Pero también me parece que a veces la ambición, las ambiciones, son como letreros que te van indicando el camino a seguir para llegar a tu elemento. - Gato escribió:
- Tal vez la vida no sea algo tan complejo como pretendemos creer. Tal vez baste con comer, beber, follar, escuchar música, compartir unas birras con los amigos o contemplar los arreboles del crepúsculo para ser felices, es decir, rentabilizar al máximo posible cada momento agradable y no tener grandiosas expectativas. O tal vez no. Lo dejo en todo caso en el aire, que es donde a menudo están las respuestas, al menos según afirmaba Bob Dylan.
Creo que ahí esta el quid de la cuestión pero hay veces que nos volvemos una maraña mucho más compleja que eso y cuesta tiempo desenmarañarnos y desenmarañarnos a veces significa sacrificar a una de las personas que somos, quizá la artística. | |
| | | El gato Novato/a
Mensajes : 163
| Tema: Re: La felicidad y sus recovecos Lun Dic 05, 2011 5:51 pm | |
| - Liptuan escribió:
- ... en cualquier caso, cantidad de decisiones cotidianas nos ponen en un dilema, sabemos, por ejemplo, que continuar en la dulce rutina amorosa que nos proporciona la vida en pareja, nos garantiza una felicidad a ratos, una cierta paz, pero es la rutina poco emocionante y, a veces, podemos sentirnos vacíos, igual ocurre, en mi opinión, con multitud de cosas que nos pueden hacer felices pero que entrañan responsabilidad, (o sea, el sacrificio del que hablamos o al menos al que yo me refiero) y esto nos roba una cuota de felicidad.
En efecto, Liptuan, en efecto. La felicidad es una sensación y, como tal, sujeta a una graduación que la hace oscilar dentro de una escala, a modo de lo que sucede, por ejemplo, con los terremetos. Qué duda cabe que la rutina y un exceso de responsabilidad son elementos perturbadores que tienden a bajar grados en el sismógrafo de la felicidad. - Liptuan escribió:
- ... ¿no será que la Plenitud del ser se alcanza con el equlibrio entre los pros y los contras? a veces he pensado, incluso, que en el propio ser existe un equilibrio entre el bien y el mal.
Es posible que así sea, pero, por otro lado, plenitud y felicidad no son necesariamente sinónimos en este caso. Hay veces en que se puede ser feliz incluso en un momento de desequilibrio y, por el contrario, no serlo del todo aun llevando la vida más equilibrada posible. | |
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