.
NO TE MIRES EN EL RÍO
El Asturias había una casa
y en la casa una ventana,
y en la ventana un palomo,
al que yo no contestaba.
Por la noche, con la luna,
cartas muchas me enviaba,
¡Ay, tontorrón!, mi respuesta no tienes,
¡Ay, tontorrón! sea lunes o viernes.
¡Ja! ¡ja! ¡ja!, no te acerques al Nalón,
¡Ja! ¡ja! ¡ja!, que me jartas a reír,
porque tengo, palomito,
gabas de verte sufrir.
.
A la Feria de Cabañaquinta
el palomo marchó un día,
papel de carta comprose,
con el cual a mí escribía,
y siempre esperanzado
se asomaba a su ventana,
esperando mi respuesta,
esperando yo le hablara.
Una noche de verano
cuando la luna asomaba,
al cartero vio acercarse
¡ya me trae lo que esperaba!.
Pero al ver que su esperanza
ni por sueños le entregaba,
decidió tirarse al río
y que el Nalón lo arrastrara.
¡Ja! ¡ja! ¡ja!
cómo se lo lleva el río
¡ja! ¡ja! ¡ja!
a ese palomo llorón,
porque mi respuesta, nunca,
nunca, nunca, le llegó.
.