ABSURDO: HABLAR AÚN DE LA GUERRA

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Si en esta España, tan incompresible a veces, se hicieran las cosas medianamente bien, hoy no habría necesidad de hablar de la incivil guerra, ni de la momia de Franco, ni de represalias de una y otra parte ni otras historias. Lo que se debió hacer es una ruptura con el pasado, nada de Transiciones al estilo Gatopardo para que todo pareciese cambiado y en realidad nada cambiase, ni calles exaltando al franquismo ni a la parte llamada roja. Una ruptura con TODO el pasado, y comenzar una nueva etapa, donde ya no hubiesen vencedores ni vencidos como, aún, parece existir. De haberse hecho institucionalmente, y por parte de los ciudadanos dejar de transmitir odio a los hijos, hoy seríamos una nación mucho más respetable, incluso por nosotros mismos.
 
Ni habría necesidad de rescribir historias de las Cinco Rosas, por ejemplo, o seguir exaltando al defensor del Alcázar Moscardó, de un gesto patriótico inexistente.
 
Pero al igual que hoy se acusa a los nacionalistas catalanes de crear separatistas por la tergiversación de las noticias, recordemos que durante cuarenta años el nacionalismo españolista difundía invenciones, y contadas en los colegios a los niños, para crear héroes, patriotas valientes y salvadores del pueblo; por lo tanto crear ignorantes engañados.
 
Es una pura mentira que no ha sido demostrada como cierta, que el jefe de las milicias republicanas, Cándido Cabello, dijera al coronel Moscardó que si no se rendía mataría a su hijo Luis allí mismo, presentándolo, al no ceder, como un nuevo Guzmán el Bueno. Y de una mentira crearon una historia y un nuevo mártir.
 
Luis fue encarcelado el día 23 de julio, no fusilado en el acto como se dijo al no querer rendirse Moscardó. Un mes después, el 23 de agosto de 1936, como consecuencia de un bombardeo, las milicias fusilaron/asesinaron como represalia por el bombardeo a cuarenta detenidos. Entre ellos estaba Luis, el hijo de Moscardó.
 
Se difundió una absurda mentira propagandística para crear un patriota valiente capaz de entregar el cuchillo con el que matar a su propio hijo con tal de no rendirse al enemigo, pero si la maniobra franquista fue una absurda mentira, también absurda fue la muerte de esos cuarenta hombres, entre ellos el hijo del militar, como la de tantos miles de españoles.
 
No hubo en esta España valentía para el borrón y cuenta nueva, porque de valientes es reconocer los errores así como perdonar los ajenos. Y de una España cobarde, que tras cuarenta años sigue con el miedo de romper con el pasado, no se puede sacar nada bueno. 

Yo no estuve en España para atestiguar lo que sucedió en esta época, pero si se hablaran de la guerra civil porque del valor de la gente o porque de un acontecimiento interesante, esta bien. Mi abuelo fue un medico que ayudó mucho a muchas personas, a pesar de recibir dos balas en la pierna. Cuentos como eso son interesantes, y se pueden preservar y comentar, pero la obsesión con quien fue el culpable nunca resulta sana. Los dos lados cometieron atrocidades, como en todas las guerras. Lo más importante es que observamos los hechos sin culpando solo a un lado.

No creo que fuera una guerra, sino un golpe de estado contra el poder legalmente establecido de la República, por tanto son los militares y fascistas los que empezaron esta barbarie y lo peor fueron 40 años de dictadura, dolor y sufrimiento de una gran parte de la población que defendio la republica, siendo encarcelados, esclavizados y fusilados por sus ideas, y como bien dice el señor Akra la propaganda franquista la misma que la nazi de Gooble hicieron que una mentira repetida mil veces se convirtiera en verdad para el sufrido pueblo español.

Es siempre el argumento de la derecha que en la guerra civil hubo barbaridades en ambos lados, lo que en una guerra es habitual, hablan del perdón, lo que es ciertamente indicado para los combatientes, pero no tanto para los causantes de esta trifulca con un golpe de estado a un gobierno legítimamente elegido.
Lo que siempre omita la derecha son las barbaridades cometido despues en los 40 años de dictadura, esto no puede tener perdón alguno.
De la guerra civil ya apenas hay supervivientes, pero víctimas de la dictadura todavía hay a raudales, desaparecidos, asesinados expropiados y sus familiares, ninguneados hasta hoy, mientas ven como se condecora a sus torturadores, la familia de Franco esta bien cómodo con el dinero y terrenos que les fue robado y que financian con sus impuestos la Fundación Franco, mientras buscan sus familiares asesinados en las cunetas de Españistan. ¿Perdón?

Una pregunta ¿ Con ETA podemos aplicar el mismo argumento? Que ya puestos también valdría ¿no?

Por supuesto, lo que no se puede hacer es de pasar argumentando hasta el final de la guerra civil y pasar después a la argumentación con ETA, como lo suele hacer la derecha, pasando por alto los 40 años del terrorismo del estado, época tan plácida para algunos.

Zerg Rush escribió:

Por supuesto, lo que no se puede hacer es de pasar argumentando hasta el final de la guerra civil y pasar después a la argumentación con ETA, como lo suele hacer la derecha, pasando por alto los 40 años del terrorismo del estado, época tan plácida para algunos.

Plácida... y beneficiosa, pues los innumerables robos y apropiaciones indebidas cometidas quedan en el olvido legal gracias a la ley de amnistía.

Salud y República.

Zerg Rush escribió:

Por supuesto, lo que no se puede hacer es de pasar argumentando hasta el final de la guerra civil y pasar después a la argumentación con ETA, como lo suele hacer la derecha, pasando por alto los 40 años del terrorismo del estado, época tan plácida para algunos.

Señor Zerg Rush, desgraciadamente la historia del hombre es así, en todos los rincones de la tierra y practicado por gente muy diversa en ideas políticas, e, incluso, en religiones.

El problema no está, y debiera estarlo si no hubiese repetición, en pasar página; que lo pasado, pasado esté, y no utilizar la venganza ni la revancha vistiéndola de justicia, aunque lo parezca. Pero ya le digo que nada nos justifica que las atrocidades, crímenes, robos y especulaciones del vencedor, no se vuelan a repetir, otra vez por ellos mismos, u otra vez por los vengadores. El problema está cuando hay sed de venganza, de devolver palo por palo, o aún peor, duplicar el daño recibido.

Tengo ya muchos años, y eso deja de manera clara que he tenido mis veinte, mis treinta y mis cuarenta años, pero el tiempo, al menos en lo que a mí respecta, me ha ido atemperando, y haciéndome ver de lo insensato de no saber olvidar. Y cuando digo olvidar, me refiero a saber perdonar porque todos, todos, cometemos injusticias. Por supuesto que unos más grandes que los otros, pero el hombre no pasa por este mundo sin hacer su cuota, grande o chica, de mal hacia su vecino. Pocos, y yo diría que ninguno, se salva, ni incluso ese invento de un carpintero de Nazaret, que cuando decía dar a Dios lo que de Dios era y al César lo que le pertenecía, reconocía abiertamente al imperialismo y sus atrocidades.

No se fíe nunca de los que le digan que son justos, porque la justicia es voluble, y lo que es bueno para uno puede ser malo para otro, y todo dentro de lo que llamamos con ese nombre.

Pero ¿cómo llegar a una buena solución? Pues le responderé desde mi humilde opinión: NUNCA. Sí, así de contundente, nunca..., salvo, y esto será de agradecer para el bien de la Humanidad, que naciera un Hombre Nuevo, esto es, un ser donde en su mente no quepa la avaricia, la especulación, el enriquecimiento a base de empobrecer a otros, huérfano de odio, el deseo de la posesión del arma más potente y mortífera, y lleno de amor.

Mientras sobre la capa de la tierra estemos esta Humanidad tan deshumanizada, tan violenta, tan llena de odio y avaricia, tan deseosa de llegar a lo más alto sin importar a cuántos dejamos en las cunetas, el mundo será igual que lo es, y una vez sonreirán unos, y en otras ocasiones los contratos.

Saludos.