La cruz invertida, es decir, la cruz de san Pedro, es por tanto un signo de humildad en su acepción cristiana. Y su origen explica también por qué a veces ha sido utilizada por el sucesor de Pedro, el papa. Este fue el caso en el año 2000, por ejemplo, durante una visita a Israel del santo papa Juan Pablo II.
La cruz de san Pedro, que fue colocada en el asiento papal, había causado mucho alboroto y alimentado todo tipo de polémicas debido al desconocimiento del valor cristiano de este símbolo.
Cabe decir que el empleo cristiano de este símbolo es poco habitual y mucho menos mediatizado que su pretensión subversiva. Un altar construido en la prisión Mamertina de Roma, también llamado Tullianum, donde los apóstoles Pedro y Pablo fueron detenidos, es probablemente el monumento más famoso que representa una cruz de san Pedro.
En Francia podemos ver una representación importante de la crucifixión de san Pedro en un ventanal de la iglesia de San Pedro en Aulnay, en Charente-Maritime. Existen otros ejemplos en algunos edificios dedicados al primer papa. Si bien la iconografía sobre el tema es importante ─viene a la mente sobre todo la Crucifixión de San Pedro, de Caravaggio─, el uso de este símbolo en un contexto cristiano es raro. En referencia a Pedro se recuerda principalmente el icono de las llaves del Reino de los Cielos, que se encuentran en los escudos de armas y en los emblemas vinculados al papado.