Tema: Re: Tribuna feminista Miér Jun 14, 2023 8:41 am
marapez escribió:
Lo de las abejas puede estar bien...¿Dónde puedo verlo?
en el cine. Ignoro si está disponible en plataformas.
He leído u oído que han habido quejas de equipos, por llevar el rival en sus filas, personas "trans". Si es falso no tengo medios para comprobarlo. Lo que sí sé es que, salvo en ajedrez, la diferencia entre atletas varones y mujeres es determinante...; Arancha Sánchez Vicario, nunca consiguió ganarle a su hermano, siendo ella una tenista de mayor nivel. Navratilova también probó con otro gran tenista americano del momento, y siempre perdió...; el motivo no es que ellos jugaran mejor, sino la fuerza que conseguían darle a cada pelota.
Y?...
Donde está la gravedad del asunto?
La gravedad del asunto es relativa, pero entenderás que los equipos formados por gente trans, juegan con ventaja frente a equipos exclusivamente femeninos.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna feminista Miér Jun 14, 2023 8:51 am
NEROCAESAR escribió:
marapez escribió:
Lo de las abejas puede estar bien...¿Dónde puedo verlo?
en el cine. Ignoro si está disponible en plataformas.
He leído u oído que han habido quejas de equipos, por llevar el rival en sus filas, personas "trans". Si es falso no tengo medios para comprobarlo. Lo que sí sé es que, salvo en ajedrez, la diferencia entre atletas varones y mujeres es determinante...; Arancha Sánchez Vicario, nunca consiguió ganarle a su hermano, siendo ella una tenista de mayor nivel. Navratilova también probó con otro gran tenista americano del momento, y siempre perdió...; el motivo no es que ellos jugaran mejor, sino la fuerza que conseguían darle a cada pelota.
Y?...
Donde está la gravedad del asunto?
La gravedad del asunto es relativa, pero entenderás que los equipos formados por gente trans, juegan con ventaja frente a equipos exclusivamente femeninos.
Veo que es un gran problema... porque de esos equipos hay... uno o ninguno?
Supongo que sabes que hay criterios basados en análisis hormonales que definen quien puede y quien no participar en una categoría o en otra... Hace mucho tiempo que está regulado.
Tinajas Moderador
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Tema: Re: Tribuna feminista Dom Jun 18, 2023 11:00 pm
A NEROCAESAR, el.loco.lucas, marapez, tiramisu y a Laberinto les gusta esta publicaciòn
Laberinto V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna feminista Dom Jun 18, 2023 11:02 pm
Gracias!!!
Laberinto.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna feminista Lun Jun 19, 2023 3:34 pm
Los violentos de género
Parece el título de una película pero no, no es ficción, los violentos de género existen y no solo los que ejercen violencia física o moral contra las mujeres, también lo son los que la consienten, justifican, hacen apología o pactan gobernar con partidos que han hecho de su existir combatir la libertad de las mujeres y sus razones. Es el caso del PP de Alberto Nuñez Feijóo y Borja Sémper. Ha habido que esperar poco, muy poco, para que los descubramos y no les quedan escondites. Digamos que los pactos de Valencia han sido los desencadenantes del despertar de algunos, pero los antecedentes son tozudos y rotundos. El primer aldabonazo fue el acuerdo de Moreno Bonilla, siguieron los acuerdos de gobierno de Castilla y León, antes, la práctica cotidiana de Madrid, pero más, mucho más. Un fantasma recorre la piel del Estado, el de los violentos de género. El escondite que han elegido Feijóo y los suyos, papelón incluido del moderado Sémper, ha sido la neolengua. ¿Rubia, qué rubia? Gritaba el adúltero sorprendido en el lecho conyugal por su esposa. Es otra película. Pero así es la rosa, el PP y sus voceros mediáticos repiten hasta la saciedad, no que no estén entre los violentos de género, sino, con más desfachatez, que no han llegado a acuerdos lesivos para la democracia con la extrema derecha que un día llevaron en su propio seno fundacional.
Machismo, criminal, y neolengua, dos síntomas inequívocos del ADN del fascismo eterno, diagnosticado por Umberto Eco, dos características igualmente inequívocas de la vuelta al franquismo. En realidad eso es lo que anda permitiendo con sus pasos atrás ideológicos y sus pactos el PP. No es porque haya elevado a vicepresidente de Valencia, en paradoja belmontina, a un torero, allá la tauromaquia y sus espejos, sino porque, con sus pactos, el Partido Popular, en contra de sus propios principios, propagados por Sémper, incluidas sus líneas rojas, ha metido en gobiernos y ayuntamientos un caballo de Troya relleno de franquismo. Lo repentino y la velocidad del acuerdo, junto con la simpleza por escrito de lo acordado, algo sorprendente, se explica porque ya estaba todo previsto, eso sí, oculto; primero por vergüenza y temor electoral y, posteriormente, escondido con la neolengua. Esa que denunció George Orwell como herramienta de los totalitarismos y Viktor Klemperer, el gran lingüista víctima de la barbarie nazi, como el principal artefacto para el advenimiento del nazismo en Alemania. Un vez que ya sabemos que sí, que hay lecho compartido y voluntad de persistir en el adulterio contra la democracia y las libertades, queda la exigencia de contar la verdad y no temerla en engaño a la ciudadanía. Y no por razones demoscópicas, eso que tanto temen los políticos de bajura, sino por principios democráticos.
El PP está entre los violentos de género y de ello habrá que tomar nota. Pueden seguir diciendo y rabiando por derogar el sanchismo, por abatir todo rastro de políticas de igualdad y sus protagonistas, con la complicidad de sus socios extremistas de la derecha franquista de fuera y de dentro, pero queda alguna esperanza en la gente. No será que no estamos advertidos y no solo por Umberto Eco, los catorce síntomas del Ur-Fascismo ya se expresan en las instituciones democráticas, colonizadas en una estrategia igualmente Ur. Convendría reflexionar sobre si ha llegado el momento, de una vez por todas, de derogar el franquismo; no será otra película sino la asignatura que aún arrastramos pendiente de primero de democracia.
Tema: Re: Tribuna feminista Miér Jun 21, 2023 12:45 pm
Sánchez no tiene amigas
Resulta que la medida del fracaso y el error de las políticas identitarias y queer —que no feministas— establecidas por Irene Montero, desde el Ministerio de Igualdad, la tienen los amigos de Pedro Sánchez. Para desmarcarse de lo que aceptó, sancionó e hizo aprobar cuando necesitaba urgentemente unos votos —mírense las fechas— solo se le ha ocurrido afirmar, con ese remedo de empatía, que tiene amigos que se han sentido "incómodos" con este discurso "planteado desde la confrontación". Los amigotes entre los 40 y los 50 te pueden abrir los ojos con su incomodidad y consiguen así lo que no han logrado los gritos de las mujeres, particularmente de las feministas de izquierda y más concretamente de las feministas de su propio partido. Sordo se tenía que haber quedado el presidente del Gobierno en los últimos cuatro años, sordo de los dos oídos, de los gritos del mujerío. Es lo que tiene el machirulismo, que te acerca a la realidad más un susurro de tus colegas machos de mediana edad que los gritos ya afónicos de miles de mujeres. En realidad los amigos de Sánchez no existen, son las cifras que le ha puesto Tezanos sobre la mesa del despacho y la interpretación que han decidido hacer de ellas. Los socialistas han perdido, según esos amigos demoscópicos, unos 800.000 votos masculinos que atribuyen ahora a "los efectos electorales de las políticas feministas de Montero en su votante masculino". ¡Ardo, me inflamo! Es para mear y no echar gota. Esos votos masculinos se han podido mudar por un millar de cosas —modificaciones penales, votos recibidos de Bildu, desplazamiento a la izquierda siguiendo a Podemos, incoherencias, política exterior con Marruecos, Pegasus, represión en las fronteras, manía al líder— pero no, se han ido todos porque "no se puede ir contra la mitad de la población ni estar todo el rato señalándolos porque al final se te van", ha declarado un alto cargo del partido a un diario de Madrid. NO SE ENTERAN. Si de verdad Montero hubiera desplegado la agenda feminista y no la identitaria y los hombres, por muy amigos de Pedro que sean, se hubieran molestado; eso nos tendría que importar una higa. La igualdad no se hace exclusivamente a gusto de los beneficiados por la desigualdad. ¿Queda claro? De Montero lo que importa no es si molestó a los señoros o no, lo que importa y mucho, es que molestó a las mujeres, a las lesbianas, a las feministas —ahora llamadas clásicas, para diferenciarlas de inventos de nuevo cuño— por encima de todas. Aprovecho para informarle al molesto alto cargo socialista de que nosotras ni siquiera es que seamos la mitad, somos más de la mitad de la población. ¿A quién se le ocurrió que aceptando agendas magufas de minorías minoritarias iban por buen camino? Se conoce que a Sánchez, porque sus amigos le alertaron tarde y los intentos de sus compañeras de partido por hacérselo ver acabaron con todas defenestradas, fuera de cargos y listas. No sé el resto, pero yo estoy realmente harta e indignada de que los señoros que se autoproclaman feministas de izquierdas me expliquen cosas. Harta. Y ni siquiera necesito llamarle mansplaining. Es intolerable que incluso pongan en duda si tu feminismo es fetén porque, claro, no es como el suyo y el suyo sí que es de purísima madre. La loca historia del mundo. Si por un casual me indigna que me llamen útero portante, ser menstruante o que conviertan mi esencia biológica en algo tan banal que puede replicarse con un esmalte de uñas, una purpurina, unos tacones o un bolso, entonces es que yo no soy feminista de verdad. ¿Por qué se creen que a Montero y a Pam las perseguían feministas exigiéndoles que explicaran qué es para ellas una mujer? Porque banalizando el sexo, y el peso que este tiene en el rol social establecido, nos banalizan a todas y convierten en absurda la lucha feminista por la igualdad. ¡Hala a escardar cebollinos, tíos! Cuando la mayor parte de los feministos de nuevo cuño nacieron, una ya peleaba siendo la única mujer que dirigía algo o que exigía un puesto de poder donde solo había mambos. Si Sánchez tuviera amigas, si siquiera tuviera asesoras, que tuvieran los pies en el suelo, le habrían explicado que con quién tiene un problema es con las mujeres. Lo tiene él y lo tiene Sumar, que no se ha pronunciado aún, pero que está conformado por partidos y grupos que se han adherido a la modernez queer, la nueva religión de la progresía irreflexiva. Las mujeres, sobre las que no sé si Tezanos le ha dejado datos al amigo Sánchez, en realidad somos unas mindundis, más tontas que un haba, dispuestas a seguir votando al partido de las entretelas así nos pisoteen o nos den una tunda. Nuestro enfado no lo consideran ni las estadísticas. El problema son los señores, oiga, que se sienten incómodos y se van a evacuar voto a otro lado. Sánchez le ha soltado tal cosa a Alsina sin despeinarse, porque ese es el relato que han determinado para intentar devolver a los hombres fugados e incómodos al redil. No tendrá efecto porque no es cierto y porque si lo fuera, llegarían tarde. Nada dicen de que las feministas clásicas hayan llamado "a retirar el voto a los partidos que han abandonado la agenda de las mujeres" y sobre de que ese es el verdadero pecado de Irene Montero y sus amigas. No solo no se han ocupado de la agenda feminista, sino que han promulgado dos leyes perniciosas para las mujeres —ley transgénero y ley del sí es sí— y han alentado el antifeminismo con ellas. El feminismo no vota traidores. Las mujeres no votan irracionalidades ni incoherencias ni, por supuesto, tragan con las frenadas de campaña de quienes no han tenido el más mínimo escrúpulo en tirar décadas de agenda feminista por la fregadera, a cambio de sacar adelante la ley que fuera o de un poco de paz en el gobierno. Sánchez, si quisiera, podría tener amigas que le dijeran la verdad, andan arrumbadas en sus propias filas; podría incluso tomarse en serio la respuesta del voto femenino a tanta incoherencia y tanto error. A cambio, prefiere decir, como un verdadero cuñado, que las cosas son objetivas porque se las comentan sus pretendidos amigos. "Su digestión es espléndida, su juicio es infalible", que diría el muy marxista Brecht.
Tema: Re: Tribuna feminista Miér Jun 21, 2023 10:25 pm
Donde Feijóo ve un "divorcio duro" las mujeres advierten de la legitimación de la violencia machista
Un año de prisión por violencia psíquica habitual contra su exmujer. Fue la condena impuesta, en el año 2002, al que fue la principal apuesta de Vox por Valencia el pasado 28M, Carlos Flores Juberías. La violencia machista ejercida por el candidato ultra y acreditada por los tribunales ha sido ahora legitimada por el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a través de una simple frase: "Fue un divorcio duro".
"Hace veinte años, es verdad. Es un catedrático de Derecho Constitucional, es verdad. Ha cumplido la sanción, es verdad. Se ha producido hace veinte años, es verdad. Tuvo un divorcio duro y conllevó un abuso verbal hacia su exmujer", sentenció durante una entrevista la noche del lunes en la Cadena Ser. Las palabras del jefe de la oposición llegan en un momento crítico: los pactos con la extrema derecha tras los comicios comienzan a materializarse con el ataque a las políticas de igualdad como bandera. El negacionismo de la violencia de género ha dejado de ser una anomalía, la extrema derecha alardea de él y los conservadores ya no sólo callan, sino que abrazan el discurso.
Flores Juberías fue condenado después de que quedara probada la violencia psíquica habitual contra su expareja delante de sus tres hijos menores y una veintena de faltas por coacciones, injurias y vejaciones. "Te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo" fue una de las expresiones recogidas por los jueces. Representantes políticos como Irene Montero, Yolanda Díaz, Pilar Alegría, Andrea Fernández y Gabriel Rufián no han tardado en reaccionar. Bárbara Zorrilla, psicóloga especializada en violencia contra las mujeres, cree que las palabras de Feijóo no sólo normalizan la violencia machista, sino que la "justifican". Las mujeres, abunda, han insistido hasta la saciedad en "la importancia del lenguaje: hay que nombrar a las cosas, es lo que les da entidad". Evitar hablar de violencia machista y esconderla a través de las palabras "fue un divorcio duro", tiene como resultado "legitimar un problema grave y estructural", especialmente cuando viene de "un candidato político capaz de generar corrientes de opinión". El resultado, añade la psicóloga, es que "un sector importante de la población, encabezado por partidos como Vox, está llevando al debate lo que no es debatible" y poniendo sobre la mesa consensos que llevaban años instalados. "Sólo hay una forma de posicionarse ante la violencia: condenándola. Lo contrario te convierte en cómplice".
El mensaje a las víctimas
Según los datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, publicada en 2019 por el Ministerio de Igualdad, el 23,2% de las mujeres mayores de dieciséis años ha sufrido violencia psicológica emocional de alguna pareja actual o pasada. La encuesta determina que las mujeres expresan como forma de maltrato psicológico más frecuente el insulto (20,6%), seguido de la humillación (14,9%) y las amenazas (9,8%). Es, probablemente, una de las formas de violencia más difíciles de identificar y denunciar. Y por eso el efecto de palabras como las de Núñez Feijóo sobre las víctimas puede ser demoledor. "Una de las mayores dificultades es que las mujeres no verbalizan la violencia porque les cuesta reconocerse como víctimas", explica la psicóloga. "Si lo llamamos ‘divorcio duro’ y hacemos ver que es un conflicto cruzado, invisibilizando que hay un maltratador y una víctima, se dificulta que las víctimas reúnan el coraje para identificar el maltrato", en un contexto en el que muchas veces "no encuentran apoyo social y la clase política directamente niega la violencia". El planteamiento introducido el lunes por Alberto Núñez Feijóo "da a entender que hay razones para usar la violencia". Así lo interpreta el exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género Miguel Lorente. En su opinión, sus palabras "justifican la violencia" al incidir en las "circunstancias basadas en la relación de pareja o en la ruptura". Feijóo reproduce así "el argumento de los maltratadores", quienes jamás admiten su papel en el ejercicio de la violencia, sino que utilizan cualquier elemento "vinculado a lo doméstico para justificar" sus conductas. Señalar un "divorcio duro" como pretexto para diluir la responsabilidad del maltratador es además revelador, en tanto que sirve para eximir "al hombre, pero nunca a la mujer: ella no puede maltratar aunque el divorcio sea duro", continúa Lorente. Por lo tanto, no es más que "otra forma sesgada, machista, androcéntrica y patriarcal de analizar la realidad" y que encaja perfectamente con el esquema de "mujeres obedientes y sumisas". Poner el acento en el contexto y no en el agresor, lanza también un mensaje disciplinador a todas las mujeres: se desliza la idea de que "cuando el hombre maltrata a la mujer, es ella la que ha hecho algo para que la maltrate". Y todo esto, aderezado por una circunstancia en la que se detiene Lorente: la aseveración del líder conservador se "basa en lo que él [Flores Juberías] o su entorno le han contado, no en el testimonio de la víctima". El propio Borja Sémper, portavoz del Partido Popular, así lo ha confirmado este martes: "Él recoge algunas de las cosas que nos decían para minimizar la importancia de este hecho". Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, recuerda lo básico: "Desde hace mucho tiempo y gracias a la legislación sabemos que uno de los factores de riesgo en el ejercicio de la violencia tiene que ver con la ruptura de la relación de pareja". Existe una "diferencia considerable" entre estudiar cómo se ejerce la violencia machista partiendo de "ese enfoque", y decir sencillamente que se trata de "un divorcio duro", un análisis que a juicio de la experta supone "legitimar" la violencia contra las mujeres. La situación es especialmente grave, opinan las voces consultadas, porque el mensaje emerge de las mismas entrañas de las instituciones: "Todo lo que sale de las instituciones tiene mucho más peso", analiza Lorente. Lejos de ser un hecho aislado o una simple anécdota, la dirección tomada en los últimos días parece presagiar un futuro sombrío para los derechos de las mujeres.
Tema: Re: Tribuna feminista Jue Jun 22, 2023 12:42 pm
33.209 motivos para votar
33.209 mujeres fueron víctimas de la violencia de género en el año 2022, según los datos del INE que recuperaba la periodista Celeste López este miércoles en La Vanguardia, pero los minutos de radio y televisión de algunos de los programas de mayor audiencia se dedicaron a comentar cómo un presunto agresor, Dani Alves, intentaba exculparse en una entrevista en el mismo rotativo y pedía perdón a su mujer. Es la “única” con la que él cree que debe disculparse pese a que la jueza considera que “existen indicios mucho más que suficientes” de que el futbolista violó a una joven en los baños de la discoteca Sutton de Barcelona. Ojalá el tiempo dedicado a hablar de las excusas de Alves o restar importancia a conceptos como la violencia de género se hubiesen invertido, no ya este miércoles sino muchos otros días, a preguntarse por qué nos hemos inmunizado frente a los asesinatos de mujeres o se resta importancia a que el PP blanquee con sus votos los discursos machistas de la extrema derecha. Al nuevo presidente del Parlament balear, el negacionista Carlos Le Senne, que ocupa el cargo porque Alberto Núñez Feijóo así lo ha querido, habrá que recordarle que, utilizando sus propios términos, las que no tenemos pene también votamos y ojalá todas seamos tan beligerantes como teme y evitemos que personas como él sigan accediendo a las instituciones y decidiendo sobre nuestras vidas. Le Senne lo tiene todo: machista, antivacunas y negacionista climático. Con ese expediente se ha convertido en la segunda autoridad con más rango en les Illes Balears. Eso es lo que ya está aquí y puede empeorar si por desdén o cabreo los votantes de la izquierda se quedan en casa el próximo 23J. Muchos de ellos y ellas pueden acabar siendo los principales perjudicados por las políticas involucionistas que se están poniendo en marcha en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas a modo de aperitivo de lo que puede venir si tras las generales se configura un gobierno entre PP y Vox. Los cambios sociales o políticos no empiezan de un día para otro. Se van alimentando cuando se da voz a un presunto violador sabiendo que la víctima no se puede defender o cuando en prime time se presenta durante meses a empresas de matones como Desokupa como héroes. Vayamos con otro ejemplo reciente. La anterior campaña electoral comenzó con el suicidio de Melanie, una mujer de 56 años, que había trabajado como limpiadora en hospitales durante la pandemia, y a quien la comitiva judicial se encontró muerta en el baño del piso que tenía alquilado en Barcelona cuando iban a desahuciarla. Pero durante las dos semanas posteriores no se habló de Melanie ni tampoco de desahucios. Las cámaras de televisión y las manifestaciones se ubicaron en el barrio de La Bonanova porque daba más audiencia y votos hablar de dos casas okupas que, una vez celebradas las elecciones, no han vuelto a aparecer ni un minuto en los matinales. Sirva este caso para entender que hay una batalla ya perdida: la extrema derecha ha logrado imponer su marco, a nivel mediático y también político, y por eso el presidente del Gobierno insiste en referirse a los hombres de 40 y 50 años a los que incomoda el feminismo. A esos señores les recomiendo que escuchen al expresidente Zapatero cuando les explica que “abrazar el feminismo te hace mejor persona”. Si no quieren hacerlo por nosotras, que lo hagan por ellos mismos. En ‘Esperanza en la oscuridad’ (Capitán Swing y editado en catalán por Angle), la escritora y activista Rebecca Solnit argumenta que la desesperación de la izquierda tiene muchas causas y muchas variedades. Probablemente eso explica que haya asumido como normales algunos de los argumentos de la derecha. Pero Solnit añade que la incertidumbre también puede ser un motivo de esperanza en momentos comparables al actual. El activismo para frenar los retrocesos que se avecinan si la derecha y extrema derecha siguen avanzando ya es en sí mismo uno de esos motivos. La lucha en defensa de los derechos de las minorías no acostumbra a tener efectos rápidos y a veces se reduce a actos de fe. Pero no queda otra que plantar cara. Desde las que defendemos el derecho al aborto, a los homosexuales que ven cómo estos días se retiran banderas arcoiris, a las personas trans que han tenido que escuchar a dirigentes de Vox decir en la tribuna del Congreso que la ley que las ampara “discrimina a quien se pueda sentir un ornitorrinco o Lady Gaga” o los migrantes a los que se quiere negar el derecho al padrón municipal que es tanto como privarles del acceso a la sanidad y la educación. La esperanza, como escribe Solnit, nos sitúa en la hipótesis de no saber qué pasará. Pero es más fácil actuar cuando la incertidumbre es tan amplia. Deberíamos tener claro que bajar la cabeza no es una opción puesto que sería tanto como permitir que se normalice la homofobia o se fomente todavía más el racismo. De ahí que quedarse en casa no sea una opción.
Tema: Re: Tribuna feminista Sáb Jun 24, 2023 10:51 am
Esconder la violencia machista bajo la alfombra
Asistimos estos días a bastantes proclamas altisonantes en las que se asegura que la violencia de género no existe. Los datos oficiales certifican que en los últimos diez años han sido condenados por este delito cerca de trescientos mil hombres, pero estos agresores no existen, ni tampoco sus víctimas. No existen las más de 1.200 asesinadas por crímenes machistas desde 2003. En las últimas dos décadas he tomado declaración como juez de instrucción a centenares de mujeres golpeadas, vejadas o amenazadas, pero estas tampoco existen. Quizás debería dar credibilidad completa a estas arengas negacionistas y no a lo que he visto con mis propios ojos. Quizás deberíamos hacer caso a quienes sostienen sin despeinarse que la violencia machista es una leyenda urbana inventada por hordas de feminazis o por la masonería internacional. Quizás deberíamos ignorar los registros públicos que desvelan que en la violencia en la pareja el 95% de los condenados son hombres y que en la violencia sexual casi el 100% de los agresores son varones. O tal vez sería más apropiado concluir que hay que ser muy machista para ignorar todos esos datos objetivos, para ser insensible ante tanto sufrimiento y para negar una asimetría estructural tan discriminatoria. Algunas voces pretenden derivar la controversia al ámbito terminológico. Afirman con cierta simplicidad que las agresiones contra las mujeres son una forma de violencia familiar, idéntica a las restantes, por lo que debe regularse del mismo modo. Por ello, propugnan suprimir el concepto de violencia de género. Sin embargo, estas conductas delictivas no son equiparables, como lo demuestra la realidad social y su propia naturaleza. Si partimos del total de delitos cometidos en la esfera familiar, la violencia de género contra las mujeres representa el 83%. El resto de las infracciones (agresiones de padres a hijos, de hermanos entre sí o de esposas contra maridos, entre otras) supone solo el 17%. Carece de sentido que el porcentaje mucho mayor de la violencia de género desaparezca como categoría para quedar diluido en el minoritario porcentaje de la violencia familiar. Así solo se lograría invisibilizar la violencia contra las mujeres, para que no se hable de ella, como ha ocurrido casi siempre a lo largo de la historia. Al contrario, cualquier plan de actuación contra la violencia machista implica visibilizar este grave problema y adoptar medidas específicas. Además, la violencia machista presenta unas características distintivas propias. Así lo han expresado los más diversos tratados internacionales en la materia, que explican que las mujeres sufren esas agresiones por razón de género. El Convenio de Estambul es el más relevante en el ámbito europeo y señala que el género es la referencia central para entender este tipo de violencia estructural. La noción de sexo se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres. En cambio, el género estaría integrado por “los papeles, comportamientos, actividades y atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios de mujeres o de hombres”, según el Convenio. Se trata de unos patrones culturales forjados a lo largo de la historia de la humanidad. Según esos roles discriminatorios, hay cosas de hombres, como la caza, el fútbol o el coñac; y hay cosas de mujeres, como fregar, hacer la compra o aceptar que el marido les pegue lo normal.
Formar parte del Convenio de Estambul conlleva aplicar medidas específicas contra la violencia de género, al margen de la que se ejerce entre otros miembros del grupo familiar. Y, precisamente, los países que realizan una gestión más contraria a los derechos de las mujeres son los que desdeñan la realidad de la violencia de género y los que se han opuesto al Convenio de Estambul. Hungría ha rechazado ratificar ese tratado y Turquía se retiró del mismo tras suscribirlo inicialmente. En ambos casos, se puede constatar la presión de sectores religiosos tradicionalistas que siempre han justificado la desigualdad entre mujeres y hombres. En ambos casos, se argumenta que las mujeres no necesitan una protección específica, sino que basta con la legislación en el ámbito familiar. Se trata de discursos idénticos a los de quienes también afirman aquí que no existen las agresiones machistas. En España se aprobó por unanimidad de todos los partidos en 2004 la Ley Integral contra la Violencia de Género. La protección legal de las mujeres ha gozado de un amplio consenso social en estos años. Cuestionar esas medidas específicas sería un grave retroceso. Los negacionistas califican como dictadura feminista o ideología de género a lo que simplemente es el contenido de los tratados internacionales suscritos por España, en la línea de las democracias avanzadas. Esconder la violencia machista bajo la alfombra nos llevaría a la situación de Hungría y Turquía.
Tema: Re: Tribuna feminista Dom Jun 25, 2023 8:25 pm
Las otras fotos
Tenía yo una amiga en París que nos dejó de piedra cuando, al enviar la invitación a su boda, la acompañó de una exigencia sin paños calientes: que los acompañantes que no fueran novios serios, oficiales y con expectativas de una vida en común (no quieres tú poco) no asistieran a su festín. Algunos, los más audaces, vieron en el veto una oportunidad para enroscarse la corbata en la cabeza y no hicieron más preguntas. Aquella noche, la barra libre fue el premio de los menos curiosos. Otros, los más preguntones, buscaron respuesta a sus ansias de acudir emparejados. “Si no son vuestros novios oficiales, no quiero que vengan, porque no quiero mirar las fotos de mi boda dentro de diez años y preguntarme qué narices hacía yo vestida de novia posando con ese tío”.
Debo admitir que he tardado varios años en comprenderlo. La imagen de la que tanto se ha hablado esta semana me ha ayudado mucho. Esa foto carajillera destilando olor a perfume de señores que ignoran (cuando no maltratan) a la mitad de la población. Una foto a la que, además del olor, es fácil poner una banda sonora: un runrún constante de hombres cortándose la palabra entre ellos, quizá terminándose las frases mutuamente, el mansplaining definitivo; hablando unos por encima de otros; uno atrapa una jarra de agua y da la vuelta a las copas. “¿Te pongo agua?” “Soy más de vino!” [Suena una palmada en la espalda] “¡Ya habrá tiempo de tomarse unos vinos!”, podrían estar diciéndose. Se ríen a mandíbula suelta. Algo empieza. Saben que esas caras que hoy son nuevas serán familiares dentro de poco. Todos tienen la boca seca. ¡Qué instante histórico! Sillas moviéndose por el nerviosismo del momento y por las prisas en el acomodo. Carraspean entre risotadas testosterónicas, celebrando en un murmullo triunfalista estar emulando, al dedillo, "Escena de taberna con dos hombres y una mujer", de Velázquez.
Bueno, no. Al dedillo no. Lo malo de las fotos feas es que retienen toda nuestra atención y, de forma inconsciente, dejamos que vayan muriendo en un cajón aquellas en las que salimos resplandecientes. Y España, no lo vamos a negar, ha salido tan guapa en tantas fotos en los últimos años, que sería una pena cederles el honor de definirnos con una instantánea tan burda. Porque no somos eso. Curiosamente, muchas de las imágenes que han marcado los últimos años las protagonizan mujeres. Araceli, la primera mujer en recibir una vacuna al Covid-19; Luna abrazando a un migrante deshidratado recién salido del agua; Sara García, la primera mujer española aspirante a viajar al espacio. Otras fotos contradicen de un plumazo todas las soflamas tuiteras instaladas en el odio: los vecinos de Órzola, (Lanzarote) que saltaron al mar a la luz de sus móviles en medio de la noche para salvar a 36 migrantes que nadaban a duras penas tras ver su patera hundirse; los españoles conduciendo sus propios coches, taxis, camiones, a la frontera con Ucrania para ayudar a los refugiados que huían de los ataques rusos; miles de familias eligiendo conocer en profundidad España en aquel verano post- pandémico, para ayudar al sector hotelero. Roma podía esperar: entonces tocaba “hacer gasto” en casa; Ibrahima y Magatte, dos senegaleses en situación irregular que no dudaron en cubrir con sus cuerpos al joven Samuel mientras el odio le arrebataba la vida a golpes en Coruña. Les molieron a palos pero no se movieron de allí; la desesperación del director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias, rogando dos semanas después de la erupción del Volcán en La Palma que dejásemos de enviar ropa, que no daban abasto con tanto gesto de solidaridad; aquel ciudadano marroquí que trepó por la fachada de un edificio de Zaragoza para salvar a una mujer que, desde la ventana, pedía auxilio mientras su marido intentaba estrangularla con la cuerda de la persiana. Violencia intrafamiliar, lo llaman ahora los de la foto. Sí, esta semana lo entendí todo. La política, como las bodas, te sentará en mesas incómodas, te forzará a soportar anécdotas de un tipo al que mirarías de reojo y no darías ni los buenos días en la fila del pan; te obligará a amagar una sonrisa a regañadientes, a tratar con verdaderos imbéciles. Pero en el momento de la verdad, cuando el más espabilado agarre la cámara de fotos y la cosa se ponga seria, tendrás en tu mano asumir que estuviste allí e inmortalizar el momento, o levantarte de la mesa.
Tema: Re: Tribuna feminista Dom Jun 25, 2023 8:29 pm
Gracias, marapez, por traer esto.
Laberinto.
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Tema: Re: Tribuna feminista Mar Jun 27, 2023 12:17 pm
Pechos descubiertos sobre el escenario, un escándalo a ojos del patriarcado
“Que una mujer enseñe el pecho no es sexual. Nuestros cuerpos no están sexualizados. Lo hace el sistema, la mirada patriarcal y el machismo. El de los hombres no está sexualizado de por sí. Son cuerpos y ya está”. Lara Alcázar, activista y fundadora de Femen Spain es tajante al hablar sobre lo sucedido en el concierto de la cantante Rocío Saiz en el Orgullo de Murcia, donde un agente le obligó a cubrirse los pechos durante su espectáculo.
La artista lleva diez años repitiendo la misma acción cada vez que interpreta el tema Como yo te amo y su primera reacción fue decir que no iba a cubrirse. La organización le pidió que lo hiciera para evitar que se suspendiera el show, ella accedió y continuó con dos canciones más con la camiseta puesta hasta que, en la última –Sobreviviré de Mónica Naranjo– volvió a quitarse la prenda. “Pídeme perdón o te vas esposada”, fueron las palabras que le espetó el agente ya fuera del escenario. “Dije que no y se puso como loco”, explica Saiz a este periódico, “fue un abuso de poder y le dije que no le iba a dar la razón por más que me amenazara”.
Dos días después, la Policía de Murcia ha abierto expediente al agente, tras considerar que su actuación “no fue la correcta”. “Desde el punto de vista de la normativa estatal, nada le impide enseñar los pechos”, dice a este diario Paz Lloria, catedrática de Derecho Penal de la Universitat de Valencia, “está claro que no hay delito”. La jurista especializada en Derechos Humanos Adilia de las Mercedes coincide y plantea que “habría que preguntarse si el policía habría actuado de la misma forma si un artista hombre, como parte de su espectáculo, hubiera enseñado su pecho desnudo. Todas y todos sabemos que existe una alta probabilidad de que a él no se le hubiera aplicado la misma norma”. Iggy Pop, como recuerda Lara Alcázar, “lo lleva haciendo toda la vida. ¿Por qué no puede una mujer hacer lo mismo?”. La jurista Adilia de las Mercedes apunta: “Nos encontramos con un claro caso de discriminación en la aplicación de una norma. En este caso, la Ley Mordaza”. Lara Alcázar apoya su postura, recordando que se trata de una normativa que sigue “activa”. “Cuando nos enfrentamos a situaciones de desigualdad contra un policía, las ciudadanas siempre vamos a salir perdiendo. Las activistas feministas tenemos mucho que perder porque la protesta se criminaliza. Cada vez que lo hacemos, incluso de manera pacífica y simbólica, somos multadas y penalizadas”, explica.
Proteger derechos fundamentales
La portavoz de Femen considera que la actuación de la policía “fue desmesurada. Han hecho bastante el ridículo”. Carmen Zapata, presidenta de la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música (MIM), reconoce a este periódico que están “muy preocupadas” por lo sucedido: “Ya sabemos que los gobiernos municipales que se están creando en los diferentes territorios suponen retrocesos en los derechos de las mujeres. Que alguien se sienta legitimado para unilateralmente ir más allá, habla de lo que todavía está por venir. No se puede permitir que haya policías que actúen como si fueran la policía de la moral y del honor. ¿Qué nos vamos a parecer, a Irán?”. El abogado penalista de Madrid Endika Zulueta asegura a este diario que “la actuación de los agentes es más propia de la policía franquista aplicando la legislación penal derogada de escándalo público, que de un policía con arreglo a usos y costumbres democráticos del siglo XXI”. No en vano, la libertad de creación artística es un derecho fundamental recogido en el artículo 20 de la Constitución Española, que indica que su ejercicio “no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa”. “También están pisando el artículo 9”, subraya Zapata, dado que establece que “corresponde a los poderes públicos –en este caso la Policía– promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas”. Rocío Saiz es rotunda al valorarlo: “No creo que en España tengamos libertad de expresión. Y cada vez tenemos menos”. No es tampoco la primera vez que la cantante se enfrenta a este tipo de problemas por quitarse la camiseta en algún concierto en la Región de Murcia. En 2018 la entonces vocalista de Las Chillers recibió las críticas del PP de Molina de Segura por enseñar los pechos durante el concierto que ofrecieron en el festival de música B–Side. Su espectáculo fue calificado de “irrespetuoso, carente de valores y erótico”. El Ayuntamiento molinense, en aquel momento gobernado por el PSOE, defendió “la libertad de las artistas” y aseguró que no hubo “faltas de respeto”. “Esta vez ha sido exactamente igual pero con más violencia y con la policía”, compara la cantante. Entre todos los reproches que recibió por parte del agente, se incluyó que había alterado el orden público porque se había quitado la camiseta delante de niños. “El hecho de que, dentro de una actuación artística, una persona se desnude, no vulnera derecho alguno, aunque hubiera menores entre el público, pues, en el contexto en que se produce no se trata de una exhibición obscena, como tampoco lo es el que las mujeres tomen el sol en toples en la playa”, aunque cada vez se haga menos, explica Zulueta. La catedrática Paz Lloria suma que “si el responsable de un o una menor está en el espectáculo y no quiere que lo vea esto se lo lleva de ahí y ya está, pero no puede denunciar nada”.
La censura al cuerpo femenino
En los escenarios de la música se muestran los pechos desde hace décadas, por diferentes motivos, desde la reclamación de derechos hasta el calor. Wendy O. Williams, cantante de la banda de punk duro The Plasmatics, lo hacía habitualmente a finales de los 70, como parte de su puesta en escena teatral que denominaban shock rock. En el pop lo han hecho Madonna o Miley Cyrus. En el rock, Courtney Love, Amanda Palmer, Victoria de Angelis de Måneskin y Maja Ibarssson de The Sounds. Las activistas de Pussy Riot también han mostrado los suyos. Y en la música industrial, Genesis P-Orridge al frente de Psychic TV, también lo hacía con frecuencia tras su transición. En 2004, la escapada de su cazuela del pecho derecho de Janet Jackson, involuntaria o no, durante la actuación de la Super Bowl, generó hasta una entrada en la Wikipedia y un debate tan arrollador que tuvo hasta su propio nombre: pezongate. Y también Rigoberta Bandini, que el año pasado revolucionó el Benidorm Fest con su himno Ay mamá y la teta gigante que presidió su puesta en escena. El grupo liderado por Paula Ribó protagonizó su propio destape durante su ultima gira, al tiempo que entonaban: “No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas. Sin ellas no habría humanidad, no habría belleza”. Lara Alcázar de Femen opina que, por encima de todo, lo ocurrido con Rocío Saiz debe servir para ampliar el foco, ya que se trata de un debate que viene de lejos: “La censura de los cuerpos desde la visión patriarcal de los mismos”. De ahí a que señale que el que una artista femenina se quite la camiseta “es una manera de reivindicar y denunciar el doble estándar con el que es leído el pecho femenino respecto al masculino. ¿Por qué a estas alturas el que una performer enseñe las tetas o decida quitarse la camiseta por lo que sea es noticia? ¿Y por qué tiene que ser censurado o reprochable?”. La activista aprovecha para ir más allá y sembrar la duda sobre qué habría pasado si hubiera sido una fan la que se hubiera quitado la camiseta durante el concierto: “Exactamente lo mismo. Me preocupa que no nos enteremos de cosas que ocurren en estos mismos contextos. Una mujer siempre tiene que tener derecho a hacer el uso político y artístico que quiera de su cuerpo”. Alcázar sostiene que desde Femen proponen que las mujeres puedan vivir libres de violencias, y que puedan “hacer uso de su cuerpo o expresarse sin que sea sexualizada. El problema es que se ha sexualizado una vez más que una mujer enseñe el pecho en un contexto no sexualizado”. La activista reivindica que lo ocurrido con Rocío Saiz no debe llevar tanto a promover un discurso alarmista, pero sí ser conscientes de que no se pueden dar pasos hacia atrás: “Tenemos que blindar lo que ya tenemos y reforzar la idea de que no podemos bajar la guardia nunca. Hemos avanzado a nivel cultural a la hora de entender ciertas cosas y hay que seguir luchando porque no se quede estático”.
Una lucha que, además, debe ser necesariamente colectiva: “Individualizar las luchas nunca es interesante. Lo interesante es llevarlo a que sea un cambio social general, donde todo el mundo entienda que el cuerpo de la mujer dentro del espacio público y privado es exclusivamente pertenencia de ella misma. Que se exprese con más o menos ropa no da derecho a censurarla, insultarla ni reprenderla”.