Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Lun Jun 26, 2023 11:00 am
La rana y el escorpión o por qué pactan los partidos
Dice el cuento de la rana y el escorpión que el escorpión le pidió a la rana que lo cargara a sus lomos para cruzar el río, a lo que la rana le dijo: "¿Cómo sé que no me picarás?" El escorpión respondió: "Porque tú morirías y eso haría que ambos nos ahogáramos". La rana aceptó; y a la mitad del río el escorpión picó a la rana. Cuando el moribundo batracio preguntó a su verdugo: "¿Por qué… si los dos vamos a morir?", el escorpión respondió: "Es mi naturaleza". Algo así les pasa a los partidos cuando tienen que llegar a acuerdos con formaciones no muy cómodas: Está en su naturaleza.
La naturaleza de todo partido político es alcanzar cuanto mayor cota de poder mejor. Una de sus funciones más importantes es articular los intereses de la sociedad y representarlos en las instituciones y en los ejecutivos, algo que harán en la medida en que consigan esas cotas de poder. En eso consisten las democracias liberales y nadie debería escandalizarse, es plenamente legítimo.
Se podría plantear que algunos de estos pactos pueden dañar gravemente al partido mayoritario, como desde sectores progresistas se piensa al conocer los perfiles de quienes, en virtud del acuerdo PP-Vox, van a presidir asambleas autonómicas o a ostentar cargos relevantes en los gobiernos, o al ir desgranando los pocos contenidos de los acuerdos que ambas formaciones están alcanzando. Sin embargo, a tenor del resultado de las elecciones municipales en Castilla y León –donde PP y Vox ya gobernaban juntos–, tal daño no parece que se esté produciendo. Por tanto, cuando no existe el peligro de un fuerte castigo electoral, el Partido Popular responde a su naturaleza y pacta lo que sea necesario para alcanzar el poder institucional. Considerar que hay límites frente a la extrema derecha, como los que sugirió en alguna ocasión Ángela Merkel, está muy lejos de la vida política española. Los partidos políticos, como cualquier organización, se mueven por incentivos, y responden de la manera que consideran más útil para alcanzar sus objetivos. Que la estrategia sea buena o mala ya se verá, pero lo que es impensable es que actúen de forma contraria a su naturaleza. En este caso, el respaldo de sus electores y la necesidad de acuerdos para llegar a los gobiernos apuntan en la misma dirección. Cosa distinta es que compartir gobiernos lleve al PP a situaciones más que embarazosas, como ocurre ya en Castilla y León. ¿Qué haría un hipotético gobierno PP-Vox cuando tuviera que ir a Naciones Unidas a rendir cuentas sobre el progreso de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, si como vicepresidente tiene al líder de un partido que quiere “tirar a la basura” (según se ve en una lona publicitaria) la propia Agenda 2030? ¿O se va a convertir el PP en un partido contrario a Naciones Unidas y al multilateralismo? Los populares saben que la extrema derecha les puede picar como el escorpión, pero en la naturaleza de ambos está alcanzar el poder. Lo que ocurra después, mientras estén cruzando el río, ya se verá. De ahí que sorprenda la ausencia de una estrategia debatida, meditada y ponderada de la dirección del Partido Popular a la hora de plantear los pactos con la extrema derecha. Tanto, que bien podría pensarse que, o es algo premeditado, o hay un vacío estratégico, como sugería aquí hace unas semanas. ¿Qué decisión más importante tenía que tomar el PP desde hace dos años? No debe olvidarse, por otro lado, que Vox también se presenta a las elecciones y también necesita mandar un mensaje de fortaleza a los suyos, haciendo ver que sus votos son útiles en la medida en que obligan a su compañero de bloque a hacerles sitio en los gobiernos o a asumir sus preceptos ideológicos. Por eso es tan importante para Vox el acuerdo en la Comunidad Valenciana, en el que ganó por goleada, y por eso Abascal lo recuerda cada vez que tiene ocasión. Hasta dónde llegará el pulso en Extremadura está por ver, pero los sondeos deben andar echando fuego. La naturaleza de Vox le llevará a agotar los tiempos, y la del PP, visto el panorama nacional y la necesidad de compensar otros acuerdos, a retrasarlos al máximo. Cumpliendo también con su naturaleza, la izquierda hace lo posible por evidenciar lo que estos acuerdos suponen, en la confianza de que detendrá así las fugas de voto del PSOE al PP (un 9% según los últimos estudios), y de que el electorado progresista se movilizará como reacción a los acuerdos del PP con la extrema derecha. Esa es, sin duda, una de las grandes incógnitas de esta campaña, que los sondeos irán desvelando conforme avance. Quedan cuatro semanas y los últimos datos nos dicen que el 28M el 34% de los votantes eligieron ir a votar y se decantaron por la papeleta en la misma campaña electoral. Hay partido, y va a ser intenso. Cada cual actuará según los incentivos que encuentre para cumplir con su naturaleza.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Lun Jun 26, 2023 3:31 pm
Yo siempre firme del mismo lado, Marapez.
(Sabes que lado)
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Mar Jun 27, 2023 12:24 pm
Guardiola: o acepta a Vox como animal de compañía o la echan
Era 20 de junio. Se abrió el telón y sobre las tablas apareció la popular María Guardiola. La de la coherencia, la de los principios, la de las líneas rojas: “No puedo dejar entrar en el gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera una bandera LGTBI”. Sus palabras cayeron como una bomba de neutrones en un PP que ya había aupado al gobierno de Valencia, a los de decenas de ayuntamientos y a la presidencia de varios Parlamentos a sus aliados de Vox. Sí, a los del trazo grueso, a los que pisotean los derechos de las minorías, a los que niegan la violencia machista, a los antiabortistas, a los ultracatólicos y a los que dicen que “la mujer es más beligerante porque carece de pene”. Guardiola se convirtió en unas horas en referente ético de una política con límites en la que el fin no justifica los medios ni se antepone el poder a los principios. Para algunos, claro. Para otros, para la derecha mediática, estábamos ante “una traidora”, “una señora que no sabe hablar, ni escribir, ni conoce la historia de España”, de una “tonta, mala y relevable de inmediato”, de “una chaquetera”, de “la niña del alcornoque”... De alguien, en definitiva, a quien había que “mandar a fregar” y “tirar por la ventana”. Y nadie dijo nada. Su partido calló. No es Feijóo de esos que sacan la cara por nadie. Y menos si para ello tiene que enemistarse con ciertos comunicadores. Tampoco lo hizo Sémper, el moderado, el que volvía para rebajar el ruido, regar de centralidad al universo popular, descender los decibelios y acabar con “los insultos y las descalificaciones”. Ante el mutismo de ambos, hablaron Aguirre y Ayuso, y no para defender precisamente a la extremeña de los ataques, sino para enmendarle la plana. Un poco más y la mandan a fregar, como hizo uno de sus comunicadores de referencia. 26 de junio. Guardiola se retira de la escena y envía una carta a los militantes del PP extremeño en la que descubre, de repente, la importancia del diálogo con los ultras y de alcanzar un acuerdo con Vox. Todo ello después de que uno de sus asesores haya presentado su dimisión, por la infame publicación de unos audios privados en los que hablaba del partido de Abascal. Principios de quita y pon. La coherencia, ni se compra ni se vende, simplemente se trae o no de serie, pero Guardiola ha pasado en sólo seis días del “conmigo, no” a “estoy dispuesta a seguir negociando”. Ha acatado, obediente, la consigna de Génova para que piense no sólo en el posible pacto PP-Vox en Extremadura, sino en el que necesitaría Feijóo tras las elecciones del 23J. Porque lo de la mayoría absoluta no lo prevén ni las encuestas propias, que ya han detectado que la curva ascendente provocada por la euforia del 28M se ha estancado. O porque el ruido ha cambiado de bando por la disparidad de criterios dentro del PP o porque los de Abascal realmente asustan y mucho al personal.
Los estrategas ya han recomendado a Feijóo que se comprometa públicamente a no hacer vicepresidente al líder de Vox. No lo hará porque sabe del coste a pagar en esa parte del electorado que votó extrema derecha y hoy duda si volver al PP y porque prefiere que la presión tras el 23J, en el caso de que su marca fuera primera fuerza, recaiga sobre el PSOE. Sólo una abstención del partido de Sánchez libraría al PP de un gobierno de coalición. Lo que quiere Feijóo y el camino que abonan algunos de sus altavoces mediáticos es un Déjá vu de 2016, como si el PSOE de hoy fuera el de antaño. Pinchan en hueso. O hay un gobierno PP-VOX o habrá repetición electoral. Hasta entonces, ya se puede anticipar el final de la representación de Guardiola: o acepta a Vox como animal de compañía o la echarán.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Mar Jun 27, 2023 12:27 pm
Cuanto más unión haya entre el PP y Vox más posibilidades hay de batacazo del PP en las generales. De momento la cosa pinta bien. Quizá el adelanto electoral haya sido una jugada maestra.
Laberinto V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Mar Jun 27, 2023 12:32 pm
el.loco.lucas escribió:
Cuanto más unión haya entre el PP y Vox más posibilidades hay de batacazo del PP en las generales. De momento la cosa pinta bien. Quizá el adelanto electoral haya sido una jugada maestra.
Lo mismo pienso yo...igual hay sorpresas para la derecha...
Laberinto.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Mar Jun 27, 2023 12:43 pm
Yo tengo el ay en el cuerpo.. Hasta el 24 no sabré si compro el billete o no.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Miér Jun 28, 2023 1:03 pm
Una cabeza de caballo
“El PP ya ha perdido 15 días de precampaña en sus enredos con Vox”, titulaba el ABC en su portada del martes 27 de junio. “Sus propias acciones han alimentado un eje de discusión que anhelaba Sánchez para las elecciones generales”, se destacaba, más que para continuar la información, para asegurar la reprimenda. Al ABC hay que leerle como lo que es, el boletín de la derecha de grapa y orden, su orden. Un rotativo sin alharacas dirigido a señores cuya máxima excentricidad es vestir de beis el domingo. Por eso el toque de atención importa, por lo que dice, por quién lo expresa y por su destinatario. Por si alguien tenía dudas, ese impersonal “PP” del titular se completaba con una foto de Feijóo, sonriendo algo atolondrado, flanqueado por Cuca Gamarra y Dolores Montserrat.
El conflicto para ABC, claro, no es que el PP pacte con Vox, sino que pierda el tiempo en enredos que, si lo pensamos, es una palabra muy propia de la comedia de costumbres o del rapapolvo a un subordinado: “déjese usted de enredos, Núñez”. El tema para el rotativo, probablemente para una gran parte de la derecha española, es que ahora existen unos chicos más que excesivos, obvios, con los que es mejor entenderse de manera discreta y rápida para que el camino a la Moncloa, ahora llano, no se vuelva sinuoso. Lo interesante es que en el subtítulo aparezca Sánchez, que nada tiene que ver en la ecuación conservadora. Traducido: ojo que el cabrón del guapo nos la lía. Más miedo que vergüenza.
El caso es que a nivel táctico el ABC tiene razón. Al PP los pactos con Vox no le van a pasar factura porque su electorado no está para menudencias morales. Entre "derogar el sanchismo" y meter en las instituciones a unos tipos que, si pudieran, sustituían el Código Civil por un Antiguo Testamento, ya no hay dudas. La cuestión es que esa parte de la sociedad a la que la política le resbala es posible que empiece a ver con alarma lo que significa realmente Vox. Porque una cosa es parapetarse detrás de la bandera, al calor de unas guerras culturales que en demasiadas ocasiones el progresismo les sirve en bandeja, y otra bien diferente quitarse la careta de rebeldes y mostrar la jeta de fascistas. Don Federico, ese señor que ya de buena mañana va espídico, leyendo el santoral y repartiendo insultos, en un estudio de radio que parece la teletienda del anticomunismo, opina de manera parecida al ABC y se ha empleado a fondo contra María Guardiola, la candidata popular extremeña a la que se le ocurrió poner los principios por delante de los resultados. Ya han metido en vereda a Guardiola, que ahora anda desdiciéndose y mandando mensajes a Vox llenos de caritas sonrientes y corazoncitos. La cohabitación entre PP y Vox es, en primer término, aritmética electoral. Pero, sobre todo, es la operación para que los populares acaben deslizándose hacia el camino de la restauración reaccionaria, con epicentro en Sol y objetivo de transformar este país en otra cosa bien distinta a lo que conocemos desde 1978. No se trata, por tanto, de que Vox sea el peaje que el PP tiene que pagar para llegar a Moncloa, sino que Vox es la coartada para que el PP acabe postrado de su lado más reaccionario sin pudor. Nunca se trató de Extremadura, que para esta gente sólo es un paraje donde ir a matar bichos con la escopeta. Cada insulto que ha recibido María Guardiola no es más que una cabeza de caballo en la puerta de Génova puesta por quienes depusieron a Casado. Don Federico lo suele reconocer cuando instruye a su audiencia como el maestro que no confía demasiado en la inteligencia de su alumnado: votar a Vox vale para que el PP no se salga de la vereda. El problema es que él mismo reconoce que Vox ha dejado de ser esa escisión que le fabricaron a Rajoy para medirle el lomo, convirtiéndose en algo bastante más inquietante que mezcla el tutelaje de sectas ultracatólicas, el populismo trumpista y la nostalgia de 1939. O sea, que lo que probablemente reconozcan en privado, cuando la luz roja se apaga, es que su plan para que el PP no se vuelque del lado liberal es haber alentado un experimento tan incontrolable como peligroso. Ya les bajaremos del monte, ya les meteremos en la jaula. Ya. En el PNV, que son el ABC de lo vasco, andan tomando posiciones para lo que se prepara y por boca de su portavoz, Aitor Esteban, ya han puesto encima de la mesa lo que algunos comentan en privado: que el PSOE facilite gobiernos del PP en solitario. La entrevista que concedió Feijóo hace una semana en Hora 25 tuvo un pasaje interesante, que pasó desapercibido, donde se refirió a los nacionalistas vascos y el PSE, exigiendo respeto después de que su partido facilitara algunas alcaldías y diputaciones. “¿Cómo van sus relaciones con el PNV?”, preguntó Bretos, a lo que el líder popular respondió, tras hacer una pausa para beber agua, que había tenido “muy buena relación con el lehendakari Urkullu, no se lo oculto. Es verdad que el lehendakari es una cosa y el partido otra, pero yo me he entendido con él”. Si la derecha gana las próximas elecciones generales, el gobierno entre PP y Vox será un hecho. Unos pensarán que Feijóo bastará para tener bajo control a los ultras, otros desearán que los ultras tengan bajo control a Feijóo. Ninguno podrá garantizar que, en el recorrido, este país se deslice hacia ese escenario donde los recortes no serán sólo a los servicios públicos, sino también a los derechos. Puede que algunos crean, como el PNV, como una parte del PSOE, esa que no va a pegar un cartel con la cara de Sánchez, que para evitarlo lo mejor sería facilitar un Gobierno en solitario del PP. No serán pocos desde el progresismo los que, en nombre de la cordura, apelen a esta maniobra. Sería interesante que esta posibilidad se diera. Sobre todo porque comprobaríamos una realidad de la que casi nadie parece querer darse cuenta, y es que, llegados a este punto, son muy pocos en la derecha los que quieren volver de forma sincera al centrismo. Porque para ganarse un voto que facilitara su gobierno sin Vox, el PP tendría antes que acordar no tocar ninguno de los avances en materia social que se han dado en esta legislatura. Y eso no depende de Feijóo, sino de lo que Sánchez resumió en el mismo programa de la SER en su entrevista de este lunes: “La gran paradoja es que no tenemos oposición política. Hay oposición en determinados grupos mediáticos y hay un poder económico que señala el camino a la oposición mediática [...] Hay personas que han creído siempre que este país es suyo, no le quepa ninguna duda". No se trata de que exista la posibilidad de dejar fuera a Vox de la Moncloa, se trata de que los principales interesados en formar un nuevo gobierno no tienen la autonomía suficiente para explorarla, porque ni pueden hacer cesiones en materia económica, ni sus tutores mediáticos van a permitirles un paso en falso por la senda que ellos les marquen. Se trata, sobre todo, de que la cuestión no es dirimir si Feijóo es un señor sensato, uno de esos cuya máxima excentricidad es vestir de beis el domingo, sino que la forma en que llegó al poder en Génova le hizo firmar una hipoteca que marcará, si tiene ocasión, el destino de todo un país.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Sáb Jul 01, 2023 11:19 am
Y el PP se acuesta con Vox
Este año la fiesta del Orgullo LGTBI se celebra bajo la sombra del águila negra que han alumbrado los pactos locales entre el PP y Vox. La ultraderecha arremete contra ellos y contra el feminismo como primeros objetivos y el PP lo asume, sin escrúpulos, por hacerse con el poder y sobre todo la llave de la caja fuerte. Asistimos a un repugnante mercadeo con los derechos de las personas a cambio de sillas. El paso siguiente que persiguen es la Moncloa. Por primera vez en décadas las banderas características serán suprimidas de la fiesta por voluntad de los nuevos mandatarios ultraconservadores. Banderas que fueron tomando colores y vida. La del arcoíris nació en San Francisco en 1978, fue el año en el que la España de la Transición despenalizó la homosexualidad, aunque la siguió considerando una enfermedad psiquiátrica hasta 1995. La normalidad llegaría en 2005, cuando tras meses de gestación y protestas se aprueba la ley del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y cuanto tal condición lleva implícito. Fue el tercer estado en el mundo que lo autorizó tras Países Bajos y Bélgica. Muchos otros siguieron su ejemplo. Aunque aún persisten quienes penan las relaciones homosexuales incluso con la muerte. De ser pioneros, ahora vamos marcha atrás a gran velocidad. La involución no descansa. Hay urracas de dormitorio a quienes les importa con quién se mete cada uno en la cama, asombrosamente. Quizás sí deberíamos atender a ciertas uniones por cuanto vemos implica la entrega del PP a Vox en busca de poder. La política no se hace para zumbarse en las tertulias, se hace para las personas e influye en sus vidas. En 2005 realizamos en Informe Semanal de TVE un reportaje sobre el Orgullo Gay. La primera gran celebración había sido en Barcelona en 1977. Se fueron convirtiendo después en masivas y con las nuevas leyes socialistas se extendía esa realidad que ahora la involución ultra vuelve a negar y rechazar. Música, carrozas, maquillaje, fiesta, el orgullo gay en las calles, y detrás de la fachada del espectáculo, mucho trabajo y lucha, historias personales y colectivas, buscando un derecho que les fue negado durante toda la dictadura. Antonio Ruiz lo vivió en carne viva como víctima. Una noche de 1976, muerto Franco, se le ocurrió confesar a su madre que le gustaban los chicos. Ella quedó desolada, él salió impactado por la reacción. Cuando volvió a casa se encontró un conclave familiar queriendo regenerarle. Incluso una monja que él no conocía y le denunció. A las 6 de la mañana cuatro policías secretas fueron a buscarle “para hacerle unas preguntas en comisaría”, me contó. Fueron tres días de interrogatorios pidiéndole nombres de otros homosexuales. Es uno de los textos que quise guardar -y no por casualidad- entre las decenas y decenas de reportajes que hice. Difícil de olvidar su regreso, con nosotros, a la cárcel de Valencia ya deshabitada, donde fue ingresado con 17 años en 1976, en virtud de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social. Había sido aprobada siguiendo los pasos de la de Vagos y Maleantes vigente durante la mayor parte de la dictadura. Ambas incluían entre sus destinatarios a prostitutas, vagabundos y homosexuales. Ésta, con un supuesto contenido social, pretendía la curación de la que se estimó era una enfermedad que conducía a la delincuencia. La celda estaba en un pasillo a la derecha, Antonio apenas hizo un gesto. Allí estuvo encerrado y le violaron repetidamente. Su destino final fue Badajoz, la cárcel especializada en los llamados homosexuales activos, o mixtos, como fue considerado él. Los pasivos iban a Huelva. La rehabilitación para recuperar la hombría heterosexual consistía en coser balones de fútbol. Antonio había iniciado ese camino que sigue por no encontrar trabajo tras salir de prisión y tener antecedentes penales y muchas otras incidencias que no debieron ocurrir. Antonio Ruiz tuvo un gran coraje al iniciar y lograr la reivindicación de los presos sociales de la dictadura: la reparación moral y económica de los homosexuales encarcelados por el franquismo (unos 4.000) y que sus expedientes pasasen al archivo histórico. Pero se le notaba la profunda huella emocional que le dejó semejante maltrato. Confío en que los años transcurridos y sus logros personales le hayan ayudado. Ésa es la España que revive en los hijos naturales de la represión fascista y su peculiar sentido de la moralidad. No es lo mismo, claro. De momento. En Padua, Italia, [url=https:// https//www.rtve.es/noticias/20230622/padua-da-primer-paso-para-impedir-hijos-parejas-homosexuales-tengan-dos-madres-italia/2450241.shtml]la Fiscalía está suprimiendo del registro civil por las leyes Meloni los nombres de las madres no gestantes de parejas del mismo sexo[/url]. En España, según alertan, empiezan a volver a meterse en el armario quienes fueron saliendo al gozo de la realidad y consolidándola hace dos décadas. Tal era ya, a pesar de insultos y desprecios, que por ejemplo Chueca -el barrio madrileño LGTBi por excelencia- ha votado masivamente al PP el 28m. Escasa previsión, sin embargo, no saber que con la derecha extrema española ningún derecho está asegurado para siempre. Resulta inquietante pensar en cuantos han nacido en libertad en ese tiempo, viviendo con su propia opción sexual, y descubran que les quieren considerar anormales y proscritos. Hay motivos de preocupación. Tras la diversidad sexual, la ultraderecha se dirige a intentar anular también el feminismo con el baluarte de la negación de la violencia machista. No importa que este mismo jueves, tres tipos asesinaran a sus parejas o ex parejas de forma brutal: navajazo en la yugular y otras zonas o lanzamiento por la ventana. A quienes osan decir que el Ministerio de Igualdad no ha parado esta lacra hay que oponer lo que desde hace muchos años sabemos: no hay en ningún país leyes, ni policías suficientes en tres turnos diarios, que protejan a las mujeres de la violencia que desatan las ideologías contra ellas. Es ése el factor determinante. No es casual que la alianza PP/Vox arranque con tal fuerza en estos objetivos. La profesora Àngels Martínez Castells esbozó una teoría posible de los porqués: “El fascismo se mete por todos los reductos. Y se agazapa y anida también en la vida privada, por eso sobrevuelan los viejos caserones y los pisos mínimos del extrarradio las urracas que olisquean los fluidos de la vida. Pero lo del PP Y VOX va mucho más lejos. Hasta el desafío de los tabúes naturales. PP y VOX ni siquiera son medio hermanos. Su linaje, sus abuelos y padres, son los mismos. Por su obsesión homófoba, misógina y por la ”pureza“ familiar (léase también de la raza)”.
Es decir, esa pueril y dañina obsesión ultraderechista que el PP ha lanzado como un proyectil sobre la sociedad española. Mientras, lava y lava la prensa sucia esta aterradora combinación que ya da sus amargos frutos. Y medios “normales” abordan con normalidad lo que no lo es. Es un ataque frontal contra las libertades auténticas. Hasta esa palabra ha dañado el PP con su slogans para dummies y cayetanos de las terrazas en mortal pandemia. Cada paso contra la libertad que se cede cuesta el doble remontarlo. Quienes han vivido una lógica normalidad teniendo opciones sexuales diferentes a esta plaga ¿van a renunciar a ella? ¿Van a esconder sus relaciones? ¿estigmatizar a sus hijos? Sospecho que no. Nunca he entendido por qué las urracas se meten a olisquear en camas ajenas, pero veo que sí había que estar alerta al amancebamiento de PP y Vox. Se acuestan juntos y parece que -según su propia ideología- eso es verdaderamente punible. Sin duda, muy peligroso sí es.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Lun Jul 03, 2023 12:52 pm
P'alante o p'atrás
La celeridad y la premura con que el PP ha cerrado unos pactos donde la ultraderecha ha obtenido cuanto había demandado -seguramente en Vox aún se estén preguntando si no deberían haber pedido más- han reconfigurado de manera inesperada, al menos para los estrategas populares, la dicotomía que deberemos resolver con nuestro voto el 23J. Hay que agradecérselo porque así ya sabemos todos a qué andamos y nadie podrá alegar después que no se había enterado bien o le informaron mal. Vox ha expuesto con absoluta claridad cuál es el programa ideológico que pretende desarrollar desde las instituciones. El PP ha mostrado con aun mayor nitidez y urgencia su disposición a permitir que la ultraderecha libre sus guerras culturales contra las vacunas, los penes o las tetas desde las instituciones mientras los populares se ocupan de los asuntos importantes. El pacto no puede resultar más diáfano en todas partes, desde Extremadura a Valencia. Vox les da sus votos a los populares para que gobiernen la economía y las cosas de comer y, a cambio, el PP le abre la puerta de las instituciones para librar desde ellas sus cruzadas ideológicas. Así de sencillo. Así de natural El ruido ha cambiado de lado y ha modificado el significado de lo que decidiremos en las generales de julio. No se trata de elegir entre la peor o la mejor España, o entre parar o no parar a la ultraderecha o a Bildu, o escoger entre Sánchez o España, ni siquiera va de Sánchez sí o Sánchez no. Se trata de decidir entre progresar o regresar, entre completar los cambios de esta legislatura o dejar que los tiren a la papelera. Por fin sabemos qué significa exactamente eso de “derogar el sanchismo”: ir p'atrás lo que hemos ido p'alante. Con su voto decide usted si prefiere seguir progresando, aunque sea con contradicciones y a veces a rastras, en el sentido de un Estado que intervenga activamente en la economía y una fiscalidad que reequilibre, aunque sea sólo un poco, el esfuerzo de las rentas del trabajo y la rentas de capital; o prefiere regresar a un Estado testigo del mercado, amigo, y una fiscalidad que vuelva a transferir de manera masiva recursos comunes a manos particulares, por medio de exenciones fiscales diseñadas para beneficiar a quienes más tienen y financiar con dinero público sus decisiones privadas.
Con su voto decidirá si quiere seguir caminando, no pocas veces con errores y contradicciones, en la dirección de reconocer y garantizar la pluralidad, la diversidad y el derecho a vivirlas de manera plena; o prefiere barrer todo a la papelera, tratando de regresar a aquella España uniforme, en la cual todos éramos españoles, católicos, heterosexuales, castellanoparlantes, el padre de familia tomaba las decisiones porque el padre siempre sabe qué es lo mejor y todos cuantos no encajaban en el perfil de la gente de bien eran excepciones, que se permitían siempre que no molestasen, supieran cuál era su sitio y cuáles eran los límites. El Hormiguero, el programa de referencia de la política española, lo ha escenificado de manera sublime la semana pasada con las comparecencias ante Pablo Motos por parte de Pedro Sánchez y Núñez Feijóo. Primero, un español de bien -por supuesto, apolítico- pidiéndole explicaciones a un mal español -por supuesto, un político- que se junta con gente de mal para hacer cosas poco españolas. Al día siguiente, dos españoles de bien -por supuesto, apolíticos ambos- conociéndose y celebrando la amistad entre hombres bien entendida. Como debe ser.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Miér Jul 05, 2023 10:50 am
Censura: las obras que el PP y VOX no quieren que veas
Cuando se estrenó Lightyear, el pasado año, la película infantil fue censurada en más de una docena de países de Oriente Medio y Asia. La razón por la que los gobiernos de esos Estados prohibieron este filme de Pixar fue una escena en la que se besan dos mujeres. En muchos de esos países, la homosexualidad es considerada todavía hoy un delito. Son noticias que llegaban a España de vez en cuando y que escandalizaban en pleno siglo XXI. Ahora, las noticias no vienen de fuera. Aquí, en España, en pleno siglo XXI, se han comenzado a retirar banderas LGTBIQ+ de las instituciones y se están prohibiendo contenidos basados en los derechos de las personas. En 2023, hace solo unos días, la misma película ha sido censurada por el mismo motivo en España, en concreto en Santa Cruz de Bezana, un pueblo de Cantabria. Allí, el nuevo equipo de gobierno compuesto por PP y VOX ha decidido suspender la obra de animación del cartel de verano propuesto por el equipo saliente socialista. De este modo, en vez de Lightyear, este 7 de julio se proyectará en el pueblo Los tipos malos, donde cinco delincuentes tratarán de portarse bien.
No es la primera vez que en España se censuran obras. Sin abrir el capítulo de la dictadura franquista, un motivo recurrente de prohibición en democracia ha tenido que ver con la religión católica. Y, de hecho, sigue vigente en el Código Penal el artículo 525, que castiga la ofensa a los sentimientos religiosos. Allá por el año 2013, Estrella sublime copó varios días titulares de prensa por la censura en algunos ayuntamientos gobernados por el PP. La obra de teatro se basa en un diálogo entre la Virgen y una camarera a la que se le aparece. Lo que está ocurriendo ahora, sin embargo, sorprende por la acumulación y la repetición del patrón. El de Ligthyear no ha sido el único caso de censura o de cambio de programación “por una cuestión de presupuesto” –como alegan algunas administraciones– que se ha producido con la llegada de la ultraderecha, junto con el PP, a las instituciones municipales. El clásico Orlando, de Virginia Woolf, cuyo protagonista cambia de sexo, ha sido prohibido por VOX en el Ayuntamiento de Valdemorillo (Madrid), donde el partido de extrema derecha dirige la concejalía de Cultura.
Tampoco le ha gustado a VOX La villana de Getafe, de Lope de Vega, que se representó en esta localidad madrileña, donde gobierna el PSOE, el pasado 25 de junio. Han pedido que se retiren las «insinuaciones sexuales».
Del asturiano a la memoria
No obstante, las temáticas a la hora de la censura son variadas. En Palma de Mallorca, donde el PP gobierna en solitario, la actriz Ann Perelló ha denunciado la cancelación de la obra NUA, una radiografía de los trastornos alimenticios. Según explicó la actriz, les comunicaron que la obra no se ajusta a la “la línea de espectáculos que se programarán con los nuevos cambios de gobierno”.
Los avisos también han llegado a Gijón, donde VOX ha anunciado su intención de no programar música en asturiano. El manifiesto Música n’asturianu SÍ denuncia una “vulneración de derechos gravísima”. «Te dirán que vives en una dictadura woke, pero en realidad los dictadores son ellos”, ha escrito Rodrigo Cuevas, que acaba de lanzar Cómo ye?!, un single con el que, como es habitual en el artista, rinde homenaje a su tierra y, por supuesto, al asturiano. El tema, además, promete ser una de las canciones del verano. Al mismo Cuevas ya lo avisó VOX tras sus declaraciones en el programa de Jordi Évole, en las que denunció haber sufrido mucho más acoso por su orientación sexual en Oviedo que en su pueblo, Rodiezmo.
Citación :
Y dempués te dirán que ellos son los de la llibertá llingüística y que tan escontra les imposiciones. Yo creo que lo qu’hai que facer ye usar más y más l’asturianu. Van tener taza y media https://t.co/uz2Wo429YZ — Rodrigo Cuevas (@RodrigoCuevasG) June 24, 2023
A solo tres semanas de su representación, el Ayuntamiento de Briviesca, gobernando por el PP, ha cancelado El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca, de Xavier Bobés y Alberto Conejero, que cuenta la historia del maestro republicano Antoni Benaiges. Según denuncian los creadores, el consistorio alega cuestiones económicas que no cuadran con las conversaciones mantenidas: «La obra se ocupa de la figura de Antoni Benaiges y de su concepción de la escuela como un espacio de dignidad y de libertad. Benaiges impartió clases en Bañuelos de Bureba, de 1934 a 1936. La capital de la Bureba es Briviesca. Es por eso que la cancelación de la función precisamente allí nos resulta sombría por las resonancias con la historia«.
Atendiendo a los discursos mantenidos en los últimos días, es posible que la lista de vetos continúe. El escritor Nando López, autor de Los elegidos (Destino), una novela sobre la homosexualidad ambientada en el franquismo, ha dejado en Twitter, por si acaso, una sugerente lista de obras en las que la derecha y la ultraderecha podrán encontrar “sus valores rancios, retrógrados y discriminatorios”. Y, atención, el listado empieza por la Biblia.
Citación :
Virginia Woolf, Lope de Vega… Las hogueras de la ultraderecha están ocupadísimas buscando ficciones que ataquen sus valores retrógrados, rancios y discriminatorios. Así que, como tienen poquita experiencia leyendo, aquí va un listado de obras que deberían ir quemando también. — Nando López ???? (@Nando_Lopez_) July 3, 2023
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Jue Jul 06, 2023 11:00 am
La trampa de la lista más votada
La abstención y la trampa de la lista más votada no es un debate que se pueda tener a dos semanas de ir a las urnas. Primero, porque condiciona el marco electoral señalando a un supuesto ganador de facto. Y porque el intento de Alberto Núñez Feijóo y Felipe González por remover esas aguas sólo responde a un remar a favor de la gobernabilidad del PP cuando no toca. Hay que insistir en una obviedad del propio debate: el partido que pretende pedir una concesión de este calibre debe, al menos, no insultar ni agraviar al otro.
Los sondeos —incluido el CIS, con un 10,9% de trasferencia de voto a las derechas, la cifra más alta de la serie— y los resultados del 28M arrojan un escenario de posible bloqueo o mayoría PP-Vox. Con la extrema derecha irrumpiendo con fuerza en España y Europa, es lógico que volvamos al asunto crucial del cordón sanitario. Aterrizado en la práctica del 23J, se traduce en la petición de abstención del PP al PSOE si Feijóo supera la barrera aproximada de los 155 escaños. El debate requiere de una altura política y madurez democrática muy alejada de como lo está planteando el PP, sumado a la falta de credibilidad tras pedir dejar gobernar a la lista más votada antes de las autonómicas.
El PP ha gestionado los resultados del 28M utilizando la llave de Vox para formar gobiernos a una velocidad impensable. En menos de 40 días, ha pactado en 52 alcaldías donde el PSOE fue la lista más votada, ha cerrado alianzas de gobierno o de legislatura en 150 municipios, ha cedido la mesa de parlamentos autonómicos y hay gobiernos de coalición en Valencia, Extremadura y Castilla y León. Con los pactos exprés, el PP evidencia que no le preocupa Vox, sino la acumulación de poder, sin apenas reglas, ni matices. No se puede pactar con Abascal por toda España, celebrar el matrimonio ultra en Valencia y Extremadura, incidir en la falta de legitimidad de Pedro Sánchez, amenazar con socavar la autoridad del secretario general del PSOE llamando a los barones para doblarle el brazo y, con todo, echar la culpa al sanchismo de los pactos. La declaración de intenciones de Feijóo de “allá donde Vox sea necesario, gobernaremos con ellos” es la antítesis a dejarles fuera de la ecuación de gobierno, lo opuesto a generar confianza para conseguir apoyos bajo el aclamado interés general de España. 2023 no es 2016. El PP no puede pretender arrastrar al PSOE a la crisis de entonces bajo la misma fórmula y una agresividad que supera con creces a Mariano Rajoy. El socialista Guillermo Fernández Vara, uno de los barones a quienes apela indirectamente el PP, ha llamado “indecencia” a esa llamada a la conciencia de los socialistas a favor de una futura abstención. El expresidente extremeño, pactista nato que ha dado juego a Podemos, PP y C’s en la anterior legislatura desde su sobrada mayoría absoluta, “no contempla en absoluto ese debate”. El razonamiento no tiene fisuras: “El PP no puede estar cerrando acuerdos para gobernar en sitios donde no ha ganado las elecciones y pedir al PSOE que sí lo haga”. Al pactar con la ultraderecha sin respetar la lista más votada, el PP perdió la oportunidad de hacer un gesto en Extremadura. Pudo ganar coherencia y dejar preparado el terreno pero eligió cerrar otro gobierno azul a costa de la credibilidad de María Guardiola y el mensaje explícito de preferir a Vox. El cambio de paradigma izquierda/derecha en futuros pactos o la posible petición de abstención del PP al PSOE es una conversación que tiene que abrir el Partido Popular y poner las condiciones adecuadas. Quien pide, debe trabajarlo. Y dar ejemplo. De momento, Extremadura ha sido la oportunidad perdida de Feijóo. Si la petición de ahora no fuera una excusa para justificar la alianza estructural PP-Vox a nivel nacional, el líder del PP debía haber dejado paso a Guillermo Fernández Vara. Hubiera sido un ejemplo y un guiño a esos barones socialistas a los que el PP dice apelar. El PP ignora que la ultraderecha ha mutado. Ya no es sólo el partido antiindependentista y religioso de sus orígenes. Y el contexto europeo para la nueva legislatura es tan complejo que tiene que despejar qué implicaría ese pacto en el gobierno de España. Señalar que hay extremismos en ambos lados del espectro ideológico es falso. Sumar son 15 formaciones de izquierdas y progresistas sin ambages. Vox es un partido hermano del húngaro Viktor Orbán, forma parte de la misma familia del polaco Ley y Justicia de Jarosław Kaczyński, ambos con los fondos congelados por su ofensiva contra los derechos LGTBI, de mujeres y de migrantes. La presidencia liderada por España tiene sobre la mesa una agenda verde y un pacto migratorio que se vería condicionado. Además, en Europa, el cordón sanitario sigue frenando la alianza entre la derecha liberal conservadora y la extrema derecha. “De momento”, como apunta el influyente Politico.eu. Y al tiempo que en España el PP ya ha roto ese cordón, hay un debate en el seno del Partido Popular Europeo sobre las alianzas con los ultras y acabar con décadas de pactos con los Socialistas y Demócratas de centroizquierda. Las consecuencias para los derechos y valores de la Unión son vitales. Incluso el líder del PPE, Manfred Weber, con posturas más duras que Úrsula von der Leyen, ha insistido: “Todos los socios del Partido Popular Europeo deben ser pro Estado de derecho”. El PP, ajeno a su sitio en Europa, lanza dos mensajes. Si gana con un resultado ajustado, gobernará en coalición con la imposibilidad de tejer acuerdos con el resto de fuerzas parlamentarias y atado al extremismo de su socio. Si el resultado es bueno, el debate puede ser real. Pero el tiempo político ha cambiado para todos. Es probable que Feijóo no encuentre a esos barones. O que una petición de abstención tenga condiciones y contrapartidas. La ruptura del bipartidismo sumió a España en cuatro años de repeticiones electorales y bloqueos. La entrada de Vox tensiona ahora la democracia más de lo que hubiéramos imaginado y de lo que nos podemos permitir. La campaña electoral de los populares lo ignora. Ese debe ser el foco, no unos futuros barones inexistentes apoyando al PP. Si Feijóo pide una abstención en campaña, en la misma frase debe explicitar por qué y cuál es el peligro de Vox. De todos los partidos, es el único que no responde a esto. Esa responsabilidad es sólo suya, por más que la delegue.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Miér Jul 19, 2023 12:08 am
Abascal augura momentos de "peor" tensión que en 2017 en Catalunya si gobiernan PP y Vox
El líder de la ultraderecha, Santiago Abascal, dice no tener “ninguna duda” de que “las tensiones” volverán a Catalunya si en La Moncloa cohabitan el Partido Popular y Vox tras las próximas elecciones generales. Es más, el líder de la formación de extrema derecha augura que se vivirán momentos “peores” que los ocurridos en 2017, cuando se celebró el referéndum ilegal en los momentos más álgidos del proceso independentista. “Con un Gobierno en el que esté Vox no volverá a pasar lo que sucedió con Mariano Rajoy, que acordó un 155 de chiste”. El candidato de Vox a la presidencia del Gobierno, que dice encarar la recta final de la campaña electoral “sin la tortura de las encuestas” —que todas ellas vaticinan un desplome de su partido—, pronostica que el independentismo volverá a crecer en Catalunya si el Partido Popular y Vox arman una alternativa al gobierno progresista que, a su juicio, “ha traicionado a miles de españoles” con “cesiones a los separatistas”. Ante ese hipotético auge del independentismo que pronostica Abascal, el líder ultra dice tener la fórmula para frenarlo si se sienta en el Consejo de Ministros. Esa receta no pasa por aplicar el artículo 155 de la Constitución, como hizo el Gobierno de Mariano Rajoy para destituir al ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y sus consellers. Aquello, ha despreciado, “fue un chiste”. “Los abogados del Estado no debieron estudiar en las oposiciones lo que es un golpe de Estado”, ha criticado. “Hay que imponer la ley. No vamos a tener titubeos”, ha afirmado este martes durante un desayuno informativo organizado por Europa Press. Y esto pasa por “no limitar la intervención a un meses, sino una intervención duradera y sostenida, que utilice todos los resortes del Estado para convencer a la población en Catalunya y restaurar la concordia”. —¿Usted cree que hay alguna posibilidad de volver a situaciones parecidas a las de 2017? —Y peores. No tengo ninguna duda. Ante estas declaraciones, la Generalitat ha cargado contra Abascal: "Tiene manía persecutoria contra Catalunya", ha afirmado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. En una rueda de prensa posterior al Consell Executiu, Plaja ha advertido que "si pueden, cumplirán con sus amenazas, saltándose todos los marcos legales". "Quieren acabar con los grandes consensos, como la lengua, la escuela y el autogobierno", ha añadido. La portavoz del Govern también ha hecho un llamamiento a "llenar las urnas" de votos contra Vox, a quien ha definido como "los del una, grande y libre".
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Tatsumaru V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Miér Jul 19, 2023 12:18 am
El cantante de Placebo denunciado en Italia por llamar a Meloni fascista y racista en concierto en Turín.
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el.loco.lucas Administrador
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Miér Jul 19, 2023 12:49 am
marapez escribió:
Abascal augura momentos de "peor" tensión que en 2017 en Catalunya si gobiernan PP y Vox
El líder de la ultraderecha, Santiago Abascal, dice no tener “ninguna duda” de que “las tensiones” volverán a Catalunya si en La Moncloa cohabitan el Partido Popular y Vox tras las próximas elecciones generales. Es más, el líder de la formación de extrema derecha augura que se vivirán momentos “peores” que los ocurridos en 2017, cuando se celebró el referéndum ilegal en los momentos más álgidos del proceso independentista. “Con un Gobierno en el que esté Vox no volverá a pasar lo que sucedió con Mariano Rajoy, que acordó un 155 de chiste”. El candidato de Vox a la presidencia del Gobierno, que dice encarar la recta final de la campaña electoral “sin la tortura de las encuestas” —que todas ellas vaticinan un desplome de su partido—, pronostica que el independentismo volverá a crecer en Catalunya si el Partido Popular y Vox arman una alternativa al gobierno progresista que, a su juicio, “ha traicionado a miles de españoles” con “cesiones a los separatistas”. Ante ese hipotético auge del independentismo que pronostica Abascal, el líder ultra dice tener la fórmula para frenarlo si se sienta en el Consejo de Ministros. Esa receta no pasa por aplicar el artículo 155 de la Constitución, como hizo el Gobierno de Mariano Rajoy para destituir al ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y sus consellers. Aquello, ha despreciado, “fue un chiste”. “Los abogados del Estado no debieron estudiar en las oposiciones lo que es un golpe de Estado”, ha criticado. “Hay que imponer la ley. No vamos a tener titubeos”, ha afirmado este martes durante un desayuno informativo organizado por Europa Press. Y esto pasa por “no limitar la intervención a un meses, sino una intervención duradera y sostenida, que utilice todos los resortes del Estado para convencer a la población en Catalunya y restaurar la concordia”. —¿Usted cree que hay alguna posibilidad de volver a situaciones parecidas a las de 2017? —Y peores. No tengo ninguna duda. Ante estas declaraciones, la Generalitat ha cargado contra Abascal: "Tiene manía persecutoria contra Catalunya", ha afirmado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja. En una rueda de prensa posterior al Consell Executiu, Plaja ha advertido que "si pueden, cumplirán con sus amenazas, saltándose todos los marcos legales". "Quieren acabar con los grandes consensos, como la lengua, la escuela y el autogobierno", ha añadido. La portavoz del Govern también ha hecho un llamamiento a "llenar las urnas" de votos contra Vox, a quien ha definido como "los del una, grande y libre".
Una muy buena razón para no votarles. Sólo los nostágicos de la Guerra Civil deberían hacerlo.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Dom Jul 23, 2023 10:40 am
Confianza
La confianza es la base de las relaciones sociales, de todas ellas, desde las que se dan entre dos personas hasta las que unen a grandes colectivos como los países. No hay nada en este mundo que pueda funcionar sin confianza. Cualquier persona que haya tenido padres erráticos y de proceder arbitrario lo sabe. Si tu padre o tu madre te prometen algo y no lo cumplen, si te castigan por el mismo comportamiento que ayer te premiaron o que les fue indiferente, si te hacen creer cosas que luego se revelan falsas... llega un punto antes o después (normalmente antes) en que dejas de creer en ellos y poco a poco el cariño se va erosionando en la misma medida que la falta de confianza. Si tu pareja te promete fidelidad y luego no desaprovecha ninguna ocasión para acostarse con otras u otros, y además se ríe de ti por lo sensible que te has vuelto; si tu hijo te jura que volverá a la hora que le has dicho y acabas teniendo que salir de madrugada a buscarlo por los bares; si tu mejor amiga o amigo te ha asegurado que te apoyará cuando lo necesites y luego desaparece cuando le pides ayuda... todo eso destruye la confianza y, por tanto, las relaciones. Nadie vuelve a comprarle algo a quien lo engañó, nadie vuelve a hacer un trabajo para una empresa que no le ha pagado. Esa es la forma normal de reaccionar de los seres humanos civilizados. Imaginen un país donde los trenes pasan cada vez a una hora sin previo aviso, donde los horarios de las oficinas públicas varían sin que nadie sepa por qué, donde las leyes son distintas cada día y lo que hoy es legal mañana no lo será o ayer no lo era. Imaginen una empresa donde el empleado firma un contrato en el que constan su salario, sus derechos y obligaciones, y en cuanto empieza a trabajar resulta que ya no son así las cosas, que el papel firmado no compromete a sus jefes. Hay una frase vergonzosa, demoledora, que pronunció Charles Pasqua, ministro del Interior francés de dos gobiernos, en los años ochenta y noventa- y que para mí es el colmo de la desfachatez y la desvergüenza: “Una promesa solo compromete a quien cree en ella”. Es decir, que si dos personas se ponen de acuerdo, pactan, y prometen un comportamiento futuro, el único que queda comprometido es el que ha sido tan imbécil como para fiarse del otro, del que no piensa ni ha pensado nunca cumplir lo prometido. Nuestro país, señoras y señores, se está yendo al garete. Precisamente porque se ha instaurado este comportamiento que mina la confianza básica sobre la que se construye el contrato social. Ya nadie se fía de nadie. Y con razón. Porque una gran parte de los políticos y políticas actuales consideran que mentir, engañar, estafar, calumniar, insultar, etc. no son ningún problema. Son simplemente los instrumentos necesarios para alcanzar el poder. Son perfectamente conscientes de que están mintiendo cuando dan datos (falsos), cuando prometen lo que no pueden cumplir, ni cumplirían aunque pudieran. El problema es que les da igual y que piensan que a la población tampoco les importa que los engañen. Tienen un horizonte muy limitado -el de la próxima legislatura-, igual que los grandes empresarios suelen pensar en términos de rendimiento por trimestre, y no les preocupa demasiado qué pase después. Ahora que los mentirosos piensan que con ese sistema pueden conseguirlo, les da igual destruir la confianza de la población en su gobierno. No es la primera vez que nuestro país copia comportamientos y formulaciones procedentes de Estados Unidos, pero sí es la primera que el comportamiento copiado es tan despreciable que va a acabar con la confianza básica interpersonal. Hace unos años un troglodita como Donald Trump habría sido absolutamente impresentable en una reunión de personas, no ya de alto nivel, sino simplemente civilizadas. Habría sido el hazmerreír de los salones por su comportamiento grosero y vulgar, por su chulería, sus mentiras, su machismo cutre, su falta de control sobre sí mismo. Pues ahora resulta que los asesores políticos de muchos partidos derechistas europeos han pensado que si en Estados Unidos le ha salido bien la jugada para alcanzar el poder, ¿por qué no repetirlo aquí? ¿Qué más le da a la gente si un candidato miente o insulta? Eso da espectáculo, piensan. La mentira, que mientras tanto se llama “posverdad” o “hechos alternativos” (como si los hechos objetivos pudieran ser otros solo porque a uno le conviene) se ha instalado en nuestra sociedad y los que la usan creen que no va a tener consecuencias. Grave error. La mentira elimina la base de la confianza interpersonal y destruye la sociedad. De pequeños nos contaban el cuento del pastoricillo mentiroso y el lobo. Tantas veces mintió el pastor, diciendo que venía el lobo, tantas veces las buenas gentes del pueblo dejaron sus trabajos para ir a defenderlo, -en vano, porque era mentira-, que, al final, el día en que el lobo lo atacó realmente, nadie acudió a sus gritos porque ya no se fiaban de él. Hace un tiempo vi un documental en el que los delfines castigaban con golpes de aleta a otros delfines que habían mentido, dando falsas alarmas, y, con ello, habían puesto en peligro a la comunidad. Hasta en el mundo animal la mentira se castiga porque de la interpretación veraz de la situación depende la supervivencia del grupo. Es absurdo negar la evidencia del cambio climático para no angustiar a la población. Es como no informar a un paciente de que padece una enfermedad grave para no preocuparlo, para que siga creyendo que está sano. Pues, por increíble que parezca, eso es exactamente lo que algunos políticos están haciendo. Tratarnos como si fuéramos bebés tapándonos metafóricamente los ojos para que, al no ver el peligro, no pensemos que hay que hacer algo para conjurarlo. No. Nada de alarmar a la gente. Mejor seguimos como si nada. Cada uno roba lo que puede durante su legislatura y después, ya si eso... Si el peligro es tan grande, ya se ocuparán otros de luchar contra él, de inventar algo para protegernos. ¿Recuerdan la famosa frase de Unamuno: “¡que inventen ellos!”? Pues algo así, pero con peores intenciones. Con sus mentiras y negaciones de los hechos científicamente probados están destruyendo el tejido social. Nadie puede fiarse de una persona que niega incluso lo que él mismo dijo hace poco, que aún está en nuestra memoria y que incluso está grabado para que todos podamos verlo. No es de fiar alguien que reprocha a otros lo mismo que él está haciendo. ¿De verdad hemos llegado al punto en que la mentira es igual de válida que la verdad? Creo que ya ni siquiera es cuestión de validez, sino de circo, de espectáculo, de que mucha gente se toma la política como un partido de fútbol, o de tenis, donde cada espectador es partidario de uno y se alegra cuando ese gana un punto o mete un gol, sin pensar que de esos mentirosos que nos faltan al respeto con sus embustes va a depender nuestro futuro, nuestro bienestar, nuestros derechos.
No podemos permitirnos normalizar la mentira porque la mentira no puede ser base de una convivencia. Tenemos que denunciarla, siempre; no aceptar que nos engañen, apartar y despreciar a quienes la usan como herramienta para trepar, no reírles las gracias ni restarle importancia a esas “inexactitudes”, porque esto no es una cena de amigos en un bar, sino un país que hay que gestionar responsablemente de modo que a toda la población le vaya lo mejor posible. Si no podemos fiarnos de quienes nos gobiernan, las cosas irán de mal en peor. Es de imbéciles entregar el poder a quienes sabemos que nos engañan, que nos roban, que nos mienten. Si los hechos y los datos nos muestran que vamos mal, lo que hay que hacer es mejorar la realidad, no mentir sobre ella para que parezca mejor de lo que es. Tenemos que seguir luchando por ser una sociedad adulta, civilizada, respetuosa, veraz, una sociedad donde podamos fiarnos de las promesas, de los contratos, de los apretones de mano y la palabra dada que, en otros tiempos, era suficiente garantía.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Miér Jul 26, 2023 10:26 am
Feijóo, historia de una auto demolición
Alberto Núñez Feijóo se ha abrasado a sí mismo como candidato a presidir el Gobierno de España en una de las acciones de derribo auto infligido más fulgurantes que se recuerdan. Fue requerido para el puesto de líder del PP durante años, si se mira, alimentando su leyenda de político prudente y fiable, y, una vez que se decide, llega a Madrid, surge la oportunidad de ganar unas elecciones generales y emprende una campaña en la que lo pifia a lo grande. Algo que en la organización de la que es aún presidente coyuntural, el Partido Popular, suele salir caro, como él mismo pudo comprobar en la defenestración de su predecesor, Pablo Casado, en la que participó y al que relevó hace solo 15 meses. Veremos cuánto tardan esta vez. Es digno de estudio lo ocurrido, aunque ni mucho menos sea un caso único. Feijóo fue elegido por su presunto carácter político moderado, pero, llegado el momento, se ha revelado como un aluvión de mentiras, insultos y errores al nivel de meter a la ultraderecha en las instituciones. Un PP extremista. De haber tenido el mínimo talento, Feijóo hubiera podido contar con apoyos e incluso formar gobiernos de derechas civilizadas. El PNV por ejemplo. Lo que requería Europa, a la que también ha espantado. Lo tenía todo a su favor. Ese prestigio de sobriedad, cuatro mayorías absolutas, y un poder mediático volcado en su triunfo a niveles de bochorno. Ese que, con el instrumento de las encuestas de inducción del voto, vio llegada la hora de volver a disfrutar de un Gobierno del PP que satisficiera sus intereses y los de aquellos a quienes representan, que no son los ciudadanos a los que informar. Es así de triste y así de cierto. Menos mal que al menos ya son muchas más personas que antes las que se han dado cuenta de esa jugada. Feijoo ha logrado un gran resultado para el PP partiendo de los mínimos en los que lo dejó Casado, tras haber visto España entera al presidente Rajoy expulsado por la corrupción del partido, con aquel memorable bolso de Soraya Sáenz de Santamaría en su asiento del hemiciclo. Esas cosas importan. No a todos, claro; si así fuera, el PP estaría hace tiempo en proceso de refundación por exigencia de sus afiliados, votantes y ciudadanos en general. Pero a otra mucha gente no le da lo mismo. Menos mal. Y eso es lo que ha ocurrido ahora: pactos peligrosos, mentiras, prepotencia, insultos. Los 136 escaños logrados por el PP le convierten en la lista más votada pero no son suficientes para gobernar. Ni con Vox, que ha bajado en votos, sin duda por esos nombramientos descabellados y temibles propuestas de gobierno. Y el PP no tiene más, alguno al que seduzca de otro modo, pero no llega. Añadan la ignominia de pedir apoyo a quienes ha increpado con saña, a un PSOE liderado por Sánchez, a quien quería “derogar” completo. Ese uso exhaustivo del presente, el voy a anular todo. El PP obtuvo su mejor resultado en 2011 tras sus zancadillas a Zapatero, presidente de un país presionado por la Troika, junto a Portugal y Grecia, por aquella gran estafa social: la crisis del capitalismo en 2008. Y tras el 11M, en bofetada temerosa y conservadora a las aspiraciones de cambio de la sociedad menos acomodaticia. A partir de ahí fue cayendo en apoyos y estos 136 escaños están al nivel de Rajoy, el eficaz gerente de la empresa PP para sus virtuales accionistas.
Feijóo no es tan listo como Rajoy y, visto lo visto, tampoco un político de grandes escrúpulos. Caer en el trumpismo que ha hecho de Ayuso un icono pop ha sido un grave error de cálculo. Siempre la ha tenido pisándole los talones, codirigiendo con él, mecido por la misma mano MAR que le asesoró en el terrible debate de A3 Media que forma parte gruesa de su caída. Ella, en el balcón de Génova, sonreía. Como se ve en la oportuna imagen de TVE.
¿Erró el asesor Miguel Ángel Rodríguez? Feijóo, sí. No conocen España, puede que ni uno, ni otro. “Ayuso se equivoca si cree que tiene posibilidades de ser presidenta. Feijóo servía para la aldea gala de Galicia, ya que los medios le embellecían las burradas y ocultaban los desmanes, en Madrid se deshinchó. El modelo chulapona macarril madrileña no se sostiene en la periferia”, me dice una amiga, Ángeles García Portela, avispada conocedora de los entresijos de su tierra natal. Puede ser. El Debate a 7 de TVE nos recordó la importancia de la periferia, quitó el foco de ese Madrid centrífugo. Y puede que a la larga sí importe también a los electores la frívola e insolidaria libertad de las terrazas en plena pandemia, la enajenación tan precisa de lo público y, sobre todo, la trágica gestión de las residencias de ancianos. Otro factor observado en las caídas de líderes del PP es que afloran sus tropiezos sin piedad y a veces sin saber ni cómo. Quién se acordaba ya del amigo narco, hasta que lo dijeron. El historial de Ayuso va también nutrido. Hay otro nivel, el de Aznar, Aguirre, Rajoy y Cospedal, en el que se pasean impolutos por sus desmanes. Hasta ahora al menos. Mucho que negociar para formar gobierno. Aunque es más más posible que lo consiga la izquierda que esa derecha que no se tiene más que a sí misma en número insuficiente. Real. Y eso a pesar de la abrumadora carga mediática que hizo pensar a tantos otra cosa. El PSOE ha conseguido igualmente un buen resultado. Más votos incluso que en 2019, que se traducen en prácticamente los mismos escaños. Pedro Sánchez también se está forjando una leyenda. Fundamentada. Es algo así como el Correcaminos al que intenta atrapar el Coyote y que suele salir trasquilado porque nunca lo consigue. Pero a lo grande. Y muchos. Recordemos a Coyote F. González convocando a los barones para que no formara gobierno con Unidas Podemos. El golpe interno con cuatro días de asedio televisado protagonizado por Susana Díaz y Verónica Pérez, la famosa y efímera Autoridad Única del PSOE. Pedro Sánchez sale de todas y muchos de sus oponentes, fulminados. Seguramente no es fácil estar de acuerdo con él en todo ni en muchas partes, en otras sí, pero esto lo tiene y es bien positivo.
El crecimiento electoral de Sánchez se ha nutrido también de votantes de Podemos. En gran número. Con total seguridad. Sería conveniente, por cierto, dejar de zaherirse unos y otros en la izquierda. Ser justos, honestos y, de otro lado, repensar el caso de Feijóo; cómo menoscabar un prestigio arrollador en poco tiempo por no atemperar los errores. Europa respira más tranquila constatando que es posible vencer a los crecientes fascismos. Los demócratas españoles, cuantos creemos en los derechos humanos y la protección de las minorías y de las mayorías diferentes, en la garantía de unos servicios públicos que nos cuiden con la sanidad en primer lugar, nos hemos quitado un enorme peso de encima. Pero hay que consolidarlo. Formar gobierno quien puede, atendiendo a las prioridades, sin miedo. El PP en su laberinto debería dar un par de vueltas a qué quiere ser en el futuro. No parece que individualmente les vaya mal a muchos de ellos pero podría ser mejor, incluso para esa España que tanto aman. Hay ciudadanos aquí a quienes no les vale todo.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Mar Ago 01, 2023 12:57 am
La excepción ibérica
A mediados de junio, Alberto Nuñez Feijóo afirmó en una [url=https://cadenaser.com/nacional/2023/06/19/alberto-nunez-feijoo-la-violencia-machista-es-una-obviedad-cadena-ser/#:~:text=Violencia machista-,La violencia machista es una obviedad y no debe llamar,y esto es una obviedad.]entrevista[/url] que la violencia machista era una obviedad. Lo dijo para justificar que el PP se había plegado a las exigencias de Vox y había eliminado el término violencia de género en algunos de los acuerdos a los que había llegado –o estaba a punto de llegar– con la ultraderecha por toda la geografía española. Fue una de las primeras veces que escuchamos al líder popular claudicar ante Vox de manera tan evidente pero no sería la única. Durante este tiempo los pactos entre ambas formaciones han permitido que se eliminaran concejalías o consejerías de igualdad, que se censuraran libros y obras de teatro o que se retiraran banderas lgtbi de los ayuntamientos. Visto con perspectiva impresiona ver la facilidad con la que han recortado derechos en tan poco tiempo.
El domingo España frenó esa ola reaccionaria. Así lo demuestra el batacazo electoral de la ultraderecha. Los de Abascal siguen siendo la tercera fuerza política en el Congreso pero se han dejado más de medio millón de votos y han perdido 19 escaños. Una pérdida de poder que les cortará las alas para recurrir leyes al Constitucional o promover mociones de censura, dos de sus principales bazas durante la pasada legislatura. El resultado electoral deja claro que España también es la excepción ibérica en esto. Porque si miramos alrededor, la extrema derecha se entiende por Europa como un potente veneno y ya gobierna en Italia, Polonia o Hungría. En Suecia pactó la gobernabilidad aunque sin entrar en el ejecutivo y en Grecia cada vez tiene más fuerza. En Finlandia, país que hasta hace bien poco era referente en igualdad o educación, los ultras forman parte de un gobierno de coalición conservador desde hace algunas semanas y estarán al mando de algunos ministerios clave, como Justicia o Interior. Les han bastado solo unos días para anunciar que van a rebajar el gasto sanitario y las ayudas al alquiler. Sanidad y vivienda: dos pilares del Estado del bienestar. Más allá del descalabro de Vox en las urnas hay otra importante lección que extraer de estos comicios. España también le ha parado los pies a las mentiras y al trumpismo patrio, cada vez más instalado entre algunos dirigentes de la derecha. Ese que desde mayo ha hablado de pucherazo electoral sembrando la duda sobre la profesionalidad de los trabajadores de Correos. O ese que ha criminalizado a la televisión pública –la de todas y todos– comparándola con un partido político solo porque una periodista hizo su trabajo de manera impecable. El que a fuerza de repetir ¡Que te vote Txapote! , ha conseguido que que se coree en estadios de fútbol o en bodas a pesar de la insistencia de algunas víctimas en que no se usara en su nombre. Pero si hasta el mismo día de las elecciones hubo dirigentes del PP que alimentaron el bulo de que la avería en un túnel de Renfe era una maniobra de Pedro Sánchez para impedir votar a los electores de derechas. Por no hablar de que el líder de la oposición y uno de los principales candidatos a la presidencia se negó a acudir a un debate con sus rivales políticos porque prefirió no explicarle a la ciudadanía cuáles eran las propuestas de gobierno de su partido. Visto lo visto no estaría de más plantearse que, como estrategia electoral, no resultó del todo acertada. En las últimas horas, hemos sido testigos de cómo el PP busca el apoyo de los socialistas -el sanchismo, repetían ellos- para formar gobierno cuando han basado toda su campaña en derogar ese mismo sanchismo. Es, cuanto menos, sonrojante. Desde las filas populares repiten el mantra de que debe gobernar la lista más votada, en este caso ellos. Parecen haber olvidado rápido que no se aplicaron el mismo cuento en la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid o en el gobierno regional andaluz. Las encuestas fallaron -y de qué manera- y finalmente Vox no entrará en el gobierno. Aún así, la posibilidad de que se revalide un gobierno central de izquierdas no cambia el panorama de consistorios o ejecutivos regionales en los que el poder ya lo tienen PP y ultras. Es ahí donde habrá que seguir demostrando que la violencia machista no es una obviedad, como afirmó Feijóo. Que tampoco lo es defender la cultura o los derechos del colectivo LGTBi, de las personas migrantes y los menores no acompañados. Quizá la obviedad por la que tengamos que sacar pecho ahora sea esa España, esa excepción ibérica, que se ha convertido en dique de contención de una (ultra) derecha a la que –lo han demostrado en muy poco tiempo– no le ha temblado el pulso a la hora de recortar derechos ya conquistados.
Tema: Re: ¿Y si gobernaran PP y Vox? Mar Ago 01, 2023 8:04 pm
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