Todos sabíamos que iba a ocurrir. Era solo cuestión de tiempo. La exuberancia irracional de frivolidad que vive el debate político en España ya ha generado otra nueva subespecie para un hábitat ya superpoblado por especies fruto de la involución: los padres que no quieren ser progenitores. Acompañados por sus primos con problemas de compresión lectora —los editores de agencias y medios ignorantes de que la disyuntiva de “padres o progenitores no gestantes” y “madres o progenitores gestantes” no elimina a ninguno, sino que añade ambos al concepto jurídico—, liderados por Núñez Feijóo, un grupo indeterminado de padres se niegan “como hombres” a ser progenitores; planteando así serias dudas sobre sus conocimientos de biología, lengua española y ciencia jurídica. A la frivolidad de criticar a la ley trans por poco menos que volver más fácil que te den hormonas que ibuprofeno de seiscientos en la farmacia, le sucede ahora la fruslería de oponer dialécticamente a los padres y a los progenitores o convertirlo en un conflicto de clase al mejor estilo Santiago Abascal; donde los poderosos serían esos progenitores multimillonarios privilegiados y pervertidos, mientras los desposeídos serían esos padres españoles de toda la vida suprimidos e ignorados. Confrontados a la realidad de que la ley se limita a introducir en la cartera básica del Sistema Nacional de Salud los tratamientos que administran con competencia exclusiva y desde hace años las autonomías —las suyas también—, la reacción ha sido tirar hacia adelante y declararse padres que no quieren ser progenitores. Si la realidad me desmiente, que se joda la realidad. Nunca falla. Confrontados a la evidencia de que la ley regula, en realidad, el cambio en el Registro Civil, España se ha empapado de ese olor a calzoncillo mojado que dejan tantos opinadores y opinantes al pronosticar que hordas de hombres con su miembro tieso correrán a registrarse como mujeres para poder entrar en sus vestuarios o disfrutar de los incontables privilegios que las mujeres aprovechan en España desde hace décadas. Porque, como es bien sabido, en España, quienes realmente lo pasan mal, apenas tienen acceso a recursos, becas y oportunidades laborales o profesionales, son los hombres. Al parecer la lógica es que compensa registrarse mujer porque es un chollo y, además, ahora resultará mucho más fácil. Ante tanta diarrea mental a uno siempre le queda la duda de si tienen el cerebro en la bragueta o el cerebro es la bragueta y cuál de las dos respuestas puede explicar mejor tanta descomposición.
Era febrero de 1981 cuando Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular (antecesora del Partido Popular), exclamó en un mitin en Cataluña: “no es la hora de hacer nuevos experimentos ni es la hora de leyes estridentes como la del divorcio”. Hacía apenas unos meses el gobierno de Adolfo Suárez había presentado un proyecto de ley en el que, aunque con bastantes obstáculos, se reconocía por fin el derecho al divorcio. Las fuerzas conservadoras y religiosas pusieron el grito en el cielo y advirtieron de todos los males que se cernirían sobre la sociedad española en el caso de aprobar esa ley. En palabras del diputado Díaz-Pines, el divorcio era “un mal social irreversible que destruye la institución familiar”. Numerosas voces se apresuraron a presagiar una avalancha de divorcios a lo ancho y largo de España que destruiría las familias españolas y el alma misma del país. Por fortuna, la ley se terminó aprobando y esa avalancha, evidentemente, nunca llegó.
Ni era un experimento, ni era una ley estridente, ni era un mal social irreversible, ni destruía la institución familiar. Solamente conquistaba un nuevo derecho y lo ponía a disposición de aquellos que quisieran ejercerlo. Desde entonces el divorcio no solo se ha normalizado completamente en España, sino que además se ha facilitado con posteriores reformas hechas tanto por la izquierda como por la derecha. Y, evidentemente, ha acabado siendo ejercido por todo el mundo, incluso por aquellas personas que en un primer momento pusieron el grito en el cielo ante tal peligrosa novedad.
Ocurrió lo mismo con la despenalización del aborto. Los sectores conservadores lo criticaron mientras anunciaban el apocalipsis y actualmente es un derecho que respalda la inmensa mayoría de españoles, independientemente de su adscripción ideológica, y que, por supuesto, también ejercen con libertad. Ocurrió también con el matrimonio entre parejas del mismo sexo. La derecha entró en cólera contra el gobierno de Zapatero e incluso organizó manifestaciones para protestar contra lo que consideraban que era una perversión del matrimonio y auguraban una destrucción de la familia tradicional. “¡Ahora los hombres podrán casarse entre ellos de broma, verás!”, argumentaban. Nada de eso ocurrió. El matrimonio siguió siendo feliz entre hombres y mujeres mientras al mismo tiempo se permitía ejercerlo con normalidad a otras personas que hasta entonces lo habían tenido prohibido. Una vez más, muchas personas de derechas se acabaron beneficiando de la medida que habían criticado y se casaron con parejas del mismo sexo. De la misma manera ocurrió con la eutanasia, a la que llamaron ley de la muerte pero que, una vez aprobada, se ha convertido en un derecho que pueden ejercer todos, también quienes más la criticaron. Y de la misma forma ocurre con las recientemente aprobadas ley trans y reforma de la ley del aborto. Ni saldrán las mujeres en masa a interrumpir sus embarazos en una especie de aquelarre abortista radical, ni los hombres se convertirán masivamente en mujeres para librarse de denuncias por violencia de género. Lo que sí ocurrirá es que dentro de cuarenta años podremos leer en la prensa del futuro un artículo, tal vez escrito por una inteligencia artificial, que como aquí hemos hecho hoy, recordará los argumentos disparatados que se utilizaron en el pasado para oponerse a unas leyes de sentido común de las que, finalmente, todos acabaron beneficiándose. También aquellas ‘personas de bien’ que más las odiaron y criticaron.
Railey Gaines, 12 veces campeona universitaria en natación, presenta proyecto de ley por la igualdad en el deporte después de que la National Collegiate Athletic Association aprobara la participación de Lia Thomas, deportista transgénero, en los torneos de su misma división. Railey Gaines aprovechó la ocasión de la presentación de un proyecto de ley por la igualdad en deporte femenino para dar un fuerte discurso en el que cuestionaba la participación de Lia Thomas, deportista transgénero, en los torneos de su misma división.
El evento sucedió en Virginia, Estados Unidos. Gaines expuso todo lo sucedido meses atrás con su contrincante y con la National Collegiate Athletic Association (NCAA) quienes, asegura, permitieron que las cosas se den de esa forma con una intención.
La nadadora estadounidense Gaines es actualmente representante de la Universidad de Kentucky y se encuentra entre las 200 mejores nadadoras del estilo mariposa. Durante su discurso, habló directamente sobre Thomas. «Mis compañeras de equipo y yo, así como el resto de las nadadoras de todo el país, nos vimos forzadas a competir contra una persona biológicamente hombre llamada Lia Thomas», aseguró. La competencia fue realizada el 17 de marzo de 2022 durante la Ivy League, donde participaron las ocho mejores universidades del noreste de EE.UU. Thomas fue en representación de Pennsylvania, todavía en medio de su «transformación física». Pero con todas las ventajas biológicas que tenía, y 1.93 metros de altura, no solo superó con creces a todas sus adversarias, sino que rompió récords de estrellas mundiales femeninas de la natación, como Katie Ledecky.
«A Thomas se le permitió nadar en la competencia femenina luego de competir durante tres años en el equipo masculino de la Universidad Pennsyilvania. Vimos desde el borde de la piscina cómo Thomas ganaba la prueba de 500 metros libres batiendo récords de las nadadoras más consumadas del país, incluidas las plusmarquistas y las olímpicas», continuó Gaines.
Railey Gaines denuncia: «Fuimos forzadas a competir contra una persona biológicamente hombre» – ÑTV España (ntvespana.com)
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Liptuan V.I.P.
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Tema: Re: Ley Trans Sáb Mar 11, 2023 8:19 pm
Pero entonces, el género no es un constructo?
el.loco.lucas Administrador
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Tema: Re: Ley Trans Sáb Mar 11, 2023 8:53 pm
Liptuan escribió:
Pero entonces, el género no es un constructo?
¡Liptuan! ¡Cuánto tiempo!
Celebro verte por aquí
El llobu V.I.P.
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Tema: Re: Ley Trans Sáb Mar 11, 2023 9:09 pm
Liptuan escribió:
Pero entonces, el género no es un constructo?
Tanto como el machismo o como el "yo no soy machista pero..."
Salú y República.
Liptuan V.I.P.
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Tema: Re: Ley Trans Sáb Mar 11, 2023 11:34 pm
el.loco.lucas escribió:
Liptuan escribió:
Pero entonces, el género no es un constructo?
¡Liptuan! ¡Cuánto tiempo!
Celebro verte por aquí
Gracias bonito! a mí me alegra seguir viendo que continuáis por aquí algunos de vosotros
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Ley Trans Dom Mar 12, 2023 11:23 am
Una aparición!!... Bienvenida Liptu!!
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El llobu V.I.P.
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Tema: Re: Ley Trans Dom Mar 12, 2023 3:02 pm
El llobu también se alegra de volver a leer a Liptuan.
Salú y República.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Ley Trans Lun Mar 13, 2023 9:23 am
El jefe de psiquiatría del Gregorio Marañón avisa del aumento de hasta un "mil por cien" de menores que dicen ser trans