IP: Bienvenidos todos a "Pensando críticamente", el podcast de ARP -
Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, donde hablamos de
ciencia y de pseudociencia, de lo racional y lo irracional, de la
credulidad y el escepticismo. Como siempre está conmigo Borja, buenas
tardes.
BR: Hola, buenas, qué tal.
IP: Y Borja nos va a presentar a nuestro invitado de hoy.
BR: Pues sí, voy a presentar a Andrés Carmona, mago, mentalista,
filósofo y nuestro ponente de esta tarde de 'Escépticos en el pub', con
el que vamos a hablar de magia, escepticismo y temas paranormales...
bienvenido.
AC: Muchas gracias.
IP: ¿Cuánto tiempo llevas haciendo magia?
AC: Magia, a nivel profesional no, porque no me dedico a ello como
profesión. Es una afición en la que llevo muchos años, desde que tenía
diez años (ahora tengo treinta y tres) cuando me regalaron la típica
caja de magia Borrás, que me gustó mucho y desde entonces voy
practicando; soy un "aficionado-profesional" ya que tengo mi propio
trabajo independientemente de la magia.
BR: Mi primera pregunta es (un poco obvia) ¿todo tiene truco, verdad?
AC: Sí, aunque a los magos no nos gusta llamarlos trucos, solemos
llamarlo "secreto" o "técnica", pero sí, para que todo el mundo nos
entienda, sí, todo tiene un truco, una técnica secreta, más o menos
habilidosa, que haga que parezca que ocurre algo que realmente no es. Es
decir, que lo que el espectador percibe que está ocurriendo en el
escenario realmente no está pasando; cuando la mujer se mete en la caja y
se parte en dos realmente la mujer no está partida o cortada en dos
partes, evidentemente, y sin embargo de lo que se trata es crear en la
percepción del espectador que realmente eso es lo que está ocurriendo y
por más que mire y se lo plantee no encuentre la explicación, aunque en
el fondo se sabe que algún truco debe haber pero que está lo
suficientemente bien escondido para que no se vea y para que se disfrute
de esa ilusión, porque de lo que se trata es de ilusionar y no de
engañar.
Eso es algo que quiero explicar en la charla que voy a dar: la
diferencia entre la mentira (engañar) y la ilusión (que es lo que hacen
los magos).
Los magos ilusionamos pero no engañamos, y de ahí mi crítica a los psíquicos, que éstos sí que engañan directamente.
BR: Y, posiblemente, algunos magos que hacen su espectáculo de magia,
con sus efectos, etc., pero luego no lo aclaran lo suficiente o juegan
con la ambigüedad de que tienen poderes...
AC: En el pasado sí que hubo más casos, pero ahora muchísimo menos.
En lo que es la magia en general (el mago que hace aparecer pañuelos o
palomas, que corta una cuerda por la mitad y luego está entera, etc.) no
hay ninguno que quiera hacer creer que tiene poderes auténticos y
pretenda que te lo creas, cuando, por ejemplo, su mano está vacía y
aparece de repente una varita mágica. Eso, hoy en día, sería imposible.
Tal vez en la Edad Media sí que hubiera podido ser posible que alguien
pudiera creer que de verdad eso era auténtica magia. Hoy en día todo el
mundo tiene suficientes conocimientos de física, química, etc., como
para saber que es imposible que una cosa se materialice o
desmaterialice.
Pasa más en la rama de magia que llamamos "mentalismo", en la que sí
que hay personas que pueden acabar creyendo que lo que han visto en el
escenario es auténtico, que no hay un truco sino que de verdad se ha
leído la mente, se ha predicho el futuro o se han movido objetos con la
mente.
¿Por qué puede ocurrir esto? Porque los conocimientos de Psicología
no están lo suficientemente extendidos entre la sociedad y hay todavía
mucha confusión entre lo que es auténtico y lo que no deja de ser mito o
fabulación en Psicología (por ejemplo, el mito del 10% del cerebro, hay
aún mucha gente se lo cree, y que cree que los psicólogos dicen que es
auténtico, pero en realidad es simplemente un mito), mientras que todo
el mundo conoce las bases básicas de la física y de la química.
Sí, puede haber gente que crea que lo que ve en un espectáculo de mentalismo es cierto.
El mentalismo es una parte de la magia y tiene su parte importante de truco, y de lo que se trata es de ilusionar.
Hay entre los mentalistas la polémica de que si hay que decir que
todo es espectáculo y que no hay nada auténtico, o si no hay que
decirlo, que es lo que piensan la mayoría de los mentalistas, esto es,
que no hay que decirlo descaradamente y que hay que jugar con la
ambigüedad porque para que un espectáculo de magia funcione el
espectador tiene que entrar en esa atmósfera mágica y dejarse llevar por
el espectáculo... si directamente se le dice que todo es falso es
difícil que el espectador entre en esa atmósfera; es como si al ver una
película constantemente te recuerdan que hay efectos especiales: eso
haría que no te involucres y emociones.
Pero los magos piensan que el mero hecho de que algo se haga en un
escenario es ya indicativo de que lo que se va a ver no es cierto, que
es un arte como lo que se puede ver en teatro, cine o en una
representación. No hace falta explicar o decir que lo que se va a ver no
es cierto, que simplemente es un espectáculo porque el hecho en sí de
que se esté haciendo en un escenario es prueba más que suficiente y que
no hace falta decirlo.
Aunque de todas maneras hay magos que o bien sí que informan
descaradamente, como Banachek y otros mentalistas, diciendo "yo no tengo
poderes, hago un tipo de magia que se llama magia-mental", o bien, como
Anthony Blake, que usan esas frases ambiguas (“Todo lo que han visto ha
sido producto de su imaginación, no le den más vueltas, no tiene
sentido”), que en el fondo lo que te quieren decir es que no ha ocurrido
nada sobrenatural sino que tú te lo has imaginado, porque se ha jugado
con la percepción y la psicología, y se ha conseguido que parezca eso.
Creo que la inmensa mayoría de magos son gente honrada, que ama a su arte, y que no hace un mal uso de la magia.
Ahora bien, lo que sí que hay, curiosamente, es gente que no quieren
llamarse a sí mismos magos pero que usan los trucos de los magos para
hacer creer que tienen auténticos poderes paranormales. Eso es algo que
hay que criticar desde la magia porque es un uso no ético, inmoral, del
arte de la magia; es como si una persona con la habilidad en la magia
para coger las cartas, mezclarlas, marcarlas, etc., se va a una mesa de
póquer y engaña a los demás jugadores. Eso es un mal uso de las
habilidades que se utilizan en magia.
Hacer creer que tienes poderes mágicos, poderes auténticos, y que de
verdad lees la mente o que doblas cucharas cuando en realidad estás
usando un truco de magia, es algo que en el mundo de los magos está muy
mal visto. Como el caso de Uri Geller, que hizo eso.
Uri Geller era un mago que descaradamente hizo creer que tenía poderes en vez de decir que eso era un juego de magia.
Y luego, magos que como magos hagan magia y al mismo tiempo digan que
tienen auténticos poderes mentales, ha habido algún caso pero dentro
del mundo de la magia se ha considerado polémico.
La magia empieza cuando entras en el espectáculo, y acaba cuando
sales de él. El mago es mago mientras hace el espectáculo... afuera es
una persona normal y corriente, y no tiene que ir por ahí haciendo creer
que es capaz de hacer aparecer conejos de la nada en la vida cotidiana,
ni tampoco leer el pensamiento ni cosas de esas.
IP: ¿Es fácil engañarnos con trucos, o es muy complicado?
AC: Engañar a los sentidos, provocar ilusiones, es fácil porque de
hecho es cotidiano; ilusiones ópticas tenemos todos los días, si
simplemente miras las vías del tren sabes que son paralelas, sin embargo
te parece que se van a juntar a lo lejos, la ilusión óptica se provoca
sola. Cotidianamente los sentidos nos están 'ilusionando', teniendo
pequeñas alucinaciones, distorsiones, en los sentidos de la vista, el
oído... a veces te parece que suena el móvil y no es así. Esto es
cotidiano, y los magos usamos mucho todas las leyes de la percepción
para manipularlas y que parezca que está sucediendo algo que realmente
no está ocurriendo.
¿Es fácil, o difícil? En algunos casos es relativamente fácil y en
otros difícil. Hay técnicas en magia que son muy complicadas, que
requieren muchísima práctica y habilidad, a veces incluso un poco de
riesgo (en el sentido de que el espectador puede que no responda como tú
esperas, o que te vea el truco directamente, o que te falle el truco).
En general lo que se requiere es mucha práctica, mucho trabajo.
BR: Igual la pregunta es un poco tonta ¿tú sabes hacer aparecer cosas con las manos? 'Producciones' creo que se llama.
AC: Sí, es algo típico. Los efectos en magia se pueden clasificar en
unos cuantos, hay producciones y desapariciones, cosas que se rompen y
que se recomponen o arreglan, adivinaciones y predicciones... habría
muchos más efectos.
BR: Hacer aparecer 20 euros es tan bonito y tan visual... si fuera verdad yo no tendría dinero en el banco...
AC: Efectivamente, y no deja de ser una ilusión... la verdad es que es muy vistoso.
BR: Y otra duda sobre magia, ¿tienes algún efecto, truco, algo que consideres que es tu favorito o que crees que es buenísimo?
AC: Sí, todos los magos tenemos algunos juegos favoritos, porque nos
gustan mucho, o porque estamos tan acostumbrados a hacerlos y nos salen
muy fácil, o por lo que sea, y son los que casi siempre uno hace. A
veces haces el que sabes que gusta más a la gente, aunque a ti no sea el
que más te guste. Para mí algunos juegos son muy bonitos y sin embargo
para el público no tienen el mismo efecto.
BR: ¿Hay magia para magos?
AC: Sí, nosotros distinguimos entre los magos y los profanos, los que
no entienden de magia. El mago, como ya sabe, es más difícil que se
ilusione; va percibiendo por dónde va el secreto. Hay magos que están
especializados en magia para magos, hacen juegos que engañan a los
propios magos... entre magos eso es un reto.
BR: Es que ser capaz de engañar a otro mago, eso debe ser...
AC: Realmente hay magos a los que se les puede engañar con trucos muy
sencillos, precisamente porque son tan obvios que no caen que el truco
pueda ser algo tan simple. El espectador normalmente piensa en las
mangas, los dobles fondos y en los compinches, que son las tres
soluciones que casi siempre le vienen a la mente. Por eso, si ves un
buen mago, normalmente verás que se remanga las mangas para romper esa
solución espontánea que suele venirle al espectador. Y sin embargo, a un
mago profesional le puedes engañar llevando algo a la manga,
precisamente porque nunca pensaría que lo hicieras así, más bien optaría
por técnicas super enrevesadas y no caería en que era lo más sencillo.
IP: Desde tus concimientos de magia, ¿hay algún fenómeno paranormal que no podáis reproducir los magos?
AC: No. Personalmente, hay efectos que no sé cuál es el truco, que no
sé cómo se hace, pero sé que hay un truco detrás. Yo creo que no existe
ningún fenómeno supuestamente paranormal que no pueda ser reproducido
por un mago, por la simple explicación de que todo puede ser
reproducible por un juego de magia... es más, quien sea capaz que lo
haga delante de magos y si ninguno de ellos puede decir el truco habría
que reconocérselo; pero yo aseguro que no hay absolutamente ninguno.
BR: ¿Y cuál es la diferencia entre un mago, entendido en el sentido tradicional, y un mentalista?
AC: Los dos son magos. Hay varios tipos de magia y se pueden
clasificar de varias maneras, por ejemplo, por la distancia del
espectador al mago y de esta manera habría tres tipos: la magia de cerca
(que es la que se hace en una mesa, rodeado de gente), close-up que
llamamos los magos; estaría la magia de escenario (que se hace en un
teatro donde hay un escenario y el público está sentado en las butacas);
y hay una intermedia que se llama magia de salón, que está entre ambas.
También se podría clasificar por los objetos que se usan, como la
cartomagia (cartas), numismagia (monedas), magia general (pañuelos,
cuerdas, objetos de menor tamaño), grandes ilusiones (la mujer partida
en dos y esos tipos de juegos de magia)...
Y por el efecto, en este sentido el mentalismo es un tipo de magia
caracterizado por el tipo de efectos concretos que realiza, y la
caracterización concreta es que son juegos de magia en los que el efecto
simula supuestos poderes mentales, como podrían ser la telepatía, la
precognición, la telequinesia, etc. A un mago mentalista no le verás
nunca hacer aparecer una paloma, ya que eso queda fuera de su ámbito
(eso quedaría más en la magia general)
El mentalismo es un tipo de magia cuyos efectos están orientados a
aparentar poderes mentales, como los que he dicho anteriormente. Pero no
deja de ser una rama de la magia que está especializada en ese ámbito y
que intenta reproducir ese tipo de fenómenos.
No es algo distinto de la magia, aunque sea algo particular. Si bien
es cierto que hay mentalistas que intentan no parecer magos porque creen
que eso refuerza más el tipo de espectáculo que hacen. Para mí es
respetable siempre y cuando no pasen la línea roja de hacer creer que de
verdad no son magos y que lo que hacen es auténtico.
BR: Y otra cosilla, aunque a lo mejor no nos lo puedes decir (por
profanos), ¿son muy diferentes las técnicas del mentalista y del mago en
general?
AC: Cada tipo de magia tiene unas técnicas distintas, incluso esas
técnicas cambian en función de la psicología del público al que va
dirigido... no es lo mismo la magia infantil (que va orientada a los
niños) que la magia para adultos. En todos los tipos de magia hay tanto
técnicas de habilidad como de psicología, y en el mentalismo esta última
se usa más y tiene más fuerza. Aunque, por ejemplo, en las cartas
también se puede usar la psicología, sí que es verdad que cada rama de
la magia tiene técnicas específicas.
IP: Al principio has citado a los psíquicos, supuestos, ¿qué sería un
psíquico?, ¿un mago que ha pasado la línea roja que has indicado? y
¿cómo puede el espectador distinguirlo? (si es que se puede).
AC: En el ámbito anglosajón llaman Psychics a personas que pretenden
hacer creer que tienen auténticos poderes sobrenaturales (que son
capaces de leer el pensamiento, adivinar el futuro, etc.). Estas
personas lo que hacen es usar trucos de magia y secretos usados en
mentalismo para aparentar todo ese tipo de cosas.
¿Son magos? No en el sentido de ir a un escenario a hacer un
espectáculo de magia, ya que se presentan como gente normal y corriente
que, por lo que sea, tienen poderes especiales y se dedican a exhibirlos
y a cobrar por ello. A mi modo de ver cometen un fraude porque están
engañando descaradamente. Para entendernos, si en una película de terror
tú te emocionas y pasas miedo, la película cumple su objetivo; ahora
bien, si lo que ves te lo venden como una snuff movie, donde se supone
que asesinan de verdad, pero en realidad es una película con sus efectos
especiales: eso es un fraude. En el supuesto cruel de que alguien
compre una snuff movie querrá ver algo real, y no se conformaría con
unos buenos efectos especiales.
De la misma manera los psíquicos venden como realidad lo que no lo
es. Uri Geller no decía "mirad qué juego de magia voy a hacer", ni nada
por el estilo, sino que hablaba que de pequeño había tenido no sé qué y
había adquirido una serie de poderes... estaba engañando y haciendo un
uso totalmente inmoral de todo ello.
BR: Menos mal que llegó James Randi...
AC: James Randi se dio cuenta de que estaba viendo una estafa. Una
persona estaba usando el legítimo arte de la magia para hacer algo que
no es ilusionar, sino engañar. Esa es la diferencia entre el mago y el
psíquico, porque el mago crea la atmósfera mágica, jugar con las
emociones y percepciones, y hacernos pasar un rato entretenido, con
emociones diversas (asombro, misterio, sorpresa, etc.), pero todo es un
espectáculo. El psíquico engaña y quiere que de verdad pienses que tiene
esos poderes.
IP: Para los profanos (los que no tenemos una formación en magia)
sería recomendable que cuando veamos a alguien que nos diga que va
doblar cosas con la mente, o moverlas y demás, y no está subido en un
escenario y no se presenta como mago, se nos debería encender la alarma.
AC: Ojo: en un escenario, o en la calle, o en cualquier lugar…
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