Tema: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:17 pm
Quasitor escribió:
Desde el Jardín de Epicuro
Hola,
Como he dicho en más de una ocasión la hedoné y el epicureismo están pesimamente entendidos. La confusión alcanza niveles notables dado que se atribuye al "Jardín" cosas que serían altamente contraproducentes para sus postulados. Da la impresión que se mezclan bacanales, ritos orgiásticos y el hedonismo. Nada más lejos de la realidad.
Desde el Jardín de Epicuro no se demonizan los placeres intensos, pero anda lejos de favorecerlos ¿Por qué? Pues porque el objetivo final es la obtención de la ataraxia. Si la ataraxia es imperturbabilidad y ecuanimidad resulta obvio que la generación de dependencias no la favorece, la generación de deseos inalcanzables tampoco puesto que genera angustía al no lograrlos o ansiedad por lograrlos, el resultado final es sufrimiento -en este caso por frustación de las expectativas, de la misma manera que una situación "dramática" genera ansiedad y sufrimiento. Una y otra cosa no facilitan la ataraxia sino que la alejan.
¿Qué vehículo propone Epicuro para eludir esos extremos? Podemos decir que esencialmente es el logro de la eudaimonia, esto es la "felicidad". Pero la "felicidad" epicurea no es un mundo obsequiado por el cuerno de la abundancia -de hecho, eso, esclavizaría y generaría ataduras como se ha indicado antes-, la eudaimonia del epicureismo es otra cosa: la búsqueda del equilibrio y la anulación del sufrimiento,
Así la hedoné en el Jardín no significa otra cosa que la obtención de "placer" por ausencia de "sufrimiento", se confunde a menudo esa hedoné epicurea con propensión a la voluptuosidad o la lujuria, digamos que con la antigua "hedoné" de la mitología griega que era un daimon de marcado carácter sexual, la única coincidencia entre una cosa y otra es un nombre: "hedoné", que significa "placer".
¿Cómo se conjugan la eudaimonia y la hedoné para alcanzar la ataraxia? Pues, en primer lugar con prudencia, porque la hedoné epicurea es la búsqeda de placer en cuanto ausencia de dolor y sufrimiento y desligado de deseos que generen dependencias y ataduras, ese estado es lo que se denomina eudaimonia (felicidad) y a partir de ese estado es del que surge la vía que lleva a la ataraxía.
Hablaba de la prudencia porque Epicuro considera esenciales las siguientes actitudes para lograr la eudaimonia, ya las he mencionado en alguna ocasión pero me parece oportuno repetirlas porque considero que son bastante clarificadoras, aquí están:
La prudencia permite llevar a cabo cálculos adecuados respecto a las necesidades (la prudencia mata la dependencia del deseo).
La moderación elimina deseos artificiales y necesidades “innecesarias” (la moderación mata la dependencia de la sed...puesto que la evita, con ella se elude el ansía o deseo vehemente, la “sed”, luego se evita la agonía -ἀγωνία-)
La fortaleza permite liberarse de la ansiedad, del miedo, y enfrentarse a todo lo inevitable que suceda (permite afrontar la “tormenta” y no sumirse en la desesperación por la misma, lo que no puede controlarse no puede irritar puesto que es incontrolable, simplemente...sucede, posiblemente ésta sea la prueba más difícil y la virtud más difícil de alcanzar porque...es la que ha de afrontar las situaciones más duras).
Esas vías eluden el sufrimiento y, por lo tanto, el "dolor", igualmente eluden la dependencia del deseo y, por lo tanto, la atadura. La ausencia de sufrimiento y de dependencia -sea por aversión sea por ansia- es lo que constituye la hedoné epicurea, a partir de ella se llega a la eudaimonia y, como se ha indicado, el siguiente paso es ir desde la eudaimonia a la ataraxia. Lograrla es la aspiración fundamental del epicureismo -como de otras corrientes del helenismo, que marcan sus propias vías-.
Puede ser que sea el momento de dejar que hable el propio Epicuro, así que a continuación expongo uno de los escasos textos del filósofo que ha llegado a la actualidad, se trata de la "Carta de Epicuro a Meneceo" (siglo IV a. EC):
"Epicuro a Meneceo, salud.
Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven.
Quien afirma que aún no le ha llegado la hora o que ya le pasó la edad, es como si dijera que para la felicidad no le ha llegado aún el momento, o que ya lo dejó atrás. Así pues, practiquen la filosofía tanto el joven como el viejo; uno, para que aún envejeciendo, pueda mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro, para que pueda ser joven y viejo a la vez mostrando su serenidad frente al porvenir. Debemos meditar, por tanto, sobre las cosas que nos reportan felicidad, porque, si disfrutamos de ella, lo poseemos todo y, si nos falta, hacemos todo lo posible para obtenerla.
Los principios que siempre te he ido repitiendo, practícalos y medítalos aceptándolos como máximas necesarias para llevar una vida feliz. Considera, ante todo, a la divinidad como un ser incorruptible y dichoso -tal como lo sugiere la noción común- y no le atribuyas nunca nada contrario a su inmortalidad, ni discordante con su felicidad. Piensa como verdaderos todos aquellos atributos que contribuyan a salvaguardar su inmortalidad. Porque los dioses existen: el conocimiento que de ellos tenemos es evidente, pero no son como la mayoría de la gente cree, que les confiere atributos discordantes con la noción que de ellos posee. Por tanto, impío no es quien reniega de los dioses de la multitud, sino quien aplica las opiniones de la multitud a los dioses, ya que no son intuiciones, sino presunciones vanas, las razones de la gente al referirse a los dioses, según las cuales los mayores males y los mayores bienes nos llegan gracias a ellos, porque éstos, entregados continuamente a sus propias virtudes, acogen a sus semejantes, pero consideran extraño a todo lo que les es diferente.
Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en las sensaciones, y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva de un afán desmesurado de inmortalidad. Nada hay que cause temor en la vida para quien está convencido de que el no vivir no guarda tampoco nada temible. Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera. El peor de los males, la muerte, no significa nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe, y cuando está presente nosotros no existimos. Así pues, la muerte no es real ni para los vivos ni para los muertos, ya que está lejos de los primeros y, cuando se acerca a los segundos, éstos han desaparecido ya. A pesar de ello, la mayoría de la gente unas veces rehuye la muerte viéndola como el mayor de los males, y otras la invoca para remedio de las desgracias de esta vida. El sabio, por su parte, ni desea la vida ni rehuye el dejarla, porque para él el vivir no es un mal, ni considera que lo sea la muerte. Y así como de entre los alimentos no escoge los más abundantes, sino los más agradables, del mismo modo disfruta no del tiempo más largo, sino del más intenso placer.
El que exhorta al joven a una buena vida y al viejo a una buena muerte es un insensato, no sólo por las cosas agradables que la vida comporta, sino porque la meditación y el arte de vivir y de morir bien son una misma cosa. Y aún es peor quien dice:
bello es no haber nacido pero, puesto que nacimos, cruzar cuanto antes las puertas del Hades
Si lo dice de corazón, ¿por qué no abandona la vida? Está en su derecho, si lo ha meditado bien. Por el contrario, si se trata de una broma, se muestra frívolo en asuntos que no lo requieren.
Recordemos también que el futuro no es nuestro, pero tampoco puede decirse que no nos pertenezca del todo. Por lo tanto no hemos de esperarlo como si tuviera que cumplirse con certeza, ni tenemos que desesperarnos como si nunca fuera a realizarse.
Del mismo modo hay que saber que, de los deseos, unos son necesarios, los otros vanos, y entre los naturales hay algunos que son necesarios y otros tan sólo naturales. De los necesarios, unos son indispensables para conseguir la felicidad; otros, para el bienestar del cuerpo; otros, para la propia vida. De modo que, si los conocemos bien, sabremos relacionar cada elección o cada negativa con la salud del cuerpo o la tranquilidad del alma, ya que éste es el objetivo de una vida feliz, y con vistas a él realizamos todos nuestros actos, para no sufrir ni sentir turbación. Tan pronto como lo alcanzamos, cualquier tempestad del alma se serena, y al hombre ya no le queda más que desear ni busca otra cosa para colmar el bien del alma y del cuerpo. Pues el placer lo necesitamos cuando su ausencia nos causa dolor, pero, cuando no experimentamos dolor, tampoco sentimos necesidad de placer. Por este motivo afirmamos que el placer es el principio y fin de una vida feliz, porque lo hemos reconocido como un bien primero y congénito, a partir del cual iniciamos cualquier elección o aversión y a él nos referimos al juzgar los bienes según la norma del placer y del dolor. Y, puesto que éste es el bien primero y connatural, por ese motivo no elegimos todos los placeres, sino que en ocasiones renunciamos a muchos cuando de ellos se sigue un trastorno aún mayor. Y muchos dolores los consideramos preferibles a los placeres si obtenemos un mayor placer cuanto más tiempo hayamos soportado el dolor. Cada placer, por su propia naturaleza, es un bien, pero no hay que elegirlos todos. De modo similar, todo dolor es un mal, pero no siempre hay que rehuir del dolor. Según las ganancias y los perjuicios hay que juzgar sobre el placer y el dolor, porque algunas veces el bien se torna en mal, y otras veces el mal es un bien.
La autarquía la tenemos por un gran bien, no porque debamos siempre conformarnos con poco, sino para que, si no tenemos mucho, con este poco nos baste, pues estamos convencidos de que de la abundancia gozan con mayor dulzura aquellos que mínimamente la necesitan, y que todo lo que la naturaleza reclama es fácil de obtener, y difícil lo que representa un capricho.
Los alimentos frugales proporcionan el mismo placer que los exquisitos, cuando satisfacen el dolor que su falta nos causa, y el pan y el agua son motivo del mayor placer cuando de ellos se alimenta quien tiene necesidad.
Estar acostumbrado a una comida frugal y sin complicaciones es saludable, y ayuda a que el hombre sea diligente en las ocupaciones de la vida; y, si de modo intermitente participamos de una vida más lujosa, nuestra disposición frente a esta clase de vida es mejor y nos mostramos menos temerosos respecto a la suerte.
Cuando decimos que el placer es la única finalidad, no nos referimos a los placeres de los disolutos y crápulas, como afirman algunos que desconocen nuestra doctrina o no están de acuerdo con ella o la interpretan mal, sino al hecho de no sentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma. Pues ni los banquetes ni los festejos continuados, ni el gozar con jovencitos y mujeres, ni los pescados ni otros manjares que ofrecen las mesas bien servidas nos hacen la vida agradable, sino el juicio certero que examina las causas de cada acto de elección y aversión y sabe guiar nuestras opiniones lejos de aquellas que llenan el alma de inquietud.
El principio de todo esto y el bien máximo es el juicio, y por ello el juicio -de donde se originan las restantes virtudes- es más valioso que la propia filosofía, y nos enseña que no existe una vida feliz sin que sea al mismo tiempo juiciosa, bella y justa, ni es posible vivir con prudencia, belleza y justicia sin ser feliz. Pues las virtudes son connaturales a una vida feliz, y el vivir felizmente se acompaña siempre de virtud.
Porque, ¿A qué hombre considerarías superior a aquel que guarda opiniones piadosas respecto a los dioses, se muestra tranquilo frente a la muerte, sabe qué es el bien de acuerdo con la naturaleza, tiene clara conciencia de que el límite de los bienes es fácil de alcanzar y el límite de los males, por el contrario, dura poco tiempo, y comporta algunas penas; que se burla del destino, considerado por algunos señor absoluto de todas las cosas, afirmando que algunas suceden por necesidad, otras casualmente; otras, en fin, dependen de nosotros, porque se da cuenta de que la necesidad es irresponsable, el azar inestable, y, en cambio, nuestra voluntad es libre, y, por ello, digna de merecer repulsa o alabanza? Casi era mejor creer en los mitos sobre los dioses que ser esclavo de la predestinación de los físicos; porque aquéllos nos ofrecían la esperanza de llegar a conmover a los dioses con nuestras ofrendas; y el destino, en cambio, es implacable. Y el sabio no considera la fortuna como una divinidad -tal como la mayoría de la gente cree- , pues ninguna de las acciones de los dioses carece de armonía, ni tampoco como una causa no fundada en la realidad, ni cree que aporte a los hombres ningún bien ni ningún mal relacionado con su vida feliz, sino solamente que la fortuna es el origen de grandes bienes y de grandes calamidades. El sabio cree que es mejor guardar la sensatez y ser desafortunado que tener fortuna con insensatez. Lo preferible, ciertamente, en nuestras acciones, es que el buen juicio prevalezca con la ayuda de la suerte.
Estos consejos, y otros similares medítalos noche y día en tu interior y en compañía de alguien que sea como tú, y así nunca, ni estando despierto ni en sueños, sentirás turbación, sino que, por el contrario, vivirás como un dios entre los hombres. Pues en nada se parece a un mortal el hombre que vive entre bienes imperecederos."
No me parece una mala exposición de las posturas de Epicuro. Aquí hay reflexión sobre la moral, aquí hay ética.
Saludos desde el Jardín.
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:18 pm
"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".
"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".
"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".
"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".
"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:19 pm
" Todos los siglos, desde que se inició el mundo, se han descubierto maravillas. Así, el siglo pasado se descubrieron cosas más asombrosas que el siglo anterior, y este nuevo siglo saldrán a la luz cosas aún más extraordinarias. Al principio la gente se niega a creer que algo nuevo e inusitado pueda lograrse, luego ven que sí es posible, y cuando ya está hecho todos se preguntan por qué no se hizo hace ya siglos. Una de esas novedades que se empezaron a descubrir el pasado siglo fue que los pensamientos, los simples pensamientos, son tan poderosos como las pilas eléctricas, tan beneficiosos para uno como la luz del sol, o tan perjudiciales como el mismo veneno. Así pues, permitir que penetre en la mente un pensamiento triste o negativo es tan peligroso como dejar que entre en el cuerpo un microbio de escarlatina. Y si se permite que allí se quede una vez dentro, es posible que no nos podamos deshacer de él en la vida......Cosas mucho más extraordinarias le pueden suceder a quien, cuando le viene a la mente un pensamiento desagradable o descorazonador, tiene el buen juicio de acordarse a tiempo y expulsarlo, poniendo en su lugar otro pensamiento grato y decididamente valeroso; y es que no puede haber dos cosas en un mismo lugar: Donde haya una rosa, hijo mío, no crecerán villanos. "
Frances Hodgson Burnett El jardín secreto (fragmento)
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:19 pm
Quasitor escribió:
Sukubis escribió:
"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".
"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".
"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".
"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".
"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".
"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".
"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".
"También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno".
Hola Suku,
Efectivamente, todo eso se refiere a un tipo u otra de ataduras, la mesura que propugna Epicuro es deseable en la medida que facilita la consecución del placer, ya que las expectativas no son exageradas, unas expectativas exageradas pudieran llevar a la frustración, eso lleva a dos cosas: alejarse del placer -y, por tanto, de la eudaimonia- y generar ataduras -obsesión- por la frustración de lo no conseguido-. Por otra parte la mesura se hace con un fin: facilitar la eudaiomia, si se convierte en fin en si mismo se ha entendido erroneamente la idea epicuerea de mesura, que, en cierta medida, es acorde a las circunstancias y capacidades. Digamos que "mesura" es "mesura", no austeridad.
El no vivir con necesidad va por la misma vía: evitar dependencias, ibidem por lo que hace a lo insaciable, lo suficiente o la preocupación del mañana -el preocuparse por anticipado de las incertidumbres que puedan generarse en él-.
No hay tanta diferencia entre los jardines de Epicuro y las arboledas de Gautama.
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:20 pm
Quasitor escribió:
Sukubis escribió:
" Todos los siglos, desde que se inició el mundo, se han descubierto maravillas. Así, el siglo pasado se descubrieron cosas más asombrosas que el siglo anterior, y este nuevo siglo saldrán a la luz cosas aún más extraordinarias. Al principio la gente se niega a creer que algo nuevo e inusitado pueda lograrse, luego ven que sí es posible, y cuando ya está hecho todos se preguntan por qué no se hizo hace ya siglos. Una de esas novedades que se empezaron a descubrir el pasado siglo fue que los pensamientos, los simples pensamientos, son tan poderosos como las pilas eléctricas, tan beneficiosos para uno como la luz del sol, o tan perjudiciales como el mismo veneno. Así pues, permitir que penetre en la mente un pensamiento triste o negativo es tan peligroso como dejar que entre en el cuerpo un microbio de escarlatina. Y si se permite que allí se quede una vez dentro, es posible que no nos podamos deshacer de él en la vida......Cosas mucho más extraordinarias le pueden suceder a quien, cuando le viene a la mente un pensamiento desagradable o descorazonador, tiene el buen juicio de acordarse a tiempo y expulsarlo, poniendo en su lugar otro pensamiento grato y decididamente valeroso; y es que no puede haber dos cosas en un mismo lugar: Donde haya una rosa, hijo mío, no crecerán villanos. "
Frances Hodgson Burnett El jardín secreto (fragmento)
Hola mi Súcubo,
¿Hay mucha diferencia entre un jardín secreto y un laberinto? Ambos guardan cosas, en ambos casos se sabe que serán extraordinarias y, en ninguno de los casos, se sabe -hasta que se encuentran- si serán extraordinariamente buenas o malas.
Psicologicamente se dice que los laberintos se parecen a mandalas aunque inacabados, dado que por vía tortuosas e iniciáticas se organizan alrededor de un centro que se busca.
Los mandalas propiamente dichos pretenden ser cosmogramas, luego, una descripción de un cosmos organizado a partir de un eje central o núcleo que es su esencia y que, para alcanzarla, se precisa un disciplina y una iniciación. Jung decía que la combinación en los mandalas con elementos cuadrúples, que dificultan o desorientan para alcanzar su centro, representaba una restricción destinada a enfocar -una vez descartada la distracción- hacia el centro, hacia la contemplación y concentración de conocimientos espirituales y de índole intuitiva, que arraigatían en la psique de manera interiorizada. Este proceso lo llama "restricción del campo visual psiquíco".
Pero volviendo a los laberintos, me permito dudar de que sean algo inacabado, por el contrario creo que están del todo acabados -digamos que me atrevo a descartar que sean mandalas, pese a la opinión mucho más autorizada de Jung-. El laberinto contiene todo aquello que tiene que tener, ciertamente es camino iniciático...aunque sólo sea para encontrar su centro y...su salida (no olvidemos esto último). Las dificultades del laberinto enseñan que no todo camino recto lleva a algún sitio (salida) y que no todo lo tortuoso conlleva una encerrona (puede ser, y normalmente en un laberinto lo es, el camino al centro y el camino a la salida).
A un nivel no estrictamente morgológico sino simbólico el laberinto representa también el camino de la vida: lo torcido a veces es lo correcto, y lo recto lo incorrecto. Lo importante no es el que camino que se toma sino como se hace, incluso como se deshace cuando se observa que no lleva a ninguna parte -a menos que uno...no desee llegar a ninguna parte, entonces el laberinto habría llevado adónde se deseaba-, como se alcanza el centro, que es su cenit y, se supone, encierra el premio a los esfuerzos, y después queda algo de igual o mayor importancia que lo anterior: conseguida la meta, como se hace y cada cual hace el resto del camino que es...el de salida, ahí ya no hay más logros que encontrar que no sean el disfrute de lo conseguido y el disfrute de lo que se vaya encontrando en el resto del camino que...bien entendido, no es sino una suma a los logros obtenidos en su centro.
Por ello no concibo un laberinto como un "casi mandala", un mandala es un mandala y un laberinto un laberinto, tienen sus coincidencias pero un laberinto no es un "mandala unacabado" o "mal construido". Tiene sus propias funciones y sus sorpresas, a fin de cuentas, en un recoveco sin salida uno se puede encontrar...un concierto de violin.
Un beso dulce y nada difícil de encontrar
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:21 pm
Quasitor escribió:
Un amor nada platónico pero sí epicureo Amores que con exceso, sobrevienen no proporcionan gloria ni tampoco virtud para los hombres. Mas si Cipris se acerca con mesura, no hay otra diosa tan graciosa. Nunca jamás, señora, sueltes contra mí tu dorado arco, untado con deseo, tu inevitable dardo.
A mí que me corteje la Moderación, la dadiva más bella de los dioses; y que ni pasiones enfrentadas, ni celos insaciables, luego de dascinar mi alma, sobre ajenos lechos me dispare la terrible Cipris, sino que respetando uniones invencibles, distinga con sagacidad las camas
(Medea)
Un placer epicureo apasionado
Esto es la vida, sólo esto: placer.¡Al infierno las penas! Corto es el tiempo de vida para un hombre. ¡Ahora Lyeo!, ¡ahora los coros y las coronas florecientes, las mujeres ahora! Páselo yo bien hoy, que el mañana es para todos un misterio.
(Rufino)
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:21 pm
Sabes, Quasi prefiero los jardines a los laberintos. Si bien hay jardines diseñados y de hecho los laberintos, muchas veces eran incluidos en el diseño de algún jardín. Ese orden impuesto del laberinto, me crispa un poco. Mientras que en un jardín hay una sensación de mayor libertad, límites difusos y claridad
Además el laberinto, impone una búsqueda, mientras que el jardín siempre nos lleva a un hallazgo. Encontramos la belleza, la sombra, la luz, la transformación.
¿Te imaginas el Laberinto del Eden?
En el centro habría que poner el árbol de la vida y la muerte... El reto llegar al centro.
Darse cita en el centro de un laberinto, tiene su "eso".
Besos mi incubo, creo que ya no te pillé.
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:23 pm
Los Jardines japoneses deben su belleza a la combinación de elementos, cuya ubicación no responde al capricho, sino al equilibrio de los símbolos representados en el jardín. Si bien pueden utilizarse el Zen para definir tales principios, la mayor influencia se encuentra en la naturaleza. Por ello veremos en el cause del agua del jardín saltos de agua reproduciendo las formas de las cascadas naturales. Como se puede entender, para crear un jardín de este estilo, a parte del dinero de la obra, hay que haber observado largamente la naturaleza y sentirla como una experiencia personal y cercana, para traer a nuestro entorno esa unidad de elementos que combinados crean una atmósfera estética placentera. Cómo no pensar en Epicúreo al crear un jardín, si todo lo que incorporas tiene por objetivo gustar y producir sensaciones agradables.
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:24 pm
Quasitor escribió:
Hola Suku,
A mi me gustan los jardínes porque parto de la filosofía del "Jardín", así que cualquier jardín me gusta, sea dado a la tranquilidad, sea incitando la voluptuosidad, sea en cualquiera de sus versiones.
Y en ellas incluyo los laberintos, me gustan de por sí, pero diría que me gustan más los ajardinados, intuyo un simbolismo y un significado más allá de lo que describí en el otro mensaje y, desde luego, no comparto esa identificación con un "semi-mandala" o "mandala inacabado que cite".
Ventajas de los laberintos desde el Jardín de Epicuro, te menciono algunas: se debe conducir uno con mesura al moverse por él, se debe estar preparado para la sorpresa -lo que obliga a ejercitar la ataraxia-, se debe tener en cuenta que el centro no es el onfalos, solo es una referencia, desde la cual...continuar el camino. Y, sobre todo, se deben evitar ataduras -si uno se obsesiona con llegar al centro no llegará, si lo hace con buscar la salida tampoco la encontrará facilmente-, para eso de nuevo la mesura y la prudencia son buenas compañeras y, si, pese a eso, hay dificultades dentro del laberinto, pues, la fortaleza ayudará a mantener la ataráxia.
Un jardín zen esta tan medido -aunque a su manera- como uno epicureo, de todos modos, sea el jardín que sea opino que en un rincón tiene que haber un tonel, ayuda a la epoché, contribuye al reiki, no estorba al feng shui y...consolida la ataraxía.
Un beso ajardinado
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:24 pm
mi Incubo, besos ajardinados
Qué bello ese tonel, me lo pido para una semana...
que divertido el estribillo... te apetece?
Besos, querido incubo
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:24 pm
un beso, Incubo Me imagino andarás recorriendo el mundo.
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:25 pm
Quasitor escribió:
Hola Súcubo,
Ando recorriendo el mundo y tropezándome con supuestos budistas de las más diversas tendencias -no aquí en otro lado-, uno dice que es therevada pero no para de citar al Gita, a los Señores del Karma y a tonterías New Age. El otro dice que es un iniciado -sic- no sé de que tipo de budismo pretende ser pero mezcla la teosofía y hasta Nuestro Señor Jesucristo, en definitiva: New Age. Y me ha aparecido un tercero que dice que es zen, pero que a él el Canon Pali se la repampinfla -con perdón-, que solo sirve de muleta y que los sutras son mandangas -que viene a ser como si un cristiano te dice que el NT vale lo que una novela de Julio Verne-, además dice que los koan solo sirven entre maestro y discípulo -se supone que es un maestro- ha alabado los avances en el budismo del seguidor del Gita, lo cual me hace suponer que este zen es tan zen como theravada el otro.
En definitva: un montón de acuarianos chiflados de la GFU, seguidores del Laferriere y compañía -entre nosostros, si hay que escoger a un perfumista me quedo con los de Dior-
A este último estoy citándole el Zohar cosa que creo que le desconcierta -aunque no sé si hago bien, a ver si van a acabar por meter al Zohar en el saco de la GFU-.
Por lo que se refiera a Gautama y Epicuro -así como otros filósofos griegos- en algunas cosas se parecen. Ataraxia es lo mismo que upekkha. Cuestion de intentar llegar a la imperturbabilidad -que no la indiferencia- y la ecuanimidad, y desde eso y con la epoché, entrar en las cosas -entrar o penetrar son buenos verbos-.
Las diferencias se dan en las formas más que en los fondos. Lo que marca bastante esas diferencias formales son las disciplinas monásticas -inexistentes en la Filosofía griega- y su mecánica que Gautama viene a abordar en parte de los sermones medios.
Un beso
Sukubis Veterano/a
Mensajes : 986 Edad : 56
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Sep 05, 2011 1:26 pm
Maestro Quasitor
No conozco los sermones que mencionas, salvo los que has citado aquí y en otro sitio. He leído cuentos Zen, porque son interesantes y ya sabes que una buena Geisha debe cultivarse en tener una charla interesante, saber recitar poesía y servir te -no me pidas que interprete un instrumento, porque como no sea la flauta -y no me refiero a la transversa- no saco música sino del tamborileo de mis yemas en el teclado. :aiwebs_011:
También sé lanzar las monedas del I Ching y buscar el significado en el libro, hombre, hasta lo sé leer. Con lo que tampoco puedo es con el New Age, todos son luces, metafísica, luces, ángeles, iluminados, relajaciones, meditación pero todo sin profundidad, todo como quien toma sal y lo más curioso es que de ello hacen una religión y lo mismo los ves recitando sutras que repitiendo frases de autoafirmación "la frase poderosa del día"... madre, es para alucinar.
Mejor el Jardín, la belleza que envuelve y penetra -si que es un buen verbo- y ver las flores y el cielo, alguna fuente cercana y si es posible alguna música inspiradora para meterse -buen verbo este dónde los haya- en buen ánimo. Yo hoy disfruté de un jardín, sol y fue manito de santo para quitarme el desánimo.
Por cierto, pocas cosas más sensuales que una mujer con un chelo en medio de las piernas... Bueno quizás un cuerpo de guitarra en las manos expertas, sea igual de sensual...
Voy a la inspección...
Quasitor Moderador
Mensajes : 733
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Mar Sep 13, 2011 1:58 am
Sukubis escribió:
Maestro Quasitor
No conozco los sermones que mencionas, salvo los que has citado aquí y en otro sitio. He leído cuentos Zen, porque son interesantes y ya sabes que una buena Geisha debe cultivarse en tener una charla interesante, saber recitar poesía y servir te -no me pidas que interprete un instrumento, porque como no sea la flauta -y no me refiero a la transversa- no saco música sino del tamborileo de mis yemas en el teclado. :aiwebs_011:
También sé lanzar las monedas del I Ching y buscar el significado en el libro, hombre, hasta lo sé leer. Con lo que tampoco puedo es con el New Age, todos son luces, metafísica, luces, ángeles, iluminados, relajaciones, meditación pero todo sin profundidad, todo como quien toma sal y lo más curioso es que de ello hacen una religión y lo mismo los ves recitando sutras que repitiendo frases de autoafirmación "la frase poderosa del día"... madre, es para alucinar.
Mejor el Jardín, la belleza que envuelve y penetra -si que es un buen verbo- y ver las flores y el cielo, alguna fuente cercana y si es posible alguna música inspiradora para meterse -buen verbo este dónde los haya- en buen ánimo. Yo hoy disfruté de un jardín, sol y fue manito de santo para quitarme el desánimo.
Por cierto, pocas cosas más sensuales que una mujer con un chelo en medio de las piernas... Bueno quizás un cuerpo de guitarra en las manos expertas, sea igual de sensual...
Voy a la inspección...
Hola Sukubis,
Los sermones medios del Buda forman parte de la segunda "canasta" del tripitaka o tipitala -significa "Tres canastas" en pali- al que yo prefiero referirme como "Canon Pali" y que tanto aborrecen ciertos curiosos zen y con el que no se aclaran aspirantes a monjes theravadas -eso sí, subsector "Señores del Karma", que viene ser al budismo therevada lo que la Santísima Trinidad al Islam wahabi, es decir: herejía ¡jajaja!-.
La verdad es que todo el Canon Pali denota que es tradición oral registrada por escrito en un momento dado, por eso hay numerosa repetitividad en la misma formulación de las frases, el aspirante a theravada transmigratorio -otra del todo incompatible con el budismo, es más, lo dice claramente en uno de los sermones medios- los usa porque, aunque no en todos, abundan las referencias a la disciplina monástica, motivo por el cual tuve a bien intentar sacarle por enésima vez de sus errores señalandole que una cosa era el comportamiento previsto en la "shanga" -comunidad monástica budista- y otra el previsto para la "arya-shanga" -conjunto de creyentes en el budismo, sean laicos o monjes-, porque el muy desinformado iba repitiendo urbi et orbe normas previstas para los monjes como de aplicación universal a laicos incluidos. Le dije que la norma de San Benito, en el catolicismo, se aplica a los monjes benedictinos, pero que ni se aplica, ni esta pensada ni es de obligado cumplimiento para los seglares.
Me parece, solo me parece, que empezo a captar la diferencia.
Servidor también sabe tirar el tarot -se lo enseñaron unas caderas antes de enseñarme otras cosas más interesantes- pero no me lo creo ni harto a gaseosa -menos aún conociendo que sus origenes fueron quince minutos de conversación, que sostuvo Monsieur Court de Gebelin, en una aristocrática fiesta y ante un buen vaso de Borgoña y otros caldos, así también me inspiro yo.
Y sí, coincido contigo, lo mejor es el Jardín ¿acaso mejor método que la eudaimonia y la hedoné para alcanzar la ataraxia?
Bueno, una mujer con algo en medio de las piernas siempre es sensual...¡jajaja!
Un monton de besos
Un poco de hedoné
En el Jardín
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Mar Sep 20, 2011 10:30 pm
Por ahora los jardines se van tiñendo de otoño, las hojas se van arrastrando lentamente por el prado -aun verde- el sol se acuesta entre las ramas más temprano y alarga sus rayos en un abrazo que se escurre por las laderas, estirando su brillo como en un abrazo que pretende ser eterno. El jardín vive en cambio constante, inmóvil parece, pero en su quietud permanece activo transformando su ser a cada instante. Nosotros observamos y también cambiamos, contagiados de esa naturaleza que nos envuelve y así te he contemplado mirando al horizonte, con los ojos bañados de luz que se alarga hasta tocarme.
Muchos besos, mi Incubo
Quasitor Moderador
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Vie Sep 23, 2011 3:24 am
El Jardin
En el Jardín de Epicuro todo bien procuro
Si el sol es de verano haremos la siesta temprano
En amable compañía pasaremos todo el día
No hallaras cuentas que saldar pues todo consiste en dar
Un muro rodea el Jardín son zarzas de principio a fin
Que se convierten en setos para postulantes netos
Mas tortuosos laberintos para aquellos que en Tirinto
Contra el Jardín conspiran y no saben a que aspiran
Comienza a irse el verano ¿me permitiras que con la mano
apriete fruto en otoño que se convierta en retoño?
Que la planta de la hedoné todo ese fruto pone que en el Jardín se como
Porque da igual cual sea el día si en amable compañia hallamos eudaimonia
Kimbosirk Viciadillo/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Dom Sep 25, 2011 1:26 am
Propongo que ese gran hilo se mueva al subforo de filosofia. ¿No? No es que menosprecie la vertiente científica (en el sentido más amplio del término, entendiéndolo como un conjunto de teorías que intentan explicar el funcionamiento de la φύσις) de los epicúreos, que creo que también es interesante (especialmente las explicaciones de Lucrecio en De rerum natura) y podría tener cabida aquí por formar parte de la historia de la ciencia, sino que el hilo parece encarado sobretodo a la filosofía práctica de Epicuro.
Sukubis Veterano/a
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Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Mar Oct 04, 2011 3:39 am
Va un cuento
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles y arbustos se morían. El roble dijo que se moría por no ser tan alto y tan fuerte como el pino. Volviéndose al pino, lo halló caído, porque no podía dar uvas como la vid. La vid se moría porque no podía dar flores como la rosa, y, la rosa se moría por no ser fuerte y sólida como el roble. Entonces encontró una planta: Un clavel floreciendo y más fresco que nunca, entonces el rey le preguntó ¿Cómo es que creces en medio de ese jardín moribundo? "Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste ¡ Querías ver claveles! Si hubieses querido otro roble lo habrías plantado. En aquel momento me dije: ¡trataré de ser clavel de la mejor manera que pueda. Y heme aquí !!!El mas hermoso y bello clavel de jardín".
TALAX Novato/a
Mensajes : 137 Localización : glaxolandia
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Mar Oct 04, 2011 5:11 pm
Cabremos en nuestro gozo al descubrir que lo que seremos no es mas que el futuro pluscuamperfecto de lo que fuimos y lo que pudimos ser, el infinitivo de nuestros sueños y frustraciones..?
Liptuan V.I.P.
Mensajes : 14027
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Sáb Oct 08, 2011 2:10 pm
Qué buen hilo =)
Quasitor Moderador
Mensajes : 733
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Vie Oct 14, 2011 2:42 am
Sukubis escribió:
Va un cuento
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles y arbustos se morían. El roble dijo que se moría por no ser tan alto y tan fuerte como el pino. Volviéndose al pino, lo halló caído, porque no podía dar uvas como la vid. La vid se moría porque no podía dar flores como la rosa, y, la rosa se moría por no ser fuerte y sólida como el roble. Entonces encontró una planta: Un clavel floreciendo y más fresco que nunca, entonces el rey le preguntó ¿Cómo es que creces en medio de ese jardín moribundo? "Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste ¡ Querías ver claveles! Si hubieses querido otro roble lo habrías plantado. En aquel momento me dije: ¡trataré de ser clavel de la mejor manera que pueda. Y heme aquí !!!El mas hermoso y bello clavel de jardín".
Hola Súcubo,
Uno de los medios del epicureismo para alcanzar la ataraxia (equidad o imperturbabilidad) es el logro de la eudaimonia (felicidad). Pero a la eudaimonia -que se parece a dáimón- se llega midiendo las cosas, midiendo los placeres, por ejemplo, en definitiva: fijándose una falta de objetivos plausibles.
Es lo que entendió, correctamente, el clavel de tu cuento, que no hay más finalidad que la que reside en lo que uno mismo puede ser y hacer en su estar.
El clavel sabía que era un clavel y por eso crecía como un clavel, su única finalidad era ser un clavel y, por ello, alcanzaba la eudaimonia mientras el resto del pobre jardín se marchitaba.
Y es que las demás plantas lo eran de un jardín poco ajardinado.
Un beso -y después otro-
Sukubis Veterano/a
Mensajes : 986 Edad : 56
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Vie Oct 14, 2011 1:38 pm
Quasitor escribió:
Sukubis escribió:
Va un cuento
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles y arbustos se morían. El roble dijo que se moría por no ser tan alto y tan fuerte como el pino. Volviéndose al pino, lo halló caído, porque no podía dar uvas como la vid. La vid se moría porque no podía dar flores como la rosa, y, la rosa se moría por no ser fuerte y sólida como el roble. Entonces encontró una planta: Un clavel floreciendo y más fresco que nunca, entonces el rey le preguntó ¿Cómo es que creces en medio de ese jardín moribundo? "Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste ¡ Querías ver claveles! Si hubieses querido otro roble lo habrías plantado. En aquel momento me dije: ¡trataré de ser clavel de la mejor manera que pueda. Y heme aquí !!!El mas hermoso y bello clavel de jardín".
Hola Súcubo,
Uno de los medios del epicureismo para alcanzar la ataraxia (equidad o imperturbabilidad) es el logro de la eudaimonia (felicidad). Pero a la eudaimonia -que se parece a dáimón- se llega midiendo las cosas, midiendo los placeres, por ejemplo, en definitiva: fijándose una falta de objetivos plausibles.
Es lo que entendió, correctamente, el clavel de tu cuento, que no hay más finalidad que la que reside en lo que uno mismo puede ser y hacer en su estar.
El clavel sabía que era un clavel y por eso crecía como un clavel, su única finalidad era ser un clavel y, por ello, alcanzaba la eudaimonia mientras el resto del pobre jardín se marchitaba.
Y es que las demás plantas lo eran de un jardín poco ajardinado.
Un beso -y después otro-
Mi incubo, qué bueno verte por el Jardín
Es cierto, las veces que he sido más feliz es cuando las cosas fluyen de manera natural, como una seguidilla afortunada de eventos. Se es, según nuestra propia naturaleza, se actúa con coherencia y luego todo cae como en una seguidilla de piezas de dominó alineadas de manera conveniente. Como decía Steve Jobs, en su discurso, en la vida hay que saber unir los puntos. Al ver hacia atrás entendemos cómo una determinada situación, nos llevó a las consecuencias -positivas o negativas- que vivimos en el presente. Recuerdo la primera vez que crucé un mensaje contigo -jajaja- en ese momento no podríamos haber pensado que un año después seguiríamos en contacto. En aquel momento no nos preguntamos nada, ni hoy, simplemente todo fluye en un ritmo suyo. Así como el clavel, muy contento simplemente de ser y estar en ese Jardín, sin pretender nada más.
¿Nada es todo?
Otros besos para ti.
Quasitor Moderador
Mensajes : 733
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Oct 17, 2011 3:32 am
Sukubis escribió:
Quasitor escribió:
Sukubis escribió:
Va un cuento
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles y arbustos se morían. El roble dijo que se moría por no ser tan alto y tan fuerte como el pino. Volviéndose al pino, lo halló caído, porque no podía dar uvas como la vid. La vid se moría porque no podía dar flores como la rosa, y, la rosa se moría por no ser fuerte y sólida como el roble. Entonces encontró una planta: Un clavel floreciendo y más fresco que nunca, entonces el rey le preguntó ¿Cómo es que creces en medio de ese jardín moribundo? "Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste ¡ Querías ver claveles! Si hubieses querido otro roble lo habrías plantado. En aquel momento me dije: ¡trataré de ser clavel de la mejor manera que pueda. Y heme aquí !!!El mas hermoso y bello clavel de jardín".
Hola Súcubo,
Uno de los medios del epicureismo para alcanzar la ataraxia (equidad o imperturbabilidad) es el logro de la eudaimonia (felicidad). Pero a la eudaimonia -que se parece a dáimón- se llega midiendo las cosas, midiendo los placeres, por ejemplo, en definitiva: fijándose una falta de objetivos plausibles.
Es lo que entendió, correctamente, el clavel de tu cuento, que no hay más finalidad que la que reside en lo que uno mismo puede ser y hacer en su estar.
El clavel sabía que era un clavel y por eso crecía como un clavel, su única finalidad era ser un clavel y, por ello, alcanzaba la eudaimonia mientras el resto del pobre jardín se marchitaba.
Y es que las demás plantas lo eran de un jardín poco ajardinado.
Un beso -y después otro-
Mi incubo, qué bueno verte por el Jardín
Es cierto, las veces que he sido más feliz es cuando las cosas fluyen de manera natural, como una seguidilla afortunada de eventos. Se es, según nuestra propia naturaleza, se actúa con coherencia y luego todo cae como en una seguidilla de piezas de dominó alineadas de manera conveniente. Como decía Steve Jobs, en su discurso, en la vida hay que saber unir los puntos. Al ver hacia atrás entendemos cómo una determinada situación, nos llevó a las consecuencias -positivas o negativas- que vivimos en el presente. Recuerdo la primera vez que crucé un mensaje contigo -jajaja- en ese momento no podríamos haber pensado que un año después seguiríamos en contacto. En aquel momento no nos preguntamos nada, ni hoy, simplemente todo fluye en un ritmo suyo. Así como el clavel, muy contento simplemente de ser y estar en ese Jardín, sin pretender nada más.
¿Nada es todo?
Otros besos para ti.
Hola súcubo,
¡Oh! sí, nada y todo es lo mismo -igual pasa con forma y vacio-, aunque extraños sincretismos que debido a sus dogmas son incapaces de entenderlo.
No es preciso demasiado para verlo, por ejemplo, observando un buen cuadro impresionista se comprende.
Antes de nuestro primer intercambio ya me había fijado en tu nick y...pensaba en quién habría tras él, es decir...en tu persona.
Muchos besos -espero que impresionados e impresionantes-
Sukubis Veterano/a
Mensajes : 986 Edad : 56
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Oct 17, 2011 12:21 pm
Quasitor escribió:
Sukubis escribió:
Mi incubo, qué bueno verte por el Jardín
Es cierto, las veces que he sido más feliz es cuando las cosas fluyen de manera natural, como una seguidilla afortunada de eventos. Se es, según nuestra propia naturaleza, se actúa con coherencia y luego todo cae como en una seguidilla de piezas de dominó alineadas de manera conveniente. Como decía Steve Jobs, en su discurso, en la vida hay que saber unir los puntos. Al ver hacia atrás entendemos cómo una determinada situación, nos llevó a las consecuencias -positivas o negativas- que vivimos en el presente. Recuerdo la primera vez que crucé un mensaje contigo -jajaja- en ese momento no podríamos haber pensado que un año después seguiríamos en contacto. En aquel momento no nos preguntamos nada, ni hoy, simplemente todo fluye en un ritmo suyo. Así como el clavel, muy contento simplemente de ser y estar en ese Jardín, sin pretender nada más.
¿Nada es todo?
Otros besos para ti.
Hola súcubo,
¡Oh! sí, nada y todo es lo mismo -igual pasa con forma y vacio-, aunque extraños sincretismos que debido a sus dogmas son incapaces de entenderlo.
No es preciso demasiado para verlo, por ejemplo, observando un buen cuadro impresionista se comprende.
Antes de nuestro primer intercambio ya me había fijado en tu nick y...pensaba en quién habría tras él, es decir...en tu persona.
Muchos besos -espero que impresionados e impresionantes-
Hola Incubo Como decía Pertz, quizás bajo los efectos de la marihuana, todo es fondo y sólo lo que nos interesa se hace forma en la consciencia. Así descubres elementos en un cuadro y otros pasan desapercibidos. Me alegro de no haber pasado desapercibida para ti. Yo necesité de otras pistas y otros detalles para acercarme más, aunque no haya dudado en hacerlo. Me costó un tanto reconocerte, me despistó el nombre.
En todo caso fue un encuentro afortunado.
Echaba en falta tus besos... ¿uno de fresa y chocolate?
Sukubis Veterano/a
Mensajes : 986 Edad : 56
Tema: Re: Desde el Jardín de Epicuro por Quasitor Lun Oct 17, 2011 1:32 pm
El hilo rojo - Proverbio Chino Un hilo rojo, invisible, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar a pesar de las circunstancias; el hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca llegará a romperse.