Arturito, ese presidente con pinta de niño bonito que se ha creído lo mejor de Catalonia. Ayer, en ese invento de la conferencia de presidentes -¡cuántas banderas con rey y príncipe!- el hecho diferencial de Cataluña, ni planteó antes sus iguales (no sus inferiores) la autodeterminación, como si fuera un Mubunwa cualquiera, ni mucho menos la independencia en plan "agustino" de Aragón. Estuvo el mozo calladito, humilde, aunque jodido, porque ya le habían atado los machos los grandes empresarios del cava, de la banca, de los telares, etc.
Eso sí, para declarar prefiere la tierra, como el cagoncete que ladra cuando está en el balcón de su casa pero no se atreve a bajar a la calle. Vale, pues ya sabemos que de lo que dijo la semana pasada... ¡Nada de nada!
Un brindis al sol y va que chuta.
Artur Mas calla y se acobarda en Madrid
Busquen en republica.com y lo firma Pablo Sebastián.