Llegados a este momento histórico de horas vividas en Internet es casi seguro que usted como yo habrá participado con mayor o menor pasión en broncas on line. Seguramente con mucha pasión porque así son las discusiones en la red. Si usted es de los que ha logrado dominar sus impulsos más primarios, puede postularse a merecedor de un monumento a la contención y a la prudencia.
Es probable que a estas alturas ya haya aprendido que las broncas en Internet no conducen a ningún sitio, que unos dan la cara y otros no, que unos insultan mucho y otros, mucho más, y que al final, como todo lo que sube baja, una de las partes decidirá ignorar a la otra, dará la espalda y dará por finiquitada la bronca. Si es usted de los que se ha quedado con una bronca a medias pocas historias podrán hacerle sobre la rabia y la frustración de la raza humana.
De lo que se trata, entonces, es de aprender a ser los primeros en ignorar al otro. Una vez que tenemos claro que la única manera de ganar una bronca en Internet es darnos la vuelta primero y dejar al otro con la miel en los labios, debemos ejercitar el arte de pasar de los que buscan bronca virtual.
Para ello repasemos algunas de las leyes de las peleas en Internet que publicó en su día en periódico Daily Telegraph, reprodujeron varios blogs, y ahora replicamos en Antigurú.
A saber:
Ley de Godwin (enunciada por Mike Godwing en 1990)
A medida que una discusión en internet se alarga, crece exponencialmente la probabilidad de que se emplee una comparación en la que se mencione a Hitler, al fascismo o al Holocausto.
Ley de Poe (enunciada por Nathan Poe en 2005 durante una discusión con fundamentalistas cristianos)
Si no se utiliza un smiley (emoticono de sonrisa), o alguna otra prueba obvia de la naturaleza humorística del texto es imposible crear una parodia del fundamentalismo sin que haya al menos una persona que la confunda con una pieza de fundamentalismo real.
Ley de Skitt (atribuida a G. Bryan Lord en 1998)
Cualquier post que que intente corregir el post de otro usuario contendrá a su vez otro error (al menos). Mientras más pedante es la corrección, mayor suele ser el número de errores.
Ley de Scopie
En cualquier discusión sobre ciencia o medicina, citar a Whale.to como fuente fiable equivaldrá a perder la discusión automáticamente y a ser expulsado del foro.(Whale.to es una web especializada en publicar teorías de la conspiración. Por ejemplo,que el SIDA es la consecuencia de una campaña de vacunación o que el Holocausto nunca existió).
Ley de Danth
Si te ves obligado a repetir una y otra vez que has ganado una discusión en Internet, es muy probable que la hayas perdido estrepitosamente.
Ley de Pommer (enunciada por Rob Pommer en 2007)
La opinión de una persona suele cambiar tras navegar brevemente por Internet. La naturaleza del cambio es dramática: se pasa de no tener opinión alguna a tener una equivocada.
Segunda Ley de DeMyer
Cualquier persona que argumente con largas citas de personalidades más o menos célebres será ignorada automáticamente. Se considerará que ha perdido la discusión antes de haberla comenzado.
Ley de la exclamación
A más número de signos de exclamación en un correo electrónico (o cualquier otro mensaje en Internet) crecen las probabilidades de que el autor esté mintiendo. Es también aplicable al uso indiscriminado de las mayúsculas.
Aquí pueden consultar todas las leyes, según la recopilación de Daily Telegraph.
Todas estas reglas señalan al menos un punto en común: no hay manera de mantener una bronca coherente en Internet, y lo mejor sigue siendo por tanto, no tenerla.
Un experto en broncas, concretamente las de Twitter, @juanliverpool, creador del blog Twitterbroncas me habló un día de la Filosofía del pa qué como de la guía espiritual por la que debe guiarse todo usuario sabio que esté ejercitando el arte de la indiferencia digital. En aquel momento se refería a la actitud asilvestrada de algunos famosos en Twitter: "Para pinchar a un famoso funciona el insulto más básico que tengas a mano, tienen que aprender a no entrar en terreno farragoso, a aplicar la filosofía del pa qué (pa qué voy a entrar al trapo, pa qué voy a contestar, pa qué ...)". Por supuesto, para provocar a cualquier mortal también se necesita muy poco.
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